SYMBOLOS

Revista internacional de
Arte - Cultura - Gnosis

MEDITACIONES SOBRE HAYYIM VITAL

ÁNGELA SARDÁ


Sefer Ets ha-Hayyim (Book of the Tree of Life)
Rabbi Hayyim Vital, with Autograph Notes of
Rabbi Jonathan Eibeschuetz, [Ashkenaz]. 1741
“¿Dónde está Dios?”, se pregunta en todo momento el hombre de la Cábala. “¿Quién soy yo? ¿Qué es mi vida? ¿De dónde vengo? ¿Dónde voy? ¿Ante quién he de dar yo cuenta de mis actos?” El hombre no llega a resolver nunca por completo el enigma, no sólo el del ne’elam,1 sino tampoco el del olam,2 aunque este mismo enigma le haga consciente de su obligación de ejecutar la “voluntad” de su creador.
(Alexandre Safran, La Cábala).3
¿Quién es Hayyim Vital?, nos preguntamos.
De origen italiano, Hayyim Vital (1543-1620) fue discípulo en Safed, Palestina, de Moisés Cordovero y de Isaac Luria, aunque sólo estuvo con cada uno unos dos años, los últimos de sus respectivas vidas. Sin embargo prácticamente todo lo que se conoce de la enseñanza de Luria es gracias a él pues este último sólo escribió de su mano un comentario al Sifra di Dzeniutha y unos cantos para el Sabbath. La enseñanza que absorbió en ese breve tiempo ha marcado la Cábala actual pues influyó toda la Cábala posterior incluyendo a los hasidim hasta hoy. Sus escritos más importantes son Etz ha-Chayyim (El Árbol de la Vida), y Shemoneh Shearim (Las Ocho Puertas), obra voluminosa cuya octava división es el Sefer ha-Guilgulim al que pertenecen estos dos capítulos. Entre otras obras también una autobiografía (Libro de las Visiones) y un libro de Alquimia con más de 1500 entradas.4

He escogido para estas meditaciones dos textos del libro Presencia Viva de la Cábala de Federico Gonzalez y Mireia Valls, del capitulo V, “La Cábala de Safed”, apartado de Hayyim Vital. Uno es sobre ciertos acontecimientos significativos de su vida y el otro acerca de lo que acontecía en su alma.

Estas lecturas han promovido varias meditaciones que iré comentando en este trabajo con la ayuda de citas de otros autores integrados en la cadena áurea, de manera que lo que he ido leyendo de Hayyim Vital me ha llevado a investigar en escritos de otros iniciados, y con todo ello he ido tejiendo una pequeña antología de ideas en las que me reconozco.

Por ejemplo, la mención de que su destino estaba “fijado” me llamó mucho la atención. Esto sugiere que nuestro destino está de alguna manera determinado por fuerzas más sutiles, que interactúan con nuestra voluntad de Ser, insinuando un camino definido que se entrelaza y esclarece con las enseñanzas de la Cábala y también de otras tradiciones espirituales del mundo. Todas ellas conectadas por un hilo invisible “que liga la doctrina metafísica y cosmogónica perenne, y a los iniciados que de ella son partícipes entre sí”.5

Y es gracias a la iniciación que se accede a este conocimiento profundo de las sendas que nos han sido trazadas. Uno despierta de su sueño y aprende que toda esta realidad es una ilusión, y lo dice de verdad, porque lo ha vivido en su propio Ser.

Frente a este asombro, nos seguimos preguntando: ¿Hasta qué punto está determinado nuestro destino? ¿Qué sería el destino? Como dice Federico González:

Un don que se hace en ciertos hombres, que tienen necesidad de él y que fijan la voluntad en la prosecución de su camino.
Fin inexorable en el que confluyen la Necesidad, la Voluntad y finalmente se obtiene por la Providencia.6

En definitiva:

La conquista del alma es acceder al propio Destino, o sea ser lo que siempre se ha sido.7

Y esto es así porque nuestro destino es nuestro origen. Pero claro, hay un comienzo en este camino, en el que uno oye una “llamada”. En este sentido:

La búsqueda de la interioridad se presenta como una respuesta hecha a una llamada. En todas las tradiciones la llamada es constante.
La llamada es comparable a un signo. Viene de lejos y sin embargo está cerca, más cerca del hombre que el vestido que lleva, que el collar que adorna el cuello de la mujer o el anillo su dedo. Esa es la paradoja. En esa llamada, el hombre puede creer recibir un signo lejano, y esa lejanía yace en sí mismo, en lo más profundo de su vida interior, “eso que buscas, eso, está cerca y viene ya a tu encuentro” escribirá Holderlin. El consentimiento dado a esa llamada inaugura una vía de regreso hacia el origen. La ruta que desciende y que sube es siempre la misma, decía Heráclito. Así, la llamada no conduce a una vía periférica, conviene simplemente “remontar el camino que se ha descendido”.8
“Muchos son los llamados y pocos los elegidos”. La llamada no resuena en el exterior. Muy al contrario, el ruido lo recubre y tiende a convertirse así en algo más o menos indistinto. Para percibirlo hay que prestar oídos, no el oído que adorna el rostro, sino el oído del corazón, que ha de ser descubierto y educado luego incesantemente a fin de reforzar la finura de su calidad auditiva.9

Se trata, pues, de escuchar esos llamados que no pueden ser ignorados, como describe Hayyim Vital que los recibió en su vida por varias predicciones de sabios y adivinos con los que se encontró y que le sirvieron de intermediarios, ofreciéndole así un mapa de ruta para cumplir su destino.

También podemos advertir en los escritos proféticos del Antiguo Testamento muchos ejemplos de lo que es esta llamada interna:

“El Eterno me ha llamado desde mi nacimiento” (Isaías XLIX, 1); “Te he llamado antes de que me conocieses” (Isaías XLV, 4). La llamada oída provoca una respuesta: “Tú me llamas, heme aquí; acudo”. También podría decirse: “Yo me llamo a mí mismo” y responder será abandonar la periferia para penetrar en el interior.10

Cuando la voluntad humana se somete a la divina esto no quiere decir que no tenga ningún papel en la obra, al revés, se somete a varias pruebas antes de su deificación y tiene que elegir constantemente; por ello, el ser humano ha sido dotado de libre albedrío. En un sentido profundo, la libertad espiritual o el libre albedrío es la capacidad de seguir esa luz interna, de escoger caminos en la vida que resuenen con lo que tu corazón te dice, sin ser forzado o influenciado por “fuerzas extrañas” que intentan distraerte en todo momento. O sea, “no consiste en hacer lo que nos agrada (es decir, lo que hacemos por una compulsión ‘natural’), sino en una elección de guías, una elección entre los Genios bueno y malo, el buen Daimon y el Malo, cuyo nombre es Legión”.11

Empecemos con Hayyim Vital y ciertos sucesos de su vida:

Estas son las cosas que me ocurrieron desde el día de mi nacimiento, que fue el primer día de Hashvan en el año 5303 después de la creación [1542].
1. Cuando mi padre y maestro, loado sea, vivía afuera de la tierra de Israel, antes de que emigráramos allí, un gran sabio, cuyo nombre es R. Hayyim Ashkenazi, fue huésped en su casa. Él le dijo: Sabrás que en el futuro tú viajarás a la tierra de Israel a vivir allí y un hijo nacerá para ti allí. Llámale Hayyim como yo. Él será un gran sabio, y no habrá ninguno como él en su generación.12

Cuéntame más sobre lo que te sucedió…

2. En el año 5314 [1554], cuando yo tenía doce años, un gran experto en quiromancia vio las líneas en mi mano y me dijo: Sabrás que cuando vayas a cumplir veinticuatro años, muchos pensamientos entrarán en tu corazón que te forzarán a descuidar el estudio de la Torah por dos años y medio. Después, dos caminos se presentarán para ti, uno al Paraíso y el segundo a Gehenna. La elección será tuya. Si escoges el camino de Gehenna no habrá una persona más malvada en tu generación, y si eliges el camino del Paraíso, ascenderás a un nivel más alto de sabiduría y temor al pecado que ningún otro en tu generación, algo que es sin medida. Ninguna de sus palabras quedó incumplida.13

Todo esto me hace pensar que se

debe considerar que hay en tu alma dos voluntades: una voluntad inferior, que te conduce hacia las cosas de afuera y de abajo, y una voluntad superior, que te conduce hacía las cosas de adentro y de arriba. Estas dos voluntades se hallan ahora juntas, espalda contra espalda, como si dijéramos, y en directa contrariedad de una con la otra; pero no fue así al comienzo. Pues esta contraposición del alma en estas dos no es sino el efecto del estado caído; antes de ésta una estaba colocada debajo de la otra, esto es, la voluntad superior encima, haciendo de señor, y la inferior debajo, haciendo de súbdito. Y así debería haber seguido siendo. También has de considerar que, en respuesta a estas dos voluntades, hay igualmente en el alma dos ojos por los cuales son diversamente dirigidas; pues estos ojos no están unidos en una única visión, sino que miran en direcciones contrarias al mismo tiempo. Están así mismo dispuestos uno contra el otro, sin un medio común que los una. Y de aquí que mientras esta doble visión permanezca, es imposible que haya acuerdo alguno en la determinación de cada una de las voluntades. Esto resulta muy llano, y muestra la necesidad de que esta enfermedad, surgida de la desunión de los rayos de visión, sea de algún modo remediada, a fin de obtener un Nuevo discernimiento de la mente. Ambos ojos, por tanto, deben unirse por una concentración de rayos; pues no hay nada más peligroso para la mente que hallarse así en la duplicidad, y no tratar de llegar a la unidad. Percibes, lo sé, que hay en ti dos voluntades, una contra la otra, la superior y la inferior; y que también tienes dos ojos en tu interior, uno contra el otro. A un ojo podemos llamarlo el ojo derecho, que es de acuerdo al ojo derecho que se mueve la rueda de la voluntad superior; y que es de acuerdo al movimiento del ojo izquierdo que gira la rueda contraria e inferior.14

Y esto es así porque

Todo lo manifestado se expresa de modo dual dando lugar a las dos partes del universo que acepta e impone esta ley básica, que suele compararse a lo masculino y lo femenino aunque es mejor referirse a ella como los polos activo-pasivo de la Creación. Así en el Árbol de la Vida Sefirótico, constituyen el Pilar de la Misericordia y el del Rigor.15

Respecto a lo que se dice más arriba del Paraíso y la Gehenna:

El Paraíso, [es el] símbolo de la conciencia de Unidad y asimismo residencia de la Inmortalidad.16

Y en cuanto a la Gehenna,

… para algunos el mundo en que vivimos es el infierno, puesto que el inframundo es esta misma tierra cuando se vive por debajo de las posibilidades del verdadero hombre.17

Llega un momento decisivo en el que hay que elegir por dónde se va:

… el viandante ha de tomar por una u otra dirección para continuar su camino, ya que una sola de ellas es la que concurrirá a su destino…18

y ya hemos visto que nuestro destino es volver al Uno, a la unidad de donde sólo se ha salido ilusoriamente. En el Árbol de la Vida está muy bien sintetizado nuestro mapa de ruta: cómo la unidad (1) Kether (Corona) se polariza, formando las dos sefiroth, (2) Hokhmah (Sabiduría) y (3) Binah (Inteligencia). Kether es el punto de inicio de la Manifestación, aunque por encima de Kether, está En Sof, Sin Fin.

Ein-Sof, bendito sea, es la voluntad tal y como hubiera podido ser, aquélla que no tiene ni término, ni medida, ni fin; las sefirot son aquello que El ha querido, con límite, y aquello que está constituido por los atributos particulares que El ha querido.19

Pero sigamos con las sefiroth, esos centros sutiles de energía con los cuales la divinidad se manifiesta generando el mundo en su totalidad. Por debajo de Binah encontramos a (4) Hesed (Misericordia), (5) Gueburah (Rigor), (6) Tifereth (Belleza), (7) Netsah (Victoria), (8) Hod (Gloria), (9) Yesod (Fundamento) y (10) Malkhuth (Reino).

El camino de retorno comienza en Malkhuth, donde se abre la puerta a las sefiroth superiores. Y ahora, prosigamos con ese viaje ascendente de la mano de Hayyim Vital:

3. En el año 5317 [1557], el R. Josef Karo, bendito sea, le ordenó a mi maestro, el R. Moisés Alshekh, en nombre del angélico Maggid,20 quien le había dicho que debía ser muy cuidadoso al enseñarme en la medida de sus posibilidades porque en el futuro, yo seré el sucesor de R. Josef Karo.
También me previno respecto a mis estudios, en el nombre del ya mencionado Maggid, diciendo que la mitad del mundo existe gracias al mérito de mi padre y maestro, gracias al mérito del magnífico tefilin que él había escrito, y que la mitad del mundo existe gracias a mi mérito.21

Todo esto es muy misterioso, pero ya se sabe que

La transmisión toma formas misteriosas como es mistérico el tema del que trata, es decir, el de la realización metafísica, o iniciación, en el sentido más alto que se le pueda atribuir a esta palabra (tercer nacimiento). Pocas veces se da efectivamente de maestro a discípulo, como se supone y es habitual en Oriente, aunque la subsistencia de uno o más grupos emanados de una escuela de pensamiento, sin duda fomenta la posibilidad de la realización intelectual, o incluso prolongan una irradiación de este tipo de energía, o vibraciones. Sin embargo, muchas veces es un total desconocido el que recibe el mensaje, muy a menudo de modo casual y gracias a su trabajo y apertura de conciencia, siendo capaz de adscribirse a tal o cual Tradición y realizarse con ella de modo posterior.22

A Vital le siguen sucediendo cosas extraordinarias:

4. En el año 5325 [1565], el sabio R. Lapidot Ashkenazi, loado sea, quien podía predecir el futuro, estaba en Safed. Su habilidad era tal que cuando traían a alguien ante él, ya estuviese vivo o muerto, aun alguien de una generación anterior, él les decía todo acerca de sus asuntos. Un día fui a su casa para hacer una diligencia, y no me mostró ningún respeto en modo alguno, ya que él no me conocía. Al día siguiente regresé a su casa. Tan pronto como me vio, inmediatamente se levantó y me otorgó gran respeto. Él me dijo: Perdóname por no comportarme respetuosamente ayer, pero no reconocí la importancia de tu Alma hasta la noche pasada, cuando tus virtudes se me dieron a conocer. Te aconsejaría cambiar todos tus pensamientos sobre las cosas de este mundo y dedicar todos tus pensamientos a elevar tu Alma a su lugar apropiado, ya que no es un Alma de esta generación, sino de las Almas del primer Tannaim.23 Si tú lo deseas, serás capaz de ascender a imponentes alturas conforme a la inmensa grandeza de tu Alma, algo que es sin medida. Por lo tanto, no debes pensar en ti mismo como un Alma humilde, sino como un Alma muy elevada, pues ésta es la verdad. Por esto, serás fortalecido en tu trabajo, como leemos respecto a Hezekiah, “Su corazón fue elevado en los caminos del Señor” [2 Cro. 17, 6]. Sabrás que sólo tienes un pecado que cometiste en el pasado y si reparas este pecado, ascenderás a alturas ilimitadas.
Luego, cuando conocí a mi maestro el Ashkenazi, bendito sea, él me habló exactamente como lo mencionado más arriba. Entonces, le dije lo que el R. Lapidot me había dicho, lo cual correspondía con lo que él decía, y estaba muy contento.24

Estos hechos no podrían entenderse fuera de un proceso iniciático, pues

La iniciación es una realidad concreta que se sigue produciendo hoy día tal cual se ha producido siempre y ella configura un proceso físico, anímico e intelectual-espiritual, es decir, que se da en los tres planos donde se manifiestan el universo y el hombre en particular. Ligándose de este modo la individualidad con los iniciados y sabios de todas las épocas por ser éste un desarrollo hacia lo eterno –o sea hacia lo simultáneo e inmóvil–, que por ello la convierte entonces en contemporánea de los que han transitado por el mismo camino.25

Te siguieron prediciendo la grandeza de tu alma. Como dice Aristóteles, “los seres eternos no están en el tiempo”, y esto tiene que ver con identificarse plenamente con la Sabiduría divina.

Siendo la Sabiduría la Intuición directa e Intelectual del plano metafísico. A lo que se llega después de que el Ser Universal se refleje en el ser particular, a saber, del Conocimiento de la Ontología, que suele incluir la comprensión del mundo cosmológico en su sentido más alto.26

Y aunque lo que te sucedió a ti es personal e intransferible, nos reconocemos recorriendo el camino de retorno al Origen.

5. El mismo año. Vi a una mujer que era una experta en la adivinación por medio de dejar caer gotas de aceite en el agua, y ella me dijo: “Estaba muy asustada por lo que vi en este aceite: indudablemente tú gobernarás sobre Israel en el futuro. Me parece que esto será en una ciudad a la orilla del mar como Sidón o Tiberias. Nunca vi a ninguna persona, en mi práctica de la adivinación por la gota de aceite, a tan alto nivel en toda esta generación”.27

O sea, que todo esto tiene que ver con el viaje iniciático:

Ciertamente la totalidad de la vida es un proceso de autorrevelación en el que intervienen numerosos agentes transformadores, igual que lo que sucede en el alma del iniciado que se une así a los ritmos y ciclos del cosmos y pasa de ese modo a ocupar el lugar que le toca en la Creación.28
La iniciación es algo real y efectivo que se produce en el ser humano, en su interioridad, y de ella son capaces de dar cuenta los que la han vivido por medio de cientos de muertes y resurrecciones que conforman una escala en el camino del conocimiento y que podrían sintetizarse en dos grandes divisiones: la restitución del verdadero Ser, el hombre verdadero, es decir la ontológica (segundo nacimiento) y el siguiente gran tramo que se refiere al No-Ser e infinito, a la metafísica y al tercer nacimiento, esta vez polar y no simplemente solar.29
La búsqueda del núcleo sagrado es, consecuentemente, una aventura espiritual que conlleva un cambio interno benéfico para cualquier persona capaz de ver con el corazón.30

Y continua la vida de este cabalista, donde se va encontrando con sabios y adivinos que le van revelando facetas de su alma y de su función espiritual.

6. En el año 5330 [1570] había una mujer sabia que predecía el futuro y era también experta en la adivinación por medio de la gota de aceite. Se le llamaba Soniadora. Le pedí que hiciera un hechizo sobre el aceite, como es costumbre, relacionado con mi comprensión de la sabiduría cabalística. No sabía qué contestarme hasta que asumió “su celo” [Nm. 5, 30], y fortaleció sus encantamientos. Se levantó, besó mis pies, y dijo:
–Perdóname por no haber reconocido la grandeza de tu Alma: la importancia de tu Alma no es aquella de los sabios de esta generación, sino aquella de la generación de los primeros Tannaim, conforme a lo que vi en este aceite.
En respuesta a tu pregunta, me fue mostrado en el aceite lo siguiente: “Concerniente a este hombre que pregunta, los Sabios Talmúdicos, alabados sean, dieron una analogía a través de la parábola mencionada en el Midrash Canto de Cantos respecto al rey Salomón, bendito sea: ‘Aguas muy dulces burbujean desde un pozo muy profundo. Nadie sabe cómo jalar las aguas hacia arriba hasta que una persona inteligente viene y anuda varias cuerdas y desciende a beber’. Tienes el deseo y sed de conocer una disciplina llamada kabbalah, y estás preguntando respecto a ella; sabrás que comprenderás, como en la parábola acerca del rey Salomón mencionada más arriba, aquello que ninguno de los sabios que te precedieron fueron capaces de comprender. Un gran sabio vendrá este año a Safed desde el sur, de Egipto, y él te enseñará su sabiduría.
Y así fue, pues en ese año mi maestro, bendito sea, llegó de Egipto.31

La lectura de este fragmento acerca de las adivinaciones, me ha conducido a estos otros textos:

En la antigüedad los oráculos jugaron un papel decisivo en la vida de los pueblos puesto que eran una forma de comunicarse con el más allá y se los consideraba en las distintas maneras en que se expresaban como la voz de los dioses.32
Y los consultantes no eran simples ciudadanos, sino los más importantes sabios, funcionarios o guerreros, como fue el caso de Alejandro Magno, el cual siguiendo sus dictados unió al Occidente con Oriente, dando lugar a posteriores cambios en el mundo, de los que somos hijos y herederos directos, habiendo así moldeado nuestras vidas.33
Los auspicios son múltiples y si hubiera necesidad de un consejo se diría que es mejor atenderlos, al mismo tiempo que advertir que prestar atención a ellos de un modo desmedido puede llevarnos a la paralización, cuando no a la locura.34

Y así fue, Luria llegó a Safed buscando a Vital porque se le había revelado que era un gran sabio; decidió entonces transmitirle todos los conocimientos que había adquirido. Vital se encargó posteriormente de ponerlos por escrito, gracias a lo cual las enseñanzas de Luria no se perdieron.

Este párrafo es lo que le predice Isaac Luria a Hayyim Vital, extraído del libro Presencia Viva de la Cábala ya citado:

Estas son las cosas que mi maestro, bendito sea, me dijo que me conciernen y el origen de mi Alma.
1. En el Rosh Hadesh Adar (el primer día del año) del año 5331 [1571], él me dijo que empezó a obtener su comprensión cuando estaba en Egipto. Allí, le fue indicado venir a la ciudad de Safed porque yo, Hayyim, vivía allí, a fin de instruirme. Me dijo que vino a vivir en Safed, Dios quiera se reconstruya y reestablezca velozmente, sólo por mí y por nadie más. No sólo eso, pues la razón principal de esta transmigración esta vez era sólo por mí, para completarme. Él no vino por causa de sus propias necesidades, pues él no tenía necesidad de venir.
Él también me dijo que no requería enseñarle a ninguna otra persona que a mí, y cuando yo hubiese aprendido ya no habría razón para que él se quedara en este mundo.
También me dijo que la esencia de mi Alma estaba en un plano más elevado que numerosos ángeles muy exaltados y que yo sería capaz de ascender con mi Alma, por medio de mis actos, más alto que el firmamento de Aravot.35

En verdad:

“Larga es la senda que nosotros hemos caminado, y son muchos los nacimientos que vosotros y yo hemos conocido”, la referencia no es a una pluralidad de esencias, sino al Hombre Común en cada hombre, Hombre que, en la mayoría de los hombres, se ha olvidado a sí mismo, pero que, en el redespertado, ha alcanzado el fin de la vía, y habiendo acabado con todo el devenir, ya no es una personalidad en el tiempo, ya no es un alguien, ya no es uno de quien se puede hablar por un nombre propio.36

Y siguen las confidencias de Vital:

2. Le pedí que me informara sobre mi Alma, pero no quiso revelar todos los detalles. En efecto, me dijo lo siguiente en términos generales:
Anteriormente fui el Rabbí Vidal de Tolosa, autor del Sefer Maggid Mishneh, y su nombre fue el mismo que el mío ahora. Después, transmigré en un hombre llamado R. Joshua Soriano. Él era rico, longevo, caritativo y frecuentaba la sinagoga por la mañana y por la noche. Más tarde, transmigré en un niño cuyo nombre era Abraham, quien tenía trece años y murió a los catorce. Finalmente, he venido a esta transmigración en este tiempo y mi nombre es Hayyim, como fue el nombre del primer Don Vidal, autor del Maggid Mishneh. Me dijo que si necesitaba transmigrar nuevamente, la razón sería porque, en una de mis primeras transmigraciones, no creía mucho en la sabiduría del Zohar. De sus palabras comprendí que esto sucedió durante la transmigración cuando fui [el autor del] Maggid Mishneh, pero no quiso revelar el asunto.
Me dijo que la primera cosa que necesitaba reparar en esta transmigración era el ocuparme de la sabiduría del Zohar.
También me dijo que cuando estuve en la transmigración del [autor del] Maggid Mishneh, era un profundo estudiante de filosofía. Por lo tanto, no tengo deseo de comprometerme en el estudio de la filosofía, por ahora. Igualmente, me dijo que todas estas transmigraciones son sólo desde el aspecto de mi Animus [Nefesh], pero los aspectos del Espíritu [Ruah] y del Alma [Neshamah] tienen diferentes incumbencias de otras transmigraciones.37

La transmigración no es fácil de comprender cabalmente. Por eso voy a reseguir una serie de textos que aporten luz sobre el tema:

El Árbol de la Vida en la Cábala simboliza un viaje espiritual que va desde lo más bajo hasta lo más alto, conectando diferentes niveles de existencia, como el cielo, la tierra y lo que está debajo de ella. Este viaje es análogo a la transmigración de las almas porque ambos procesos implican pasar por cambios y renovaciones: dejar atrás una forma de ser para transformarse y alcanzar un nuevo estado. Es como un ciclo constante de crecimiento y evolución, donde el final de algo es solo el comienzo de algo nuevo. Un camino espiritual el cual también está sintetizado en la “espiral, un símbolo de descenso-ascenso y un medio de comunicación entre los planos subterráneos, el terrestre y los celestes, recorrido que se efectúa en cualquier iniciación y en toda génesis (la del día, la del mes, la del año, etc.) donde se debe morir a un estado para nacer a otro, regenerando una vez más el proceso cósmico del que derivan los diferentes procesos y de los que participan los astros, dioses de la tierra, y el inframundo”. Todo esto forma parte de un gran ciclo del universo, donde todo está conectado en ciclos más grandes y más pequeños.38

El Maestro Eckhart, filosofo y teólogo alemán de la Edad Media:

Habla continuamente de las muertes y de la última muerte del alma. Al menos está claro que una inmortalidad del “alma” sensorial y racional está fuera de toda cuestión, y que si el alma puede llamarse “inmortal” en algún sentido, es con respecto al “poder intelectual del alma” más bien que con respecto al alma misma.39

Ananda K. Coomaraswamy es conocido por sus escritos sobre la filosofía hindú. En numerosas ocasiones se ha referido al complejo tema de la transmigración de las almas, que visto desde el punto de vista profano, o desde una interpretación errónea, puede conducir a muchas confusiones. Nos dice acerca de ello:

La intención de la enseñanza es siempre que, antes de la muerte, un hombre debe haberse reconocido a “sí mismo” en el espíritu, y no en el alma sensorial, a falta de lo cual sólo puede considerárse-“le” como “condenado”, o en cualquier caso como desintegrado. Por otra parte, cuando se dice que el “Alma” está “auto-distribuida” (cf. ātmānaṁ vibhajya, Maitri Upaniṣad VI.26) y que es “siempre la misma cosa enteramente presente” (ídem III.4.6), y que este “Alma pasa a través de la totalidad de los cielos en formas que varían con la variedad del lugar –a saber, la forma sensorial, la forma racional, e incluso la forma vegetativa” (ídem III.4.2)– es evidente que se trata de “Almas” distintas sólo “por así decir”, y que lo que se describe no es la translación de una personalidad privada de un cuerpo a otro, sino más bien la peregrinación del Espíritu (ātman), a quien en las Upaniṣads se le describe repetidamente como omnimodal y omnipresente, y por consiguiente como ocupando o más bien animando un cuerpo tras otro, los cuales cuerpos o más bien cuerpos y almas sensoriales, se siguen uno a otro en una serie determinada causalmente.40

Pues en verdad:

El nacimiento y la expansión hasta llegar al límite y su retorno o contracción en el origen, también percibida como una muerte o nuevo nacimiento, es una ley natural que regula no sólo al universo como un todo, sino también a cualquier ser o manifestación particular. La célula, la molécula, cada entidad de los variados géneros de la naturaleza, el hombre, las civilizaciones, la tierra, el sistema solar, la galaxia, etc., son una unidad en perpetua armonía y ritmo. Cada cual en su propia dimensión vive ciclos cuaternarios que se expresan claramente en las fases del día y de la luna, las estaciones del año, las etapas de la vida del hombre, los animales y las plantas, los ritmos todos de la naturaleza y la historia, y, en términos más amplios, los del cosmos en el que los antiguos pudieron concebir –y calcular– las grandes eras.
Los ciclos astronómicos, como sabemos, son enormes; pero dentro de esos ciclos están insertos otros menores, que a su vez contienen otros, y así sucesivamente, hasta llegar a los más pequeños.41

Otra cuestión extraordinaria que también vivió Vital fue la impregnación:

3. También me dijo que cuando yo tenía trece años, el Animus de R. Eleazar ben Arakh, el discípulo de Rabban Johanan ben Zakkai, bendito sea, se impregnó en mí a través del secreto de la impregnación. Más tarde, cuando tenía veinte años, el Animus de R. Eleazar ben Shammua, el discípulo de R. Akiva, bendito sea, se impregnó en mí. En vista de que él fue uno de los diez mártires, sus méritos fueron mayores que los del R. Eleazar ben Arakh. Ahora, en el año 5331 [1571], cuando tengo veintinueve años, el Espíritu de Rabbi Akiva se encuentra revoloteando sobre mí y rodeándome a fin de ser impregnado dentro de mí, con mi Animus.42

Al respecto, leemos en el Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos: “Es la posibilidad en el mundo intermediario de la entrada temporal de un alma en otra con un fin determinado”.

Y el Maestro Eckhart dice que “Algo está suspendido de la esencia divina; su progresión es la materia, con la cual el alma se viste formas nuevas y se desviste las viejas. El cambio de una a otra es su muerte; la que se desviste muere, y la que se viste vive”.43

Aportamos dos citas más para ir comprendiendo este viaje del alma y sus transmutaciones:

Si Adam contenía toda el alma de la humanidad, alma que está ahora difundida entre todo el genus en innumerables modificaciones y apariencias individuales, todas las transmigraciones de las almas son, en último recurso, sólo las migraciones de la única alma cuyo exilio expía su caída.44
Puede ocurrir incluso que, cuando se encuentre en presencia de los ritos y de los símbolos iniciáticos, éstos le aparezcan como si siempre los hubiera conocido, de una manera en cierto modo “intemporal”, porque, efectivamente, hay en él todo lo que, más allá e independientemente de las formas particulares, constituye su esencia misma; y, de hecho, ese conocimiento no tiene realmente ningún comienzo temporal, puesto que resulta de una adquisición realizada fuera del curso del estado humano, que es el único verdaderamente condicionado por el tiempo.45

Y ahora una advertencia muy importante que le hace Luria a Vital:

4. Después, en el primer día intermedio de la Pascua, fui con él a un pueblo llamado Akhbara y allí, en el huerto, entramos en la cueva de R. Yannai. Un arroyo fluía afuera de la entrada de la cueva y la entrada era muy estrecha.
Me dijo que R. Yannai no era el único que estaba enterrado allí. Sin embargo, R. Dostai y R. Nahorai no están enterrados allí –como está escrito en el Sefer Yihus Zaddiqim.
Allí, su Animus se unió al Animus de R. Yannai y en el transcurso de su conversación, R. Yannai le dijo: Yo soy R. Yannai, cuya tumba es ésta. Sabrás que así Dios, Bendito Sea Él, ha dicho: Ve y dile a este hombre, Hayyim, quien vino contigo que se debe cuidar del chismorreo, de llevar y traer chismes y del parloteo inútil. Debe ser muy humilde y yo estaré con él en todas partes.46

Hay que conocerse muy bien en el plano más bajo (psico-físico) y no dejarse engañar ni atrapar por él, sino aprovechar su fuerza para conocer los estados superiores.

La misma Hidra de Lerna, los egos de uno, presentes hasta el final a pesar de todo, y el insoportable dolor que su veneno le causa al héroe, son el impulso para el auto sacrificio.47
Cada uno debe entrar dentro de sí mismo y descubrir así Algo que es su verdadero Sí mismo y que sin embargo no es su sí mismo particular… Algo que no es su individualidad, que está dentro de su alma y sin embargo fuera del él.48
La mente moderna, con su apego a la “individualidad” y sus “pruebas de la supervivencia de la personalidad” está predispuesta a malinterpretar los textos tradicionales. Nosotros no debemos leer en estos textos lo que nos gustaría o lo que esperaríamos encontrar “naturalmente” en ellos, sino leer en ellos lo que significan realmente: pero “a nosotros nos es difícil abandonar las cosas familiares, y receder adentro del antiguo hogar de donde venimos”. (Hermes, Lib. IV.9).49

Nos vamos acercando al final de estas revelaciones de Hayyim acerca de la impregnación y la transmigración:

5. Mi maestro, el sabio, bendito sea, también me dijo en ese día que mi Animus tenía una conexión y base en el Animus de Moisés nuestro maestro, que en paz descanse, ya que toda la colectividad de las Almas estaba incluida en la de él, particularmente las Almas de los zaddiqim. Una parte de mi Animus era definitivamente de él, pero él no me ha hablado aún de los aspectos del Espíritu y del Alma. Este Animus entonces transmigró varias veces hasta que transmigró en Rabban Johanan ben Zakkai, bendito sea, y luego en Rabbí Akiva, bendito sea. Luego transmigró varias veces más hasta que transmigró en Abbaye, llamado Nahmani, el colega de Rava. Me dijo que este es el significado esotérico de la afirmación Talmúdica que dice que tres personas vivieron por 120 años: Moisés, Rabban Johanan ben Zakkai y Rabbí Akiva. Moisés pasó cuarenta años en la casa del Faraón, cuarenta en Madián y cuarenta él sostuvo a Israel. Similarmente, Rabban Johanan ben Zakkai pasó cuarenta años en ocupaciones, cuarenta años estudió y cuarenta enseñó. Igualmente, Rabbi Akiva: Cuarenta años fue un ignorante, cuarenta estudió y cuarenta él enseñó. La transmigración posterior en Abbaye está insinuada en la afirmación Talmúdica de que Rabban Johanan ben Zakkai no desistió [del estudio de] las Escrituras, Mishnah,… y las discusiones de Abbaye y Ravah. Entiende este asunto.
Después este Animus se encarnó en uno de los Saboraim llamado Rav Ahai, de quien dice el Talmud “Rav Ahai objetó”. Me dijo que le parecía que este RavAhai era el mismo RavAhai de Shabha que fue el autor del Sheiltot. Luego, este Animus transmigró en Rav Dostai Gaon. Varias transmigraciones pasaron hasta que transmigró en R. Aaron ha-Levi, el nieto de R. Zerahiah ha-Levi, autor de ha-Maor. Luego, transmigró en el rabbí, el autor del Sefer Maggid Mishneh. Después, en R. Joshua Soriano. Luego, en un niño llamado Abraham, como hemos mencionado. Después, transmigró en mí; Yo soy ahora el joven Hayyim.50

En definitiva, Hayyim Vital se identificó con el Árbol sefirótico entero:

Tradicionalmente el alma es el plano intermediario entre los dos polos de la creación, el superior y el inferior, el cielo y la tierra. En el Árbol cabalístico el espíritu correspondería al plano de Atsiluth y el cuerpo al de Asiyah siendo este junto al de Beriyah y Yetsirah los equivalentes al mundo intermediario, respectivamente el psiquismo superior y el inferior mucho más ligado a lo terrenal como el superior lo está al cielo.
En el hombre todo se da y se refleja en el alma es decir, en su psiqué e intuición más elevada y en sus instintos bajos, ligados al psiquismo inferior, o sea a Yetsirah. Al mismo tiempo la parte más sólida y cristalizada se expresa por Asiyah, el mundo de la acción y la corporeidad, el continente de todas las emanaciones. Atsiluth es inmanifestado aunque incluya a la Unidad, que la Cábala considera como la primera determinación. Beriyah es tomado como la manifestación informal mientras que Yetsirah es la manifestación sutil y Asiyah la más grosera. Pero todo ello está en el alma, que es el camino del espíritu hacia sí mismo y el de la concreción signada por los cuatro elementos de la materia por lo más bajo.51

Me gustaría acabar con estas citas

En las iniciaciones intelectuales-espirituales el proceso se efectúa con la vida diaria, en el mundo moderno y todos los sufrimientos que eso trae aparejado, particularmente cuando se toma conciencia de nuestra nada y del lugar donde estamos, o sea, a partir de la muerte de nuestras expectativas y deseos dentro del horrible espectáculo multisensorial del fin de un ciclo.52
Todos los textos tradicionales, indios, islámicos, y griegos, que parecen sostener una reencarnación de las esencias individuales, son expresiones en términos de un animismo pragmático y popular –“animista” en el sentido de que asumen la realidad del Ego postulado– y deben comprenderse metafísicamente como haciendo referencia sólo a la universalidad del Espíritu inmanente, el Daimon, o el Eterno Hombre-en-este-hombre, que realiza su propia omnipresencia ex tempore cuando “reasume su antigua felicidad”.53
El Ser, sin interior ni exterior, es pura conciencia.54
NOTAS
1 ne’elam = significado oculto; extraído del índice de nombres del libro de Federico González y Mireia Valls, Presencia Viva de la Cábala. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2006. Versión online: Presencia viva de la Cábala.
2 olam = mundo, op. cit.
3 Alexandre Safran. La Cábala. Ed. Martínez Roca, Barcelona, 1976, citado en Presencia viva de la Cábala, ibid.
4 Cita extraída de la introducción al Tratado de las revoluciones de las almas de Isaac Luria (Sepher Ha-Gilgulim), escrito por Hayyim Vital. Ver online en la web antologiaesotérica.com: Texto
5 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Cadena Áurea”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013. Integramente en versión online: Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos.
6 Entrada: “Destino”, ibid.
7 Federico González y cols. Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Revista SYMBOLOS nº 25-26, Barcelona, 2003. Integramente en versión online: Introducción a la Ciencia Sagrada.
8 Cita extraída de El hombre interior y sus metamorfosis (selección) de Marie-Madeleine Davy. Ver online en la web esenciadelcristianismo.com: Texto
9 Ibid.
10 Ibid.
11 Cita extraída de la nota al texto Sobre Ser en la Mente Recta de Uno de Ananda K. Coomaraswamy. Ver online en la web de la Revista SYMBOLOS telemática: Artículo
12 Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábala, ibid.
13 Ibid.
14 Cita extraída del Diálogo II de Jacobo Boehme. Ver online en la web esenciadelcristianismo.com: Texto
15 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Dos”, ibid.
16 Entrada: “Pardés-Paríso”, ibid.
17 Entrada: “Infierno”, ibid.
18 Entrada: “Encrucijada”, ibid.
19 Entrada: “En-Sof - Sin Fin”, ibid.
20 Maggid, maguid significa: 1. Angel, o voz de un ángel, o personificación de lo que se estudia (Josef Karo). 2. Predicador a menudo errante, y a veces una autoridad hasídica. Extraído del glosario de: Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábala, ibid.
21 Ibid.
22 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Transmisión (Cadena Áurea)”, ibid.
23 Tannaim = Plural de tanna, maestro de la enseñanza oral o Mishná*, especialmente ciertos sabios citados en ella pertenecientes a los ss. I-III.
*Mishná = Del hebreo shanah, “repetir”, se refiere a la enseñanza transmitida oralmente, aunque bajo los tannaim adquirió el sentido de “aprender”. Extraído del glosario de: Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábala, ibid.
24 Ibid.
25 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Iniciación”, ibid.
26 Entrada: “Sabiduría”, ibid.
27 Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábala, ibid.
28 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Iniciación”, ibid.
29 Ibid.
30 Cita extraída de la reseña a la obra The Everlasting Sacred Kernel. The Spiritual Symbolism in Western Literature. Ver online en la web de la Revista SYMBOLOS telemática: Reseña
31 Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábalaibid.
32 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Oráculos”, ibid.
33 Ibid.
34 Entrada: “Adivinación”, ibid.
35 Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábalaibid.
36 Cita extraída del artículo Gradación, evolución y reencarnación de Ananda K. Coomaraswamy. Ver online en la web de la Revista SYMBOLOS telemática: Texto
37 Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábalaibid.
38 Federico Gonzalez. El Simbolismo Precolombino. Cosmovisión de las culturas arcaicas. Editorial Libros del Innombrable, Zaragoza, 2016. Ver íntegramente en versión online: El Simbolismo Precolombino
39 Cita extraída del artículo La venida del espíritu al nacimiento de Ananda K. Coomaraswamy. Ver online en la web de la Revista SYMBOLOS telemática: Texto
40 Ibid.
41 Federico González y cols. Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, op. cit.
42 Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábalaibid.
43 Cita extraída de la nota al texto Gradación, evolución y reencarnación de Ananda K. Coomaraswamy, op. cit.
44 Ibid.
45 Cita extraída del artículo La venida del espíritu al nacimiento de Ananda K. Coomaraswamy, op. cit.
46 Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábalaibid.
47 Cita extraída de la publicación nº 3 Letra Viva. Una Utopía Hermética. Escuela de Pensamiento Federico González Frías. “La Entrega al Fuego”. Ver online: Artículo
48 Cita extraída del artículo La venida del espíritu al nacimiento de Ananda K. Coomaraswamy, ibid.
49 Ibid.
50 Federico González y Mireia Valls. Presencia Viva de la Cábalaibid.
51 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Espíritu-Alma-Cuerpo”, ibid.
52 Entrada: “Iniciación”, ibid.
53 Cita extraída del artículo Gradación, evolución y reencarnación de Ananda K. Coomaraswamy, ibid.
54 Cita extraída de la obra La Identidad del Ser de Narciso Lué. Ver online en la web de la Revista SYMBOLOS telemática: Texto
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