El
Cairo, 1 de mayo de 1936
Estimado Señor,
He recibido
esta mañana su carta del 13 de abril con sus dos artículos.
¡No sabría agradecerle este nuevo envío, ya que sus
artículos son siempre bienvenidos! Quizá haya algún
retraso en su publicación, a causa del número de agosto-septiembre
que debe ser un número especial sobre el Druidismo; en todo
caso, su artículo sobre Râmakrishna se publicará
seguramente antes de esto.
Debo señalarle
que, en el artículo sobre el Nirukta, el sitio exacto
donde debe colocarse la nota 8 no está indicado en el texto,
y que, en el artículo Beauty, Light and Sound,
al final de la nota 6 (sobre Oldenberg), se han superpuesto dos líneas,
de manera que no puedo leer la última frase: ¿"The discussion
of..."? ¿Quiere tener la amabilidad de darme estas dos indicaciones?
Ya ve que he leído atentamente estos dos artículos que
encuentro del mayor interés como siempre.
Querría
también preguntarle qué es eso de esas "Letters from
Paulos", por Omikron, que cita, y de las cuales no había
oído hablar nunca hasta ahora.
Teniendo justamente
que escribir a Chacornac, le pido desde ahora que le envíe
varios ejemplares de los números concernientes a los artículos
de usted; esto es por otra parte natural, y creía que lo había
hecho ya, pero desgraciadamente le sucede a menudo olvidar muchas
cosas...
Gracias por
sus nuevas indicaciones de libros; debo reconocer que, de todo ello,
no conozco más que a Nicholson. Desconfío por otra parte
de ciertas interpretaciones de él, ya que son a veces tendenciosas,
y, según lo que he oído decir aquí, donde ha
pasado una temporada, no actúa siempre de entera buena fe;
es por otra parte uno de los responsables de la confusión del
Sufismo con el "misticismo".
Chacornac me
dice que ha pedido el libro de Evans-Wentz; espero pues que podré
tenerlo dentro de poco.
Gracias otra
vez, estimado Señor, y crea, le ruego, en mis cordiales deseos.
El
Cairo, 7 de mayo de 1936
Estimado Señor,
He recibido
esta mañana sus dos cartas del 20 y 24 de abril, que han debido
cruzarse con varias cartas mías, y también su Vedic
Exemplarism, que le agradezco profundamente.
Voy a hacer
a su artículo Beauty Light and Sound las adiciones que
me indica. Sea tan amable de no olvidar darme también las otras
indicaciones que le he pedido.
Gracias también
por la información concerniente a la publicación de
Angel and Titan; la transmitiré en la primera
ocasión que tenga.
¡Me entero desgraciadamente
que la "Oxford University Press" se niega a enviar el libro de Evans-Wentz,
diciendo que el número de ejemplares reservados para las revistas
está ya agotado!
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis cordiales deseos.
El
Cairo, 16 de mayo de 1936
Estimado Señor,
He recibido
ahora mismo su carta del 26 de abril; gracias por ese pasaje de las
Memorias de Casanova que tiene a bien señalarme. Recuerdo ahora
que lo he visto citado en otro tiempo en alguna obra masónica,
pero no sé ya exactamente en cuál; me parece que debe
ser en una obra de Ragon; pero al no haberla visto desde hace muchos
años, no pensaba ya en ella... Da en efecto una idea muy justa
respecto del secreto iniciático; sin duda podré citarla,
bien sea en algún artículo, bien sea, en todo caso,
cuando ordene mis artículos sobre la iniciación para
hacer con ellos un volumen.
Ultimamente,
me preguntan de diferentes lados qué hay que pensar de Shri
Aurobindo Ghose, y reconozco que me hallo muy confundido para responder
al respecto, no habiendo tenido ocasión de leer sus escritos.
Lo que sé, es que tiene a su alrededor un grupo de franceses
sobre los que tengo los peores informes y cuyo papel parece muy sospechoso;
se dice que esta gente no dejan que se le acerque más que a
quien les place, e incluso que son ellos quienes redactan en realidad
lo que está publicado bajo su nombre. ¿Cómo puede ser
que pueda soportar un entorno semejante? Hay algo aquí que
no llego a explicarme; si tiene información sobre el particular,
me haría verdaderamente un favor si me lo hiciera saber.
En mi última
carta, he debido olvidar agradecerle lo que me dice respecto de los
Sres. "Ganesh and Co". Hoy acabo de recibir justamente una carta del
Sr. MacLure, quien traduce la Introduction Générale,
y me dice que no ha recibido aún ninguna respuesta de ellos,
aunque les ha mandado una segunda carta el 9 de marzo y la ha expedido
esta vez por correo aéreo; este silencio parece verdaderamente
bastante singular...
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis cordiales deseos.
El
Cairo, 21 de mayo de 1936
Estimado Señor,
Gracias por
su artículo sobre la pintura jaina que he recibido esta mañana
al mismo tiempo que su mapa del 6 de mayo y su carta del 8, y que,
aunque no he podido aún más que examinarlo rápidamente,
me parece que completa notablemente las consideraciones expuestas
en su Buddhist Iconography.
Los vasos representados
con ojos me recuerdan de forma singular a los vasos micénicos
llamados "de cabezas de lechuza"; ¿piensa que sea realmente posible
establecer entre ellos alguna comparación?
Lo que cita
del libro de Madunath Sinha concuerda en efecto completamente con
lo que he dicho sobre el mismo tema; solamente, ¿por qué querer
entonces evitar las consideraciones metafísicas, lo cual no
me parece solamente difícil, sino incluso imposible, al menos
si no se quiere deformar nada? Voy a pedir a Chacornac que trate de
obtener este libro, así como el de Carl Huntzi ahora que tengo
la indicación del editor.
Gracias de antemano
por lo que pueda hacer por la obra del Sr. Charbonneau-Lassay; el
editor se retrasa mucho desgraciadamente y no acaba de preparar los
prospectos. No sé exactamente qué título se le
va a dar definitivamente a esta obra, pero no creo que la palabra
"simbolismo" figure en él, lo que en efecto es quizá
más prudente para no dificultar su difusión; en cierto
momento era cuestión de tomar como título L'Iconographie
emblématique du Christ.
A propósito
de la palabra mâyâ, es cierto que "ilusión"
está muy lejos del sentido original; pero por otra parte, el
empleo de la palabra "magia", al menos en francés, es verdaderamente
imposible, a causa del otro uso más habitual de esta misma
palabra, con el cual habría confusiones inevitables y muy inoportunas;
reconozco que no veo muy bien en este momento qué término
más o menos satisfactorio se podría proponer... La terminología
de Boehme es por otra parte tan especial que no se puede tomar prestada
sin verse obligado a acompañarla de una explicación.
Gracias por
sus indicaciones complementarias sobre la cuestión del vajra,
a la cual me propongo volver en algún artículo.
Por lo que se
refiere al vestigium pedis, sería muy interesante que
pudiera reunir las referencias de las que habla; ¿osaría pedirle
si no sería posible hacer un artículo sobre esto para
Etudes Traditionnelles? Por lo que se refiere al origen prehistórico
de este simbolismo, estamos de acuerdo; se puede pensar en efecto
que hay aquí más especialmente una relación con
las tradiciones de los pueblos pastores; en cuanto a los pueblos cazadores,
pienso que no ha existido nunca esto entre ellos sino después
de una degeneración, y no primitivamente. Como quiera que sea,
he visto en Francia, en peñas, un gran número de estas
huellas prehistóricas de pies humanos (las cuales, bajo la
influencia del Cristianismo, son atribuidas por los campesinos a la
Virgen o a diferentes santos), así como de dos pezuñas
de caballo; he visto igualmente en el monte Sinaí dos de camello
(que los beduinos de la región atribuyen al camello de Moisés).
Por otra parte, me parece recordar que, en la iconografía cristiana,
hay figuras de la Ascensión donde, debajo de Cristo elevándose
por los aires, se ve la huella de sus pies en la montaña; existe
seguramente alguna relación entre todo esto... Voy a comunicar
al Sr. Luc Benoist lo que me dice respecto del Sr. Mus y darle las
señas de éste; desgraciadamente eso está muy
alejado de París, pero puede que haya alguna ocasión
de ir. Le voy a indicar al mismo tiempo la obra de Dom L. Baillol,
pues eso me parece que entra también más particularmente
en su dominio.
No había
oído hablar nunca de la revista Ijuk; hay por otra parte
seguramente muchas cosas de este tipo, las cuales mi ignorancia del
alemán me impide conocer.
Sin duda que
me volverá a hablar más adelante de las cuestiones concernientes
a los ciclos; en todo caso, veo que piensa exactamente como yo sobre
los puntos a los que hace alusión.
Por lo que se
refiere a Yaksha, su explicación me muestra mejor de
qué se trata en el fondo; es lamentable que sus dos libros
sobre este tema estén agotados, pero ¿no tendría la
intención de reeditarlos, añadiéndoles esta síntesis
final de la que habla? Aquí, dudo que pudieran encontrarse
en otra parte más que en la Universidad americana, con la que
no me es posible entablar relación, aunque no fuera más
que a causa de su carácter "misionero"...
Sé muy
bien en efecto cuan lejos se está de poder hacer todo el trabajo
que uno se propone; ¡admiro incluso que usted pueda llegar a escribir
tanto, mientras que, por mi parte, desespero de hacer siempre la centésima
parte de lo que tengo intención! Seguramente habría
que retomar y rectificar de punta a cabo todas las interpretaciones
de los orientalistas; tal trabajo no sería posible más
que si un gran número de personas colaboraran en ello...
Creo como usted
que no hay nada que hacer para modificar los puntos de vista de la
Sra. Rhys Davids, ¡de tal manera me da la impresión de estar
llena de prejuicios y "self-concept", hasta el punto de declarar
incompetentes, por adelantado, a todos aquellos que no piensan como
ella! Puede ser que haya menos ideas preconcebidas en América
que en Europa, o que estén menos fuertemente enraizadas.
Estoy persuadido
también de que debe subsistir todavía alguna iniciación
entre los Indios de América; fuera de eso, no hay seguramente,
como en Europa, otros vestigios auténticos de este orden que
los que se encuentran en la Masonería, cuyas posibilidades
de restauración son desgraciadamente muy dudosas. A falta de
iniciación de forma occidental, haría falta que algo
viniera por otra parte para asegurar la continuidad indispensable
de una transmisión, y es muy difícil decir actualmente
hasta qué punto esto sería realizable...
Volviendo a
los Yakshas, hace mucho tiempo que dudo en escribir algo sobre
la cuestión de los Cabiros, que atañe de cerca a ésta
(y también, bien entendido, a la de los "Hijos de Dios", o
más bien de los Dioses, "Beni-Elohim", y las "hijas
de los hombres"), tan compleja me parece. Aquí, tenemos también,
referidos a los Jinns, muchas cosas concernientes a la cuestión
del "fuego subterráneo" y los "tesoros escondidos"; pero todo
esto es verdaderamente muy difícil de exponer de manera que
lo haga inteligible para las mentes occidentales...
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis cordiales deseos.
El
Cairo, 30 de mayo de 1936
Estimado Señor,
Recibo hoy su
carta del 9 de mayo, al mismo tiempo que su charla sobre "The Love
of Art"; ¡cuán justas son las ideas que expresa en ésta!
Tomo nota de
sus señas para este verano; pero envío aún esta
carta a Boston, ya que puede que llegue antes del 15 de junio.
Gracias por
las señas de las revistas.
No, no me ha
enviado su artículo sobre "Khwaja Khadir and the Fountains
of Life"; si le es posible enviármelo, me interesaría
mucho; gracias de antemano por esto también.
Muy sinceramente,
encuentro todos sus artículos completamente excelentes para
E. T., y sé que todo el mundo los aprecia de igual modo.
En cuanto al trabajo de la traducción, he debido, por falta
de tiempo, rogar al Sr. Préau que se encargue de ello, de manera
que yo no tenga solamente más que revisarla. Por lo que respecta
al artículo sobre Shrî Râmakrisna, me dice que
le ha enviado su traducción al mismo tiempo que a mí,
a fin de que pueda indicarle también sus observaciones. Espero
que no tardará en llegarle, ya que sería de desear que
pudiera publicarse en el número de julio.
Me entero de
que Chacornac no ha podido enviarle más que tres ejemplares
del número de enero, al estar éste casi agotado; la
razón es que se han enviado muchos como espécimen, porque
era el 1er. número que se publicaba con el nuevo título;
pero, naturalmente, no sucederá lo mismo otra vez.
Lo que dice
respecto al verdadero sentido de Junar-mritym y Junar-janina
me parece totalmente exacto y corresponde también a lo que
pienso. Lo mismo que para su observación sobre la "infalibilidad".
En cuanto a
lo que me cita de Huntzi, es bastante sorprendente en efecto; ¡hay
que creer de todos modos que hay algo que ha cambiado! He mandado
pedir su último volumen; ya veré si es posible procurarme
también los otros...
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis cordiales deseos.
El
Cairo, 3 de junio de 1936
Estimado Señor,
Acabo de recibir
su carta del 16 de mayo, y le agradezco las indicaciones que conciernen
a sus dos artículos; las he trasladado inmediatamente al texto.
¡Muchísimas
gracias por todo lo que tiene a bien hacer para suscitar el interés
por mis libros, en Harvard y en otras partes! Esperemos que Chacornac
sea más afortunado con el Bruce Codex que lo ha sido
con el libro de Evans-Wentz...
Pienso como
usted que, en el caso de Nicholson, existe realmente limitaciones
a su comprensión, de las cuales no se le puede hacer responsable;
si añado que además no actúa siempre de entera
buena fe, es por lo que me han referido personas que han tenido la
ocasión de discutir con él (al ayudarle por otra parte
en ciertas traducciones) mientras vivió aquí. No es
menos cierto que sus traducciones valen aún seguramente más
que muchas otras; ¡pero es verdad también, desgraciadamente,
que los textos indios siempre han sido más particularmente
maltratados por los traductores!
Envío
esta vez estas líneas a Karatunk (Maine); lamento saber que
esa estancia está motivada por razones de salud, pero quiero
esperar que, con el aire libre, le permitirá restablecerse
completamente. Espero también que el viaje de la Sra. Coomaraswamy
termine felizmente.
¿Quién
sabe si podré algún día ir a América,
o incluso simplemente volver a Europa (por poco tiempo en todo caso)?
Creo más prudente no hacer proyectos a largo plazo, y muchas
razones de todo tipo, en las circunstancias actuales, no me permiten
considerar viaje alguno... ¿Pero quién sabe también
si usted mismo no tendrá alguna ocasión de venir a este
lado?
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis cordiales deseos.
El
Cairo, 17 de junio de 1936
Estimado Señor,
Gracias por
su carta del 2 de junio, que acabo de recibir hoy. Aunque veo que
no tiene tampoco informes directos y precisos sobre ciertos puntos,
me alegro de saber lo que piensa de Aurobindo Ghose. Tuve en otros
tiempos amigos que le habían conocido, pero esto se remonta
a una época muy lejana, y en la cual aún estaba metido
en la actividad política; seguramente ha cambiado mucho desde
entonces... Lo que dice de él, en comparación con ciertos
otros "grandes hombres" actuales me parece completamente justo. Acabo
de enterarme que dos de sus libros (pero no sé cuales) acaban
de traducirse al francés, por alguien que conozco por otra
parte un poco, y que debe ir a la India el otoño próximo
para someter a su consideración esa traducción.
En cuanto a
Gandhi, he tenido siempre la impresión de que una gran parte
de sus ideas eran de inspiración muy occidental; pero ¿se habrá
acentuado esto todavía en estos últimos tiempos?
Estoy contento
de saber que la Sra. Coomaraswamy ha regresado bien de su viaje
y
se encuentra ahora cerca de usted. Lo que le ha dicho del estado
actual de la mentalidad en la India coincide desgraciadamente
con la impresión
que me dio alguien que estuvo viviendo allí varios meses hace
dos años aproximadamente. Hace falta en efecto, como usted
dice, que la oscuridad se extienda por todas partes antes de que
el Kali-Yuga finalice; pero, desde hace algunos años,
¡esto va increíblemente rápido!
Crea, le ruego,
en mis cordiales deseos.
El
Cairo, 27 de junio de 1936
Estimado Señor,
Gracias por
su "Vedic Monotheism", que acabo de recibir y de leer. Veo
que ha tocado la cuestión del sentido de bhakti del
que me había hablado ya; ¡es lástima que se hayan suprimido
algunas cosas, y también tantas faltas de impresión
en todo el artículo! Una pequeña observación
respecto de la palabra "henoteísmo": la he visto empleada,
a propósito de la Biblia, en un sentido diferente a aquél
en que lo toma Max Müller. Según ciertos "críticos",
el pueblo de Israel no creía en un dios único (lo que
sería el "monoteísmo"), sino que adoraba exclusivamente
a un Dios entre otros (y esto es lo que llaman "henoteísmo");
bien entendido, esta teoría es también de aquellas que
muestran su incomprensión... No sé por otra parte si
ellos han inventado la palabra independientemente de Max Müller;
en todo caso parece que éste tenga cronológicamente
la prioridad de su empleo.
El Sr. Préau
me ha escrito que había recibido su respuesta respecto a la
traducción de su artículo que le había sometido
a su consideración; todo estará pues listo a tiempo
para que pueda publicarse en julio, como pensaba.
He recibido
la semana pasada una carta del Sr. Charbonneau, diciéndome
que había tenido por fin noticias de su editor; había
concertado una cita con él y ha tenido que ir a París
unos días, y se proponía escribirle a usted a su vuelta.
El título escogido para su obra es: L'Iconographie emblématique
du Christ. I Le Bestiaire. Como pensaba, la palabra
"simbolismo" no figura en él; no me parece, no obstante, que
esto sea susceptible de asustar a la gente...
Parece que,
en Francia, los acontecimientos políticos dificultan todo en
estos momentos; ¡me dicen que, a causa de las huelgas, aún
no se sabe cuándo podrán publicarse los Etudes Traditionnelles
de junio!
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis mejores deseos.
Alejandría,
12 de julio de 1936
Estimado Señor,
Nos hemos decidido,
mi mujer y yo, a venir a pasar algún tiempo aquí para
cambiar un poco de aires, de lo cual realmente teníamos necesidad;
estamos aquí desde hace una semana y no sabemos aún
cuánto tiempo nos quedaremos. No se extrañe pues si
tardo en responder a algunas de sus cartas esta temporada, ya que
no tengo ninguna posibilidad de continuar mi correspondencia durante
mi ausencia.
Antes de mi
marcha he recibido (transmitida por Chacornac) una carta un poco singular
del Sr. Carl Huntzi: Dice haber tomado conocimiento de mi artículo
sobre la "doble espiral" que usted le habría indicado, y se
declara feliz por el acuerdo de mis conclusiones con las suyas, pero...
¡me pide que señale que él las había formulado
ya en su obra publicada en 1932 y que yo podría encontrar en
el Museo Guimet! Este tipo de reivindicación de "prioridad"
me ha parecido una cosa más bien asombrosa, ya que me es muy
difícil comprender que una idea verdadera y tradicional pueda
ser vista como propiedad de alguien... Como quiera que sea, al responderle,
he aprovechado para pedirle que me envíe su último libro
(que Chacornac debería haber pedido ya al editor), y también,
si es posible, el anterior que está aquí en juego, diciendo
que en todo caso hablaría con mucho gusto de ello, pero que
de otro modo mi alejamiento de toda biblioteca no me permite tomar
conocimiento de ello. Ignoraba completamente el nombre del Sr. Carl
Huntzi, lo mismo que sus obras, antes de que usted me hablara de él
recientemente; ¡no se puede, con todo, exigir, de alguien que tiene
la intención únicamente de situarse en el punto de vista
tradicional, y no en el de la erudición, que se mantenga al
corriente de todo lo que se publica! En fin, le tendré al corriente
de lo que resulte de esta historia...
Su artículo
sobre Shrî Râmakrishna debe publicarse en el número
de julio de Etudes Traditionnelles; y, según lo que
me escriben, pienso que uno de sus otros dos artículos podrá
entrar en el número de octubre.
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis mejores deseos.
El
Cairo, 29 de agosto de 1936
Estimado Señor,
Hace mucho tiempo
que no he tenido noticias suyas; quiero creer no obstante que ese
silencio no tiene ningún motivo enojoso, y que puede aprovechar
su reposo en el campo.
En cuanto a
mí, hace aproximadamente tres semanas que he vuelto de Alejandría,
después de haber pasado allí un mes; este cambio me
ha sentado bien, pero el único fastidio es que he encontrado
a la vuelta trabajo retrasado, ¡y sobre todo una enorme correspondencia
que tengo dificultad de poner al día!
El Sr. Préau
me ha enviado últimamente la traducción de su artículo
sobre el Nirukta, diciéndome que le enviaba igualmente
a usted una copia de ella al mismo tiempo; quizá la tenga ya
ahora. Este artículo no podrá sin duda publicarse más
que en el número de noviembre, pues hay varios otros que han
debido ser trasladados ya desde hace varios meses y que habrá
que llegar de todos modos a sacar en octubre...
Me dicen que
le han enviado varios ejemplares del número de julio; había
recomendado que no se olvidaran esta vez.
Por lo que se
refiere a los libros que me había señalado, hay verdadera
mala suerte: los editores se niegan a enviar el Bruce Codex,
y también la obra de C. Huntzi. De este último, no he
sabido nada desde lo que le escribí a usted en mi última
carta.
El Sr. Luc Benoist
se propone hacer un artículo sobre el Borobudur, según
los trabajos del Sr. Mus; he creído comprender por otra parte
que ha debido escribirle a usted hace poco tiempo.
¿Podría
decirme quién es Swami Yatiswarananda, a quien uno de mis amigos
me dice haber encontrado hace algún tiempo? Pertenece a la
"Râmakrishna Mission", pero daría la impresión
de ser de tendencias más ortodoxas que las que se tienen generalmente
en este medio.
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis mejores deseos.
El
Cairo, 13 de septiembre de 1936
Estimado Señor,
Acabo de recibir
su carta del 22 de agosto, que se ha cruzado con la mía; como
verá, me inquietaba un poco no tener noticias suyas, y, de
hecho, veo que desgraciadamente no estaba del todo equivocado. Era
de esperar, sin embargo, que su estancia en el campo le repusiera
de su cansancio; ¿la prolongará algo más de lo que tenía
intención? En todo caso, como me había dicho que estaría
ahí hasta el 7 de octubre, aún dirijo ahí esta
carta, ya que pienso que le llegará antes de esa fecha.
Le agradezco
profundamente su nuevo artículo que acabo de leer y que encuentro,
como siempre, muy interesante; aporta precisiones muy importantes
sobre la cuestión de la distinción entre el arte tradicional
y el arte profano. Lo que dice de los vestigium pedis
aclara también mucho este punto; y, en cuanto al sentido de
mârga, debo decir que había pensado en ello a
menudo, pero sin llegar a encontrar una explicación suficientemente
clara. Tomo nota de lo que me dice sobre la posibilidad de publicar
el artículo en dos partes; esto dependerá naturalmente
del sitio del que se pueda disponer; ¡es molesto estar siempre tan
limitado por el número de páginas, por razones que son
fáciles de comprender! He escrito estos últimos días,
para el número de octubre, un artículo sobre las "armas
simbólicas", en el que he tenido ocasión de referirme
bastante ampliamente a su Buddhist Iconography, a propósito
de ciertos aspectos del simbolismo del vajra.
Los tres artículos
de los que me anuncia el envío no me han llegado todavía,
pero no es muy extraño, ya que los impresos tardan casi siempre
más que las cartas; los tendré pues probablemente en
el próximo correo. En cuanto a los dos libros que los editores
deben enviarme, tampoco los he recibido aún; es cierto que
los editores tardan a menudo en hacer sus envíos, de suerte
que, últimamente, he creído que libros que me habían
anunciado habían debido perderse, y sin embargo me han llegado
por fin después. Si no obstante todavía no recibo nada
de aquí a cierto tiempo, se lo haré saber con el fin
de que pueda reclamarlos en el caso de que se tratara de un olvido,
lo cual siempre es posible también...
Por lo que concierne
a su artículo sobre la reencarnación, lo que propone
hacer me parece que estará muy bien, y será ciertamente
un trabajo muy útil. En cuanto al fondo mismo de la cuestión,
la imposibilidad de una vuelta al mismo mundo resulta de que esto
implicaría una limitación de la multiplicidad de mundos
(o estados de existencia, ya que es la misma cosa en el fondo), y,
consiguientemente, una limitación de la Posibilidad universal
misma. Esto, bien entendido, concierne al ser verdadero y viene a
decir que éste no puede manifestarse dos veces en el mismo
estado; esto no es, en suma, sino un caso particular de la imposibilidad
de cualquier repetición en la manifestación universal,
en razón misma de su indefinitud. Ahora bien, esto no quiere
decir que no haya algo que pueda "reencarnarse", si nos atenemos a
emplear esta palabra, pero son simplemente elementos psíquicos
que no tienen nada que ver con el ser verdadero (que ha pasado entonces
a otro estado), y que vienen a integrarse en la manifestación
de otro ser como lo hacen también los elementos corporales;
hablando con propiedad, no es pues de "reencarnación" de lo
que aquí se trata, sino de "metempsicosis" (en cuanto a la
palabra "transmigración", designa propiamente el paso a otro
estado, lo cual sí se aplica al ser verdadero). Este traspaso
de elementos psíquicos explica los pretendidos "casos de reencarnación",
o de "recuerdos de vidas anteriores" que se constatan a veces (además,
¿qué podría "recordarse", puesto que, incluso en la
hipótesis reencarnacionista, se trataría siempre de
una nueva individualidad revestida por el ser, y que la memoria pertenece
evidentemente a la individualidad como tal?). Por lo demás
(dejando de lado, bien entendido, la razón sentimental invocada
por los modernos y que no tiene ningún interés doctrinal),
la creencia en la reencarnación puede ser considerada como
debida en parte a la incomprensión del sentido simbólico
de ciertas expresiones. Aunque la comparación sea quizá
un tanto extraña, pienso aquí en otro hecho que tiene
exactamente la misma causa: es la creencia en la existencia de ciertos
monstruos y animales fantásticos, que no son sino antiguos
símbolos incomprendidos; así, conozco aquí personas
que creen firmemente en los "hombres con cabeza de perro"; la Historia
natural de Plinio está llena de confusiones del mismo tipo...
He tratado hace bastante tiempo en L'Erreur Spirite esta cuestión
de la reencarnación, indicando también las distinciones
que ha lugar hacer entre los diferentes elementos constitutivos del
ser manifestado. Desde el momento en que se trata de una imposibilidad,
se entiende que no puede haber aquí excepción; por otra
parte, ¿dónde se detendría ésta exactamente?
A propósito de esto, le voy a indicar una cosa bastante curiosa:
la misma Sra. Blavatsky había comenzado por negar la reencarnación
de manera general; en Isis Unveiled, contemplaba solamente
un cierto número de excepciones, reproducidas exactamente de
las enseñanzas de la H. B. of L. a la que estaba vinculada
en esa época. Una posibilidad que constituye solamente una
excepción aparente, es el caso de un ser que, no estando ya
realmente sometido a la muerte (un jîvan-mukta), continuara
por ciertas razones su existencia terrestre (no volvería pues
como los pretendidos "reencarnados") utilizando sucesivamente varios
cuerpos diferentes; pero es evidente que éste es un caso que
está completamente fuera de las condiciones de la humanidad
ordinaria, y que por otra parte un ser tal no puede ya realmente ser
llamado "encarnado" de ninguna manera.
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis mejores deseos.
El
Cairo, 21 de septiembre de 1936
Estimado Señor,
Hoy mismo, he
recibido un envío suyo que contiene la separata de tres artículos,
y que pienso que son los que me había anunciado; ¡gracias!
Su respuesta
a la Sra. Rhys Davids está muy bien, y concuerda en suma completamente
con las críticas que he formulado al respecto hace algún
tiempo. Puesto que ha abordado usted en esta ocasión la cuestión
del "rebirth", y a la espera del otro trabajo del que hemos
hablado, debo decir que la manera como lo contempla me parece muy
exacta; "transmigración" y no "reencarnación", estos
son los mismos términos que yo empleaba en mi última
carta.
Su artículo
sobre lo Bello me ha recordado una de las consideraciones que desarrollaba
en uno de los que deben aparecer en E. T.. En cuanto
al artículo sobre los dos pasajes de Dante (en el que le agradezco
haberme citado), ¡no tengo necesidad de decirle hasta qué punto
estoy de acuerdo con usted!
Hablaré
de todos estos artículos en mis reseñas de noviembre.
Por otra parte,
acabo de enterarme que se ha recibido, en las señas de E.
T., su libro Patron and Artist; sin duda el envío
no se me ha hecho pues directamente; pero esto no supondrá
en suma más que un poco de retraso, ya que, naturalmente, he
pedido enseguida que me lo hagan llegar.
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis mejores deseos.
El
Cairo, 1 de noviembre de 1936
Estimado Señor,
He recibido
su carta del 9 de octubre hace ya algunos días, y acabo de
recibir ahora al mismo tiempo sus dos libros (había leído
la semana pasada una carta del Sr. Wynn anunciándome el envío),
así como su artículo sobre el Ashvamedha; le
agradezco profundamente todo.
El envío
del otro artículo que me anunciaba no me ha llegado aún,
pero esto no tiene nada de extraño, considerando la demora
habitual del correo.
Comprendo muy
bien que no haya podido apenas escribir durante su estancia en el
campo, y esto es completamente excusable; lo esencial es que haya
sido provechosa para su salud. ¡Apenas puede uno imaginarse que aún
pueda haber así auténtica campiña en un país
tan industrializado como los Estados Unidos!
Por lo que concierne
a la cuestión del "rebirth", veo que estamos completamente
de acuerdo sobre la interpretación de los textos a los que
hace alusión. En cuanto a ese caso de "memoria" que se ha producido
recientemente en la India, ya había leído diversos artículos
al respecto; está claro que se trata en este caso de una especie
de traspaso de un conjunto de elementos psíquicos que han conservado
una cohesión excepcional. Un caso que parece más frecuente
es aquel en el que parecidos elementos, aunque mucho más fragmentados
en general, se transmiten por herencia. En cuanto a los que se manifiestan
en las sesiones espiritistas, se entiende que son también del
mismo tipo; les hace falta el apoyo de seres humanos vivos (los médiums
o los asistentes, importa poco) para que recobren una apariencia de
conciencia individual; pero esta manifestación no es sino temporal,
mientras que, en otros casos, se han "incorporado", de alguna manera,
a una individualidad, y ésta es en suma toda la diferencia.
Lo que dice
de esos vestigios tradicionales de los que ha podido constatar la
supervivencia en Maine es verdaderamente muy curioso; no me extraña
por otra parte que, actualmente, todo eso deba tender a desaparecer
muy rápidamente... Yo mismo he visto cosas completamente semejantes
en Francia, entre los campesinos, ya sea para detener la sangre, ya
sea para curar otros accidentes: torceduras o esguinces, quemaduras,
etc.; y las condiciones de transmisión eran también
las mismas; pero, aquí también, creo que esto se está
perdiendo ahora. Las fórmulas empleadas son a menudo muy singulares,
pues la mayoría contienen una mezcla de palabras latinas, griegas,
hebreas incluso, generalmente muy deformadas; a pesar de esto, y de
la ignorancia del sentido de las palabras entre aquellos que las emplean,
no por ello guardan menos una eficacia que no se puede negar (he visto
efectos de ello en muchos casos), pero siempre, bien entendido, con
la condición de que hayan sido transmitidas regularmente. Es
seguro que el equivalente de estas cosas debe encontrarse más
o menos en todas partes; en todo caso, algo análogo existe
en el mundo árabe, y también entre los judíos
de Oriente.
Crea, le ruego,
estimado Señor, en mis mejores deseos.
Traducción:
Miguel A. Aguirre