Hay
que
observar antes de nada que la palabra
imaginación tiene dos sentidos diferentes según que se la emplee
para designar a la imaginación reproductora o a la imaginación
combinatoria (¡creadora!). La primera no es otra cosa que la memoria de
las imágenes, la segunda, aun teniendo relaciones con la memoria, difiere
sin embargo notablemente de ésta: aunque la imaginación reproductora
sea una simple provincia de la memoria, puede ser interesante examinarla aparte,
pues se sabe que algunos tienen muy desarrollada la memoria de las ideas y en
modo alguno la de las imágenes, e inversamente. ¡Hay personas que
son incapaces de pensar de otra manera que con palabras!
Aquéllos en quienes la memoria de las imágenes predomina, son de
varios tipos: tipo auditivo, tipo visual, tipo motor. Por otra parte hay que
observar que existe probablemente una memoria motriz en todas las demás
clases de memoria, y debe ser así si la regeneración de un estado
mental cualquiera va acompañada, como es verosímil, de la regeneración,
por el cerebro, del sistema de movimientos moleculares correspondientes.
La memoria es susceptible de dividirse casi indefinidamente; por ejemplo la
memoria de las palabras escritas, de las palabras oídas, de las palabras leídas,
memoria de la emisión de los sonidos, de la articulación en la
lectura, memoria del sentido de las palabras, es decir de su enlace con las ideas, éstas
son otras tantas memorias diferentes ya que en caso de amnesia se constata que
una de ellas puede estar alterada sin que las demás lo estén. Mediante
hipnotismo se puede llegar a realizar lo mismo experimentalmente y a aislar,
como si se tratase de una memoria especial, no importa qué especie de
recuerdo.
Las aptitudes especiales de los hombres dependen, en parte al menos, del género
de memoria que esté más desarrollado en ellos: se podría
decir pues que existen tantas clases de talento como tipos de memoria e incluso
de variedades de estos tipos. Aunque la memoria esté lejos de serlo todo
en la inteligencia, sería muy difícil
lograr algo sin recuerdo.
Por otra parte, es ciertamente la fuerza de la impresión primitiva la
que explica la persistencia del recuerdo claramente consciente.
El papel de la imagen en la vida psicológica del alma es muy grande; la
razón misma supone sin cesar no solamente la memoria de las ideas, sino
también la de los hechos, y psicológicamente los hechos son imágenes.
Las ideas mismas van acompañadas la mayoría de las veces de imágenes
verbales o sentidas.
En fin, la imagen parece, más que la idea, capaz de despertar el sentimiento
y también la acción; así el sentimiento juega en la imaginación
un papel muy considerable.
Traducción:
Miguel Angel Aguirre |