Hermano Federico … Siempre lamentábamos la distancia que impedía encuentros personales más frecuentes. No obstante, las veces que pudimos hacerlo, junto con las hermanas Lucrecia y Estrella, en tu casa de Buenos Aires, fueron brillantes y muy útiles para intercambiar noticias, informaciones y perfeccionarnos como personas.

Que algunas veces mirábamos al Cubo desde puntos de vista y perspectivas distintas? Y qué? Acaso no nos sirvieron para ampliar nuestras mentes y nuestros conocimientos  y ver lo que otros vieron y nosotros no?

Con Federico se fue uno de los últimos  buscadores de la Pansofía rosacruciana que yo haya conocido.  Pero su herencia espiritual y cultural perdurará en quienes han tomado en sus manos la antorcha del Conocimiento hermético por él encendida.

Como dicen los Rituales rosacrucianos de la Fraternidad de los Filósofos Desconocidos:  “Aquellos que han poseído el Conocimiento Divino brillarán con toda la Luz de los Cielos  ... Pero aquellos que lo hayan  enseñado a los hombres, según las vías de la Justicia, brillarán como estrellas para toda la Eternidad ...”