PAR - IMPAR (y 4)
Mas
retomemos a los griegos y lo que dicen de los restantes números del
denario que todavía nos quedan por ver. Si
"Nicómaco
nos informa que los pitagóricos llamaban a la tétrada 'el milagro
más grande (...), una divinidad múltiple o mejor dicho toda divinidad
(...), la elevación, lo más robusto, lo masculino y lo viril (...),
y es forma femenina, efectivo de la virilidad y provoca la ira báquica
(...), y, entre las Musas, Urania (...)', esto es porque ella es,
en su primera existencia, el extremo de la tríada inteligible, que
Orfeo, Fanés, Protógono y Platón llaman animal en sí. En
ella se contienen las ideas primeras de todas las cosas; y, según nos
informa Proclus, ella es la primera deidad efable, siendo todas las
anteriores inefables. Orfeo dijo que todas las órdenes intelectuales
de los Dioses quedaron asombradas al contemplar cómo esta
deidad se desdoblaba hacia la luz desde el silencio místico e inefable."
"Como deidad asombrosa, admirable e inesperada,
se puede decir que mitológicamente la tétrada es el milagro más grande.
Es un Dios diferente a la tríada, porque en la tríada se contempla
la primera perfección mientras que en la tétrada se comprenden todas
las naturalezas mundanas, según la causalidad del principio (...).
Es la introductora y la causa de la constitución y permanencia de
las disciplinas matemáticas porque son cuatro, es decir la aritmética,
la geometría, la música y la astronomía; y también porque en la tétrada
inteligible subsisten los primeros números y las primeras formas
(...)".
"(...) Los pitagóricos llamaron también a la tétrada
todo número, porque comprende en sí a todos los números hasta la
decena y a la misma decena; ya que la suma 1 + 2 + 3 + 4 es 10. Por
ello decían también que la suma de estos cuatro números constituía
la tétractis, en la que se incluyen todas las razones armónicas.
El 4 a 1, que es la razón cuádruple, forma la sinfonía disdiapasón;
la razón 3 a 2, que es sesquialterna, forma la sinfonía diapente;
la 4 a 3, que es sesquitercia, la sinfonía diatesarón; y la 2 a 1,
que es doble, forma la diapasón."
"Sin embargo, y como consecuencia de la gran veneración
que sentían los pitagóricos por la tétractis (...), mostraremos,
a través de Teo de Esmirna, cuántas tétractis hay (...). La segunda
tétractis surge de la multiplicación de números pares e impares,
empezando por la mónada. La mónada se considera la primera de ellos,
como ya hemos observado, porque es el principio de todos los números
pares, impares y pares/pares y su naturaleza es simple. Pero los
tres números sucesivos reciben su composición según lo par y lo impar;
porque los números no son sólo pares ni sólo impares. El par y el
impar reciben dos tétractis, según la multiplicación; el par por
la razón doble, porque el 2 es el primero de los números pares y
surge de la mónada por duplicación. Pero el número impar aumenta
por razón triple; ya que el 3 es el primer número impar y surge de
la mónada por triplicación. Así que la mónada es común en ambos y
es en sí par e impar. El segundo de los números pares y dobles es
el 2 pero de los impares y triples es el 3. El tercero de los números
pares es el 4 pero de los impares el 9. Y el cuarto de los números
pares es el 8 mientras que de los impares es el 27."
"En estos
números se encuentran las razones más perfectas de las sinfonías
y en ellos se comprende también un tono. La mónada contiene el principio
productivo de un punto. Los números segundos 2 y 3 contienen el principio
de un lateral, ya que son no compuestos, primeros, se miden por la
mónada y miden por naturaleza a una línea recta. Los terceros términos
son el 4 y el 9, que son superficies cuadradas en potencia ya que
son igualmente iguales. Y los cuartos términos 8 y 27 son potencialmente
cubos, siendo igualmente iguales. A partir de estos números y de
esta tétractis tiene lugar un aumento desde un punto hasta un sólido.
Ya que un lateral viene tras un punto, una superficie tras un lateral
y un sólido tras una superficie. Platón en Timeo constituye el alma
en estos números. Pero el último de estos siete números, el 27, es
igual a todos los números que le preceden; ya que 1 + 2 + 3 + 4 +
8 + 9 = 27. Por lo tanto hay dos tétractis de números una de las
cuales se forma por adición y la otra por multiplicación, y comprenden
a razones musicales, geométricas y aritméticas, en las que consiste
también la armonía del universo."
"La tercera
tétractis es aquella que comprende a la naturaleza de toda magnitud,
según la misma analogía o proporción. Ya que un punto es para esta
tétractis lo que una mónada para la anterior. Lo que eran los números
2 y 3 –laterales en potencia– para la tétractis anterior, lo son
la especie extendida de la línea, lo circular y lo recto para ésta;
la línea recta subsiste en conformidad con el número par, puesto
que se termina en dos puntos, y lo circular en conformidad con el
número impar, ya que se comprende en una línea que no tiene fin.
Lo que eran para la tétractis anterior los números cuadrados 4 y
9, lo son para ésta las dobles especies de los planos, el rectilíneo
y el circular. Y lo que fueron los números cúbicos 8 y 27 para la
primera, siendo uno par y otro impar, lo son para la segunda los
dos sólidos, uno de los cuales tiene una superficie hueca, como la
esfera y el cilindro, y el otro plana, como el cubo y la pirámide.
Esta es, pues, la tercera tétractis, que completa a todas las magnitudes
a partir de un punto, una línea, una superficie y un sólido."
El autor sigue
nombrando hasta once tétractis, y luego prosigue:
"Las cuatro
causas celebradas de Aristóteles se refieren también a la tétrada:
la divinidad como causa por la cual, uj' ou,
o causa eficiente, la materia como causa de la cual, ex
ou,
la forma como causa a través de la cual, di
ou,
y el efecto como causa con
referencia a la cual, proz ou.
(...)".49
La tétractys comprende
pues, según dicen los pitagóricos, a la naturaleza de toda magnitud:
2, lo recto, subsiste en conformidad con el número par, y 3, lo curvo,
subsiste en conformidad con el número impar. La equivalencia entre
2, lo recto, el número par, y la equivalencia entre 3, lo curvo,
el número impar, están también indicadas en la tradición extremo-oriental,
como se ha visto anteriormente.
"Por los
extractos de Nicómaco sabemos que la péntada era llamada por los
pitagóricos privación de discordia, la no conquistada (...) y justicia.
(...). También (...) Venus, Gamelia y Androgínea, Didimea (...),
y entre las Musas es Melpomene."
"El autor
anónimo explica (...) que es privación de discordia porque constituye
y une a todas las cosas que estaban antes separadas por intervalos,
debido a la asociación y amistad de las dos formas (de los números:
el par y el impar, ya que la péntada consiste en 3 y 2) (...). Y
también desarrolla el significado de la no conquistada de la forma
siguiente: Los pitagóricos llamaron a la péntada la no conquistada,
no sólo porque el quinto elemento, que es el éter y que está ordenado
análogamente con la péntada y que posee una similitud de subsistencia
invariable, termina con la discordia y la mutación de los elementos
que subsisten bajo él y hasta la tierra, sino porque relaciona y
une amigablemente las dos primeras especies de números diferentes
y no similares, la par y la impar (2 y 3), convirtiéndose en el sistema
de su asociación. "
"(...) Como
nos informa Proclus en Hesíodo, los pitagóricos llamaban a la péntada
Justicia por dos razones: porque es de la esfera de la justicia castigar
a la transgresión y eliminar la desigualdad de la posesión o igualar
lo que es menor y beneficiar. Y según el autor anónimo, la llamaban
justicia porque hace iguales a las cosas desiguales, tal como el
5 está en el centro de todos los números que están equidistantes
de él y por ambos lados suyos hasta llegar a la decena; a algunos
los supera y es superado por otros, como se puede ver en la siguiente
disposición:
1 4 7
2 5 8
3 6 9
"(...) Y
según el mismo autor, la denominaron Venus porque los números masculinos
y femeninos están mezclados entre sí. Y de la misma manera, añade,
la llamaron Gamelia, porque la péntada es la primera en comprender
la forma de todos los números, el 2 que es el primer par y el 3 que
es el primer impar. Por ello se le llama matrimonio, por consistir
de masculino y femenino. Y sin duda la llamaron Androgínea porque,
siendo número impar, tiene características masculinas (...). La denominaron
(...) Dídimo o Didimea, gemela, porque divide a la decena en dos
partes, siendo ésta indivisible de otra manera."50
También
se ha visto antes que los chinos asignan a 5 un papel central equivalente
al papel de justicia que le asignan los griegos, y que en ambos casos
está representado por el mismo cuadrado mágico.
"Por los
extractos de Nicómaco sabemos que los pitagóricos denominaban a la
héxada, la forma de las formas, el único número adaptado al alma,
la clara unión de las partes del universo, la creadora del alma (...).
Y es también armonía, la perfección de las partes y la mismísima
Venus. Es asimismo Zigia y nupcial y Androgínea (...) benevolencia,
paz, amistad, salud (...), y, de las Musas, Talía y Panacea."
"(...) Con
respecto a ser denominada mismísima Venus, sabemos por Marciano Capella,
lib.7, que la llamaron así porque se puede demostrar que es la fuente
de la armonía. Ya que el 6 con respecto al 12 forma la sinfonía diapasón;
el 6 al 9 la sinfonía diapente y el 6 al 8 la sinfonía diatesarón;
por ello se le llama Venus, madre de la armonía."
"Con respecto
a los epítetos nupcial (gamhlia) y Androgínea, el autor anónimo
dice gamoz, matrimonio, y arrenoqhluz;
y sobre ellos observa que la héxada se genera por la potencia y multiplicación
del primer número impar por el primer par, que son masculino y femenino;
por lo que se llama arrenoqhluz es decir macho
y hembra.
Asimismo se le llama matrimonio, porque es igual a sus partes [1
+ 2 + 3 = 6]. Pero la obra del matrimonio es producir progenie similar
a los padres. En el autor anónimo, el epíteto jilothsia,
benevolencia, es jiliwsiz, amistad y amor,
y es apropiado llamarla así, ya que pone en contacto lo masculino
y lo femenino. El mismo autor nos informa además que denominaban
a la héxada salud
y belleza, por su entereza y por la simetría de sus partes(...)".
"Finalmente,
el mismo autor nos informa que se llamaba Talía o Panacea; el primer
nombre por la armonía de su composición, porque supongo que este
es el significado de las palabras 'por medio de la armonía de los
demás', ya que el autor añade que mucho antes se le llamaba cosmoz mundo, porque con frecuencia se considera que el mundo consiste en
contrarios según una disposición armoniosa, al igual que la héxada.
Y el seis consiste en la multiplicación de dos números contrarios,
el 2 y el 3, uno de los cuales es par y el otro impar, uno es análogo
a lo masculino y el otro a lo femenino. Y se la denominaba Panacea
por la razón ya mencionada cuando se trató la denominación de salud,
porque era panarceia, panarcea o
todo-suficiente, suficientemente provista con partes para la perfección
de su totalidad."51
"Según
nos informa el autor anónimo, la héptada se llama así por el verbo sebo que
denota veneración (apo tou sebw),
siendo septas,
como divina, sin madre y virgen (septaz tiz
ousa, wz qeia,
cai amhtwr, cai
parqenoz)
(...). Y por los extractos de Nicómaco sabemos
que los pitagóricos le atribuían las
denominaciones siguientes: (...) Minerva (...) voz, sonido, Panteuquia,
Ergane, Égida (...) y, de las Musas, Clio (...). El autor anónimo
explica así los epítetos Fortuna, oportunidad, Minerva, Tritogenia
y voz: La héptada se llama Minerva porque es Virgen y no esposada,
como se dice en las fábulas de la diosa; pero no está engendrada
por madre, que son los números pares, ni por padre, que son los
números
impares; sino que la héptada proviene de la mónada que es la
cabeza o cumbre de los números, del mismo modo que Minerva provino
de la cabeza del padre de todas las cosas. Y fue en cierto modo
una Minerva
viril. Pero los números fácilmente divisibles son femeninos (...).
Se le llama asimismo voz, porque hay siete sonidos elementales
no sólo en la voz humana sino en todo sonido instrumental, mundano
y armónico. Y esto no es sólo porque son los siete planetas los
que emiten los primeros sonidos armónicos sino también porque
el primer diagrama de los músicos es el heptacordio (...)".
"Con respecto
a los epítetos Panteuquia y Ergane, considerada como una de las Curetas,
Minerva se adorna bajo la primera de estas denominaciones, que significa
que está provista con todo tipo de armadura. Por esto los Oráculos
caldeos le dan el epíteto panteucoz, panteucos, y
Platón dice en las Leyes que ella está adornada con todo tipo de
armadura. Y es bien sabido que Ergane o artífice es un epíteto de
Minerva (...). Y parece que la llamaron Égida porque Minerva se adora
como diosa portadora de la égida, ya que es esta diosa la que mueve
la cadena del Destino que todo lo enlaza y de la que provienen también
sus energías plásticas, como nos informa Proclus en Timeo (...)".52
"El Septenario
es el número del poder variado y múltiple; está compuesto por uno
y seis, o dos y cinco, o tres y cuatro; tiene la unidad que lo vincula
con un doble trinario; por ello, si se consideran todos sus miembros
y lo que lo compone se reconocerá sin duda que, tanto por sus partes
conjuntas como por sí mismo en particular, está lleno de toda suerte
de majestad. Los pitagóricos le llamaban el vehículo de la vida humana,
pues no cambia en función de sus partes sino que se perfecciona por
propio derecho de su totalidad, ya que abarca el cuerpo y el alma;
porque el cuerpo está compuesto por cuatro elementos en cuatro cualidades,
el número trinario considera el alma por su triple fuerza, a saber,
la razonable, la irascible y la concupiscible. El septenario está compuesto
pues por tres y cuatro junto al alma en el cuerpo (...)".
"Los pitagóricos
llaman al septenario, número de virginidad, (...) y por ello fue
consagrado a Palas. Hay todavía grandes señales de su veneración
en la religión, porque se le llama el número del juramento. Por esta
razón los hebreos dicen que jurar es septenar, como si se
tratase del juramento por siete. (...) Incluso se le denomina el
número de la bienaventuranza y el reposo, de donde deriva: O terque quaterque
Beati, es decir, bienaventurados de alma y cuerpo."
"(...) Este
número es, sobre todo, muy considerado en las Sagradas Escrituras,
con sus grandes y diferentes misterios (...)".53
"El número
ocho, dice el autor anónimo, es el primer cubo en energía y es el único
número par/par dentro de la decena (...)".
"Según los
extractos de Nicómaco, los nombres que dieron los pitagóricos a este
número son los siguientes: (...) madre y Rea, la causa productora
de las hembras y Cibeles, Cibeles y Dindimene (...), y, de las Musas,
Euterpe (...)".
"Con respecto
a los epítetos madre, Rea, Cibeles y Dindimene, sin duda la octada
se denominó así por ser el primer cubo; el cubo es el elemento de
la tierra participado por Rea, que es la misma divinidad que Ceres
y se llamaba Cibeles y Dindimene. Y puesto que Rea es la diosa vivificadora,
la vida de la que es fuente debe de tener características femeninas;
de ahí que sea obvio por qué se celebra la octada como causa productora
de hembras (...). El autor anónimo nos informa asimismo que a este
número lo llamaron Euterpe, porque es el más mutable de todos
los números de la decena, siendo par/par; y esto hasta la mónada,
que es indivisible por naturaleza."
"De Macrobio
sabemos que los pitagóricos llamaban a la octada justicia, por ser
el primer número que se resuelve en números pares/pares, es decir
en dos cuatros; y cada uno de ellos puede ser dividido en números
igualmente pares/pares, en dos doses. Su composición es de la misma
calidad que su análisis; porque es dos veces el dos veces dos. Puesto,
pues, que su composición procede con una calidad par y su análisis
igualmente regresa hasta la mónada, que no acepta división en la
razón aritmética, la octada se merece la denominación de justicia,
por su división igual."54
"Según los
extractos de Nicómaco, los pitagóricos consideraban que la enéada
flotaba alrededor de los demás números de la decena, como en un océano.
La llamaban horizonte (...), Niseida (...), Hiperión y, de las Musas,
Terpsícore."
"El autor
anónimo explica las denominaciones océano y horizonte de la siguiente
manera: La regresión de los números hace patente que no puede
haber otros números más allá de la enéada, que engloba a todos
ellos dentro de sí. Ya que su progresión natural llega hasta
9, y a partir de ello tiene lugar un retroceso. El 10 es como
si fuera de nuevo la
mónada. Si de cada uno de los números 10, 11, 12, 13, 14, 15,
16, 17, 18, 19 restamos el número 9, los restantes serán 1, 2,
3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10 (...) Y si restamos dos veces 9 de 20,
tres veces
9 de 30, cuatro veces 9 de 40, cinco veces 9 de 50 etc., se producirán
los números 2, 3, 4, 5, 6 etc. Y si sustraemos once veces 9 del
100, regresaremos a la mónada (...). No es posible, por lo tanto,
que haya números elementales más allá de la enéada. Es por ello
que los pitagóricos la llamaron océano y horizonte, porque comprende
a todos los números que giran dentro de ella (...). El mismo
autor (...) dice que quizás se la denominó similaridad porque
el 9 es el primer número cuadrado impar. Porque se dice que la
forma de los números
impares es asimiladora a través de su totalidad mientras que
la forma de los números pares es disimilar. Y que los números
cuadrados son asimiladores mientras que los más largos por una
parte son disimilares (...). El autor anónimo da la versión Niseiotas
del epíteto Niseis;
nos informa de que denominaron así a la enéada por penetrar (apo
touepinussn)
y por estar dispuesta en forma de límite
a la progresión de los números."55
"(...) Por
el mismo autor sabemos que la llamaban Hiperión, por haber avanzado
hacia una magnitud que trascendía a los demás números (dentro de
la decena); y Terpsícore por dirigir los principios productivos,
causando su retroceso y convergencia en un movimiento danzante (...)".56
"Según los
extractos de Nicómaco, los pitagóricos denominaron a la decena, mundo,
cielo, destino, eternidad, fuerza, fe, necesidad, Atlas, incansable,
Dios, Fanés, sol, Urania, memoria y Mnemosine."
"El autor
anónimo nos informa que la primera de estas denominaciones, el
mundo, se le dio a la decena porque todas las cosas, universal
y parcialmente, están ordenadas según ella (...). Asimismo Proclus
nos informa que la decena, como dice el himno pitagórico, es mundana;
los números divinos proceden de las evoluciones incorruptibles de
la mónada hasta llegar a la divina tétrada, que generó a la madre
de todas las cosas, el recipiente universal, la venerable, el límite
de todas las cosas, la inmutable e incansable, la que tanto los Dioses
inmortales como los hombres mundanos denominan decena sagrada. Proclus
añade que con la mónada y sus evoluciones incorruptibles mencionada
en estos versos se significa aquella causa uniforme y oculta, el
uno (caracterizado por el uno, que es la cumbre del orden
inteligible); la divina tétrada es la evolución hacia la luz de la
multiplicidad inteligible, desdoblada por la díada que existe entre
la mónada y la tétrada; y la decena es el mundo, que recibe las imágenes
de todos los números divinos que le son impartidas celestialmente."
"Por el autor
anónimo sabemos que llamaban a la decena cielo por ser el límite
más perfecto de los números; por ello se denominó también decena,
por ser decaz, el recipiente, del mismo modo que
el cielo es el receptáculo de todas las cosas (...). En cuanto al
epíteto Atlas, el autor anónimo observa que llaman así a la decena
por alusión al Titán Atlas, de quien dice la fábula que llevaba el
mundo sobre sus hombros. Homero dice de él: "Y los largos pilares
que en la tierra se yerguen / En la bóveda estelar se acaban y sostienen."
"Con respecto
al epíteto Fanés, la razón por llamarla así es evidente, puesto que
la decena se denomina mundo y Fanés subsiste en el extremo del orden
inteligible y es el paradigma del mundo (...)".
"(...) Por
el autor anónimo sabemos que, según Anatolio, denominaron a la decena
fuerza y todo-perfecta, porque limita a todos los números y comprende
en sí a la naturaleza de lo par y de lo impar (...). Finalmente,
según Calcidio en el Timeo de Platón, los pitagóricos llamaban a
la decena primer cuadrado, ya que consiste en los primeros cuatro
números 1, 2, 3, 4."
"Ya hemos
comentado que todos los números giran dentro del número 9, y que
por ello los pitagóricos lo llamaban océano y horizonte; así que,
en realidad es parónimo a la mónada. Siendo así, podría extrañar
que se considerara también a la decena como análoga a la mónada.
La razón es que el primer engendro de la mónada es otra mónada que
contiene en forma más expandida todo lo que subsiste en la mónada
anterior de forma más unida, espermáticamente se podría decir. Así que,
tanto la enéada como la decena son mónadas; pero todos los números
existen en la primera de manera más unida mientras que en la segunda
con difusión y separación más acusadas."57
Vistos así los
siete últimos números de la decena, según los comentarios de los
autores griegos citados, comparémoslos ahora con las siete últimas sefiroth,
4 Gedullah (grandeza) o Hesed (amor), 5 Geburah (poder)
o Din (juicio), 6 Tif'ereth (hermosura), 8 Netsah (duración
eterna), 8 Hod (majestad), 9 Yesod 'olam (fundamento
del mundo) y 10 Malkuth (reino), sobre la base de su división
en siete y tres,
"pues la
división de las sefirot se determinaba también por otros criterios.
Algunas veces se dividía en cinco y cinco, esto es, las cinco sefirot superiores
correspondientes a las cinco inferiores (...). Sobre la base de la
afirmación que se encuentra en Pirqe de-R. 'Eli'ezer, –con
diez palabras fue creado el mundo, y se puede resumir en tres–, se
dividieron también en siete y tres. En este caso se daba una diferenciación
entre las tres sefirot ocultas y las –siete sefirot de
la edificación [o construcción]–, que son también los siete días
primordiales de la creación. Seis de ellos se hicieron corresponder
también con los seis lados del espacio del Sefer yesirah (...).
Algunos piensan que el séptimo era el palacio sagrado que se encontraba
en el centro, lo mismo que en el Sefer yesirah. Otros consideraban
que estaba representado por el Pensamiento Divino, mientras que para
otros se trataba de un sábado simbólico. La correlación de las –sefirot de
la edificación– con los días de la creación llegó a ser en extremo
compleja. Muchos cabalistas, incluyendo al autor de la sección central
del Zohar, no podían estar de acuerdo en la asociación automática
de cada una de las sefirot con un día concreto, y consideraban
que la creación, que desde el punto de vista místico significaba
la compleción de –la edificación– de la emanación, se había completado
ya el cuarto día58. Se sentían perplejos de modo especial por el
problema del Sábado, que muchos interpretaban como símbolo de Yesod,
porque estaba en paralelo con el séptimo lugar originario de esta sefirah,
mientras que muchos otros veían en él una alusión a la última sefirah,
sobre todo porque las potencias llegaban hasta ella y concluían allí.
Igual que cada día había llevado a cabo un acto específico de cada
uno, excepto el séptimo, cada sefirah realizaba también sus
propias actividades específicas por las que se caracterizaba, menos
la última sefirah, que no tenía esa fuerza activa, pero comprendía
la totalidad de todas las sefirot o el principio específico
que recibía y unía las fuerzas activas sin añadir ninguna particularidad
por su cuenta. Por el contrario, esa falta de actividad y la función
de la décima sefirah como una entidad que lo incluía todo,
es lo que constituye su carácter único. La división de las sefirot en
tres líneas o columnas era especialmente importante: la columna de
la derecha incluye Hokmah, Gedullah y Nesah;
la columna de la izquierda incluye Binah, Geburah y Hod;
y la columna central (qaw 'emsa'i) pasa desde Keter a Malkut a
través de Tif'eret y Yesod."
"(...) En
otra imagen perteneciente al simbolismo orgánico (además de la que
se ha visto ya en el comentario que se ha hecho antes a las tres
primeras sefirot), Binah se compara con las raíces
de un árbol regado por Hokmah y que produce como ramas las
siete sefirot (...). Referencias al elemento masculino y femenino
no sólo aparecen en el simbolismo del padre y la madre, hijo e hija
(Hokmah, Binah, Tif'eret y Malkut), sino
también en el uso chocante de las imágenes sexuales particularmente
característico del Zohar y de la cábala luriánica. El empleo
de esas imágenes fálicas y vaginales es destacado de manera especial
en la descripción que se hace de las relaciones entre Tif'eret y Yesod por
una parte y Malkut por otra."
"(...) El énfasis
que se pone en el principio femenino en el simbolismo de la última sefirah eleva
el lenguaje mítico de esas descripciones. Apareciendo desde arriba
como –el final del pensamiento–, la última sefirah es para
el hombre la puerta o pórtico a través del cual puede comenzar a
subir por la escala de la percepción del Misterio divino."59
No cabe duda de
que en todos estos fragmentos se percibe una forma de contemplar
el número distinta de aquella, a la que tan acostumbrados estamos,
que lo hace únicamente como mera cifra apta para cuantificar las
cosas o, lo que es lo mismo, que pertenece exclusivamente al dominio
de la cantidad. El número del que se habla en estos fragmentos va
más allá del dominio de la cantidad. Se le concibe como inteligible –perteneciente
al dominio de las ideas– y con extensión sensible. Y, por esto mismo,
apto para establecer y para simbolizar el orden universal. Lo cual
lleva a cabo mediante el ritmo alterno de los números pares y de
los números impares, y la inversión de atributos par e impar que
resulta del arquetipo hieròs gámos. Par e Impar establecen
y simbolizan pues la interacción continua de opuestos-complementarios
que cooperan en el universo. En suma, el cosmos se dispone, se mantiene
y, además, se simboliza por el número [en base al ciclo duodenario
y al ciclo denario, en la alternancia de lo par y de lo impar que
tiene por principio la inversión de atributos (par e impar) que resulta
del arquetipo hieròs gámos, 3 = 2 + (1) en donde 1 no suma
sino que transmuta]: 1 [el Uno, la Unidad, el Ser, Dios, el Dos-en-Uno
(a un tiempo Unidad y Pareja), el intelecto masculino y femenino,
Andrógino, lo Indivisible, lo Igual, lo Entero, lo Inmutable, el
pivote –el cubo por cuyo vacío gira la rueda– que gobierna la alternancia
de lo par y de lo impar, y que opera en sí mismo, en su inmutable
reposo, lo par (se-par-te) y lo impar (se-impar-te), desplegando
la alternancia rítmica de lo par (par-tir) y de lo impar (impar-tir)];
2 (la Pareja, Diosa, lo doble, indefinido, causa de la disimilitud,
el principio y causa de lo par, diferencia, causa de la multiplicidad,
la alternancia, la alteridad, lo simétrico); 3 [lo impar, lo centrado,
centro, la analogía, semejante, homólogo y definido, lo indiviso,
la casi unanimidad, el primer número perfecto, el principio el medio
y el fin (1 + 2 = 3), el primer número impar]; 4 [la tétractys (1
+ 2 + 3 + 4 = 10 (unidad plena) = 1 + 0 = 1 (unidad simple), la equivalencia
analógica inversa de 10 y de 1, el milagro más grande, contiene las
ideas primeras de todas las cosas, primera deidad efable]. Dados
los cuatro primeros números –la tétractys–, esta deidad efable evoluciona
hacia la luz de la multiplicidad inteligible dando los seis números
restantes de la década: 5 [2 (par) + 3 (impar) = 5, privación de
discordia, androgíneo, matrimonio, justicia (por su puesto en el
centro de la década)]; 6 [1 + 2 + 3 = 6, la forma de las formas,
la clara unión de las partes del universo, 2 (par) x 3 (impar) =
6 (macho y hembra) armonía de los contrarios; 7 [Minerva que proviene
de la cabeza del padre (la mónada), 3 (alma) + 4 (cuerpo) = 7, vehículo
de la vida humana, el número de la bienaventuranza y el reposo (O
terque quaterque Beati, es decir, bienaventurados de alma y cuerpo)];
8 [el primer cubo, el único número (par/par) de la década]; 9 (océano
y horizonte que comprende a todos los números que giran dentro de
ella, similaridad, el primer número cuadrado impar); 10 [(10 = 1
+ 0 = 1), la unidad plena que se integra en la unidad simple, el
recipiente universal, el mundo, que recibe las imágenes de todos
los números divinos que le son impartidas celestialmente. Miguel
A. Aguirre |