SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis
 

PAR - IMPAR (y 4)
M
as retomemos a los griegos y lo que dicen de los restantes números del denario que todavía nos quedan por ver. Si

"Nicómaco nos informa que los pitagóricos llamaban a la tétrada 'el milagro más grande (...), una divinidad múltiple o mejor dicho toda divinidad (...), la elevación, lo más robusto, lo masculino y lo viril (...), y es forma femenina, efectivo de la virilidad y provoca la ira báquica (...), y, entre las Musas, Urania (...)', esto es porque ella es, en su primera existencia, el extremo de la tríada inteligible, que Orfeo, Fanés, Protógono y Platón llaman animal en sí. En ella se contienen las ideas primeras de todas las cosas; y, según nos informa Proclus, ella es la primera deidad efable, siendo todas las anteriores inefables. Orfeo dijo que todas las órdenes intelectuales de los Dioses quedaron asombradas al contemplar cómo esta deidad se desdoblaba hacia la luz desde el silencio místico e inefable."

"Como deidad asombrosa, admirable e inesperada, se puede decir que mitológicamente la tétrada es el milagro más grande. Es un Dios diferente a la tríada, porque en la tríada se contempla la primera perfección mientras que en la tétrada se comprenden todas las naturalezas mundanas, según la causalidad del principio (...). Es la introductora y la causa de la constitución y permanencia de las disciplinas matemáticas porque son cuatro, es decir la aritmética, la geometría, la música y la astronomía; y también porque en la tétrada inteligible subsisten los primeros números y las primeras formas (...)".

"(...) Los pitagóricos llamaron también a la tétrada todo número, porque comprende en sí a todos los números hasta la decena y a la misma decena; ya que la suma 1 + 2 + 3 + 4 es 10. Por ello decían también que la suma de estos cuatro números constituía la tétractis, en la que se incluyen todas las razones armónicas. El 4 a 1, que es la razón cuádruple, forma la sinfonía disdiapasón; la razón 3 a 2, que es sesquialterna, forma la sinfonía diapente; la 4 a 3, que es sesquitercia, la sinfonía diatesarón; y la 2 a 1, que es doble, forma la diapasón."

"Sin embargo, y como consecuencia de la gran veneración que sentían los pitagóricos por la tétractis (...), mostraremos, a través de Teo de Esmirna, cuántas tétractis hay (...). La segunda tétractis surge de la multiplicación de números pares e impares, empezando por la mónada. La mónada se considera la primera de ellos, como ya hemos observado, porque es el principio de todos los números pares, impares y pares/pares y su naturaleza es simple. Pero los tres números sucesivos reciben su composición según lo par y lo impar; porque los números no son sólo pares ni sólo impares. El par y el impar reciben dos tétractis, según la multiplicación; el par por la razón doble, porque el 2 es el primero de los números pares y surge de la mónada por duplicación. Pero el número impar aumenta por razón triple; ya que el 3 es el primer número impar y surge de la mónada por triplicación. Así que la mónada es común en ambos y es en sí par e impar. El segundo de los números pares y dobles es el 2 pero de los impares y triples es el 3. El tercero de los números pares es el 4 pero de los impares el 9. Y el cuarto de los números pares es el 8 mientras que de los impares es el 27."

1
2
4
8
1
3
9
27

"En estos números se encuentran las razones más perfectas de las sinfonías y en ellos se comprende también un tono. La mónada contiene el principio productivo de un punto. Los números segundos 2 y 3 contienen el principio de un lateral, ya que son no compuestos, primeros, se miden por la mónada y miden por naturaleza a una línea recta. Los terceros términos son el 4 y el 9, que son superficies cuadradas en potencia ya que son igualmente iguales. Y los cuartos términos 8 y 27 son potencialmente cubos, siendo igualmente iguales. A partir de estos números y de esta tétractis tiene lugar un aumento desde un punto hasta un sólido. Ya que un lateral viene tras un punto, una superficie tras un lateral y un sólido tras una superficie. Platón en Timeo constituye el alma en estos números. Pero el último de estos siete números, el 27, es igual a todos los números que le preceden; ya que 1 + 2 + 3 + 4 + 8 + 9 = 27. Por lo tanto hay dos tétractis de números una de las cuales se forma por adición y la otra por multiplicación, y comprenden a razones musicales, geométricas y aritméticas, en las que consiste también la armonía del universo."

"La tercera tétractis es aquella que comprende a la naturaleza de toda magnitud, según la misma analogía o proporción. Ya que un punto es para esta tétractis lo que una mónada para la anterior. Lo que eran los números 2 y 3 –laterales en potencia– para la tétractis anterior, lo son la especie extendida de la línea, lo circular y lo recto para ésta; la línea recta subsiste en conformidad con el número par, puesto que se termina en dos puntos, y lo circular en conformidad con el número impar, ya que se comprende en una línea que no tiene fin. Lo que eran para la tétractis anterior los números cuadrados 4 y 9, lo son para ésta las dobles especies de los planos, el rectilíneo y el circular. Y lo que fueron los números cúbicos 8 y 27 para la primera, siendo uno par y otro impar, lo son para la segunda los dos sólidos, uno de los cuales tiene una superficie hueca, como la esfera y el cilindro, y el otro plana, como el cubo y la pirámide. Esta es, pues, la tercera tétractis, que completa a todas las magnitudes a partir de un punto, una línea, una superficie y un sólido."

El autor sigue nombrando hasta once tétractis, y luego prosigue:

"Las cuatro causas celebradas de Aristóteles se refieren también a la tétrada: la divinidad como causa por la cual, uj' ou, o causa eficiente, la materia como causa de la cual, ex ou, la forma como causa a través de la cual, di ou, y el efecto como causa con referencia a la cual, proz ou. (...)".49

La tétractys comprende pues, según dicen los pitagóricos, a la naturaleza de toda magnitud: 2, lo recto, subsiste en conformidad con el número par, y 3, lo curvo, subsiste en conformidad con el número impar. La equivalencia entre 2, lo recto, el número par, y la equivalencia entre 3, lo curvo, el número impar, están también indicadas en la tradición extremo-oriental, como se ha visto anteriormente.

"Por los extractos de Nicómaco sabemos que la péntada era llamada por los pitagóricos privación de discordia, la no conquistada (...) y justicia. (...). También (...) Venus, Gamelia y Androgínea, Didimea (...), y entre las Musas es Melpomene."

"El autor anónimo explica (...) que es privación de discordia porque constituye y une a todas las cosas que estaban antes separadas por intervalos, debido a la asociación y amistad de las dos formas (de los números: el par y el impar, ya que la péntada consiste en 3 y 2) (...). Y también desarrolla el significado de la no conquistada de la forma siguiente: Los pitagóricos llamaron a la péntada la no conquistada, no sólo porque el quinto elemento, que es el éter y que está ordenado análogamente con la péntada y que posee una similitud de subsistencia invariable, termina con la discordia y la mutación de los elementos que subsisten bajo él y hasta la tierra, sino porque relaciona y une amigablemente las dos primeras especies de números diferentes y no similares, la par y la impar (2 y 3), convirtiéndose en el sistema de su asociación. "

"(...) Como nos informa Proclus en Hesíodo, los pitagóricos llamaban a la péntada Justicia por dos razones: porque es de la esfera de la justicia castigar a la transgresión y eliminar la desigualdad de la posesión o igualar lo que es menor y beneficiar. Y según el autor anónimo, la llamaban justicia porque hace iguales a las cosas desiguales, tal como el 5 está en el centro de todos los números que están equidistantes de él y por ambos lados suyos hasta llegar a la decena; a algunos los supera y es superado por otros, como se puede ver en la siguiente disposición:

1     4     7

2     5     8

3     6     9

"(...) Y según el mismo autor, la denominaron Venus porque los números masculinos y femeninos están mezclados entre sí. Y de la misma manera, añade, la llamaron Gamelia, porque la péntada es la primera en comprender la forma de todos los números, el 2 que es el primer par y el 3 que es el primer impar. Por ello se le llama matrimonio, por consistir de masculino y femenino. Y sin duda la llamaron Androgínea porque, siendo número impar, tiene características masculinas (...). La denominaron (...) Dídimo o Didimea, gemela, porque divide a la decena en dos partes, siendo ésta indivisible de otra manera."50

También se ha visto antes que los chinos asignan a 5 un papel central equivalente al papel de justicia que le asignan los griegos, y que en ambos casos está representado por el mismo cuadrado mágico.

"Por los extractos de Nicómaco sabemos que los pitagóricos denominaban a la héxada, la forma de las formas, el único número adaptado al alma, la clara unión de las partes del universo, la creadora del alma (...). Y es también armonía, la perfección de las partes y la mismísima Venus. Es asimismo Zigia y nupcial y Androgínea (...) benevolencia, paz, amistad, salud (...), y, de las Musas, Talía y Panacea."

"(...) Con respecto a ser denominada mismísima Venus, sabemos por Marciano Capella, lib.7, que la llamaron así porque se puede demostrar que es la fuente de la armonía. Ya que el 6 con respecto al 12 forma la sinfonía diapasón; el 6 al 9 la sinfonía diapente y el 6 al 8 la sinfonía diatesarón; por ello se le llama Venus, madre de la armonía."

"Con respecto a los epítetos nupcial (gamhlia) y Androgínea, el autor anónimo dice gamoz, matrimonio, y arrenoqhluz; y sobre ellos observa que la héxada se genera por la potencia y multiplicación del primer número impar por el primer par, que son masculino y femenino; por lo que se llama arrenoqhluz es decir macho y hembra. Asimismo se le llama matrimonio, porque es igual a sus partes [1 + 2 + 3 = 6]. Pero la obra del matrimonio es producir progenie similar a los padres. En el autor anónimo, el epíteto jilothsia, benevolencia, es jiliwsiz, amistad y amor, y es apropiado llamarla así, ya que pone en contacto lo masculino y lo femenino. El mismo autor nos informa además que denominaban a la héxada salud y belleza, por su entereza y por la simetría de sus partes(...)".

"Finalmente, el mismo autor nos informa que se llamaba Talía o Panacea; el primer nombre por la armonía de su composición, porque supongo que este es el significado de las palabras 'por medio de la armonía de los demás', ya que el autor añade que mucho antes se le llamaba cosmoz mundo, porque con frecuencia se considera que el mundo consiste en contrarios según una disposición armoniosa, al igual que la héxada. Y el seis consiste en la multiplicación de dos números contrarios, el 2 y el 3, uno de los cuales es par y el otro impar, uno es análogo a lo masculino y el otro a lo femenino. Y se la denominaba Panacea por la razón ya mencionada cuando se trató la denominación de salud, porque era panarceia, panarcea o todo-suficiente, suficientemente provista con partes para la perfección de su totalidad."51

"Según nos informa el autor anónimo, la héptada se llama así por el verbo sebo que denota veneración (apo tou sebw), siendo septas, como divina, sin madre y virgen (septaz tiz ousa, wz qeia, cai amhtwr, cai parqenoz) (...). Y por los extractos de Nicómaco sabemos que los pitagóricos le atribuían las denominaciones siguientes: (...) Minerva (...) voz, sonido, Panteuquia, Ergane, Égida (...) y, de las Musas, Clio (...). El autor anónimo explica así los epítetos Fortuna, oportunidad, Minerva, Tritogenia y voz: La héptada se llama Minerva porque es Virgen y no esposada, como se dice en las fábulas de la diosa; pero no está engendrada por madre, que son los números pares, ni por padre, que son los números impares; sino que la héptada proviene de la mónada que es la cabeza o cumbre de los números, del mismo modo que Minerva provino de la cabeza del padre de todas las cosas. Y fue en cierto modo una Minerva viril. Pero los números fácilmente divisibles son femeninos (...). Se le llama asimismo voz, porque hay siete sonidos elementales no sólo en la voz humana sino en todo sonido instrumental, mundano y armónico. Y esto no es sólo porque son los siete planetas los que emiten los primeros sonidos armónicos sino también porque el primer diagrama de los músicos es el heptacordio (...)".

"Con respecto a los epítetos Panteuquia y Ergane, considerada como una de las Curetas, Minerva se adorna bajo la primera de estas denominaciones, que significa que está provista con todo tipo de armadura. Por esto los Oráculos caldeos le dan el epíteto panteucoz, panteucos, y Platón dice en las Leyes que ella está adornada con todo tipo de armadura. Y es bien sabido que Ergane o artífice es un epíteto de Minerva (...). Y parece que la llamaron Égida porque Minerva se adora como diosa portadora de la égida, ya que es esta diosa la que mueve la cadena del Destino que todo lo enlaza y de la que provienen también sus energías plásticas, como nos informa Proclus en Timeo (...)".52

"El Septenario es el número del poder variado y múltiple; está compuesto por uno y seis, o dos y cinco, o tres y cuatro; tiene la unidad que lo vincula con un doble trinario; por ello, si se consideran todos sus miembros y lo que lo compone se reconocerá sin duda que, tanto por sus partes conjuntas como por sí mismo en particular, está lleno de toda suerte de majestad. Los pitagóricos le llamaban el vehículo de la vida humana, pues no cambia en función de sus partes sino que se perfecciona por propio derecho de su totalidad, ya que abarca el cuerpo y el alma; porque el cuerpo está compuesto por cuatro elementos en cuatro cualidades, el número trinario considera el alma por su triple fuerza, a saber, la razonable, la irascible y la concupiscible. El septenario está compuesto pues por tres y cuatro junto al alma en el cuerpo (...)".

"Los pitagóricos llaman al septenario, número de virginidad, (...) y por ello fue consagrado a Palas. Hay todavía grandes señales de su veneración en la religión, porque se le llama el número del juramento. Por esta razón los hebreos dicen que jurar es septenar, como si se tratase del juramento por siete. (...) Incluso se le denomina el número de la bienaventuranza y el reposo, de donde deriva: O terque quaterque Beati, es decir, bienaventurados de alma y cuerpo."

"(...) Este número es, sobre todo, muy considerado en las Sagradas Escrituras, con sus grandes y diferentes misterios (...)".53

"El número ocho, dice el autor anónimo, es el primer cubo en energía y es el único número par/par dentro de la decena (...)".

"Según los extractos de Nicómaco, los nombres que dieron los pitagóricos a este número son los siguientes: (...) madre y Rea, la causa productora de las hembras y Cibeles, Cibeles y Dindimene (...), y, de las Musas, Euterpe (...)".

"Con respecto a los epítetos madre, Rea, Cibeles y Dindimene, sin duda la octada se denominó así por ser el primer cubo; el cubo es el elemento de la tierra participado por Rea, que es la misma divinidad que Ceres y se llamaba Cibeles y Dindimene. Y puesto que Rea es la diosa vivificadora, la vida de la que es fuente debe de tener características femeninas; de ahí que sea obvio por qué se celebra la octada como causa productora de hembras (...). El autor anónimo nos informa asimismo que a este número lo llamaron Euterpe, porque es el más mutable de todos los números de la decena, siendo par/par; y esto hasta la mónada, que es indivisible por naturaleza."

"De Macrobio sabemos que los pitagóricos llamaban a la octada justicia, por ser el primer número que se resuelve en números pares/pares, es decir en dos cuatros; y cada uno de ellos puede ser dividido en números igualmente pares/pares, en dos doses. Su composición es de la misma calidad que su análisis; porque es dos veces el dos veces dos. Puesto, pues, que su composición procede con una calidad par y su análisis igualmente regresa hasta la mónada, que no acepta división en la razón aritmética, la octada se merece la denominación de justicia, por su división igual."54

"Según los extractos de Nicómaco, los pitagóricos consideraban que la enéada flotaba alrededor de los demás números de la decena, como en un océano. La llamaban horizonte (...), Niseida (...), Hiperión y, de las Musas, Terpsícore."

"El autor anónimo explica las denominaciones océano y horizonte de la siguiente manera: La regresión de los números hace patente que no puede haber otros números más allá de la enéada, que engloba a todos ellos dentro de sí. Ya que su progresión natural llega hasta 9, y a partir de ello tiene lugar un retroceso. El 10 es como si fuera de nuevo la mónada. Si de cada uno de los números 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19 restamos el número 9, los restantes serán 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10 (...) Y si restamos dos veces 9 de 20, tres veces 9 de 30, cuatro veces 9 de 40, cinco veces 9 de 50 etc., se producirán los números 2, 3, 4, 5, 6 etc. Y si sustraemos once veces 9 del 100, regresaremos a la mónada (...). No es posible, por lo tanto, que haya números elementales más allá de la enéada. Es por ello que los pitagóricos la llamaron océano y horizonte, porque comprende a todos los números que giran dentro de ella (...). El mismo autor (...) dice que quizás se la denominó similaridad porque el 9 es el primer número cuadrado impar. Porque se dice que la forma de los números impares es asimiladora a través de su totalidad mientras que la forma de los números pares es disimilar. Y que los números cuadrados son asimiladores mientras que los más largos por una parte son disimilares (...). El autor anónimo da la versión Niseiotas del epíteto Niseis; nos informa de que denominaron así a la enéada por penetrar (apo touepinussn) y por estar dispuesta en forma de límite a la progresión de los números."55

"(...) Por el mismo autor sabemos que la llamaban Hiperión, por haber avanzado hacia una magnitud que trascendía a los demás números (dentro de la decena); y Terpsícore por dirigir los principios productivos, causando su retroceso y convergencia en un movimiento danzante (...)".56

"Según los extractos de Nicómaco, los pitagóricos denominaron a la decena, mundo, cielo, destino, eternidad, fuerza, fe, necesidad, Atlas, incansable, Dios, Fanés, sol, Urania, memoria y Mnemosine."

"El autor anónimo nos informa que la primera de estas denominaciones, el mundo, se le dio a la decena porque todas las cosas, universal y parcialmente, están ordenadas según ella (...). Asimismo Proclus nos informa que la decena, como dice el himno pitagórico, es mundana; los números divinos proceden de las evoluciones incorruptibles de la mónada hasta llegar a la divina tétrada, que generó a la madre de todas las cosas, el recipiente universal, la venerable, el límite de todas las cosas, la inmutable e incansable, la que tanto los Dioses inmortales como los hombres mundanos denominan decena sagrada. Proclus añade que con la mónada y sus evoluciones incorruptibles mencionada en estos versos se significa aquella causa uniforme y oculta, el uno (caracterizado por el uno, que es la cumbre del orden inteligible); la divina tétrada es la evolución hacia la luz de la multiplicidad inteligible, desdoblada por la díada que existe entre la mónada y la tétrada; y la decena es el mundo, que recibe las imágenes de todos los números divinos que le son impartidas celestialmente."

"Por el autor anónimo sabemos que llamaban a la decena cielo por ser el límite más perfecto de los números; por ello se denominó también decena, por ser decaz, el recipiente, del mismo modo que el cielo es el receptáculo de todas las cosas (...). En cuanto al epíteto Atlas, el autor anónimo observa que llaman así a la decena por alusión al Titán Atlas, de quien dice la fábula que llevaba el mundo sobre sus hombros. Homero dice de él: "Y los largos pilares que en la tierra se yerguen / En la bóveda estelar se acaban y sostienen."

"Con respecto al epíteto Fanés, la razón por llamarla así es evidente, puesto que la decena se denomina mundo y Fanés subsiste en el extremo del orden inteligible y es el paradigma del mundo (...)".

"(...) Por el autor anónimo sabemos que, según Anatolio, denominaron a la decena fuerza y todo-perfecta, porque limita a todos los números y comprende en sí a la naturaleza de lo par y de lo impar (...). Finalmente, según Calcidio en el Timeo de Platón, los pitagóricos llamaban a la decena primer cuadrado, ya que consiste en los primeros cuatro números 1, 2, 3, 4."

"Ya hemos comentado que todos los números giran dentro del número 9, y que por ello los pitagóricos lo llamaban océano y horizonte; así que, en realidad es parónimo a la mónada. Siendo así, podría extrañar que se considerara también a la decena como análoga a la mónada. La razón es que el primer engendro de la mónada es otra mónada que contiene en forma más expandida todo lo que subsiste en la mónada anterior de forma más unida, espermáticamente se podría decir. Así que, tanto la enéada como la decena son mónadas; pero todos los números existen en la primera de manera más unida mientras que en la segunda con difusión y separación más acusadas."57

Vistos así los siete últimos números de la decena, según los comentarios de los autores griegos citados, comparémoslos ahora con las siete últimas sefiroth, 4 Gedullah (grandeza) o Hesed (amor), 5 Geburah (poder) o Din (juicio), 6 Tif'ereth (hermosura), 8 Netsah (duración eterna), 8 Hod (majestad), 9 Yesod 'olam (fundamento del mundo) y 10 Malkuth (reino), sobre la base de su división en siete y tres,

"pues la división de las sefirot se determinaba también por otros criterios. Algunas veces se dividía en cinco y cinco, esto es, las cinco sefirot superiores correspondientes a las cinco inferiores (...). Sobre la base de la afirmación que se encuentra en Pirqe de-R. 'Eli'ezer, –con diez palabras fue creado el mundo, y se puede resumir en tres–, se dividieron también en siete y tres. En este caso se daba una diferenciación entre las tres sefirot ocultas y las –siete sefirot de la edificación [o construcción]–, que son también los siete días primordiales de la creación. Seis de ellos se hicieron corresponder también con los seis lados del espacio del Sefer yesirah (...). Algunos piensan que el séptimo era el palacio sagrado que se encontraba en el centro, lo mismo que en el Sefer yesirah. Otros consideraban que estaba representado por el Pensamiento Divino, mientras que para otros se trataba de un sábado simbólico. La correlación de las –sefirot de la edificación– con los días de la creación llegó a ser en extremo compleja. Muchos cabalistas, incluyendo al autor de la sección central del Zohar, no podían estar de acuerdo en la asociación automática de cada una de las sefirot con un día concreto, y consideraban que la creación, que desde el punto de vista místico significaba la compleción de –la edificación– de la emanación, se había completado ya el cuarto día58. Se sentían perplejos de modo especial por el problema del Sábado, que muchos interpretaban como símbolo de Yesod, porque estaba en paralelo con el séptimo lugar originario de esta sefirah, mientras que muchos otros veían en él una alusión a la última sefirah, sobre todo porque las potencias llegaban hasta ella y concluían allí. Igual que cada día había llevado a cabo un acto específico de cada uno, excepto el séptimo, cada sefirah realizaba también sus propias actividades específicas por las que se caracterizaba, menos la última sefirah, que no tenía esa fuerza activa, pero comprendía la totalidad de todas las sefirot o el principio específico que recibía y unía las fuerzas activas sin añadir ninguna particularidad por su cuenta. Por el contrario, esa falta de actividad y la función de la décima sefirah como una entidad que lo incluía todo, es lo que constituye su carácter único. La división de las sefirot en tres líneas o columnas era especialmente importante: la columna de la derecha incluye Hokmah, Gedullah y Nesah; la columna de la izquierda incluye Binah, Geburah y Hod; y la columna central (qaw 'emsa'i) pasa desde Keter a Malkut a través de Tif'eret y Yesod."

"(...) En otra imagen perteneciente al simbolismo orgánico (además de la que se ha visto ya en el comentario que se ha hecho antes a las tres primeras sefirot), Binah se compara con las raíces de un árbol regado por Hokmah y que produce como ramas las siete sefirot (...). Referencias al elemento masculino y femenino no sólo aparecen en el simbolismo del padre y la madre, hijo e hija (Hokmah, Binah, Tif'eret y Malkut), sino también en el uso chocante de las imágenes sexuales particularmente característico del Zohar y de la cábala luriánica. El empleo de esas imágenes fálicas y vaginales es destacado de manera especial en la descripción que se hace de las relaciones entre Tif'eret y Yesod por una parte y Malkut por otra."

"(...) El énfasis que se pone en el principio femenino en el simbolismo de la última sefirah eleva el lenguaje mítico de esas descripciones. Apareciendo desde arriba como –el final del pensamiento–, la última sefirah es para el hombre la puerta o pórtico a través del cual puede comenzar a subir por la escala de la percepción del Misterio divino."59

No cabe duda de que en todos estos fragmentos se percibe una forma de contemplar el número distinta de aquella, a la que tan acostumbrados estamos, que lo hace únicamente como mera cifra apta para cuantificar las cosas o, lo que es lo mismo, que pertenece exclusivamente al dominio de la cantidad. El número del que se habla en estos fragmentos va más allá del dominio de la cantidad. Se le concibe como inteligible –perteneciente al dominio de las ideas– y con extensión sensible. Y, por esto mismo, apto para establecer y para simbolizar el orden universal. Lo cual lleva a cabo mediante el ritmo alterno de los números pares y de los números impares, y la inversión de atributos par e impar que resulta del arquetipo hieròs gámos. Par e Impar establecen y simbolizan pues la interacción continua de opuestos-complementarios que cooperan en el universo. En suma, el cosmos se dispone, se mantiene y, además, se simboliza por el número [en base al ciclo duodenario y al ciclo denario, en la alternancia de lo par y de lo impar que tiene por principio la inversión de atributos (par e impar) que resulta del arquetipo hieròs gámos, 3 = 2 + (1) en donde 1 no suma sino que transmuta]: 1 [el Uno, la Unidad, el Ser, Dios, el Dos-en-Uno (a un tiempo Unidad y Pareja), el intelecto masculino y femenino, Andrógino, lo Indivisible, lo Igual, lo Entero, lo Inmutable, el pivote –el cubo por cuyo vacío gira la rueda– que gobierna la alternancia de lo par y de lo impar, y que opera en sí mismo, en su inmutable reposo, lo par (se-par-te) y lo impar (se-impar-te), desplegando la alternancia rítmica de lo par (par-tir) y de lo impar (impar-tir)]; 2 (la Pareja, Diosa, lo doble, indefinido, causa de la disimilitud, el principio y causa de lo par, diferencia, causa de la multiplicidad, la alternancia, la alteridad, lo simétrico); 3 [lo impar, lo centrado, centro, la analogía, semejante, homólogo y definido, lo indiviso, la casi unanimidad, el primer número perfecto, el principio el medio y el fin (1 + 2 = 3), el primer número impar]; 4 [la tétractys (1 + 2 + 3 + 4 = 10 (unidad plena) = 1 + 0 = 1 (unidad simple), la equivalencia analógica inversa de 10 y de 1, el milagro más grande, contiene las ideas primeras de todas las cosas, primera deidad efable]. Dados los cuatro primeros números –la tétractys–, esta deidad efable evoluciona hacia la luz de la multiplicidad inteligible dando los seis números restantes de la década: 5 [2 (par) + 3 (impar) = 5, privación de discordia, androgíneo, matrimonio, justicia (por su puesto en el centro de la década)]; 6 [1 + 2 + 3 = 6, la forma de las formas, la clara unión de las partes del universo, 2 (par) x 3 (impar) = 6 (macho y hembra) armonía de los contrarios; 7 [Minerva que proviene de la cabeza del padre (la mónada), 3 (alma) + 4 (cuerpo) = 7, vehículo de la vida humana, el número de la bienaventuranza y el reposo (O terque quaterque Beati, es decir, bienaventurados de alma y cuerpo)]; 8 [el primer cubo, el único número (par/par) de la década]; 9 (océano y horizonte que comprende a todos los números que giran dentro de ella, similaridad, el primer número cuadrado impar); 10 [(10 = 1 + 0 = 1), la unidad plena que se integra en la unidad simple, el recipiente universal, el mundo, que recibe las imágenes de todos los números divinos que le son impartidas celestialmente. Miguel A. Aguirre


 
NOTAS
49 Cf. T. Taylor, op. cit., pp. 195 a 201.
50 Ibid. p. 203 y 204.
51 Ibid. pp. 207 y 208.
52 Cf. T. Taylor, op. cit., p. 209 y 210.
53 Cf. C. Agrippa, op. cit., Libro II, cap. X.
54 Cf. T. Taylor, op. cit., pp. 211 y 212.
55 Nussa significa la meta; por lo tanto el verbo epinussw hace aquí alusión a una flecha o dardo que ha llegado al límite de su destino, penetrando en el blanco.
56 Cf. T. Taylor, op. cit., pp. 213 y 214.
57 Ibid. pp. 215, 216 y 217.
58 Compárese con la tétractys 1 + 2 + 3 + 4 = 10.
59 Cf. G. Scholem, op. cit., 3: "Las ideas básicas de la Cábala".

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Notas
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