"RENE GUENON II"
Carta
Editorial
Hace siete años, cuando publicamos el primer tomo de este monográfico sobre nuestro guía intelectual, René Guénon, decíamos lo siguiente, lo cual nos excusa de comenzar esta nota con otra redacción puesto que queremos decir ahora exactamente lo mismo que expresaba nuestra Carta Editorial de entonces.
"Han dicho los cabalistas (entre sus numerosas formas de trabajar) que puede leerse un escrito no sólo de la manera normal en que se organizan las letras, sino incluso entre los espacios que se producen entre las palabras, los que constituirían igualmente un código; algo así sucede con la obra de René Guénon e incluso con sus paradojas, pues aunque el mensaje central es claro y sencillo, sus derivaciones son múltiples, de acuerdo a la posición polar en que el autor se ubica, y aún sus propias contradicciones o aparentes contradicciones, que igualmente configuran un discurso que cada uno de sus lectores interpretará dentro de sus límites y su punto de vista y a su manera como una vía de acceso a lo que el esoterista francés dedicó su vida: es decir, el Conocimiento, tanto cosmogónico, ontológico o metafísico; estas 'puertas' están igualmente mencionadas en la Cábala y conforman puntos de coyuntura por donde puede ligarse con otros espacios de la conciencia individual y también con lo Universal en la medida en que estas operaciones puedan definirse como ritos, es decir como invocaciones fundamentalmente dirigidas, en este caso, al dios Hermes, hijo, mensajero, y cónyuge de la diosa Sophia.
"Ello se debe a que nuestro punto de vista es el de la Tradición Hermética, y por lo tanto al de la Cosmogonía, la Alquimia y el simbolismo constructivo al que dedica sus labores la Masonería.
"Guénon escribe para Occidente, para un público de occidentales, es decir para el medio donde nació para así posibilitar la realización (intelectual-espiritual) de ese medio; cabría preguntarse si no ¿para quién escribe? Lo hace acudiendo a las doctrinas y símbolos de otras tradiciones para demostrar la Unanimidad Tradicional; por otra parte constantemente da indicaciones y pautas, para que los hombres de este siglo, particularmente Europeos y Americanos, puedan comenzar a reconstruir particularmente su cultura, reflejo y proyección de varias corrientes de pensamiento, Gnosticismo, Cristianismo, Cábala, Tradición Hermética y otras derivadas de la Tradición Polar, y por lo tanto Unánime ya que desde allí todas las formas adquieren un sentido Único. Se le ha reprochado a Guénon no ocuparse más extensamente del pensamiento clásico (griegos y romanos) y aún del neoplatónico así como de otros elementos de la cultura Indoeuropea. Sin embargo las alusiones a estas doctrinas son numerosas a lo largo de su obra que, de ninguna manera es enciclopédica o sistemática, y por el contrario ofrece de modo sutil los elementos y las pautas que permiten afirmar la Cultura Occidental y las corrientes que la conforman como vehículos de Conocimiento y vías de realización espiritual, dejando en las manos del lector –o aprendiz– la tarea de reconstruir y vivenciar como si se tratara de un rompecabezas, sin dejar huecos, la Filosofía Perenne, lo cual equivale a su efectivización, es decir, a la salida del laberinto y el encuentro con el centro, imagen del Eje.
"Por las propias circunstancias de tiempo y espacio en que a nuestro grupo le tocó conocer el pensamiento de Guénon y por las características de nuestra formación es que la lectura de su obra es distinta en general de muchos de aquellos autodenominados 'guenonianos', en particular los que se dicen católicos, e incluso los que se adhieren a cualquier religión. Es por ello que debemos destacar algunos rasgos y ciertas circunstancias, sin duda menores, que marcaron nuestra forma de encarar la Vía Simbólica como manera de aproximarnos al Conocimiento. Y no sólo porque la mayor parte de nuestros colaboradores, habiendo absorbido bastante íntegramente la Simbólica de la Tradición Hermética –que la lectura de Guénon iluminó de forma total, atrapándonos en la magia de su discurso– conocen tanto las tendencias nefastas del 'ocultismo' (en definitiva una materialización de lo espiritual) como la diferencia entre Metafísica y Religión, una confusión –o una impostura– que también han experimentado por su entrega en la juventud a la ortodoxia católica, en la que se educaron.
"Hace ya más de quince años que un grupo de amigos trabaja en torno a la obra y las ideas de Guénon, aunque algunos de sus integrantes conocen desde tiempo atrás su pensamiento. Sin embargo este grupo no se nucleó en torno a Guénon sino que lo hizo como ya señalamos alrededor de la Tradición Hermética y la Simbólica y sólo hasta la aparición de SYMBOLOS, es decir, cuando quiso externar su trabajo interior a un grupo más amplio reconoció a Guénon como su guía intelectual, ya que su obra entera es un canto permanente a la Unidad, a la Trascendencia; una invocación constante desde la Inmanencia.
"Esto se debió a varias razones: la primera es que correspondía a la naturaleza de las cosas dada la importancia y sobre todo la influencia que había tenido su pensamiento sobre ellos, aunque se debe aclarar que no fue sólo la obra del gran metafísico francés la que influenció o coadyuvó a su proceso de Conocimiento, sino que éste fue apuntalado por un grandísimo número de autores, métodos y prácticas propios del esoterismo en general, incluso de las grandes tradiciones religiosas o de las chamánicas; que fueron estudiados más allá de una simple lectura literal o erudita. Lo que también permitió ubicar y valorar en su justo lugar la inmensa síntesis guenoniana dentro del panorama de la Cosmogonía, Sophia, o Gnosis Perenne, de la cual Guénon ha sido el emisario más completo y revelador en Occidente durante el presente siglo. En segundo término debe también señalarse que esta decisión fue adoptada para brindar a nuestros lectores un punto de vista cada vez más amplio y estable en el encuadre didáctico de nuestra revista y difundir al mismo tiempo la obra de un metafísico de tal jerarquía. Por otra parte ha existido la necesidad de poner las cosas en su lugar y destacar a un autor que ha tenido seguidores de segunda o tercera mano o categoría que desgraciadamente incluso han llegado a desvirtuar su pensamiento al punto de traicionarlo; eso sin considerar a sus enemigos enrolados en cualquiera de las coyunturas del mundo moderno, aunque por otra parte no negamos cualquier crítica válida que pudiera efectuarse a su obra o su pensamiento por muchos y varios motivos.
"De otro lado se sintió la necesidad de conectar nuestra pequeña publicación con otras que desarrollaban análogos temas y conceptos. Así como en este sendero que implica el Conocimiento, cada quien debe hacer su trabajo por sí mismo, y nadie puede hacerlo por otro, así también cada cual lo hace con sus propias imágenes las que le han correspondido a su programación familiar, social, económica y a las propias, al carácter de cada personalidad o individualidad, que marcan la trayectoria de cada camino.
Sin embargo esta fragmentación en distintos puntos de vista, también trae aparejados innumerables roces y aún verdaderas conflagraciones entre diversos grupos, e igualmente entre personas o individualidades. De hecho, si se estudia el pensamiento esotérico, o mejor la Ciencia Sagrada a la luz de la Historia se podrá observar que su mensaje, expresado en sus símbolos, ritos y mitos, en su doctrina, y manifestado de modo revelado, siempre se ha transmitido de esta manera, luchando los distintos pueblos o comunidades entre sí constantemente por las formas que tomaba su Tradición. Ese es nada menos que uno de los orígenes de todas las guerras, en especial de las guerras religiosas, tribales o grupales. Y lo curioso de ello es que el fondo o esencia, es el mismo, lo que hoy llamamos la Cosmogonía, la Ontología y la Metafísica, es decir el Origen de su Cultura revelándose de modo idéntico, de maneras todas referidas al Ser Universal y aún en una instancia más alta al No Ser y la No dualidad.
"Eso se debe a que la historia repite a su medida la gran batalla cósmica, perpetuamente actual, que signa el Universo, es decir, a la permanente lucha entre dos opuestos que, curiosamente, se complementan para producir el milagroso Equilibrio Universal.
"De acuerdo a lo arriba enunciado es más sencillo comprender los antagonismos que se produjeron en la época en que Guénon vivía –y que él provocó en gran parte– y los que han seguido después de su muerte, y a muchos de nosotros nos deja anonadados tanto que se trate de convertir a este guerrero más bien revolucionario, en un ente de ortodoxia oficial, cuanto se lo pretenda utilizar por grupos neo ocultistas, a los que combatió toda su vida; concretamente en el ámbito de la lengua castellana, en España y Argentina.
"De hecho, la lucha entre diversos grupos esotéricos y aún las de algunas individualidades o diferencias de religión, o criterio entre ellos, como ya señalamos, no es sino la dinámica de los desequilibrios cósmicos, la batalla astral, capaz por lo tanto de lograr la conjunción de los contrarios y de ese modo recrear el Universo y sus leyes manteniéndolos perpetuamente actuales, es decir, presentes en la posibilidad de ser revivificados a través del sacrificio y por la intermediación cabal del símbolo, expresión de la analogía y sus correspondencias.
"En diversas oportunidades hemos aclarado lo que pensamos acerca de la 'infalibilidad' de Guénon y de la 'infalibilidad' en general considerándola una forma de la literalidad, incluso imposible en el discurso (falible-infalible), un circuito cerrado que no excede la dualidad.
"Creemos que eso ha movido a algunos a convertirse en entes de estricta obediencia guenoniana mucho más 'ortodoxos' que Guénon –aunque fue éste quien introdujo el término en su obra–, llegando a una especie de 'guenolatría' de tipo inquisitorial, tan yerma como vacía.
"Por último señalar el lenguaje de Guénon, es decir su articulación y renovación del discurso lineal, mediante la restitución de muchos términos a su origen etimológico, la selección de palabras que denotan conceptos gastados por el uso y que se recrean e iluminan y el estilo poético de toda esta labor manifestado particularmente en la utilización de la matemática, la geometría, e incluso en la precisión del lenguaje cotidiano y el buen sentido.
"Hay un Guénon secreto, siempre actual, que dice cosas muy inesperadas y susceptibles de diversas lecturas referidas a la Tradición Unánime y a muchas de sus ramificaciones, en especial como mensajes a Occidente, y que no han sido suficientemente investigados, tarea que le corresponde a una nueva generación esotérica, interesada en conocer los Orígenes de la Ciencia Sagrada."
Y en el Nº 11-12 de 1996, proseguíamos nuestro discurso precisando que:
"La Tradición Hermética, es decir el esoterismo occidental, se ha mantenido vivo desde sus orígenes egipcios y griegos y forma parte de la columna vertebral de nuestra cultura.
"La larga lista de iniciados, desde los textos que los testimonian en los jeroglíficos egipcios y en los escritos griegos, incluyendo a Orfeo, Pitágoras y Platón son los maestros de esta Tradición ligada directamente con la divinidad Thot–Hermes y su proyección filosófica en Alejandría en el s. III y hermético–alquímica en la Edad Media y el Renacimiento, continuando hasta nuestros días. La Tradición Hermética es, junto con los demás valores culturales que conforman el pensamiento occidental, incluidas las religiones que coexisten con él, la vía iniciática por excelencia para todos aquellos que han nacido o viven en Occidente y tienen las estructuras de su impronta cultural. La Tradición Hermética, cuya característica es la versatilidad con respecto a la rigidez y legalidad de otras tradiciones dogmáticas, es la posibilidad de encarnar los Misterios Menores, es decir la reintegración del Hombre Verdadero, y de sus posibilidades supra–humanas, tal cual fue en el origen, en un Paraíso anterior a la caída.
"Entregamos este volumen al lector estando conscientes del don que significa poder ofrecer en alguna medida una imagen de este tesoro legado por nuestros ancestros, que pudiera ser encarnado, o vivenciado en cualquier medida que fuere, por aquellos llamados a ello.
"Dedicamos la publicación a los 'solitarios', a aquellas personas que por distintos motivos han recibido el Mensaje y podido percibir la Voz del Noûs en sí mismos, y por sí mismos, es decir, a los Adeptos de la Tradición Hermética. Esta Tradición, en efecto, se propaga de esta manera y debe destacarse la vehiculación del libro –de la escritura y la iconografía– como factor determinante de transmisión.
"Es obvio que el proceso alquímico sólo se produce en la intimidad de la conciencia, donde el sujeto de la transmutación va alterando su materia y tomando la secuencia cromática correspondiente a las imágenes que posee y a las simbólicas por las que transita. La doctrina es desde luego su guía y hay numerosos caminos –métodos– por seguir, las artes liberales dan cuenta de la mayoría de ellos.
"Sin embargo, actualmente se tienen de la Iniciación unas ideas tan dispares como equivocadas. Algunos piensan un poquito infantilmente en una serie de ceremonias mágicas que otorgarían de igual modo una personalidad superlativa, otros la asocian con una certificación o diploma que regularizaría su situación frente al medio y los justificaría ante sí mismos, la mayor parte han presentido el poder y eso es lo único que les interesa, por último algunos quieren seguir una senda segura donde oficialmente puedan optar el camino burocrático del dios religioso al que esperan encontrar después de la muerte… en definitiva, todos la conciben como algo exterior a ellos mismos, como si se tratara de modificaciones obtenidas en objetos que reaccionan a tal o cual estímulo y de hecho jamás se piensa que todo ello es interno y el ser humano el sujeto de la accesis que desemboca en el Conocimiento y le otorga el auténtico Ser.
"Esa posibilidad está permanentemente abierta a los Adeptos de la Tradición Hermética que trabajan su regeneración en relación con las coordenadas espacio–temporales, es decir con la encarnación psíquica e intelectual de los símbolos de la cosmogonía, de las Ideas que conforman el Arquetipo o Modelo Universal, lo que es idéntico a una verdadera espiritualidad.
"Estos aprendices 'solitarios' y sus iniciaciones suelen producirse al margen de las religiones o de las organizaciones tradicionales cuando estas han dejado de existir, o por diversas razones no pueden servir las necesidades intelectuales-espirituales de los que acuden a ellas. Este es el caso actual, donde organizaciones pseudoespiritualistas han tomado el lugar de las auténticas Tradiciones y donde estas mismas Tradiciones y las Religiones se hallan corrompidas y en proceso de desintegración acelerada obedeciendo a factores relacionados con un fin de ciclo."
Y en el año 1997, en nuestro Nº 13-14, decíamos lo que igualmente queremos repetir ahora:
"Dedicamos este Nº doble de SYMBOLOS al estudio de la Masonería, sociedad iniciática occidental, y por lo tanto al simbolismo constructivo como imagen de la arquitectura del Universo y también del hombre como su miniatura. La Ciencia Sagrada se basa en el Conocimiento de la Cosmogonía que hace de todo maestro masón un mago, en el sentido de su integración con las pautas, números, y medidas, utilizados de acuerdo a los ciclos y ritmos propios de las leyes naturales que conforman el modelo, o arquetipo del mundo. Es decir, el teúrgo como hombre de Conocimiento, y sobre todo como creador y ejecutor de un proyecto surgido de la nada, análogo al cosmos, pero producto de la concentración y el trabajo de un pequeño demiurgo humano.
"En ese sentido la Masonería es Universal y sus talleres otros tantos templos de la Iglesia Secreta. En ellos se expresa la Voluntad Perenne del Constructor, llamado Gran Arquitecto del Universo, mediante el Símbolo y el Rito, y se aprende a conocer la Obra del Creador, y por sobre todo el Pensamiento que la ha organizado.
"Por lo que ser masón no es simplemente una adscripción a una institución cualquiera por esotérica que fuere, sino el hacerse cargo, el encarnar su cuerpo doctrinario manifestándose en la totalidad de los mundos físico, anímico y espiritual. Para ello es necesario un trabajo que actúe de modo operativo sobre los postulantes y los lleve a comprender no sólo la majestad de los conceptos con los que está alternando, sino también la dignidad feroz de esta labor de accesis al Conocimiento, principio y motor de todo trabajo, inclusive material y profano; esta dignificación del trabajo es pareja con toda idea de Orden propia de la Construcción, y se encuentra presente en la Masonería (una Orden) desde la época de las corporaciones y gremios medioevales hasta hoy.
"En realidad la labor del masón es pulir la piedra bruta y llevarla a la perfección. En ello su labor no se diferencia de la del alquimista –o hermetista– que lleva a cabo la transmutación, es decir que completa un ciclo propio y real en un mundo permanentemente inacabado, casi ilusorio. Es importante aclarar que este pulimiento de la piedra, encargado por el Gran Arquitecto del Universo a los hermanos masones, sólo se extinguirá con el fin de los tiempos, o sea, hasta el momento en que el tiempo, vivo, siempre presente, absorba la totalidad del espacio.
"En este fin de ciclo se presenta la Masonería como un depósito de doctrina viva y tradicional que incluso ofrece la posibilidad de una realización intelectual (espiritual), es decir, de la Iniciación en el Conocimiento.
"Por eso este renacimiento de la Orden al que asistimos, sobre todo si se tiene en cuenta que la Masonería (noaquita) ha recibido su legado doctrinario y experimental de un ciclo anterior al del diluvio bíblico, según la Tradición."
Lo cual se reafirmaba en el Nº 15-16:
"Hoy en día la aparición de señales de las que tan buen ejemplo es el fenómeno del Niño, (inundaciones, desertización e incendios) sumado a temblores, pestes, enfermedades, guerras, hambrunas y distintas manifestaciones desconocidas hasta hoy, y a conflictos sociales y familiares y todo tipo de anomalías en la vida cultural de los pueblos, se nos hace habitual y podemos verla por doquier; basta coger cualquier periódico o encender la televisión. Sin embargo estas catástrofes naturales y sus secuelas económicas y políticas no son nada respecto a la perversión del hombre actual que ha matado todo símbolo y espacio sacro al punto de haber llegado a ser un robot vacío de todo sentido sobreviviendo en un mundo sin significados. Los crímenes ecológicos, el recalentamiento global, la enajenación cibernética y la clonización dan cuenta acabada de ello. Sobre todo esta última aberración, es tan aterradora que llega a estremecer, e incluso conforma la mueca más horrible del humor negro, ya que incluye a personas que creen que descienden del mono, clonándose a sí mismas, de modo indefinido.
"Pero no se trata de dar una visión 'pesimista' de este magno acontecimiento, mucho menos catastrófica, –aunque tampoco tan hipócrita como para velar hechos que por otra parte la ciencia de los ritmos y los ciclos, anuncia desde hace siglos–, en aras de dar una versión 'optimista' de todo ello, es decir ocultar la cabeza como el avestruz, cuando al mismo tiempo con ese acontecimiento, análogo a la muerte de un ser vivo, concretamente el humano, se abre también la puerta a otros estados del Ser, y suprime su dolor, su angustia, su enfermedad, su pobreza y todas aquellas otras miserias inherentes al estado que corresponde a la humanidad actual, en este fin de ciclo que nos toca vivir.
"Las guerras religiosas, las rencillas entre distintas entidades esotéricas, no solamente entre instituciones ocultistas, sino entre distintos grupos igualmente tradicionales, son también símbolos de la disolución total, tan importantes como el de la aceleración y la solidificación general aunque constituyen simultáneamente la posibilidad de la resurrección, de un nuevo nacimiento en una Edad de Oro, donde los hombres de hoy vivan su regeneración espiritual y psíquica y conformen las simientes de ese extraordinario Eón que se avizora.
"De todas estas circunstancias y asimismo de la posibilidad de la salvación nace el mito universal del Arca de Noé, en donde se pueden conservar las especies para una tierra regenerada después del diluvio, el cual para nuestro punto de vista se efectúa mediante los medios que provee la Tradición Hermética y la Vía Simbólica, especialmente el Simbolismo Constructivo.
"La ciclología tiene la virtud de hacernos comprender que lo que estamos viviendo y el fin del ciclo que nos aguarda ya ha sucedido otras veces con distinta intensidad y que ello no es un espanto apocalíptico, con horrores físicos como se lo suele pintar, sino los últimos estertores que agitan a un enfermo, tal cual sucede a veces con los instantes finales de un ser humano –cuyo deceso es para él el fin de su mundo, o sea, el fin de un mundo, e igualmente la oportunidad de la vida verdadera.
"Por eso el estudio de la ciclología y la meditación posterior, como la reflexión sobre las auténticas profecías de todos los pueblos son también una base y un método para salir de la prisión de la mente y conocer otros estados del Ser Universal, tal como lo simboliza la escala de Jacob, y como ya hemos dicho el Arca de Noé, que no es sino el vehículo en el que podemos transladarnos de un mundo a otro, sin ninguna concesión a lo literal. Este estudio nos lleva a meditar en la Grandeza y Majestad de quien ha creado y diseñado el Cosmos y los Eones, y a su través a comulgar, ser uno con El: si se es uno con el concierto cósmico, se es uno con El que lo ha creado, y El lo es contigo. El tiempo se hace simultáneo y la realidad de todo ello sobrepasa cualquier concepción profana. Por eso las teorías científicas modernas son un juego de niños comparadas con la concepción tradicional de la Cosmogonía, donde en la dimensión de un dios un siglo es un segundo.
"Pero en verdad son los extremismos religiosos, los falsos profetas y la corrupción y adulteración los signos que están caracterizando no sólo al mundo profano, sino al espacio esotérico, negando estas mafias toda posibilidad de una veraz iniciación, y estructurando las señales más graves y características de este fin de ciclo.
"La aceleración casi total nos hace pensar en un momento terminal que ya estamos viviendo y se da la paradoja de que el hombre, negando lo que tiene, llora y se lamenta por lo que nunca tuvo y por lo tanto por aquello que tampoco puede perder.
"Ante el horror general sólo cabe entonces la posibilidad de la realización particular, que busque en una logia o grupo pequeño el apoyo y la doctrina para apuntalar el llamado del Conocimiento lejos de las estafas y las maniobras políticas e inmorales a las que nos tienen acostumbrados ciertos movimientos que, disfrazados con distintos ropajes inocentes nos están tratando de vender gato por liebre, religión y fundamentalismo por Metafísica y Ciencia Sagrada; esto es particularmente claro en aquellos que diciéndose incluso tradicionales sólo tratan de encauzar hacia su molino todas las aguas del descontento provocado por el mundo moderno, con propósitos equívocos.
"Queda siempre la posibilidad, hoy en día nada improbable por las mismas condiciones cíclicas, de la gracia de la autorrealización ya que Dios está en el Centro de todo ser humano sin necesidad de ninguna religión, (aunque se revela muchas veces por su intermedio) sin la obligación del dogma, las ceremonias, la burocracia administrativa, y la 'legalidad'.
"En todo caso se puede afirmar sin equivocarse que nuestra ubicación y, en general, el planteo de nuestra vida cambia si aceptamos como definitivo el que estamos en una etapa avanzada del Kali Yuga, y que por lo tanto es ya inevitable la caída e innecesaria cualquier acción de tipo social, por el mismo hecho de que nada podemos hacer más allá de operar en la individualidad o en un pequeño –pequeñísimo– grupo. Desde luego aceptar esto –que nos ha sido enseñado– es muy doloroso, es decir, que esta humanidad se autocondena y que no quedará nada de ella. Es un alivio, sin embargo, reconocer que, por alguna razón eso forma parte del plan divino, y que nosotros no tenemos ninguna responsabilidad en ello.
"Y ahora que la 'postmodernidad' ha dado lugar al 'preapocalipsis' no parece mal citar la conocida frase de René Guénon que pone final a su libro El reino de la cantidad y los signos de los tiempos: '… si se pretende alcanzar la realidad del orden más profundo, puede afirmarse con todo rigor que el 'fin de un mundo' no es nunca ni podrá ser jamás algo diferente del fin de una ilusión.'"
Al año siguiente decía nuestra carta:
"De hecho, queremos reiterar los términos de la editorial de nuestro volumen anterior publicado sobre el mismo asunto, a la que remitimos a los interesados en ello.
"Pero es interesante observar que uno de los 'mitos' modernos más importantes difundido por el cine, la televisión e incluso el Internet en todo el mundo es el del hundimiento del Titanic, ya que está claro que representa el naufragio de la nave, el hundimiento del barco del mundo moderno tragado por las aguas de la confusión y el caos. Y, entre la desesperación y la violencia, aparecen y se propagan innumerables ratas, entre las cuales, las más agresivas y corruptas, las ratas del Fin del Ciclo, son aquellas que aún conservan ciertos desechos tradicionales, algunos nombres y ritos degradados, determinados símbolos invertidos, excrementos que constituyen su ración espiritual, 'su religión', y que ellos confunden con lo sagrado. Otro 'mito' análogo, igualmente propagado por los media y que conforma casi una realidad para muchísimos niños y personas mentalmente escasas es el de los dinosaurios, cuya desaparición en cierto momento se considera acorde con una época cíclica determinada, en la que estos se extinguieron a causa de una catástrofe universal. A esta última percepción debe sumarse la de objetos voladores no identificados que podrían desatar calamidades en la Tierra. Respecto a formas muy concretas del caos –a la vuelta de la esquina–, en cuanto a disolución de estructuras económico-sociales, el 'efecto año 2000' ('Y2K') en las computadoras ha sido advertido al público en general por el mismo secretario general de las Naciones Unidas. Es igualmente curioso que otra expresión hoy en boga, la del reciclaje de papeles, vidrios, latas y otros muchos elementos de consumo diario, sea ampliamente difundida, puesto que esta idea, por cierto, está en relación directa con un reciclaje mayor protagonizado por el macrocosmos, al final de este ciclo eminente.
"Para terminar con estas señales que por doquier se hacen patentes en nuestro entorno, –como el paso de inevitables y puntuales cometas– queremos cerrar esta carta con una cita de René Guénon que, sin duda, habrá de hacer reflexionar a nuestros lectores: 'Ciertamente, no somos de aquéllos que están dispuestos a negar 'la intervención del demonio en las cosas del mundo', muy al contrario; pero que se la busque allí donde realmente está; la verdad es que esto sería un poco más difícil y peligroso que seguir simplemente las pistas falsas sobre las que el mencionado demonio o algunos de sus representantes creen ventajoso lanzar a los 'investigadores' más o menos ingenuos, precisamente para impedir que puedan descubrir la verdad'. Etudes sur la Franc-Maçonnerie et le Compagnonnage T. I, octubre 1936."
Al hilo de todo ello y continuando señalando un camino, esbozando un perfil y sobre todo un punto de vista, lo que ha distinguido a esta revista, decíamos:
"En los Nºs Fin de Ciclo I y II hemos dado larga cuenta de distintos signos que caracterizan a la época actual, tales como enfermedades, pestes, malformaciones, sequías e inundaciones, terremotos constantes, cambios climáticos, extinción biológica, etc. etc., y pese a nuestro optimismo de base no podemos dejar de ver lo que nos circunda. Lo cual denota una multiplicación monstruosa y al mismo tiempo una aceleración constante del olvido de los más elementales valores, que desemboca en la denigración de la vida humana, o sea de la especie, y por lo tanto, también del entorno y las otras especies. A lo que debe sumarse la injusticia en todos los campos, el fraude y la delincuencia, el sectarismo, y sobre todo la traición, según lo describe el Evangelio cristiano. Asimismo la aparente normalidad de la idea de la robótica, junto con la clonación, ambas fuera de proporción y de consecuencias tan inimaginables que, precisamente si no fuera por el fin del tiempo y el rayo piadoso que terminará con este mundo de una sola vez, podrían conformar una monstruosidad sin nombre de la que debiéramos arrepentirnos; una pesadilla que está ya produciéndose y que no puede ser ajena a la compasión de los dioses. Toda esta confusión está ejecutada por personas que son actores de unos roles propios del mundo moderno, su filosofía (?), su ciencia y técnica, roles previamente asumidos, propios de una civilización en decadencia que toca a su fin, ya que como lo hemos señalado el postmodernismo ha cedido paso al pre-apocalipsis, e inmediatamente al apocalipsis mismo, que ya estamos viviendo de modo práctico, pues unas décadas más o menos eventualmente no son nada en la vida humana.
"Pese a que somos cristianos, debemos decir que eso que destacamos es particularmente notorio en la religión actual, (es decir, la expresión oficial de las tradiciones abrahámicas) la que aún en sus aspectos más altos sin mencionar la ignorancia y la crueldad de los integrismos y fanatismos contemporáneos, o sea el racionalismo teológico, o la experiencia mística emocional, es la versión de un dios personal, que muy pocas veces alcanza el grado del Nous-Demiurgo, y por lo tanto está sujeta a la psiqué; tal vez en algunos fieles alcance a la ontología y a la unicidad del Ser Universal, pero jamás a la Metafísica (a menos que se tome por ella a lo que se designa así en la actualidad) o a la Suprema Identidad o No Dualidad, verdadera esencia de toda iniciación. Eso hace que se inviertan los valores y se coloque la Metafísica al servicio de la Religión, o de la Ontología (en el mejor de los casos), que parte de la base de que es real aquello que perciben los sentidos, y por lo mismo se constata la idea de una fe material, lo que configura un verdadero materialismo espiritual. Y así, la Masonería debería estar vinculada a un exoterismo religioso fuera del cual no podría haber ninguna iniciación, e incluso supeditada a él, como si la vertical dependiera de la horizontal, invirtiendo todo proceso generativo, lo cual es la más neta señal de la contratradición.
"En nuestros Nºs anteriores hemos ya formulado nuestro total rechazo hacia esta confusión entre Religión y Ciencia Sagrada y no queremos abundar sobre ello. En cuanto al esoterismo propiamente dicho, y a su más fiel representante en este siglo, René Guénon (aunque no el único por cierto), debe señalarse la malversación de su obra en manos de pretendidos seguidores y sus acólitos, auténticos maestros de la confusión, tal el caso de Frithjof Schuon y Jean Reyor a los que desde hace algunos años se suma el 'teólogo' Jean Borella, muestras cumbres de aquello a lo que nos estamos refiriendo, los cuales son tanto más peligrosos y contratradicionales cuanto más cerca se encuentran de los auténticos valores de la Tradición Unánime, siempre vertical y no meros enunciados 'tradicionalistas'.
"Todo esto no debe quitarnos la Esperanza y la auténtica Fe en un mundo futuro, virginal y nuevo, con la frescura de otro amanecer, al que debemos arribar por medio del sacrificio que antecede a cualquier gestación, y aún del sufrimiento que caracteriza a toda re-generación, y donde el dolor, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia y la muerte han sido de una vez por todas abolidos por la misericordia divina contemporáneamente con la entrada al Paraíso de una Edad de Oro, tanto para nosotros como para nuestros semejantes."
Y finalizamos el 21-22 (año 2001) con las siguientes palabras:
"Muchas gracias a todos aquellos que han hecho posible el espacio, el ámbito, de SYMBOLOS y nuestro respeto a los que aún creen en estos tiempos en la posibilidad del Conocimiento y su realización, pese a los mil gestos y posturas que adopte el Adversario que también anida en nuestro interior y que no es sólo un enemigo circunstancial, ya que gracias al mismo y al papel que a él toca, es que en el escenario universal se ha ido apagando la luz, envejeciendo el mundo, frustrándose cualquier perspectiva por la paulatina muerte del valor del símbolo entre las más crudas y abyectas simulaciones, las más grotescas imposturas 'tradicionalistas' en medio de la ignorancia, la crueldad y la injusticia protagonizada por la soberbia y el fanatismo de los que juegan un patético rol con el que los ha marcado el Destino, antes de que caiga el telón de la Obra."
Hoy que ya se han cumplido 50 años de la muerte de Guénon queremos dedicarle este homenaje que tiene, en acuerdo con lo que llevamos dicho, como temas principales por cierto a la obra de Guénon, en cuanto esta se refiere en especial a la Tradición Hermética, a la Aritmosofía, al Simbolismo constructivo, a la Alquimia y al esoterismo occidental en general, aparte de presentar la muy interesante correspondencia entre Guénon y A. K. Coomaraswamy y el metafísico francés y Louis Cattiaux.
Abrimos este Nº
con los trabajos de los más nuevos colaboradores de SYMBOLOS:
"René
Guénon y la Tradición Hermética" de Mireia Valls
y "Guénon, Dante y la Tradición Hermética" de Patricia
Serdà, los que debían ser precedidos por un estudio sobre
el Centro, de Fernando Trejos, que por fuerza mayor ha sido suspendido
aunque se publicará próximamente en SYMBOLOS
telemática. A continuación "Vide cor tuum" de Josep
Mª Gràcia que prosigue naturalmente el tema desde otro punto
de vista, "Breve sobre simbolismo constructivo" de Iñigo Correa
que replantea el tema del Hermetismo y la Construcción, coronando
esta primera parte los artículos específicamente masónicos
"René Guénon, Maestro masón" de Mª Angeles Díaz
y "La Masonería en la obra de René Guénon" de Francisco
Ariza, y finalmente "Errores y manipulaciones en torno a la obra de
René Guénon" de Marc García, con el que termina
esta 1ª sección.
Seguidamente se abre "Notas" con las presentes colaboraciones: "René Guénon y la matemática" de Ester Llecha, "Presencia de René Guénon" de Mª Victoria Espín, "La Alquimia en la obra de René Guénon" de Julio Pauls, culminando con "René Guénon, Maestro hermético" de José Manuel Río.
Tanto estas notas como los artículos de la 1ª sección hablan por sí solos y recomendamos a nuestros lectores su atento estudio.
Inmediatamente se prosigue con "Glosas" encargadas en su oportunidad como trabajos herméticos realizados por un grupo y que no pudieron ser publicados en nuestro primer homenaje dedicado a Guénon –SYMBOLOS Nº 9-10, 1995: "René Guénon" (I)– por exceso de material, como allí dijimos. Nos referimos a las efectuadas sobre sus obras El esoterismo de Dante, Símbolos fundamentales de la Ciencia sagrada, Los estados múltiples del Ser y La crisis del mundo moderno por Antonio Casanovas (†)1; La Gran Tríada por Josep Mª Gràcia, El hombre y su devenir según el Vêdanta e Introducción general al estudio de las doctrinas hindúes por Antonio Guri, Apreciaciones sobre la Iniciación por Marc García, Los principios del cálculo infinitesimal por Miguel A. Aguirre, y finalmente algo muy caro a nuestros lectores americanos: "Las Tradiciones precolombinas en la obra de René Guénon" de Mª Victoria Espín. A estos nombres habría que agregar el de Lucrecia Herrera, no sólo múltiplemente involucrada directamente en este Nº dedicado a Guénon, sino al resto de las publicaciones de SYMBOLOS.
No hemos podido
incluir la 2ª parte del estudio de Antonello Balestrieri "De un 'Documento
confidencial inédito' (y de las 'aporías' de su autor)"
(hoy ya en su
versión electrónica) por el tamaño que adquirió
este segundo volumen monográfico dedicado a Guénon (712
págs), así como tampoco otras notas y comentarios a libros
y revistas, todo lo cual publicaremos también en nuestra próxima
reactualización telemática.
Desde luego, Guénon ha sido una constante en nuestras publicaciones, puesto que su papel ha sido obvio no sólo en cuanto lo hemos destacado numerosas veces como nuestro guía intelectual sino debido a la importancia histórica de su obra, ya que lo consideramos –y no sólo nosotros– como un personaje providencial dado que es claramente el emisario más importante para Occidente de la Verdad, manifestada por la Tradición Unánime; al menos el personaje más discutido y destacado del esoterismo en el siglo anterior para quien quiera verlo, con criterios históricos, de esa manera.
Recordemos que además de haberle dedicado un Nº doble de SYMBOLOS de 440 páginas en 1995, hemos mantenido de modo permanente en nuestra revista una sección denominada "René Guénon" en la que se han publicado estudios suyos no aparecidos en libros ("Las dualidades cósmicas", "Algunas páginas olvidadas de René Guénon", "Discurso contra los discursos") o de muy poca divulgación o no traducidos al castellano ("Notas sobre la producción de los números", "Observaciones acerca de la notación matemática", "La iniciación y los oficios", "Silencio y soledad", "El Demiurgo", "Las artes y su concepción tradicional", etc.), así como la correspondencia con diversos autores, entre ellos la mantenida con el rumano V. Lovinescu publicada por primera vez en cualquier lengua.
Es sabido que el metafísico francés señala a la Masonería como Institución depositaria de la Tradición, y como única capaz de otorgar una iniciación válida en la época actual en Occidente; igualmente señala a la Tradición Hermética como capaz de transmitir de facto una iniciación en los Pequeños Misterios y debe destacarse que el Hermano Guénon atribuye a los Misterios Menores nada menos que la reintegración al estado Primigenio y Original, y a su doctrina el conocimiento total del Universo, es decir su cosmogonía que totaliza tierra y cielo, del que se ocupan la Alquimia y la Astronomía-Astrología: el dominio de las ciencias de los ritmos y los ciclos, lo que es mucho decir para cualquiera que se ponga a meditar en ello.
En contrario no otorga ningún tipo de validez esotérica a la Teología, ni a los sacramentos católicos, y señala que el Cristianismo rechaza cualquier idea vinculada a la iniciación y aún al esoterismo, como es sabido. Y aclara que la religión por sí misma en esta materia no supera en absoluto los planteos profanos:
"... la distinción entre el orden profano (comprendiendo aquí no solamente lo que está desprovisto de carácter tradicional, sino también todo exoterismo) y el orden iniciático es, a decir verdad, la única que sobrepasa las contingencias inherentes a los estados particulares del ser y que tiene, por consiguiente, un valor profundo y permanente desde el punto de vista universal." (Aperçus sur l'Initiation, p. 178: "De la muerte iniciática").
Lo que el catolicismo integral y la derecha falsearon de la obra de Guénon para sus intereses particulares, hoy es utilizado de igual modo por el islamismo fundamentalista que se aprovecha de su obra, tergiversándola, y en especial del hecho de que en su vida particular eligiera el Islam como su religión y vivir en Egipto como un ciudadano de "a pie", para propagar una versión adulterada de su pensamiento, hoy relacionado, valga la inmensa paradoja, con la izquierda más radical, que emparenta al mahometanismo con las clases sociales más desposeídas y su lucha contra el capitalismo, cuando no, en otra vertiente, la exaltación cuasi religiosa de la pobreza por la pobreza misma lo cual es tomado como el summum de la espiritualidad y la certificación de la virtud.
Esto es particularmente válido para el Islam que según el mismo Guénon es seguramente la Tradición donde lo esotérico se encuentra más alejado de lo exotérico:
"De todas las doctrinas tradicionales, es en la doctrina islámica donde quizá esté marcada más claramente la distinción entre dos partes complementarias una de otra, que se pueden designar como el exoterismo y el esoterismo" ("El esoterismo islámico", Cahiers du Sud 1947).
Es interesante destacar que el metafísico francés escribió este estudio después de vivir muchos años en Egipto y habiendo adoptado el culto de esa religión desde 1930, es decir que se había integrado a ella de modo individual.
De acuerdo con analistas que siguen de cerca el problema, es difícil distinguir hoy día entre el Islam y el fanatismo religioso, al menos en Occidente, lo que produce un profundo dolor para el auténtico fiel, o los que otrora han simpatizado con esa Tradición, humillados por la asociación Islam-terrorismo (así este último sea "intelectual" como en Internet donde pueden consultarse diversas páginas y foros al respecto), falacia que sólo es producto de ese fanatismo. Analistas que destacan igualmente que a este papel, en última instancia represor, le tocó ser personalizado en la época de la Contrarreforma –aunque no sólo en ella– por la Iglesia Católica, dentro del panorama de las Religiones oficiales de Occidente que han conformado el actual mundo moderno. Estos elementos disociadores estarían en el presente constituyendo dos bandos: el islámico religioso y el judeo-cristiano, llamado también por los mahometanos los "infieles" (denominación tajante que hacen extensiva al resto del mundo no islámico, es decir, que incluye hindúes y extremo orientales), o los "cruzados", sus enemigos a muerte contemporáneos. Es decir que a todos estos bandos o sectores les toca de hecho una función dentro de la disolución general de la que forman parte activa al punto de encarnarla, al convertirse en violentos agentes del juego del Destino que se expresa por la destrucción al fin de un Gran Ciclo y que necesita de ejecutores en la parte del plan que le corresponde al ser humano realizar.2 A pesar de que estos fanáticos se vivan como santos aunque en realidad en esta divina comedia, sólo ocupen el papel de verdugos, tan culpables como sus opuestos del genocidio y la matanza colectiva vehiculados por cualquier fanatismo implícito en el exterminio que suponen las guerras religiosas.3
Actualmente varios grupos de estos islámicos –que utilizan el terrorismo intelectual– actúan al igual que las sectas, que en definitiva no son sino desviaciones o degradaciones religiosas, de las que han copiado el modo de acción. Utilizan a Guénon, falsificando su mensaje y desconociendo su obra, a la que apenas citan textualmente tal vez por ignorarla, o porque, en última instancia, no les conviene ya que la versión interesada, parcial y resumida que tienen de ella les es suficiente. Prometen la iniciación y la metafísica para un futuro de hegemonía islámica y confunden deliberadamente la sharyah con el taçawwuf (esoterismo iniciático) pretendiendo que el Islam es una tradición totalmente unida y que procede de modo unánime y de la cual ellos son los representantes oficiales, directamente ligados con la cadena tradicional que nace nada menos que de Mahoma y Alí, lo cual dejan entrever como al pasar, de modo solemne y con pretendida autoridad, representación teatral que han practicado cientos de veces, al punto de perfeccionarla. De este modo muchos engañados piensan que serán marginados o juzgados por una superestructura, incluso histórica, que los condena. Estigma del cual pueden zafar si se recomportan y se adscriben a esta religión y sus promesas y no van "por la libre". Sin reparar en que la Religión –tal cual lo ha dicho Guénon numerosísimas veces– es otro ámbito diferente al de la Metafísica cuyo camino es la Iniciación que es negada, desconocida o disimulada, cuando no perseguida, por las Religiones del Libro. Y de este modo el "ingenuo" queda enganchado en un sistema para el que los Misterios Menores son desconocidos –y muchísimo más los Mayores– y sujetos al ámbito de lo meramente religioso, moral y devocional creyendo que está en la verdad y haciendo grandes progresos espirituales al combatir de todas formas por esa "su causa", con lo que se ganarán méritos ante la "superestructura", lo que nada tiene que ver con la auténtica Ciencia Sagrada y el Conocimiento, y lo llevará en poco tiempo hacia el fanatismo.
Sin embargo tanto ciertos "cristianos", como "islámicos" o mismo la minoría judía, pretenden hacernos creer que la sabiduría pasa por la religión, utilizando mañosamente sus artimañas.
Y lo efectúan de modo tan desagradable que de hecho, hoy por hoy se hacen detestables, al punto que muchos prefieren las pseudoverdades, y "desviaciones" del ocultismo new age, puesto que al fin y al cabo pertenecen a la órbita de la pseudoiniciación, y en el peor de los casos a la antitradición, en lugar de la sórdida lucha por trocar a la metafísica en religión –y aun increíblemente primando a ésta sobre aquella, tomándola incluso como vía iniciática– e interesadamente confundir sus distintos campos, tal cual hacen privilegiando lo exotérico ante lo esotérico, la santidad sobre la sabiduría y el fanatismo destructivo y monista frente al equilibrio (que brinda la permanente conjunción de opuestos) lo que los hace claramente contratradicionales y sobre todo contrainiciáticos; adulteradores del mensaje tradicional y activos miembros de la disolución universal, mediante el expediente de falsear sus valores y naturaleza (utilizar torcidamente a Guénon y lo que significa, en este caso) impidiendo así la verdadera iniciación a muchos que estaban dispuestos a ello.4
Va de suyo que este homenaje se hace desde el hermetismo masónico, nacido oficialmente en el siglo XVIII, como en siglos anteriores hubo un hermetismo alquímico que se transformó luego en rosacruz, y siempre, desde los primeros siglos del cristianismo y la Edad Media hasta el día de hoy, aunque muy oculto y censurado, un hermetismo cristiano que no necesita de nada más que de los símbolos evangélicos y la revelación del corazón en el silencio, lo que excluye la parálisis y constituye el antídoto al disimulado terror ante la pérdida de todas las referencias que conforman nuestro ser y la exclusión de todo aquello con lo que nos identificábamos.
Para finalizar queremos recordar lo que Guénon dice en referencia a los ritos en general en Aperçus sur l'Initiation, pues:
"... toda acción cumplida según las reglas tradicionales, cualquiera que sea el dominio del que dependa, es realmente una acción ritual ..." (pág. 143, "A propósito de 'magia ceremonial'"),
completando lo dicho en págs. 199-200 ("Iniciación efectiva e iniciación virtual"):
"... los símbolos son esencialmente un medio de enseñanza, y no solamente de enseñanza exterior, sino también de algo más, en tanto que deben de servir sobre todo de 'soportes' para la meditación, que es por lo menos el comienzo de un trabajo interior; ahora bien, esos mismos símbolos, en tanto que elementos de los ritos y en razón de su carácter 'no-humano', son también 'soportes' de la influencia espiritual misma. Por otro lado, si se reflexiona en que el trabajo interior sería ineficaz sin la acción o, si se prefiere, sin la colaboración de esa influencia espiritual, se podrá comprender así que la meditación sobre los símbolos adquiera ella misma, en ciertas condiciones, el carácter de un verdadero rito, y de un rito que, esta vez, ya no solamente confiere la iniciación virtual, sino que permite alcanzar un grado más o menos avanzado de iniciación efectiva".
Y afirma en particular en otro de sus estudios, respecto a los ritos herméticos como manifestación de la Ciencia Sagrada:
"podría decirse que los símbolos contenidos en los escritos alquímicos constituyen aquí el exoterismo, en tanto que su interpretación reservada constituye el esoterismo" (Introducción general al estudio de las doctrinas hindúes, 2ª parte, cap. IX).
No es inútil recalcar aquí las menciones que asimismo efectuó a lo largo de sus escritos, referidas a las correspondencias entre el simbolismo alquímico y el constructivo, propio este último de la Masonería, que lo efectiviza en sus talleres en la Iniciación a los Misterios. Federico González
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