SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis
 
LA MÁSCARA REAL Y SU SIMBÓLICA
Mireia Valls y Marc García
Libros del Innombrable. Colección Aleteo de Mercurio
1ª edición, marzo de 2017. 61 ilustraciones. 95 págs
ISBN: 978-84-92759-92-7


https://www.librosdelinnombrable.com/




Reseña novedad editorial

En octubre de 1759 se celebró durante tres días y tres noches consecutivos una Máscara Real en Barcelona, un festejo de proporciones gigantescas en el que participó la ciudadanía al completo y con el que se conmemoró la llegada de Carlos III a la península, camino de su coronación en Madrid.

Las máscaras o mascaradas reales son piezas teatrales propias del renacimiento isabelino en las que se festejaban las efemérides reales –uniones, aniversarios, entronaciones, etc.– poniéndolas en correspondencia con gestas mitológicas, cuyo discurso metahistórico se entrelazaba con los acontecimientos temporales que tenían lugar en el momento del advenimiento real. Se creaban escenarios efímeros que enmarcaban un espectáculo completo, que incluía la puesta en marcha de la práctica totalidad de las artes –pintura, escenografía, música, baile, escultura, etc.–. La actualización de las gestas mitológicas sobrepasaba en mucho la simple lectura literal de los hechos, pues en última instancia evocaba un gesto arquetípico que se concretaba y vivificaba en dicho acontecimiento histórico.

El cuaderno que inaugura la colección Aleteo de Mercurio recoge de forma sintética y extraordinariamente bella los fastos que se produjeron en la ciudad condal hace 250 años, cuando la ciudad se entregó por entero a tan magna celebración. El Ayuntamiento encargó entonces a los talleres de artesanos agrupados en gremios, así como a las distintas escuelas de artes –cuyas herederas todavía siguen presentes hoy en día, tal como La Llotja–, la preparación del evento. El resultado fue extraordinario: escenificaciones mitológicas, carruajes con dioses y héroes entrelazados con los personajes históricos del momento, danzas y música por doquier y fuegos artificiales que envolvieron la ciudad en una atmósfera mágico-teúrgica en la que quedaba de relieve una realidad otra. Se entreveía entonces que tras ese gesto arquitectónico-musical se escondía un saber iniciático que venía de antiguo, una teúrgia viva mediante la cual se actualizaban las energías cósmicas que conforman cualquier gesto creador. O sea, que la presencia de Hermes era real y abarcaba de una forma u otra a la totalidad de la ciudad –todavía hoy se pueden ver cientos de caduceos fijados en la arquitectura de Barcelona si uno es capaz de levantar la vista del celular al pasear por sus calles–.

Se podría decir que tal festividad aunó las energías celestes y ordenadoras del dios Apolo representadas a través de las manufacturas y las distintas obras realizadas por los gremios y escuelas de arte de la ciudad, y las energías dionisíacas manifestadas en los bailes, cantos y fuegos artificiales que no tuvieron parangón durante los tres días y noches que duró la conmemoración. El calibre del evento fue tal que los gremios de la ciudad encargaron la realización de un libro que fijara todo lo acontecido en unos grabados extraordinarios, dando así testimonio –de nuevo la presencia del dios Hermes, revelador de la escritura– de lo vivido, que finalmente se publicó tras cinco años de trabajos. El resultado es una joya, un libro-tesoro que recoge de forma escrita y pictográfica lo acontecido en la ciudad catalana fundada por Hércules, lo que bien se puede apreciar en la serie de grabados recogidos en el presente cuaderno.

Uno se pregunta cómo hubiera sido vivir en aquel tiempo histórico y participar de alguna manera en la recreación cosmogónica que tuvo lugar con aquella celebración. Aunque en realidad la puerta sigue abierta, y con ello la posibilidad de la realización efectiva de todos aquellos mitos que se escenificaron, pues en última instancia se trata de estados de conciencia que, igualmente aquí y ahora, pueden ser evocados y vivenciados mediante el pensamiento. O sea, que el ser humano de nuestros días es capaz de recrear lo que simbolizaba aquella arquitectura efímera y todas las gestas míticas a través de la inteligencia y la oración del corazón, abriéndose así espacios del alma que no tienen por qué manifestarse de forma concreta, sin que ello quite un ápice de Verdad al fasto interno. Una celebración silenciosa en la que todos los participantes, sus instrumentos, danzas, colores, manufacturas, artes y ritmos son traídos al presente a través del recuerdo y de la diosa Inteligencia. Del mismo modo, el aprendiz de alquimista actual puede llegar a ser coronado rey, que no es otra cosa que alcanzar un estado interno del alma, aquél en el cual las pasiones quedan acalladas y las dos corrientes cósmicas armonizadas y sometidas al Principio del que emanan. Quien se corona como rey lo hace como testigo vivo del Espíritu, lo que es expresado en los distintos mundos a través de la espada de la Justicia erigida siempre en aras del Conocimiento y la Verdad.

Hoy en día sigue habiendo espacios que son gobernados cabalmente con arreglo a esta ley, aunque están ocultos y suelen ser extraordinariamente pequeños. Su territorio puede no ser más vasto de lo que ocupa una habitación, y las más de las veces hay un único habitante en ellos: aquél que por alguna afortunada circunstancia se ha dado cuenta de que está ungido como rey de sí mismo y asume conscientemente el papel que le ha correspondido en el gran Teatro del Universo, es decir, su Destino.

Alberto Pitarch.





Ver en canal SYMBOLOS YouTube, presentaciones de los cuadernos La Máscara Real y su simbólica, Las diosas se revelan y Entre el No Ser y el Ser:


La Colección Aleteo de Mercurio.
    Nº 1. La Máscara Real y su simbólica.
    Nº 2. Las diosas se revelan.


Novedades Aleteo de Mercurio.
    Nº 1. La Máscara Real y su simbólica.
    Nº 2. Las diosas se revelan.
    Nº 3. Entre el No ser y el Ser.


Tres cuadernos Aleteo de Mercurio.
    Nº 1. La Máscara Real y su simbólica.
    Nº 2. Las diosas se revelan.
    Nº 3. Entre el No ser y el Ser.