SYMBOLOS

Revista internacional de
Arte - Cultura - Gnosis

PHOENIX 33
EL TESORO DE VALLS

LUCRECIA HERRERA


Sintonía del programa. “Unforgettable”, por Natalie Cole y Nat King Cole.

Locutor: Bienvenidos a una nueva emisión de Phoenix 33, un podcast donde se hace memoria viva de las obras de Federico González Frías. Ya anteriormente hemos ido rememorando y actuando a manera de un teatro de voces acompañado de variadas músicas para cada podcast, algunas de las creaciones que el autor escribió para ser teatralizadas. Y hoy hemos llegado a la tercera de ellas que aparece en el librito Tres Teatro Tres, editado por Libros del Innombrable en el año 2011. Por lo que tomen asiento y prepárense para escuchar “El Tesoro de Valls”.

Sintonía del programa.

Locutor: Decía Federico González en su obra Simbolismo y Arte que “en el entrenamiento del arte de percibir la teatralidad constante de la vida se presiente y comienza a recorrer una superestructura que la comprende a ésta, la cual, sin embargo, no es distinta de ella, aunque constituye un espacio otro”.1

Por otra parte el interesado encontrará en la edición Tres, Teatro, Tres, que como ya hemos dicho publicó Libros del Innombrable, una serie de instrucciones en forma de “minuta” que Federico dejó escritas y que vienen a ser una guía y un recordatorio de los principios rectores que fundamentan todos estos trabajos basados en el Teatro de la Memoria y que vamos a tratar de sintetizar a continuación.

Pero antes de seguir adelante, saludamos a nuestros oyentes presentes del otro lado del estrado dispuestos siempre a recibir con su escucha y su silencio el mensaje de la Tradición. Y también saludar a los colaboradores del Ateneo del Agartha que participan comentando y dando vida con su voz a estas extraordinarias obras, con diálogos sorprendentes apoyados por una selección de temas musicales escogidos para la ocasión. Hola, buenas tardes. Y por supuesto saludamos al público que siempre nos acompaña en el estudio. ¡Bienvenidos a todos!

Y ahora oigamos lo que Federico nos dice acerca de este Teatro de la Memoria:

“El nuestro es un teatro para actores y eso es fundamentalmente, ya que si fuera para espectadores no se distinguiría del simple teatro sin pretensiones gnoseológicas, como es el nuestro, nacido en una escuela de Conocimiento, y que pretende de ese modo prolongar una experiencia nueva a quien se sigue interesando en ello. Desde luego que ya todos ustedes saben que esto de la memoria está en relación con otras cosas, que no expondremos ahora y que ya hemos tocado en otras oportunidades, y no con una simple función mnemotécnica, sino con la anamnesis platónica; lo cual no quita que se conozcan la pieza al pie de la letra. (…)

Al ser de este modo nuestra forma de encarar el teatro, el actor debe situarse perfectamente en el papel que le ha tocado interpretar, poniendo su intensidad en munirse de todos los elementos de cualquier tipo para comprender su personaje, entender la obra y ubicar a su personaje dentro de la misma”.2

Voz del Ateneo: Y en relación directa con “El Tesoro de Valls” explicaba Federico que en esta obra:

“No hay psicología y por lo tanto no hay personaje. Tampoco hay una historia dramática, no se está narrando nada. Y, si no hay ni trama ni psicología, la interacción entre personajes es casi nula, meramente anecdótica, circunstancial. Por lo que, el texto y su desarrollo, aunque disparatado, sea lo importante. Entendiendo esto por lo que subyace en el discurso. Por eso, sí es un teatro de situaciones, en las que no hay buenos ni malos, y los papeles son ambiguos e incluso paradojales o contradictorios como somos nosotros”.3

Voz del Ateneo: “La composición del texto es fundamental (como es igualmente no declamarlo), aunque el público no ‘entienda’ nada; en todo caso, si hay alguna pregunta sobre qué es lo que se dice, es lícito responder que el autor también lo ignora, aunque cree que su contenido es pluridimensional.

Todos son primeros actores, y la armonía y la alegría por trabajar juntos ha sido una constante en La Colegiata; [La Colegiata es el nombre del grupo que fundó Federico] también la risa y la idea de la realización de un trabajo otro, confiando en mecanismos subliminales y ¿por qué no mágicos, al fin...?”4

Pausa musical. Queen, “It´s a kind of magic”.

Voz del Ateneo: Me gustaría añadir algo con respecto a lo que se ha dicho antes sobre la risa como elemento catártico, al experimentar todo tipo de situaciones a veces absurdas o paradojales que se nos presentan en el camino iniciático. Qué bueno poderse reír de uno mismo, qué alivio no tomarse tan en serio. Un poco de sentido del humor aligera la vida, como tan a menudo nos hacía ver Federico:

“Muchas situaciones de la vida pueden ser llevadas más levemente con sentido del humor, y ese mismo sentido enmienda ciertos entuertos y gruesos laberintos en los que podríamos perdernos. (...) No tomarse en ‘serio’ en determinados momentos, ni a nosotros ni a nuestra problemática, produce una inmediata levedad que nos reubica en nuestro camino... es una manera sencilla y útil de poder sobrellevar determinados excesos y pesadeces que al emanar de nosotros mismos pueden ser combatidos gracias a la liviandad y ligereza de una actitud por momentos humorística.

De otro lado es claro que no se trata de ir ahogándose continuamente en buches de risa. Pero a veces es sumamente reconfortante la alegre y sonora explosión de unas carcajadas oportunas”.5

Sintonía del programa.

Locutor: Sigamos, sin demora, con lo que nos decía Federico acerca de esta obra tan particular:

“Es claro, hay una idea básica que desencadena todo, y todo allí converge: ‘El Tesoro de Valls’, pero eso ya está sintetizado en el título. No hay modelos, y a los personajes debe construirlos en última instancia, el intérprete...”6

Y agrega:

“Al finalizar el anterior escrito sentí que se me había quedado un término afuera: ritmo. Efectivamente el ritmo es la clave de esta pieza que, sin él, sería completamente otra cosa. Pues necesita brillo, rapidez en los movimientos e intensidad (aunque no melodramática) en el juego de los parlamentos. De hecho, el espacio donde sucede la acción y el elevado número de personajes, dificultaría la puesta en escena si no fuera porque tuviéramos calculado –con ritmo– las entradas y salidas escénicas (incluidos muebles y actores con quienes se pudiera tropezar)”.7

Voz del Ateneo: “Por otra parte la palabra siempre ha sido considerada mágica por todas las culturas y sus encadenamientos formando un lenguaje son la articulación del rito y aún de las primeras sílabas donde ya todo está contenido, tal el AUM primordial de la Tradición Hindú. Por lo que perderse en el lenguaje es sumarse a una ceremonia que terminará organizándose a sí misma por el poder de la palabra, más cuando en nuestro caso nos dedicamos a los símbolos y ahora estamos trabajando con símbolos en acción que, por definición, son multifacéticos”.8

Voz del Ateneo: Es muy divertida esta obra por lo disparatado de los diálogos, que ocultan verdades internas y externas bajo el lenguaje de lo absurdo. Y siendo este un teatro fundamentalmente para actores, como rito de conocimiento, podríamos decir que en realidad somos, al mismo tiempo, los actores y espectadores de la obra, o sea, el sujeto que encarna el papel y el objeto de este experimento teatral, “anecdótico y circunstancial, un teatro de situaciones ambiguas, paradojales y contradictorias”, como nos lo dice el autor de la obra, poniéndonos en una situación incómoda, al descubierto, si bien muy cómica, en la que podemos mirarnos como en un espejo, reflejadas allí nuestras fobias, manías, miedos, apegos, dudas, atracciones y rechazos, egos, etc., etc. –nuestra ignorancia en última instancia–, condicionamientos análogos a los del personaje, Valls, el protagonista, que nos impiden salir de la cárcel mental en la que estamos atrapados. Pero siempre hay una salida, si queremos y creemos que somos otra cosa, que existen otros estados del ser, superiores, propios del hombre verdadero. Y es por esto la importancia de la Memoria, del recuerdo de quienes somos de verdad, relacionada con la anamnesis platónica y “el arte de percibir la teatralidad de la vida”, actores jugando papeles en el escenario del mundo, pues la vida es sueño, una ilusión, como decían Shakespeare y Calderón de la Barca.

Pausa musical. Antony Newley, “Just once in a lifetime”.

Voz del Ateneo: La obra gira alrededor del sr. Valls que llega a un hotel de lujo para celebrar sus bodas de plata con su mujer y la familia. Pero, nada más llegar, Valls es colmado con todo tipo de amabilidades, sometido a una tortura por el personal del hotel, personajes impertinentes, a cual más delirante, que entran y salen continuamente de su habitación ofreciéndole cosas. Pronto queda mareado y aturdido por la situación que vive exteriormente, un caos que ve reflejándose en su interior, propio del mundo moderno. No deja de preocuparle que le vayan a robar sus pertenencias que ha puesto, con una clave de varios números, en la cajilla de seguridad de la habitación. No logra, ni puede separarse de lo que le sucede, tan identificado está con ello en una especie de atracción-rechazo con todo lo que le ofrece el tropel de 16 personajes que desfilan por su habitación en apenas unas horas: trajes, pelucas, joyas, flores, viajes turísticos, comida, medicina, ejercicios y curiosas dietas, además de las amenazas recibidas del departamento de Modales y Buenas Maneras, hasta terminar rociado de agua bendita por el Clérigo, que llega a confesarle... aunque, a pesar de ello, cuando está a punto de encontrar finalmente una salida, gracias al recuerdo de la enseñanza recibida, cuando joven, por el Profesor Rota, vuelve al hombre “viejo” con el que se siente cómodo, identificándose con lo más bajo y externo, “sus bajos instintos” que están de moda, como le dice el socio del sastre, sin llegar a comprender que su verdadero tesoro se halla en su interior, en su corazón, el Centro de su ser, al punto de tener que recordarle, al final de la obra, el mismo Clérigo esta sentencia: “Donde está tu tesoro, pon allí tu corazón”.

Voz del Ateneo: Aunque, no debe sorprendernos que muchas de estas situaciones absurdas, y peores aún, nos toque vivirlas hoy día en el vaivén de nuestra propia cotidianidad. En fin, a Valls no le dejan solo ni un instante, ni para desempacar su maleta, aunque ya ha guardado su “preciado tesoro”, es decir sus “papeles” –acciones de sociedades, fotos de su familia, regalos comprados en la tienda Cartier de aeropuerto–, en la caja de seguridad de la habitación que protege con su vida, tan aferrado está a sus pertenencias materiales. Y todo esto sucede mientras va bebiendo copas de champagne que la Camarera le sirve sin límite, hasta encontrarse medio embriagado, abrumado y agotado por las circunstancias a las que está sometido sin poder salir de ellas. Vaya situación…

Locutor: Dicho esto vamos a sumergirnos ya en algunas de las situaciones que se suceden en el transcurrir de esta comedia propia del teatro del absurdo, acompañados por unos narradores que nos irán introduciendo en cada una de ellas. Además, nos repartiremos los papeles entre todos los presentes, pues son muchos los personajes que aparecen; y si me lo permiten yo también participaré interpretando al sr. Valls. Así que vamos a ello, una pausa musical y empezamos.

Pausa musical. Rina Celi, “Tengo Miedo”.

Narrador 1: Entra el Conserje del hotel vestido con pantalón a rayas y chaqueta negra. Prende una luz y se ilumina un poco la escena.

“Conserje: Pase usted, señor Valls, pase usted. Esta es la suite que ha reservado, como en otras ocasiones. Como ve hemos renovado el mobiliario. Y éste es el dormitorio. Mire usted, qué luz. Como verá todo está nuevo y recién pintado, los bronces bruñidos y cuidados todos los detalles. Déjeme mostrarle el Tesoro. Hemos aumentado a ocho en lugar de seis los números de la clave disponible para ampliar las posibilidades y es casi el cálculo infinitesimal al que se puede llegar con estos botones.

Valls: Me alegro poder descargar todo esto pues uno no sabe qué puede suceder, como están las cosas hoy día pudieran a uno asaltarlo. Estas son las fotos de mi mujer y de mis hijas. (Les da un beso sonoro). Hasta un collar y pendientes he comprado en la tienda Cartier del aeropuerto porque celebraremos en la ciudad nuestras bodas de plata con la familia de mi mujer.

Conserje: Déjeme que le muestre por un momento el baño que es nuestro orgullo pues todas las instalaciones han sido renovadas con el último diseño existente, sobre todo el bidet con agua de colores”.9

Narrador 2: Irrumpe un Botones vestido de Bellboy, con casaca y gorrito, con dos grandes maletas y entrando al cuarto le coloca una sobre el caballete correspondiente.

“Botones: ¿Tiene la llave de la maleta, señor Valls?”10

Narrador 2: Valls le da una llave y el Botones abre la maleta mientras él sigue sigilosamente guardando cosas en la caja fuerte. Luego de abrir la maleta, el Botones se acerca nuevamente donde está Valls que desconfiando cierra rápidamente el armario echándole una mirada.

“Botones: Ya está servido, señor”.11

Narrador 1: Valls le da un billete de 20 euros de propina y al verlo el Botones, pone una gran sonrisa; coloca una rodilla en la tierra haciendo un gesto con las manos abiertas.

“Botones: Muchas gracias, señor”.12

Narrador 1: Al mismo tiempo golpean la puerta y ésta se abre dejando paso a una Camarera de chaqueta blanca empujando un carrito.

“Valls: Ya voy, ya voy...

Camarera: Nos hemos permitido traerle una botella de champagne y estos entremeses de caviar y huevo de codorniz para que vaya haciendo boca mientras llega nuestro chef para informarle qué tenemos hoy de cena”.13

Narrador 1: La Camarera descorcha una botella de champagne y le sirve una copa y se la entrega.

“Camarera: Esta es una reserva de la cava de nuestros propios viñedos. (Descorcha la botella y dice ¡pun!).

Valls: En verdad estaba sediento. Muy bueno este vino”.14

Narrador 2: Mientras bebe, el Conserje continúa mostrándole las novedades de la renovación del hotel: la nueva refrigeración con control remoto, la trituradora de papeles en caso de que “Valls quiera deshacerse de algo comprometedor”, y el nuevo televisor. Valls termina su copa. Cuando vuelve a la salita, la Camarera le ha servido una tercera copa.

“Camarera: Tómela con confianza, es de nuestra propia cava.

Conserje: Déjeme ahora que le muestre el que llamamos el bidet de colores, que está diseñado por la casa Guerlain con dos aguas coloridas. La ámbar oscura es la Marie Sauvage, y la más clara, hecha de vitaminas perfumadas para conseguir ambientes fragantes y saludables es la que han llamado Dulcinea. Se puede manejar desde fuera de la habitación perfumando todo el ambiente. De noche, se oprime este botón y se ilumina el agua que sale de la pequeña ducha semejando una fuente con tonos del arco iris. Ya le he enseñado cómo funciona nuestro nuevo servicio de seguridad del Tesoro.

Valls: Sí, sí. Ya me lo ha mostrado.

Conserje: Espero que, como siempre, pase buenos momentos con nosotros. Cualquier cosa sírvase llamarme por teléfono. Ya sabe usted cómo son los servicios del hotel que también es su casa”.15

Narrador 1: En ese momento entra otro personaje afectadamente vestido, y con un pañuelo de seda en el bolsillo de la chaqueta, llevando un florero con rosas, se queda parado en la puerta hasta que el Conserje le hace una señal para que pase al saloncito. Se presenta y le da a Valls su tarjeta “en caso de que quiera tener alguna atención con una dama”, dirigiéndose directamente a la habitación con unos pimpollos de rosas y otro florero para la salita, y se retira.

“Valls: ¿Este quién es?”16

Pausa musical. Eartha Kitt, “Monotonous”.

Narrador 2: Vuelve a sonar la puerta. Asombrado, Valls mira hacia ella y se dirige a abrirla. Lo hace y dos personajes penetran decididamente en la sala, llevando todo tipo de cortes y géneros entre los brazos. Es el pesado del Sastre que ya se ha colado con una ayudante y aturden a Valls con todo tipo de telas para que se haga un traje para la ocasión. Harto ya Valls, y por sacárselos de encima, accede a que le hagan un traje negro. En eso, tocan la puerta de nuevo.

Se escucha a otro personaje imitar con la voz el sonido de los golpes en la puerta: ¡Toc, toc, toc!

Narrador 2: …y es la Camarera con otra botella de champagne que abre, le sirve y se retira. Mientras tanto, el Sastre abre el armario de un sopetón donde hay un espejo de cuerpo entero para medirle, y muy nervioso Valls, porque allí también se encuentra la cajilla de seguridad con sus pertenencias, les pide que se vayan.

Narrador 1: De mal humor, éstos juntan la mercadería y se retiran. Valls cae desplomado en el sillón, pero antes, ha cerrado la puerta del armario donde está el espejo y el tesoro.

Se escucha a otro personaje imitar con la voz el sonido de los golpes en la puerta: ¡Toc, toc, toc!

Narrador 1: Suena la puerta nuevamente. Es el socio del sastre, muy amanerado, cargado de revistas con modelos de trajes y pelucas que le prueba, para que escoja alguna, ya que son la última moda. Desesperado Valls por todos los disparates que le muestra, le dice:

“Valls: No puedo más con vosotros. Me estáis ahogando. ¡Qué sofocón! Imagínate si me viera mi mujer usando estas porquerías.

Socio: Es la moda, señor Valls. Todo por la moda y los instintos, los bajos instintos que son un triunfo de la modernidad, sea hombre o mujer, travesti, niño, o se encuentre en la tercera edad, pues para la modernidad no hay otros instintos más que los bajos. Desde el siglo XVIII Dios ha muerto, y por ello, al fin y al cabo, ¿por qué no dar rienda suelta a nuestras excentricidades? Pero yo le aconsejo este otro negro, de luto, pues quiere hacer ver que ha perdido todo lo que amaba, que está viudo de sí mismo. Se rebela con que todo el tiempo hayan muertes y nacimientos y que no le pase a usted nada. Es su rebelión contra el destino implacable.

Valls: ¿Y qué tiene que ver todo eso con mis bodas de plata?

Socio: Nada, nada. Estábamos seleccionando alguna ropa, pero veo que usted no está decidido. Lo mejor será llamar al departamento de Modales y Buenas Maneras. Dígame con un solo gesto si le ha gustado el amarillo, el color ladrillo y el color negro y le haremos inmediatamente esos tres moldes. Con el negro ya hemos avanzado pues el sastre ya se lo ha cortado. Déjeme que decida por usted el amarillo y el otro para usar con estas pelucas.

Valls: ¡Váyase, váyase por favor! Si, sí, haga lo que quiera.

Socio: Adiós señor, y disculpe la molestia”.17

Se escucha a otro personaje imitar con la voz el sonido de los golpes en la puerta: ¡Toc, toc, toc!

Narrador 1: Se despide y rápidamente va a abrir la puerta y entra otro personaje: la Turismo.

Pausa musical. Beatles, “Magical Mistery”.

“Turismo: Permítame presentarme, soy del departamento de Turismo y Bellezas Naturales y quiero agasajarle presentándole los programas que tenemos preparados para usted. Ya sé que conoce nuestra ciudad, por lo que hemos suprimido el paseo en limosina por la misma, pero ¿conoce las marismas del minotauro? ¿Ha sabido de la belleza de nuestro Lago Total? ¿Ha oído hablar de las cascadas demenciales de los cuatro vientos? ¿Conoce por ventura nuestras playas con un inquietante mar de seducción? Tengo aquí los folletos. Estas son las grutas del Infierno de Dante. Al lado tenemos estas obras que cuida el Cancerbero. Luego, sube por este camino y asciende por un volcán apagado hasta el valle de las musas muertas. Allí, todo está destruido. Sólo hay piedras que alguna vez fueron otra cosa, aunque ahora yacen sobre la tierra yerma y sulfurosas aguas las bañan de vez en cuando. Aquí está el unicornio mutilado, la belleza de Venus envejecida y un poquito maloliente. Y sigue por este sendero hasta llegar a una montaña donde podrá ver de cerca a Atlas sosteniendo los cielos.

Valls: ¡Por favor, por favor! ¿De qué me habla?”18

Narrador 2: Llaman a la puerta y Valls se levanta para atenderla intentando zafarse de esa situación, pero es de nuevo la Camarera que entra trayendo otro botellín de champagne y unos bocadillos en un plato.

“Camarera: (Cordial). ¿Cómo le va señor? Le he traído estos bocadillos calientes y su tercer botellín. Todo ello es una atención de la casa para que disfrute su estadía.

Valls: No se imagina el hambre y la sed que tengo. Me da la impresión de que he llegado hace días al hotel. ¿Qué me decía? En realidad preferiría que se fuera.

Turismo: No le he mostrado aún nada. No sabe las maravillas naturales con que cuenta nuestro país. Los canarios de aluminio, todas las aves armoniosas y canoras con distintas melodías unísonas. Los pájaros del vals, los murciélagos del violín desesperado, los loros glotones que repiten desmesuradamente lo que se les enseña, y aún, improvisan. También tenemos hormigas laboriosas capaces de hacer lo que usted les ordena. Peces saltarines que van directamente a su boca cuando se sumerja en el mar y así se los come crudos, como hacen los japoneses. Asimismo el animal típico de aquí es el tejón, no existe en otras partes del mundo, es repugnantemente gordo, como los cerdos, come lo que encuentra y tiene especial voracidad por lo grasoso, lo podrido y los excrementos. También lo llaman ‘putico’ porque cambia de hábitos sexuales llegando a la madurez. Igualmente le dicen Elordi.

Valls: (Intrigado). ¿Qué etimología es ésta? ¿Es un nombre latino?

Turismo: No. Es un apócope. Se le llama vulgarmente así: Elordi, abreviatura de ‘el ordinario’ porque es extremadamente bestia. Además es brutal y cuando está hambriento se come hasta sus propias manos. Le voy a contar que le dicen a este animal la Perezosa porque sus movimientos son lentos y está casi siempre inmóvil, sólo rascándose de vez en cuando la barriga o acariciándose los genitales. (Pausa). Luego, puede usted montar en ballenas y delfines. Del mismo modo en ciervos, domesticar centauros, remontar los cuatro ríos del Paraíso, comer del fruto de la palmera más exquisita, la Fénix de Oro, que produce sus mieles cuando está por morir. Estas son algunas pocas cosas de las que podrá gozar junto a nosotros.

Valls: No sé de qué me habla. ¡Un minuto de descanso! Estoy aturdido.

Turismo: Después están las curas de salud, manos y piernas renovadas por el masaje simultáneo de los númenes; las ninfas le besarán, por fin, en la boca; de hecho tenemos tantas ninfas como estrellas pueblan nuestros cielos…

Valls: (Desesperado y despreciativo). Por favor. Por favor…

Turismo: Si está fatigado le brindaré el aliento de Mercurio, aunque debe limpiar los establos y luego matar a la Hidra. Se lo sintetizaremos todo sin que tenga que hacer ningún esfuerzo. Déjenos que le hagamos un masaje en la espalda contraída. Tenemos también servicios de salud psíquica: nuestros sacerdotes de Primeros Auxilios y doctores Alternativos. ¿Conoce usted la Ciudad Celeste? ¿La montaña mágica plegable? ¿El fin del mundo por televisión? Todo ello forma parte de nuestro bagaje, pues hoy en día el turismo no es sólo sol, sino cultura y ambientación psicológica. Igualmente nuestros arcos iris son interminables, dobles y hasta triples. Tenemos almacenes llenos de lo que tienen por detrás, depósitos inagotables de misterio y ciencia, lecciones de profetas y sus respectivas experiencias.

Valls: ¡Déjeme por favor, déjeme, estoy agotado!

Turismo: (Señalando el cava). Sírvase otra copa de este pis de gato que le cae muy bien.

Valls: Allí está la puerta. Retírese por favor”.19

Sintonía del programa.

Locutor: Estamos en el podcast de Ivoox Phoenix 33 dedicado a la obra de teatro “El tesoro de Valls” de Federico Gonzalez Frías. La verdad es que tengo que decir que me lo estoy pasando en grande interpretando al sr. Valls. Es una suerte poder hacer esta teatralización en compañía de los actores y actrices del Ateneo del Agartha. Bien, el caso es que la cosa no acaba aquí, porque si lo que han escuchado hasta ahora de esta representación teatral les ha podido parecer un tanto extravagante, la cosa aún va a tomar cotas más delirantes con la tropa de personajes y situaciones que están por presentarse. Vamos a ello.

Narrador 1: Da inicio al 2º Acto. Empieza una nueva procesión de personajes: el Médico, seguido por el Chef, la Alternativa, la Conserje Braganza, la Modales, y finalmente, el Clérigo, mientras en intervalos, llama por teléfono a la conserjería para quejarse, y a su mujer para contarle sus infortunios, etc. Además, para colmo de disparates, en su habitación-“suite” le han puesto una camita de niño en la que apenas entra...

Narrador 2: Valls se encuentra tan aturdido que llega a verle un Médico que han llamado del hotel al ver que está mal. Entra el Médico que le da un alka-seltzer para la resaca.

Pausa musical. Ray Charles, “I don’t need a Doctor”.

“Valls: No creo tener ninguna alergia, ni resaca ninguna.

Médico: Pero, ¿no le duele la cabeza?

Valls: Sí.

Médico: ¿Y no siente basca?

Valls: Sí.

Médico: Entonces le daré este otro medicamento que le sentará muy bien.

Valls: ¿Qué es?

Médico: Un curalotodo, la medicina universal. La tengo gracias a mis contactos con el extranjero. Confíe usted en ella y tenga un poco de paciencia. Pero para ponerlo de buen ánimo haré pasar al chef que ha quedado en la puerta, pues nada mejor que una buena cena para que mañana se despierte como nuevo. No tiene nada. Tal vez está mejor que nunca, aunque todavía no lo haya percibido”.20

Narrador 1: Se retira luego de darle el “curalotodo”, la medicina universal del Conocimiento que le curará de todos sus males, siempre y cuando Valls esté dispuesto a morir al hombre “viejo”, y al mundo profano en el que vive, para renacer totalmente purificado de sus “bajos instintos” y de su ignorancia, en un hombre “nuevo”, fecundado por el espíritu y la inteligencia, como era en el origen.

Narrador 2: Entra el chef, que le recita el menú, con la Camarera llevando todo tipos de exquisiteces, pero está tan desanimado que sólo come unos bocados que la Camarera le da en la boca. Al fin se van, y llega la doctora Alternativa, una pariente de la familia, que su esposa ha llamado para que vaya a verle. Este encuentro es verdaderamente demencial donde ella le explica sus curas con venenos pues trabaja con el mundo natural.

Pausa musical. Bee Gees, “Ah, ah ah, ah, Stayin’ Alive”.

“Valls: Es que me he sentido mal y mucho peor desde que vino el médico del hotel que me empeoró en lugar de mejorar. (Reaccionando). ¿Tú eres la hija de Marius que vivía en Italia?

Alternativa: Sí… ¿pero, qué te hizo ese doctor?

Valls: Me tomó los signos vitales y nada más. También me dio un alka-seltzer.

Alternativa: Pero eso no puede haberte caído mal. ¿No es que estás fatigado por tu trabajo?

Valls: Espera… ahora que recuerdo igualmente me dio un comprimido que me dijo que era un curalotodo, la medicina universal que me iba a sacar la resaca.

Alternativa: ¿Qué es esto?

Valls: Una pesadez espantosa. No me puedo casi mover, siento los miembros agarrotados, como si fueran de plomo.

Alternativa: Ellos piensan que los males se curan con otros peores. Que con venenos hay que combatir los envenenamientos, porque más por más, da menos.

Valls: Yo también pienso lo mismo.

Alternativa: Pero mis venenos no son los mismos que los de ellos, puesto que yo trabajo con el mundo natural y ellos hacen uso de la química sin asco. No sé si tu esposa te habló anteriormente de mí, pero te diré que soy una creyente completa en la naturaleza y eso me ha hecho famosa. De la naturaleza a su mesa es mi lema, pero nada de verduras, nada de carne, ¡no a la carne y a las verduras! Me he hecho famosa con la cura de soja y todo el mundo confía en mí por ello. La soja me ha llevado al pináculo de la fortuna. ¡Sólo bistec de soja! ¡Pescado de soja! Brotes de soja, queso de soja, la dieta del hombre nuevo, pero eso sí, acompañada de uvas frescas; jugo de uvas, pasas de uvas, uvas fermentadas, o sea, vino o grappa. Las doce uvas de la medianoche y un largo etcétera.

Valls: (La mira un poco extrañado). Te veo un poco brumosa…

Alternativa: (Cambiando de tono). Una gimnasia dura que debe comenzar inmediatamente. ¡Ponte de pie, por favor! Uno, dos, tres, cuatro, uno, dos, tres, cuatro, uno, dos, tres, cuatro. Acompáñame, por favor. Uno, dos, tres, cuatro, uno, dos, tres, cuatro, uno, dos, tres, cuatro. Muy bien, haces lo que puedes. Ahora haremos un poco de baile”.21

Sube el volumen de la música como fondo al ritmo que marca la “doctora Alternativa”.

“Alternativa: Ea, Ea, Ea, Ea”.22

Narrador 2: Valls se entusiasma y hace unos pequeños pasos y esfuerzos; luego comienza a dar vueltas sobre sí mismo.

“Alternativa: (Se detiene). No des tantas vueltas que te vas a marear. Lo que necesitas ahora es una buena lavativa. Acompáñame, por favor, no tengas vergüenza, recuerda que somos primos y nada de primos mimos. Verás que soy una profesional completamente dedicada”.23

Narrador 1: Bueno... y así en más, siguen... entrando y saliendo estos personajes mientras Valls, cada vez, se encuentra peor, enloquecido, porque ha olvidado los números que ha puesto de clave en la cajilla de seguridad y no puede abrirla. Vencido por el agobio y por la pérdida de su pasaporte, es decir su identidad, Valls se entrega a su situación y vuelve a llamar a su mujer:

“Valls: Hola Clara, querida, estoy desesperado… Lo hemos perdido todo, estamos en la ruina y yo soy un desastre, se me han caído todos los valores morales… ¡cómo puede habernos sucedido esto! Nos hemos equivocado. (Pausa). No, no… nada de que me estoy auto compadeciendo, nada de eso, hemos equivocado el camino. ¿Cómo he podido identificarme con ese montón de papeles, que para colmo, he perdido? ¿Cómo he creído que nosotros éramos tan sólo unos individuos que se conformaban con ser felices y velar por nuestra familia? (Pausa). No, no… no podía ser. ¡Algo me ha pasado!, me siento decepcionado por haber perdido mi hacienda, e incluso ¡el pasaporte en un país extranjero, o sea, mi identidad! (Pausa). No, no, querida… no me digas que me serene, me lo han dicho todo el día este desfile de personajes que me han visitado todo el tiempo, por esta invasión, e incluso creo que ellos, o los empleados de este hotel, me han estafado, robado. (Pausa). ¿Pero quiénes son estas gentes? ¿Acaso estaban actuando? (Pausa). En verdad todo me ha parecido teatral, traído de los pelos… pero a mí, algo me ha sucedido… tal vez frente a ese mundo ridículo, absurdo, como la vida que llevamos. (Pausa). No, no me interrumpas… quizás por mis estados cambiantes de ánimo y salud, o por las medicinas y el alcohol que me han dado, pero ya no soy el mismo. Creo que he despertado de esta situación por el absurdo, por las humillaciones que he sufrido, por la incapacidad de defenderme. Y cosa rarísima, me siento liberado y ágil mentalmente. (Pausa). Escucháme mi amor, nos hemos perdido, y tenemos que volver a encontrar el camino, como cuando éramos jóvenes y creíamos en la libertad y la vida interior, ¿recuerdas esas clases que tomamos dos años con el profesor Rota? (Pausa). Erramos y lo pusimos todo fuera… al fin y al cabo en documentos que se pierden, que una inundación los puede hacer papel mojado… (Pausa). Nos vendimos a las marcas, a París, a Londres, a New York y hasta Tokio, en los autos, en los relojes, con los joyeros, la ropa… (Pausa). Nada vale nada de nada, y el resto aún menos. (Pausa). ¿Qué me dices? ¿Que lo pasado pisado? ¿Que debo pensar en la familia? ¿Que aquel era mi antiguo yo y que ahora yo soy el otro? Si te entiendo perfectamente, yo soy el otro. (Pausa). ¿Pero, cómo que vas a tener que vivir de la caridad pública? ¿Que he traicionado el amor que decía tener por ti? ¿Cómo dices eso? (Pausa). ¿Que nunca te he querido? (Desfalleciente). Estoy desecho, necesito descansar…”24

Narrador 2: Cuelga el teléfono y vuelve a la camita. Al ratito, sin tocar tampoco la puerta, entra rápidamente un Clérigo. Que entra con su maletín.

“Clérigo: Soy de los primeros auxilios sacerdotales del hotel. Discúlpeme que no haya golpeado a su puerta, pero me dicen que usted está grave, y me han ido corriendo a buscar veloces. ¿Qué le está pasando?

(Valls carraspea sin poder hablar).

Clérigo: Casi no respira. Déjeme darle este vaso de agua bendita. Si no reacciona le daré este otro, de grappa bendita, por las dudas”.25

(Se escucha a Valls tragar la grappa: glu, glu, glu).

“Clérigo: Es claro, ya estuvo. La grappa de los ángeles es tan infalible como el papa. Además la doctora Alternativa me dijo qué es lo que tenía que beber. Désela con gusto. Para eso están los viñedos del Señor. ¿Quiere confesarse? Cuénteme todos sus pecados.

Valls: ¿Qué?

Clérigo: El nuevo catecismo nos indica claramente que es pecado no pagar cumplidamente los impuestos y estacionar el coche en doble fila. (Toc, toc, toc, se oyen golpes en la puerta). Voy a atender, no quiero que nos molesten en nuestra confesión. ¿Qué se les ofrece? (Sorprendido). Le han traído esta camita y dicen que es muy importante.

Valls: ¡Qué es esto! ¡Qué es esto!”26

Narrador 2: Se acerca al teléfono y llama al Conserje.

“Valls: El Conserje… por fin lo encuentro. Suba inmediatamente, me han traído un catre de mierda, una porquería, y tienen que responsabilizarse por todas sus insolencias inaguantables, y pensar que este es un hotel de cinco estrellas… (Cuelga el teléfono).

Clérigo: ¡Qué carácter! La ira es el veneno de su salud, la hiel que despide su hígado y todos sus órganos internos. Está rojo como un tomate y se le hincha esa vena frontal. ¿No estará próximo a un paro cardíaco? (A los camareros). Retiren ese adminículo, por favor. Acuéstese de nuevo, señor Valls.

Valls: Ni pienso, no es mi intención.

Clérigo: Le rociaré entonces con sangre. Déjeme que lo expurgue y lo bendiga con la sangre del gallo”.27

Narrador 1: El clérigo saca un frasquito que lleva en su maletín y lo asperja de cabeza a los pies, varias veces.

Pausa musical. Tita Merello, “Tranquilo Viejo, Tranquilo”.

Narrador 1: Y en ese momento entra el Conserje que Valls ha llamado por teléfono a gritos.

“Valls: (Gritándole al Conserje). ¡Debe darme cuenta de todo este desastre que ha ocurrido en su establecimiento! ¡Mire esa camita de mierda que se han llevado y la que tengo aquí, y decían que este era un hotel de cinco estrellas! Esto es una confabulación, un complot, que han efectuado para ocultar que me estaban robando, y me lo han quitado todo, trabando la caja, después de haberme desposeído. Allí estaba mi identidad, mi familia, mis múltiples bienes y todo lo que he podido conseguir de la vida. ¡Y todavía me vienen con amenazas! ¡Irán todos a la cárcel hasta que recupere lo mío!

Conserje: (Muy calmadamente). Tranquilícese, tranquilícese, señor Valls.

Valls: ¡No me han dicho otra cosa sino que me tranquilice!

Conserje: No pierda su calma.

Valls: Estoy en medio de una estafa y usted es el peor de todos. ¿Cómo hago para abrir mi caja?, aunque ya sé que adentro no hay nada.

Conserje: Nada de eso, señor. (Muy tranquilamente). Si no lo molesto, ¿me deja ver que le sucede a su Tesoro?”28

Narrador 2: Abre el armario y observa durante unos segundos. Luego saca una llave de un llavero con profusas llaves, la mete en una hendidura medio oculta en la caja y abre.

“Conserje: Mire usted señor, dígame si no está todo”.29

Narrador 2: Valls se levanta y comienza a revisar todo lo que hay dentro.

“Valls: ¿Pero entonces, para qué sirven las combinaciones y las claves?

Conserje: Es que este sistema sólo es para casos extremos, cuando el cliente, por uno u otro motivo, ha olvidado los números que puso.

Valls: (Dándole un abrazo). No sabe lo que le debo.

Conserje: Usted lo ha tenido todo desde siempre, aquí, al alcance de su mano.

Clérigo: ‘Donde está tu Tesoro pon allí tu corazón’, aunque el suyo estaba puesto en bienes terrenales, y aún así, no podía llegar a él, como en el país del siempre y el nunca jamás.

Valls: ¡Perdóneme! Dios no está muerto como dicen, ¡sólo a veces está de huelga, pero nos ha oído! (Pausa. Llevándose una mano al pecho, afligido). ¡Qué congoja! ¡Qué zozobra! ¡Cuánta desdicha! (Cambiando de tono, enérgico). ¡Qué desvergüenza! ¡Qué descaro! (Pausa). ¡Qué tupé!”30

Sintonía del programa.

Locutor: Creo que hablo en nombre de todos al decir que lo hemos pasado muy bien representando esta comedia del teatro del absurdo. Pero bueno, como todo lo que comienza debe terminar, llegamos al final de esta obra tan particular e inclasificable, con la que tenemos la sensación de haber estado en uno de esos sueños en bucle que todos hemos tenido alguna vez y del que no sabe uno como salir. Quizá el único modo de hacerlo sea en definitiva, despertando. Verdaderamente ha sido un placer y un lujo adentrarnos en esta pieza teatral escrita por Federico Gonzalez Frías y que les recuerdo se titula “El tesoro de Valls”. Y ahora ha llegado el momento de dar la palabra a quien quiera hacer algún comentario o compartir algún pensamiento a micrófono abierto respecto a lo que hemos escuchado.

Voz del Ateneo: Quiero dar las gracias porque ha sido buenísimo. Te lo pasas muy bien. Me ha encantado. Gracias a todos y quiero volverla a disfrutar, gracias.

Voz del Ateneo: Muchas gracias por esta actuación que nos ha brindado el Ateneo del Agartha en una pieza tan bien actuada. Habrá a quien le sorprenda esta pieza teatral en el contexto de la extensa obra que escribió Federico González Frías. Quizá haya quien tienda a encasillar a Federico en un tipo de autor o de literatura que se ocupa de determinados temas, etc. Esta obra viene a romper esos esquemas ¿verdad? Y por otro lado en esta obra, Federico presenta algo que es tremendamente próximo. Lo que nos está presentando es un retrato cercanísimo de nuestra tontera. Quizá se pueda decir de otra manera más amable, pero es que es así. O sea, nosotros tenemos bastante de este señor Valls, en muchas ocasiones. También hay otros momentos en los que uno se zafa de esto, y ojalá que uno pueda llegar a zafarse verdaderamente del todo, como decía ahora nuestro presentador, despertando definitivamente de este sueño tonto. Muchas gracias.

Voz del Ateneo: No es que uno quiera añadir nada porque no hay nada que añadir. Simplemente decir que ojalá que esto sirva para dar el gran salto, ¿verdad? Y que uno pueda zafarse de todas las tonteras de este mundo, aunque nos toque seguir viviendo en él, pero que nuestro pensamiento esté puesto en lo que verdaderamente interesa. Y nos seguiremos viendo esta obra como algo que está incluido en todo este escenario sagrado que es el universo. Muchas gracias.

Voz del Ateneo: Me gustaría dar las gracias a todos los participantes, al Ateneo del Agartha y por supuesto al autor Federico González Frías. La impresión es que a pesar de que la obra da una imagen de la agitación del mundo moderno, esto se refleja sobre todo internamente, recordando aquella frase de que “las posesiones mentales son las más esclavizadoras”. Aunque sin embargo y a la vez está dando también un mensaje de esperanza en el sentido de que se dicen muchas cosas que de ser leídas entre líneas están dando también testimonio de otra realidad, es decir que está ahí esa constante de poder elegir. O sea, que pesar del estado de final de ciclo en el mundo en que vivimos, esa puerta permanece abierta. Y aún más, uno se atrevería a decir que por esa magia implícita en el lenguaje, las dimensiones que tiene todo esto son incalculables. Es absolutamente extraordinario todo este juego teatral. Muchas gracias.

Locutor: Muchas gracias a todos por estas palabras. Nada más, esperamos que hayan disfrutado con todo lo que aquí se ha dicho y se ha insinuado y los invitamos a escuchar un nuevo podcast en el que nos sumergiremos en otra obra teatral de Federico González Frías! ¡Hasta pronto! Muchas gracias.

Tema musical. Maurice Chevalier, “S’ Wonderfull”.



Podcast
NOTAS
1 Federico González. Simbolismo y Arte. “Arte teúrgica”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2004.
2 Federico González. Tres Teatro Tres. “Adenda”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2011.
3 Ibid.
4 Ibid. Los corchetes son nuestros.
5 Federico González. El Tarot de los Cabalistas. Vehículo Mágico. mtm editores, Barcelona, 2008.
6 Federico González. Tres Teatro Tres. “Adenda”. ibid.
7 Ibid.
8 Ibid.
9 “El tesoro de Valls”, ibid.
10 Ibid.
11 Ibid.
12 Ibid.
13 Ibid.
14 Ibid.
15 Ibid.
16 Ibid.
17 Ibid.
18 Ibid.
19 Ibid.
20 Ibid.
21 Ibid.
22 Ibid.
23 Ibid.
24 Ibid.
25 Ibid.
26 Ibid.
27 Ibid.
28 Ibid.
29 Ibid.
30 Ibid.
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