SYMBOLOS

Revista internacional de
Arte - Cultura - Gnosis

PHOENIX 33
RAPSODIA

MONTSE GALLEGO


Sonido de tormenta, relámpagos y truenos fortísimos.

Voz en off: discurso de Critias.

Durante muchas generaciones, mientras la naturaleza del dios era suficientemente fuerte, obedecían las leyes y estaban bien dispuestos hacia lo divino emparentado con ellos. Poseían pensamientos verdaderos y grandes en todo sentido, ya que aplicaban la suavidad junto con la prudencia a los avatares que siempre ocurren y unos a otros, por lo que, excepto la virtud, despreciaban todo lo demás, tenían en poco las circunstancias presentes y soportaban con facilidad, como una molestia, el peso del oro y de las otras posesiones. No se equivocaban embriagados por la vida licenciosa, ni perdían el dominio de sí a causa de la riqueza, sino que, sobrios, reconocían con claridad que todas estas cosas crecen de la amistad unida a la virtud común, pero que con la persecución y la honra de los bienes exteriores, éstos decaen y se destruye la virtud con ellos. Sobre la base de tal razonamiento y mientras permanecía la naturaleza divina, prosperaron todos sus bienes, que describimos antes. Mas cuando se agotó en ellos la parte divina porque se había mezclado muchas veces con muchos mortales y predominó el carácter humano, ya no pudieron soportar las circunstancias que los rodeaban y se pervirtieron; y al que los podía observar le parecían desvergonzados, ya que habían destruido lo más bello de entre lo más valioso, y los que no pudieron observar la vida verdadera respecto de la felicidad, creían entonces que eran los más perfectos y felices, porque estaban llenos de injusta soberbia y de poder.1

Locutor: Con este poderoso texto del Critias de Platón comienza Rapsodia, la obra que va a centrar nuestra atención en este espacio de tiempo en el que celebrar los misterios del Amor.

Sintonía del programa. “Unforgettable”, por Natalie Cole y Nat King Cole.

Locutor: ¡Bienvenidos a Phoenix 33! Hoy tenemos el gusto de compartir de nuevo y por lo más alto esta emisión tan singular dedicada a la creación teatral de Federico González Frías, guía intelectual-espiritual en la vía del Conocimiento.

Breve pausa.

Locutor: Y precisamente el podcast de hoy titulado Phoenix 33: Rapsodia, recibe su nombre de este extraordinario libreto notoriamente musical en tanto recrea armonías secretas entre lo de abajo y lo de arriba. Armonías que los integrantes del Ateneo del Agartha se encargarán de representar llevando a la escena algunos momentos escogidos de la obra, con lo que se nos brinda la oportunidad de acercarnos al oficio del teatro tal y como nos lo transmitió Federico González, como un soporte para la realización espiritual donde el actor interpreta la realidad conocida y cada cual representa el papel que se le ha otorgado pudiendo vivenciar, ¡si se da la gracia!, el recuerdo del Sí mismo, –la práctica de rememorar lo que siempre ha sido–. Así que a lo largo de la emisión tendremos la oportunidad de escuchar distintos pasajes de este libreto que recrea la cosmogonía y nos apunta al viaje hacia lo desconocido.

Pausa.

Locutor: Bien, y como viene siendo habitual, en primer lugar saludamos a nuestros oyentes que siguen la transmisión de este podcast a través de las ondas. Y por supuesto vamos a saludar también a los colaboradores del Ateneo del Agartha que con sus valiosas aportaciones dan altura y profundidad a este espacio semana tras semana: ¿Qué tal como están? Por último dar la bienvenida al público que nos acompaña, un día más, en el estudio: ¡Hola a todos!

Y ahora, para ubicarnos, hablemos de teatro, pero desde el punto de vista sagrado –o sea ritual–, y de su función como vehículo de Conocimiento. Una pausa musical y vamos a ello.

Pausa musical. Neil Finn. “Anytime”.

Voz del Ateneo: Se dice que la vida es el gran teatro del mundo, pero ¿hasta qué punto somos conscientes de la auténtica y oculta realidad que contienen estas palabras? Federico González dice que “El mundo entero es un gran teatro donde se produce la ilusión de la existencia de los personajes, (...) que abre en la conciencia mundos siempre renovados que mantienen perennemente vírgenes a quienes se prestan para ello y que mueren y nacen con cada personaje, al que actualizan de modo permanente en la representación”.2

Voz del Ateneo: En palabras de René Guenón, “el teatro es una imagen del mundo: uno y otro son propiamente una ‘representación’, ya que el mundo mismo, no existiendo sino como consecuencia y expresión del Principio, del cual depende esencialmente en todo lo que es, puede ser contemplado como simbolizando a su manera el orden principal, y este carácter simbólico le confiere por otra parte un valor superior a lo que es en sí mismo, puesto que es por esto por lo que participa de un más alto grado de realidad”.3

Voz del Ateneo: Y así pues ¿cómo es posible que tan alto encargo cobre vida propia en el escenario revelándose lo sagrado?

Voz del Ateneo: Este cometido corre por cuenta del actor, que “es una prolongación de un único Actor, el Ser Universal que es a la vez el Espectador, y se ve representado en las indefinidas individualidades y realidades particulares que crea simultáneamente sin verse afectado por ello”.4

Voz del Ateneo: Efectivamente “el actor ha de saber que en cualquier papel de teatro está su identidad, a la que sólo debe agregar su interpretación. El actor es ni más ni menos que un intermediario, como es el ser humano respecto a la vida”.5

Locutor: Por cierto que el teatro, explica René Guenón, “no necesariamente se limita al mundo humano, a un solo estado de manifestación; puede representar también al mismo tiempo los mundos superiores e inferiores”.6

Pausa musical. Roger Whittaker. “New world in the morning”.

Voz del Ateneo: El teatro es una experiencia íntima, una ceremonia mágica que se vive en la interioridad del Ser y al que Federico González pone en valor insistiendo “en esta posibilidad vinculada con la magia y aun con la teúrgia”.7

Voz del Ateneo: ¡Un rapto de los dioses que nos hace despertar del sueño!

Voz del Ateneo: “Generosa madre, el teatro nos brinda la activación de la memoria original sobre todo aquello que hemos olvidado, que no podemos recordar, y consolida paradójicamente nuestro núcleo central al que se llega en este caso, por la anamnesis, la ‘reminiscencia’ y también, como ya sabemos, por otras tantas vías tradicionales”.8

Voz del Ateneo: Como dice Federico, “nuestros intereses son iniciáticos y por ello supracósmicos pero esos fines necesitan de soportes y el teatro y la actuación en general, basada en el espectáculo constante en que se vive, puede hacer salir del sueño tomando conciencia de ello, y optando por el camino del despertar que a veces es negación”.9

Voz del Ateneo: “¿Por qué la magia del teatro? (...) Misterio”.10

Pausa.

Voz del Ateneo: “Nuestro compromiso es con el Ser Único y con la certeza de un Misterio que cada cual guarda en lo más profundo de la cámara secreta del corazón, y que al hacerse presente nos libera de todo condicionamiento, cualquiera que este sea, empezando por la individualidad, que sin embargo está hecha a imagen y semejanza de su Creador”.11

Voz del Ateneo: ¡Qué poderosa fuerza posee el teatro para efectivizar todas las posibilidades dormidas contenidas en el Ser, es un auténtico soporte en la realización espiritual!

Voz del Ateneo: Sí ¡Y cuánta Belleza y Sabiduría inspirada en este libreto teatral que condensa el modelo simbólico del Cosmos y las ideas universales y arquetípicas en pos del Conocimiento!

Voz del Ateneo: Ahora sabemos, porque lo hemos experimentado en los ensayos reiteradamente (siendo siempre únicos), que el teatro permite vivenciar la reminiscencia de lo sagrado, poniendo en movimiento las energías vivas visibles e invisibles contenidas en el alma humana. “Una comunión con aquellas Ideas-Fuerza puestas en juego capaces de sacarnos de nivel y llevarnos a la comprensión de cosas que aún no se nos habían dado a conocer”.12

Voz del Ateneo: Rapsodia es una obra catártica y misteriosa, “un encantamiento que los intérpretes escenifican encantándose a sí mismos, tocados por la varita de Mercurio e inspirados por el soplo vivificante de las nueve hijas del Cielo: ‘Feliz aquél a quien aman las musas. Dulce fluye de su boca la palabra’”, dice Homero en el Himno dedicado a ellas.13

Voz del Ateneo: Todo esto me lleva a preguntarme ¿cómo se puede explicar el carácter sagrado y simbólico que concierne a esta magnífica pieza teatral?

Voz del Ateneo: Pues en este sentido cabe decir que el teatro sagrado opera la posibilidad de recuperar el estado anterior a la caída, o sea el sentido de la eternidad en el que todo cobra una existencia real y verdadera. Ese espacio íntimo y misterioso en el que cristaliza la Belleza y somos raptados por Amor hacia ámbitos más sutiles.

Voz del Ateneo: Sí, siendo conscientes de que todo es una ilusión, para ser finalmente atravesados por la vertical que es lo único real e inmutable, ahí donde aflora nuestra naturaleza suprahumana.

Pausa musical. Arthur Smith, Eric Weissberg & Steve Mandell. “Duelo de banjos”.

Sintonía del programa.

Locutor: Estamos en el podcast de Ivoox Phoenix 33 dedicado a la obra de teatro Rapsodia de Federico Gonzalez Frías. Ahora, tras esta pausa musical, nos vamos a adentrar en la intensa y embriagadora atmósfera que propone este libreto teatral, guiados por un coro de actores y actrices que bien pudieran ser una única y sola voz tejiendo al unísono las ideas universales y arquetípicas en torno a la iniciación en los misterios a través de unos diálogos con distintos niveles de lectura, siempre guiados por las musas y de la mano de la diosa Sabiduría. Mediante la palabra, esta tropa alquímica se encargará de hacer presente y experimentar la simultaneidad esencial de los estados del ser en el escenario de la conciencia. Un espacio otro en el que materializa la “memoria del mundo y del hombre, que se revela en la reminiscencia de la totalidad”.14

Nos vamos a ubicar en el segundo acto, donde diferentes voces experimentan el despertar en el largo y, en ocasiones tortuoso camino de la iniciación, desenmascarando sus egos, liberándose del error, la ignorancia y los condicionamientos para continuar ascendiendo en su recorrido al Origen, casi sin apenas darse cuenta de ello.

Suena una estruendosa tormenta tropical.

“Voz: Todavía tengo las manos amoratadas de tratar de clavar los maderos de la barca fortificada, de trazar sus curvas, de calcular sus inútiles elipses, de buscar en lo que no tengo los elementos necesarios para edificar algo que a la vez fuese una nave y un puerto.

Voz: Un odio furibundo igual al de la ignorancia más profunda de la juventud, de la desesperación por la ignorancia, de aquello que es imposible aprehender. ¡Fuera de mí toda esa basura que sin embargo vuelvo a consumir a diario, cotidianamente, el pavor a ser uno mismo, a ser el verdadero Yo, fuente de la armonía, de la perfección y la belleza!

Voz: Pavor a que todo lo conquistado sea verdad, espanto de que se derrame como otro basurero alimentando el deseo de otras tantas bocas voraces y feroces

Voz: Y todo por hablar, por no saber mantener el silencio original, por entregarte a la dialéctica a que te inspira el milagro de las palabras, ¡qué traición a la lengua, qué desconocimiento del lenguaje y sus formas adecuadas! ¿No estaremos aún a tiempo de callar? ¿Qué nos impele a este impulso constructor, a este hacer con o sin sentido, a esta urdimbre de pensamientos y a este enjambre de voluntades que van tejiendo a su manera una red que puede ser salvadora o ahogar la pesca con sus dobleces indefinidos? ¿Qué mayor vínculo puede tener uno sino con lo que dice y esto con lo que piensa? ¿Qué volver a nadar las tempestades del Cocito y barrenar la ola de la mierda hacia la salida? ¿Qué estoy diciendo, para quién lo estoy diciendo? ¿Será para ayudar, para hacer mía alguna persona o cosa en particular?

Voz: La multitud desbordada, el helado asombro, el espanto atroz de la multiplicidad,…

Voz: Ni lerdo ni perezoso me vuelvo a mi cueva, a mi caverna, a donde no hace frío, a donde todo es tan actual como la calidez del hogar alimentada por las voluntades de los contrayentes.

Voz: ¡Qué profundo fuego el que nace en nuestros corazones todos juntos dentro de esta nave que no es otra cosa que Amor! ¡Eso espero!

Voz: Entre sueño y pesadilla.

Voz: La piedra primigenia, inteligente, qué nombre tan veraz, tan de acuerdo con las circunstancias siempre presentes de tamaña perfección, qué nombre que como tal lo dice todo. Enjoyada, simple, perfecta. Esta es la correspondencia exacta con la cosa que la denomina. He aquí el privilegio de ser, de uno, del mundo manifestado. Nada de más ni de menos, es como ser en el mundo, en grande y en chico, multiforme, ausente de explicaciones. Nada más ni menos que eso; desde la perspectiva de todos los ángulos, la piedra inteligente. Sólo eso es el callado misterio de su manifestación.

Voz: De allí deriva cualquier gesto e interpretación, del pesado silencio de esa maravilla consubstancial con todo lo posible.

Voz: Porque ya estás pulida.

Voz: Y aquí nosotros estudiando armas, escogiendo formas de hacer la guerra encarnando tu nombre, aunque tú de nada necesitas, ni esperas, ni te interesas sino en tu ser mismo que te visita todas las mañanas en el espejo que no es sino una sombra”.15

Pausa musical. F. Chopin. “Ballade No. 1 in G Minor, Op. 23”.

Voz del Ateneo: Estos pasajes de Rapsodia me han hecho pensar en el proceso íntimo y secreto de la iniciación en los misterios. Se van abriendo gradualmente nuevos abismos de la conciencia a pesar de los numerosos obstáculos y dificultades.

Voz del Ateneo: Es rotundamente la Guerra Santa. El propio Federico González lo describe muy bien en estas líneas del Programa Agartha, se trata de: “nuestros propios tropiezos internos y la aparición de dudas, incapacidades, pasiones latentes y desconocidas que surgen, vacilaciones, fobias, manías, etc., que yacen en el fondo de uno mismo y que comienzan a despertar –en la sabia economía del Universo– a la par que nos iluminan otras tantas áreas con la luz que presta el conocimiento. Los símbolos revelan y velan a la vez”.16

Sintonía del programa.

Locutor: Ahora vamos a adentrarnos en estancias aún más profundas y misteriosas conducidos por las voces de los actores del Ateneo del Agartha que interpretarán un pasaje del tercer cuadro de esta obra excepcional que estamos tratando hoy, escrita por Federico Gonzalez Frías y que se titula Rapsodia.

Pausa musical. Daryl Griffith. “Tango Pasión”.

“Voz: El No Ser es un mundo sin sombras ni huellas. Nada más virgen que lo que No Es.

Voz: Aquí no se da el misterio del lenguaje porque por su propia naturaleza no hay nada que explicar, ni comunicar; aquí no hay otro y por lo tanto cuento ni obra teatral si alguna vez la hubo.

Voz: El tono grave sería una manera de decir, el silencio otra.

Voz: No hay receptor ni emisor, ni las fatigas del pensamiento.

Voz: No hubo ni habrá: ¡qué aligerado!

Voz: Los que has querido permanecen y no te olvidas de los amigos, aunque te olvidas del olvido, y no hay creación en este espacio. ¿De qué amigos se trata? ¿Qué es o qué ha sido esta historia? Ojalá estuviesen aquí la totalidad de los que amas y te aman, aunque no hay forma de saberlo.

Voz: Es muy duro el No Ser; pero todo ha sido, es y será un sueño. Si uno es lo que conoce, No Ser es semejante entonces a la misma ignorancia.

Voz: Son aguas muy negras que te parece que van y vienen, pero no es cierto. En el No Ser, ni siquiera hay dicha por no saber nada de nada”.17

Pausa.

“Voz: ¡Déjenme de joder, aquí no otorgamos pasaportes! Ya que jamás ha habido nunca ni cuándo ni ningún otro lugar.

Voz: Porque este infinito no puede ser por definición algo articulado en sí mismo como la creación, pues se opone a ella siendo a la vez su Origen simultáneo, es decir, en la inmensa conjetura de la articulación en partes y en subtotales de la perfecta organización Universal, que nunca fue más que un encantamiento de palabras y números.

Voz: Y luego seguir existiendo como si tal cosa.

Voz: El No Ser no es la negación del Ser, sino un espacio en el alma del que conoce. El No Ser es un resultado del trabajo hermético, un estado vivencial del alma del hombre y del mundo. Si uno verdaderamente conoce estas aulas vacías, sabe de ellas, ha penetrado en su inmenso espacio y vivido las alternativas consiguientes que podrían dar lugar a diferentes posibilidades. Por lo que el Secreto necesita del silencio del buscador y sus experiencias intelectuales-espirituales para ser hallado y aún transmitido.

Voz: ¡Cómo no callar sobre su inmensa majestad que aúna en definitiva la ilusión de la individualidad y al mismo tiempo al Silencio como su expresión más adecuada!

Voz: Por lo que nada tiene que ver con la negación de algo. Aunque ese algo sea igualmente una nueva ilusión tal cual la de la existencia del otro en este ordenado espacio tan frágil y secreto capaz de producir como su expresión al Silencio. Es ridículo hablar del No Ser si no se lo conoce aún verdaderamente y su existencia sólo se plantea como la ida a un aula de la conciencia.

Voz: Esto es otra luz; es una luz negativa, pero es luz. En el vértigo de lo que No Es, también existe la esperanza. Todos lo hemos sabido. Pongamos correctamente el intelecto para entender tamaña grandeza; también esto es luz, con eso me basta.

Voz: Aprecio la vida de ultratumba. La coexistencia con el perpetuo No.

Vozo: Algo muy pequeño, pero igualmente majestuoso. Quién sabe qué será, pero hay una promesa. Un bien en lo infinito. Una ciudad desconocida.

Voz: ¿Será verdad…? Sólo el Misterio nos ilumina.

Voz: Lo intento todo. ¿Por qué no probar estos caldos del más allá absoluto? ¿Por qué no dejarse convencer por otro sueño, donde no hay palabras, donde todo es este ansiado silencio?

Voz: ¿Por qué no pensar que esta oscuridad es algo más luminoso que la luz del medio día, si creemos, si hemos creído en un Dios, en un conjunto de dioses que aquí es donde habitan, sobre todo el Dios Desconocido?

Voz: Un paraíso en toda regla otra. Un descubrir perenne sin salir de la cueva.

Voz: Una navegación con el hermano Anubis, ese perpetuo desconocido”.18

Sintonía del programa.

Locutor: Verdaderamente impactante y muy misterioso todo lo que se dice en este libreto. Uno se queda impresionado y conmovido, es una sacudida. Decir que quien tenga interés en leer la obra completa, que sepa que está publicado íntegramente en este número de la Revista telemática SYMBOLOS, (para lo cual les recuerdo que la dirección web de la revista es symbolos.com, (símbolos con y griega). Y este nuevo número (el 68 de SYMBOLOS) se publica coincidiendo con el solsticio de verano. Bien, pues hasta aquí el podcast de hoy en el que hemos estado tratando el teatro desde un punto de vista sagrado; y en particular la pieza teatral de Federico González Frías titulada Rapsodia. Ahora ha llegado el momento de conceder la palabra a quien desee hacer uso de ella. Si alguien cree oportuno compartir algún pensamiento a micrófono abierto, adelante con ello.

Voz del Ateneo: Dar las gracias por esta posibilidad de escuchar todas estas ideas fuerza, que realmente son un presente, pero un presente en el sentido de que evoca ese estado de gracia donde no hay dualidad posible. Realmente uno diría que esta obra de Federico es de alguna manera una consumación. Es extraordianrio poder participar de oyente o lo que fuere. Muchísimas gracias a todo el Ateneo del Agartha.

Voz del Ateneo: Uno tiene la certeza de que se encuentra en un espacio absolutamente protegido, cerrado a unas influencias de orden inferior y abierto de pleno a lo que son las verdaderas influencias espirituales. Muchísimas gracias.

Voz del Ateneo: A mí me van a tener que disculpar por la repetición, pero realmente ¡cuanta Belleza y Sabiduría en estos textos! Uno se queda absorto, se queda mudo con lo que ahí se está expresando. Qué misteriosos los caminos de la diosa. ¡Qué raptos! Muchas gracias.

Voz del Ateneo: Quiero agradecer a Federico y a quienes integran el Ateneo del Agartha por esta oportunidad de realizar ese viaje hacia el interior de uno mismo. Gracias.

Locutor: Muchísimas gracias por estas palabras que habéis compartido. Aquí lo dejamos. Esperamos que lo hayan disfrutado y les emplazamos a una próxima emisión, donde seguiremos sumergiéndonos en la obra teatral de Federico González Frías. No se lo pierdan, promete ser bien interesante. Muchas gracias.

Sonido de las olas del mar.

“Voz: ¡Óyeme, Venus! En tu nombre, en tu nombre se dijeron estas cosas tan bonitas. En tu nombre, esos sueños son ahora para todos pues sin eso qué otra cosa nos quedara a los hombres sino el llanto que produce nuestro olvido…

Voz: ¡Somos fragmentos del amor!

Voz: ¿Quién dices ser?, si toda cosa en ti comienza y termina…

Voz: Si cada guiño de tus ojos es un día…

Voz: Si la sombra de tus pasos es la vida…

Voz: Y nos has dado a todos un alma tan partida que no pensamos sino en huir… ¿Quién dices ser?

Voz: Embriágame, mi diosa, quiero beber tu vino delicioso y si he de penar por este hecho pagaré el precio necesario pues quien no sufre por amor no ama.

Voz: La vida entera me entregó la transparente lucidez de tu presencia, y comprendí la esencia de la diosa, tu ser, Ishtar, en mí…

Voz: ¡Oh, diosa! Piensa más bien en quiénes somos tú y yo, yo y tú.

Voz: Oye, vine a decirte lo que todo el mundo sabe, tal vez… presta atención, no hay nada en esta tierra que no lleve el latir del corazón…

Voz: ¿Contra qué debe uno rebelarse si el destino ya está escrito?

Voces: ¡Somos fragmentos del amor!”19

El sonido de las olas del mar se funde con el del viento y finalmente se impone el silencio.



Podcast
NOTAS
1 Federico González Frías. Rapsodia. “Obra en tres cuadros”. Ed. SYMBOLOS, Barcelona, 2015.
2 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Teatro”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013.
3 René Guenón. Consideraciones sobre la iniciación. “El simbolismo del teatro”. Trad. Miguel Ángel Aguirre. Revista SYMBOLOS telemática. Ver en la web: Artículo
4 Ibid.
5 Ibid.
6 Ibid.
7 Federico González Frías. Tres Teatro Tres. “Adenda”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2011.
8 Ibid.
9 Ibid.
10 Ibid.
11 Revista Letra Viva. Presentación. Ver en la web: Artículo
12 Carlos Alcolea. Teatro Sagrado. El Juego Mágico de la Memoria o el arte de percibir la teatralidad de la vida. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2021.
13 Ibid.
14 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Ananmnesis (gr.)”, ibid.
15 Federico González Frías. Rapsodia. “Obra en tres cuadros”, op. cit.
16 Federico González y cols. Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. “Tropiezos y dificultades”. Revista SYMBOLOS nº 25-26, Barceloina, 2003.
17 Federico González Frías. Rapsodia. “Obra en tres cuadros”, ibid.
18 Ibid.
19 Ibid.
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