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PHOENIX 33 ÁNGELA SARDÁ |
Sintonía del programa. “Unforgettable”, por Natalie Cole y Nat King Cole.
Locutor: Estamos en un nuevo podcast de Ivoox Phoenix 33, dedicado a Federico González Frías y su obra, en esta ocasión trataremos el libro Esoterismo Siglo XXI: en torno a René Guenón publicado en el año 2000 por Muñoz Moya Editores. Sintonía del programa. Locutor: Este podcast va a girar sobre un libro que da cuenta de la confusión que reina en el mundo moderno a la par que es un testimonio impagable de la existencia actual, aunque de modo oculto o resguardado de la Ciencia Sagrada, o sea que la Tradición Unánime está tan viva hoy día como en sus orígenes gracias al testimonio de autores como René Guenón, que ha sido y sigue siendo para muchos grupos esotéricos, escritores y lectores, una guía intelectual de primer orden. Este es el caso de Federico Gonzalez Frías, quien reconoció en la obra de René Guenón un referente tanto “por el espíritu que irradia su trabajo” como por “las analogías deslumbrantes que realiza, alimento para la inteligencia y vehículo para la comprensión”, como el propio Federico dice en este libro que vamos a tratar, y que repito se titula Esoterismo siglo XXI: en torno a René Guenón. Dicho lo cual, saludamos a nuestros oyentes y damos la bienvenida a los colaboradores del Ateneo del Agartha ¿Qué tal como están? Bienvenidos, muchas gracias por su participación en esta serie de podcast que estamos realizando en memoria de Federico y de su obra. Y saludamos también al público que nos acompaña: ¡Hola a todos! Bien, entre otras cosas, vamos a dar lectura a una serie de textos excepcionales en los que Federico González expone sin cortapisas ciertas cuestiones que son claves en la vía del Conocimiento. Vamos a ver si nos es posible alcanzar a comprender las diferencias entre lo esotérico y lo exotérico o entre rito y ceremonia, y también entre la metafísica y la religión. A tal efecto, las ideas desplegadas en este libro que vamos a tratar, tienen la propiedad de hacer tambalear los fundamentos de nuestras concepciones, poniéndonos en situación de entender el origen y el fin del estado actual del mundo y la confusión reinante, a la par que ofrece al buscador los elementos necesarios para no extraviarse en las vías a seguir que le conducirán mediante una disposición propicia al despertar intelectual-espiritual. Pausa musical. Alan Parsons Proyect. “Sirius”. Locutor: Lanzo una pregunta al aire ¿que me pueden decir acerca del panorama esotérico actual? Voz del Ateneo: En el proemio del libro hay dos párrafos que me gustaría leer, el primero dice: “El ambiente reinante en este comienzo de siglo XXI, signado también en el escenario esotérico por la mentira y el engaño, la falsificación y el robo, la ignorancia y la traición, no escapa a las generales de la ley que caracteriza a los tiempos modernos”.1 Más adelante, casi al final, Federico se refiere a aquellas publicaciones y autores que atestiguan la vigencia de la Tradición, entre los cuales también circulan aquellos que si bien “señalan conceptos y caminos, símbolos e ideas o puntos de vista igualmente válidos”, deben rechazarse “muchos errores en la interpretación, casi siempre interesada, de conceptos concernientes a la doctrina tradicional emanados de fuentes que, hoy más que nunca, están en contra de esa doctrina, a la que empero pretenden manipular y usar en su provecho, que es idéntico al del Adversario. En este último sentido se insiste particularmente en las diferencias entre religión y metafísica, exoterismo-esoterismo y Ser y No Ser, que han llevado a tantas confusiones, especialmente agravadas por personas y grupos, que o bien por ignorancia –que desemboca en odio– o por deseos de hegemonía y poder, han adulterado el pensamiento de Guenón desde que éste aún vivía”.2 Voz del Ateneo: Ante semejante panorama el autor del libro que estamos comentando plantea una serie de cuestiones e interrogantes que quizá puedan incitar el interés del buscador. Leo: “¡Qué se espera aún, qué se desea, cuál podría ser la recompensa, cuál la gloria! ¿Ante qué otro esto sería algo sino ante uno, encarando ahora –y siempre– el Sí Mismo. En verdad es muy difícil comprender cuál sería la ‘satisfacción’ del elegido, ¿qué cetro, qué corona, qué poder, y ello con respecto a qué o quién? Y: ¿cuáles serían las relaciones de todo esto con la Suprema Identidad, con el Principio indiferente, ajeno al chisme de quien va a ganar esta guerra santa o la otra? Personajes totalmente ilusionados con que vengan a otorgarles la cinta azul de la virtud y la popularidad: ¿de manos de quién? (…) No es pues necesario afanarse, ni querer ganar nada a nadie, sino reintegrarnos a la Gran Paz, a la inmovilidad del Polo, a la total prescindencia del Hombre Universal mientras se cumplen todas las profecías, muchísimas de ellas ajenas al caudal de las religiones abrahámicas, hoy en franca decadencia. A lo que habría que agregar la ineptitud en reconocer a la deidad cuando se manifiesta en millones de modos ajenos al aparato ceremonial religioso actual (por otra parte adulterado), tal cual lo han sabido los pueblos ‘primitivos’ y los sabios de la antigüedad, comenzando por orientales taoístas y tántricos y occidentales paganos”.3 Voz del Ateneo: “Para muchos lo religioso es, o tal vez ha sido, una forma adecuada de lo sagrado, simplificada para ser comprendida por la mayoría, a la que ordena mediante la ley moral, que en definitiva se resuelve en usos y costumbres, y de esa manera se conserva a un grupo numeroso que sigue preceptos de un dirigente para el bien social. Basta con que se obedezca como buenos bueyes pacientes, aunque castrados, y se crea con fe; se prefiere esta actitud a cualquier conato de Conocimiento, que incluso puede poner en conflicto, o en ridículo, a no importa qué autoridad religiosa”.4 Pausa mientras prosigue la música. Voz del Ateneo: “La superioridad de nivel de la metafísica viene dada por su propia naturaleza, es decir por su Origen y su Objetivo, al igual que la limitación exotérica de lo religioso, sus dogmas y fervores, no puede sobrepasar su nivel. Ambas formas están emparentadas con lo Sagrado, aunque en los tiempos que corren la religión bien podría ser calificada de profana, en cuanto niega la verdadera intelectualidad, es decir su autentica espiritualidad, confundiéndola con adhesiones de intensidad variada a una incierta ‘piedad’ o al fanatismo excluyente, ambos hijos directos de lo emocional, que va y viene de aquí para allá. Pero no es sólo eso, ya que como hemos anotado, estas dos formas de lo sagrado, se encuentran en distinto plano, y el desconocimiento de la metafísica y su sustitución por lo religioso, que la suplanta, equivale a su negación. Por lo que hoy se puede confundir –de buena o mala fe– a lo metafísico con lo profano, (repárese en la inversión) a fuerza de asociar exclusivamente la religión con lo sagrado”.5 Locutor: O sea que de acuerdo a lo que dice el libro que estamos tratando si “la iniciación es el alimento sutil de los dioses y exige el autosacrificio y el estoicismo, (…) la religión es una bebida light, o en el fondo una sopa tan convencional como intrascendente, aunque tome formas guerreras, místicas o milagrosas”.6 Voz del Ateneo: “La iniciación es obviamente una acción contra corriente determinada por lo inusual de ciertas pruebas terribles con las que se certifica la calidad del Amor. La religión actual, por el contrario, es una complacencia en la bondad de un sistema que se acepta como válido y la satisfacción egótica de sobresalir en su cumplimiento. La primera se vincula con la magia y la gracia, la segunda con las obras, el deber, la rutina y la rigidez de la ley”.7 Voz del Ateneo: “La religión considera únicamente al ser en el estado humano individual y de ningún modo apunta a hacerlo salir de él, sino que por el contrario intenta asegurarle las condiciones más favorables en ese mismo estado, mientras que la iniciación tiene esencialmente como objetivo superar las posibilidades de este estado y lograr que sea efectivamente posible el pasaje a los estados superiores y hasta finalmente conducir al ser más allá de todo estado condicionado, sea cual fuere”.8 Sintonía del programa. Locutor: Estamos en el podcast de Ivoox Phoenix 33: Diálogos sobre Esoterismo Siglo XXI: en torno a René Guenón, redescubriendo esta obra tan excepcional escrita por Federico Gonzalez Frías. Ahora les propongo a los miembros del Ateneo del Agartha dar lectura a algunas citas de René Guenón que Federico escogió para ilustrar y facilitar la comprensión del discurso que sigue el libro. Un discurso que no siempre resulta fácil de asimilar al tratarse de ideas y conceptos que además de oponerse a la corriente profana del mundo moderno, no pueden ser asimilados por los medios habituales con los que acostumbramos a manejarnos en la vida ordinaria. Pausa musical. Supertramp. “Fool’s Overture”. Voz del Ateneo: Cito un fragmento del libro titulado Apreciaciones sobre el esoterismo cristiano, concretamente un párrafo que aparece en el capítulo “Cristianismo e iniciación”. Dice así: “a pesar de los orígenes iniciáticos del Cristianismo, éste, en su estado actual, no es ciertamente nada más que una religión, es decir una tradición de orden exotérico, y no tiene en sí mismo otras posibilidades que las de todo exoterismo; no lo pretende además de ninguna forma puesto que no se ha propuesto nunca otra cosa que obtener la ‘salvación’”.9 Voz del Ateneo: No obstante en la obra Iniciación y Realización Espiritual de René Guenón, mencionada por Federico, se habla sobre la “Necesidad del exoterismo” lo cual puede parecer contradictorio con lo dicho anteriormente con respecto a lo esotérico, pero en absoluto es así puesto que como ya se apuntó antes, ambos conceptos, lo exotérico y lo esotérico no se oponen, o sea que no son “dos doctrinas distintas y más o menos opuestas (lo cual sería una concepción totalmente errónea) sino [que son] dos aspectos de una misma doctrina, que han existido en ciertas escuelas de la antigüedad griega y se los vuelve a encontrar muy claramente en el Islam, aunque no ocurre lo mismo en las doctrinas orientales”.10 Voz del Ateneo: “Respecto de ellas no se podría hablar sino de una especie de ‘esoterismo natural’ que existe inevitablemente en toda doctrina y sobre todo el orden metafísico, donde siempre se debe hacer referencia a lo inexpresable, que es asimismo lo que hay de más esencial, puesto que las palabras y los símbolos no tienen en suma otra razón de ser que la de ayudar a concebirlo en tanto que proveen de ‘soportes’ para un trabajo que no puede ser sino estrictamente personal. Desde este punto de vista, la distinción entre exoterismo y esoterismo no sería diferente de la que existe entre la ‘letra’ y el ‘espíritu’, y podría también aplicarse a la pluralidad de sentidos más o menos profundos que presentan los textos tradicionales o, si se prefiere, las escrituras sagradas de todos los pueblos”.11 Voz del Ateneo: Y Federico añade al respecto: “El exoterismo ha sido necesario, y según el mismo Guenón lo señala esa es precisamente la función de la Iglesia Católica, pero otra cosa es la necesidad de practicar lo ritos exotéricos para un iniciado. De hecho, esto es contradictorio, pues al hacer necesario lo exotérico, lo esotérico aparece como no necesario, cuando es imprescindiblemente lo que se debe realizar, lo primordial, la identidad del sujeto del Conocimiento”.12 Pausa mientras prosigue la música. Voz del Ateneo: En todo caso está claro que con respecto a las llamadas tradiciones del libro el Conocimiento está en “los libros de sabiduría que conforman la Biblia, especialmente los de Moisés para los judíos y cristianos y sobre todo los evangelios para estos últimos. Por otro lado los islámicos tienen el Corán y otros textos sagrados complementarios, tal como los otros dos monoteísmos”. Obviamente esta fuente de agua viva existe para aquéllos que puedan desvelarlo, es decir, encarnarlo, “y sería un error, acaso una monstruosidad negar esta evidencia. En cuanto a los ritos y ceremonias exotéricas, ellos pueden acompañar alguna vez con provecho nuestro viaje hacia la Unidad Central y queremos señalar como método el trabajo con el Arbol de la Vida Sefirótico de la Cábala hebrea, pero éste prácticamente no se conoce en el exoterismo judío; ahora bien resultaría igualmente erróneo pensar que el Conocimiento fuera exclusivamente patrimonio de estas religiones abrahámicas, mucho más en los tiempos que corren, signados inevitablemente por la caída y corrupción de todo lo instituido”.13 Locutor: Según nos dice Federico en el libro que estamos comentando “la Doctrina (simbolizada por la vertical) es una, pero los modos que toma (horizontales) y la manera de manifestarse de acuerdo a circunstancias de tiempo y lugar, invalida [cualquier pretensión extrema] de precisión dogmática, propia de Occidente y con orígenes aristotélicos, racionales, lógicos y pretendidamente sistemáticos, que son completamente ajenos a los textos sagrados de todos los pueblos, e incluso no está presente en Platón y el neoplatonismo”.14 Voz del Ateneo: “Quien acepta apriorísticamente ciertas ortodoxias de cualquier tipo sin reparar en ellas, no está ni siquiera permitiéndose extraviarse en la senda de lo que se supone que es el Conocimiento. Esto se halla dado ya desde el comienzo por la forma en que se enfrenta el hecho de Conocer: como una búsqueda y aventura del alma, sedienta de sí misma, o como la sumisión a una estructura que generalmente se encuentra adulterada por la creencia, o sea por una especie de suma de axiomas, absorbidos casi con criterios administrativos, aceptados de modo pasivo y lineal, sin claroscuros, y sin la Pasión, que la antigüedad denominó Furor; en cuanto a los peregrinajes, para poner solo un ejemplo, la confusión con caminatas deportivas, el turismo u otros ejercicios más o menos profanos es a veces evidente. No se puede salir del laberinto cuando este ni siquiera existe, lo cual es propio de medios esclerotizados que confunden al Psicopompo con lo pomposo”.15 Voz del Ateneo: Volviendo al tema de lo horizontal y la verticalidad como símbolo de lo esotérico y lo exotérico o si se quiere de la metafísica y lo religioso, se debe reparar que en lo horizontal se hallan “los medios de aprehender lo vertical, cuestión conocida por todas las gnosis. De allí que el rito exotérico sea un poderoso medio para vivificar lo esotérico, aunque lo esotérico ya nos sea conocido, por la misma necesidad de actualizarlo permanentemente. En este caso se trata de ritos religiosos (horizontales), pero se debe tener en cuenta que estos ritos están comprendidos en otro más amplio que es el rito de nuestro compromiso con el Conocimiento (vertical) que signa todos los actos y momentos sagrados de nuestra vida, como sucede en las sociedades tradicionales”.16 Sintonía del programa. Locutor: Estamos en el podcast de Ivoox Phoenix 33: Diálogos sobre Esoterismo siglo XXI: en torno a René Guenón. Hemos tratado entre otras cosas “del grandísimo error de confundir la metafísica con la religión”. La Sabiduría no tiene nada que ver con lo meramente piadoso y lo mismo se puede decir de “la equivocada asimilación de todo aquello que es sagrado y tradicional a las anteojeras de lo religioso, actitud rechazada una y otra vez por Guenón, ya que estos dos órdenes están invertidos uno con respecto al otro, como la cúpula del cielo y la semiesfera de la tierra, teniendo desde luego primordialidad la principal, es decir, el primero en relación con la segunda lo que, de otro lado, es la única manera de poder conciliarlos”.17 La verdad es que se nos ha pasado el tiempo volando aunque todavía da para unas últimas intervenciones a modo de conclusión. Adelante. Pausa musical. Van Morrison. “Philosophers Stone”. Voz del Ateneo: “Lo interior no puede ser producido por lo exterior, como tampoco el centro por la circunferencia, ni lo superior puede ser producido por lo inferior, como no puede serlo el espíritu por el cuerpo; las influencias que presiden las organizaciones tradicionales siempre van descendiendo y no remontan jamás, como tampoco un río hacia su fuente. Pretender que la iniciación pudiera haber nacido de la religión, y con más fuerte razón de una ‘secta’, es invertir todas las relaciones normales que resultan de la naturaleza misma de las cosas; y el esoterismo es verdaderamente, con respecto al exoterismo religioso, lo que es el espíritu en relación con el cuerpo, tanto es así que, cuando una religión ha perdido todo contacto con el esoterismo, no queda en ella más que ‘letra muerta’ y formalismo incomprendido, porque lo que la vivificaba, era la comunicación efectiva con el centro espiritual del mundo, y ésta solamente puede ser establecida y mantenida conscientemente por el esoterismo y por la presencia de una organización iniciática verdadera y regular”.18 Voz del Ateneo: “La influencia del elemento sentimental daña de manera evidente la pureza intelectual de la doctrina, y representa, en suma, hay que decirlo, una decadencia con el pensamiento metafísico. (…) Sea lo que fuere, no es menos cierto que el sentimiento no es más que relatividad y contingencia, y que una doctrina que se dirige a él y a causa de la cual él reacciona no puede ser ella misma sino relativa y contingente; y esto puede observarse con particularidad a propósito de la necesidad de ‘consolaciones’ a la cual responde, en amplia medida, el punto de vista religioso. La verdad, por sí misma, no tiene que ser consoladora; si alguien la encuentra así, tanto mejor para él, cierto, pero el consuelo que experimenta no viene de la doctrina, sino de él mismo y de las disposiciones particulares de su propio sentimentalismo”.19 Voz del Ateneo: “Al contrario, una doctrina que se adapta a las exigencias del ser sentimental, y que debe por lo tanto revestirse ella misma de una forma sentimental, no puede identificarse ya con la verdad absoluta y total; la profunda alteración que en ella produce la entrada de un principio consolador es correlativa con un desfallecimiento intelectual de la colectividad humana a la que se dirige. Por otra parte, de ahí nace la diversidad profunda de los dogmas religiosos, la cual acarrea su mutua incompatibilidad, porque mientras la inteligencia es una, y la verdad en cualquier medida en que sea comprendida no puede ser mas que de una manera, el sentimentalismo es diverso, y la religión que tiende a satisfacerlo deberá esforzarse para adaptarse lo mejor que sea posible a sus modos múltiples, que son diferentes y variables según las razas y las épocas”.20 Voz del Ateneo: En gran medida, todo este caos que vivimos se debe a que “el hombre moderno contemporáneo ha creído que por el expediente de cerrar los ojos y negar lo que unánimemente ha sido llamado Conocimiento y Realidad por todas las civilizaciones tradicionales y por todos los sabios dignos de ser designados como tales, el Conocimiento y la Realidad no existen. (…) Aprendemos a comer, caminar, hablar. Aprendemos a simbolizar y a tener memoria. Y sin embargo olvidamos que absolutamente todo, en el hombre ordinario, es aprendido. Damos por supuesto todas esas cosas. Y como los demás hacen lo mismo, asistimos al espectáculo de la más increíble confusión de lenguas e incomunicación; por el otro al estallido de la violencia en todas sus formas y manifestaciones, directamente derivadas de esos supuestos, de esas valoraciones que juzgamos convenientes o inconvenientes, de acuerdo a personas, ideas, o cosas que aceptamos sin discusión, identificándonos con ellas por el hecho de que así ‘son nuestras’”.21 Voz del Ateneo: “No es de extrañar entonces que los conceptos en una sociedad como la que nos toca estén muy netamente adulterados al punto de aparecer invertidos con respecto a una autentica civilización o a una cultura ‘primitiva’, que es lo mismo que decir con respecto al Conocimiento y la Sabiduría. No podría caber otra suerte a las imágenes relacionadas con lo sagrado a las que inevitablemente se asocia con lo religioso. Esta concepción infantil está emparentada con cualquiera que se arrogue la posesión de tal o cual deidad. La verdad es una, y sólo en sus estratos más bajos se divide dando lugar en nuestro orden al hecho de la multiplicidad institucional. Como es obvio, la Verdad, en sí, nada tiene que ver con ninguna institución”.22 Sintonía del programa. Locutor: Llegamos al final de este podcast en el que hemos estado repasando la obra de Federico González Frías Esoterismo siglo XXI: en torno a René Guenón. Obviamente en este recorrido nos hemos dejado muchísimas cosas que bien merecerían ser tratadas, como por ejemplo “la correspondencia entre Shambala y Agartha –dos temas que se tocan en el libro– que como los dos polos de un mismo eje, son símbolos análogos en todo a la simbólica de la montaña y la caverna. “Se trata de lo que se ha dado en llamar la ciudad del cielo, construida en piedras preciosas, como la Jerusalén Celeste” la cual representa la coronación del “fin de un ciclo y es la patria musical verde, blanca y luminosa de los bienaventurados”,23 según explica René Guenón. Quizá haya oportunidad de hablar en torno a ello en posteriores ediciones. De momento, lo que sí podemos adelantar es que este espacio continúa su andadura y vamos a tener la oportunidad de seguir adelante en sucesivas emisiones dedicadas a la obra de Federico Gonzalez Frías. Y ahora ha llegado el momento de conceder la palabra al público y por supuesto también los colaboradores del Ateneo del Agartha están invitados a intervenir. Si alguien cree oportuno preguntar o compartir algún pensamiento a micrófono abierto, adelante con ello. Voz del público: Felicitarles. Es extraordinario todo lo que aquí se dice, la relación entre el exoterismo y el esoterismo. Es importantísmo para estos momentos. Y felicitarles también por esta música tan bien escogida que acompaña a estos textos. Muchísimas gracias a todos. Voz del Ateneo: Yo agradezco mucho esta manera de acercarnos a la obra de Federico González que nos están brindando los podcast de este programa Phoenix 33. Es algo fresco, que resuena por dentro, que va a lo nuclear, que no se anda por las ramas y que tampoco añade más de lo necesario porque ¿qué añadiría uno de su puño, verdad? Cuando de lo que se trata es de rescatar estas palabras iluminadas escritas por un autor que ha sido el guía de tantos de nosotros. Entonces, pues agradecer nuevamente, ya lo han hecho en otros podcast otras personas del público, pero yo en particular quiero volver a agradecer esta posibilidad fresca, rica, de acercarnos a la obra de Federico González y hacer votos para que muchas personas puedan gozar de esto también. Ya sabemos que siempre va a ser una inmensa minoría ¿no? Federico hablaba de que uno entre un millón era el ‘ratio’, pero si es así pues que les aproveche y bien esto que se está tejiendo con tanto amor. Muchísimas gracias. Voz del Ateneo: Me gustaría comentar que estos textos son operativos, es decir que dan una gran luz, ayudan a reconocer los errores no sólo de la sociedad en la que vivimos sino también en los que uno mismo cae, producto de esa misma programación e inversión general. Y sí, la reiteración en ello, va abriendo posibilidades. Voz del Ateneo: En primer lugar dar las gracias por la oportunidad de escuchar este podcast tan interesante y por todas estas aclaraciones acerca de la metafísica, la religión, el exoterismo y el esoterismo, dadas las confusiones que existen. Yo misma las tuve y está muy bien saber lo que es una cosa y otra, lo que es la religión, que está a un nivel y lo que es la metafísica que está a otro nivel. Sólo quería comentar esto. Muchas gracias. Sintonía del programa. Locutor: Muchas gracias por estos pensamientos. Y dar las gracias también a todos, tanto a los colaboradores del Ateneo del Agartha que han participado en la creación de este podcast, como al público presente en el estudio y por supuesto también a los oyentes. Desde aquí, transmitir nuestro más sincero agradecimiento a Federico Gonzalez Frías y a todos los hombres y mujeres de Conocimiento por ofrecernos a los hijos de este fin de ciclo la oportunidad de cumplir con “la mayor apetencia del alma, que es conocerse a sí misma, es decir, emprender la aventura del viaje interior inmensamente más rica que cualquier Eldorado”,24 como dice el propio Federico en alguno de sus libros que hemos tenido la oportunidad de leer. Una última cosa antes de despedirnos. Un adelanto que seguro interesará a nuestros oyentes. Dado el éxito e interés que han suscitado todos estos podcast que hemos ido emitiendo a lo largo de estos últimos meses con motivo del décimo aniversario del paso al Oriente Eterno de Federico Gonzalez Frías, como he dicho antes, se ha decidido dar continuidad a este espacio, de tal manera que los próximos podcast van a estar dedicados a las obras teatrales que escribió el autor. Y empezaremos por la que se titula En el Tren. Una pieza teatral con mucha miga que plantea un viaje de estudios por parte de un grupo de iniciados encerrados en un vagón de tren hacia un misterioso destino. No se lo pierdan. Promete ser bien interesante. Muchas gracias. Sigue sonando la sintonía. ![]() Podcast |
NOTAS | |
1 | Federico González. Esoterismo siglo XXI: en torno a René Guenón. Muñoz Moya Editores, Sevilla, 2000. |
2 | Ibid. |
3 | Ibid. |
4 | Ibid. |
5 | Ibid. |
6 | Ibid. |
7 | Ibid. |
8 | Ibid. |
9 | René Guenón. Apreciaciones sobre el esoterismo cristiano. Ed. Omnia Veritas, 2018. |
10 | Federico González. Esoterismo siglo XXI: en torno a René Guenón, ibid. |
11 | Ibid. |
12 | Ibid. |
13 | Ibid. |
14 | Ibid. |
15 | Ibid. |
16 | Ibid. |
17 | Ibid. |
18 | Ibid. |
19 | Ibid. |
20 | Ibid. |
21 | Ibid. |
22 | Ibid. |
23 | Todos los entrecomillados del párrafo pertenecen al libro de Federico González Esoterismo siglo XXI: en torno a René Guenón, ibid. |
24 | Federico González. Las Utopías Renacentistas. Esoterismo y Símbolo. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2016. |
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