SYMBOLOS

Revista internacional de
Arte - Cultura - Gnosis

TABERNA HERMÉTICA
Comedia radiofónica V

EL MIRLO BLANCO

BEATRIZ RAMADA

Locutor: Bienvenidos de nuevo a “Taberna Hermética”, un espacio radiofónico auspiciado por Hermes, donde tratamos de recuperar el antiguo y noble Arte de la Memoria.

Locutor: En el programa de hoy, inspirado por algunas de las obras teatrales de Federico González cuyos fragmentos serán interpretados por las voces del Ateneo del Agartha, nos ubicaremos en un teatro invisible pero muy real.

Locutor: En esta ocasión, escucharemos una comedia en tres actos escenificada aquí mismo y basada en tres obras de Federico Gonzalez Frías: “El Tesoro de Valls”, “En el Tren”, y “Lunas Indefinidas” que fueron reunidas en un pequeño volumen y publicadas por la editorial Libros del Innombrable bajo el título de “Tres Teatro Tres”.

Locutor: En la primera de ellas, el protagonista Valls se aloja en un hotel de lujo para celebrar sus bodas de plata. Su estancia será de todo menos tranquila, con la inquietud constante de perder o que le sean robadas sus pertenencias —el tesoro—, depositadas en la caja fuerte de su habitación, invadida constantemente por un desfile de todo tipo de personajes, a cuál más extravagante.

Locutor: El segundo acto de nuestra función estará referido a la obra “En el Tren”, donde un grupo de amigos han sido invitados a participar en un viaje en tren con un destino desconocido.

Locutor: Y en la tercera parte, nos detendremos en “Lunas Indefinidas”, obra que nos ubica en una especie de “clínica del conocimiento” a la que llegan distintos aspirantes que han de pasar ineludiblemente varias pruebas y finalmente adentrarse en la cámara del Conocimiento.

Voz del Ateneo: PRIMER ACTO. Preparación. Según las enseñanzas pitagóricas: “25. Ni el arte ni la sabiduría pueden adquirirse sin aprendizaje preparatorio”.1

Locutor: Oigamos una pequeña escena de la primera de estas tres obras: “El tesoro de Valls” que tiene lugar entre un clérigo y el protagonista:

Voz del Ateneo: “Clérigo. —‘Donde está tu Tesoro pon allí tu corazón’, aunque el suyo estaba puesto en bienes terrenales, y aún así, no podía llegar a él, en el país del siempre y el nunca jamás”.

Voz del Ateneo: “Valls. —¡Perdóneme! Dios no está muerto como dicen, ¡sólo a veces está de huelga, pero nos ha oído! (Pausa. Llevándose una mano al pecho, afligido) ¡Qué congoja! ¡Qué zozobra! ¡Cuánta desdicha! (Cambiando de tono, enérgico) ¡Qué desvergüenza! ¡Qué descaro! (Pausa) ¡Qué tupé!”2

(Música: “S’ Wonderful” cantado por Maurice Chevalier)

Locutor: “Reconocer” es una palabra rebis, significa que igual podemos leerla de izquierda a derecha que al revés; es de ida y vuelta. ¡Qué cosas tiene el lenguaje!

Locutor: Auspiciados por el heraldo divino que con su caduceo nos llama a despertar y cuya función de transmisión ha sido encarnada por la inmemorial cadena áurea, el tema de nuestro programa será el Teatro Sagrado como vehículo de Conocimiento.

(Varias voces del Ateneo)

Voz del Ateneo: “Los juegos y representaciones teatrales han acompañado siempre las festividades como símbolos de la energía rítmica del cosmos, del ritmo del universo; también proyectan ese símbolo en el movimiento”.

Voz del Ateneo: “La representación o juego teatral es el método por el cual los poderes del universo, o la Divinidad, crean y se expresan a través de la manifestación; por eso hablamos naturalmente del ‘juego’ de esas fuerzas”.

Voz del Ateneo: “También expresan la exuberante energía del Creador. Hablamos del ‘juego’ de la luz solar, que fertiliza e ilumina, donde se da la interacción de los poderes masculino-femenino de las fuerzas opuestas, pero complementarias. El juego significa también el papel que el hombre desempeña en el escenario de la vida”.

Voz del Ateneo: “Este juego del mundo manifiesto es expresado más adecuadamente por el hinduismo y el budismo tántrico a través del juego de la deidad creadora en la Danza de Shiva, que ha creado el mundo de los fenómenos, de mâyâ o la ilusión. Es interesante señalar que la palabra ‘ilusión’ deriva de la expresión latina ‘jugar’ o representar un juego”.3

Locutor: También este espacio radiofónico tiene algo de teatral. Inspirados por la enseñanza transmitida por Federico González Frías, gracias a su labor providencial, los aquí presentes han ido adquiriendo un lenguaje inteligente, expresión del pensamiento, en la vana pretensión de nombrar lo Innombrable.

Locutor: Lo cual es una imposibilidad que sin embargo nos convierte en hombres “verdaderos” ubicados —al menos virtualmente— en la butaca del centro, en el útero del Cosmos.

Locutor: Damos las gracias por ello de todo corazón ante la buena nueva que nos anuncia esa butaca del centro, cóncava y convexa simultáneamente. También es la ubicación exacta del arca o receptáculo dónde se hallan depositadas las semillas del ciclo futuro, en cierto sentido los fundamentos del metalenguaje, los arquetipos o números con los que está escrito el Libro de la Vida.

Locutor: Pero volviendo al tema del teatro, hemos recibido noticias: acaba de finalizar una de las obras que pretendemos reseñar “El tesoro de Valls” y estamos expectantes ante la salida del público para ver su reacción y qué pueden decirnos de la obra. Vamos a tratar de oír algo de lo que se dice por allí, pongamos un micrófono:

(Cómicos, en este caso haciendo de espectadores)

Voz de cómico: Buena idea la de venir al teatro, siempre me ha parecido que tiene una magia que no sabría muy bien explicar, una irrealidad muy real.

Voz de cómico: Y la sala también muy bien. Las butacas muy cómodas, y es del tamaño justo para ver casi desde todos los ángulos, lo que permite una visión multidimensional.

Voz de cómico: Un grupo de actores que llevan bastantes años haciendo este tipo de teatro, al que relacionan con el Arte de la Memoria, lo que lo vincula con el Renacimiento. Y sus orígenes son sagrados, muy cercanos a los cultos mistéricos de la Antigüedad.

Voz de cómico: No te he de negar que estoy algo confundido con la trama y diría que en esos diálogos hay más sentidos de los que parece a simple vista, y a veces incluso cierta paradoja o contradicción en los personajes.

Voz de cómico: Como en la vida misma, la verdad es que acaba uno identificándose con la angustia del protagonista, ¡pobre el tal Valls!, no lo dejan ni respirar todo ese personal tan excéntrico, ¡qué horror de hotel de lujo! A uno le entran ganas de reírse de tanto disparate.

Voz de cómico: ¿Cuántas veces nos parece tener esa sensación de fastidio y ganas de salir corriendo de determinadas situaciones en la vida cotidiana? Como si hubiera una conspiración a nivel global para llevarnos al paroxismo de nuestra propia individualidad.

Voz de cómico: Quizás sea eso de lo que trata ¿con qué nos identificamos? ¿cuáles son nuestras posesiones más valiosas?

Voz de cómico: “Donde está tu Tesoro pon allí tu corazón” es lo que le dicen al final al personaje protagonista.

(Música)

Locutor: Ciertamente no es difícil vernos retratados en el personaje de “El tesoro de Valls” porque su situación, con diferentes matices, es la del hombre actual atrapado en una realidad grotesca vinculada a reconocerse —a construir una identidad— en base a los documentos legales —célula de identidad, carnet de conducir—, o las propiedades y los negocios, y ¿cómo no?, la familia.

Locutor: Éste es el tesoro que Valls pretende salvaguardar por encima de todo. Sólo en un momento de la obra, por hartazgo, parece intuir al hablar por teléfono con su mujer, que quizás toda su visión esté equivocada. Oigamos lo que dice el personaje:

Voz del Ateneo: “Valls. —Creo que he despertado de esta situación por el absurdo, por las humillaciones que he sufrido, por la incapacidad de defenderme. Y cosa rarísima, me siento liberado y ágil mentalmente. (Pausa) Escúchame mi amor, nos hemos perdido, y tenemos que volver a encontrar el camino, como cuado éramos jóvenes y creíamos en la libertad y la vida interior, ¿recuerdas esas clases que tomamos dos años con el profesor Rota?”4

Locutor: Estamos en una encrucijada y hay que elegir: entre lo múltiple, lo transitorio y material o dirigir la mirada de forma osada hacia lo Uno, eterno y espiritual. ¿Dónde está tu corazón?

Locutor: Antes que nada, tal como decían los pitagóricos: “Nunca inicies ningún trabajo sin haber rezado antes a los dioses para llevar a cabo lo que vas a empezar”.5 Aquí en la Taberna Hermética, la oración toma forma de libación:

(Diversas voces del Ateneo del Agartha)

Voz del Ateneo: Por Dioniso.

Voz del Ateneo: “Soy el comienzo de todas las cosas, hijo del comienzo, soy la emanación surgida del dios primordial. Soy el grande, hijo del grande: mi padre ha meditado mi nombre: soy el de los infinitos nombres, el multiforme: mi esencia existe en todos los dioses”.6

Voz del Ateneo: Por Talía y Melpómene, la Comedia y la Tragedia.

Voz del Ateneo: Por sus hermanas: Clío, Euterpe, Erato, Terpsícore, Polimnia, Urania, y Calíope.

Voz del Ateneo: Por su madre Mnemósine, la Memoria, que reúne los fragmentos dispersos del Ser.

Voz del Ateneo: Por Federico Gonzalez Frías, guía del atardecer.

Voz del Ateneo: Por el mirlo blanco, “rara avis”, uno de esos seres extraordinarios capaces de encarnar el Verbo.

Voz del Ateneo: Por las tres Gracias que completan el gesto de la Caridad, a ellas no debemos.

(Pausa musical. Canción de Pau Casals)

*
*    *

Voz del Ateneo: SEGUNDO ACTO. Purificación. De nuevo nos habla Pitágoras: “Sé vigilante en tu parte intelectual, pues dormirse respecto a ella tiene una afinidad con la muerte real”.7

Locutor: Comienza aquí el segundo acto de Taberna Hermética. En “El Tesoro de Valls” hemos visto un reflejo claro donde mirarnos y, sin parar a pensarlo, la mayoría de nosotros negaría rotundamente identificarse con el aspecto material y grosero de la realidad que sume a la humanidad en una especie de uniformidad indefinida por lo más bajo, lo que se ha definido como el reino de la cantidad.

Locutor: Parece conveniente pararse a considerar con toda honestidad ¿con qué se está uno identificando?

Locutor: Así el hombre, dotado del libre albedrío, puede elegir entre esa realidad solidificada y material o investigar una nueva realidad, una nueva identidad y por lo tanto un nuevo nacimiento. ¿Quién es uno en verdad? ¿Qué otra realidad? Nos hemos preguntado muchos de nosotros.

Locutor: La respuesta, que no es fácil ni breve, y que se halla en el interior de uno mismo, está en dirigir la voluntad a actualizar el mensaje tradicional sintetizado en el “Conócete a ti mismo” que coronaba el frontispicio del oráculo de Delfos. Algunos aceptan y reciben en su corazón el presente de este mensaje, atesorando en su corazón esta herencia intelectual-espiritual; en cambio, para otros es algo así como “sí, sí… pero no”.

Locutor: De aquí la frase “muchos son los llamados pero pocos los elegidos”, o de forma análoga, tal como decía Platón en su diálogo Fedón: “muchos son los portadores del Tirso, pero pocos los Bacos”.

Locutor: Oigamos ahora un pequeño fragmento de la obra “En el Tren”:

(Varias voces del Ateneo pueden dramatizar esto que dice Enrique)

Voz del Ateneo: “Enrique. —(Pausa) Encontré a una familia que estaba en un parque público que me preguntaba cómo hacía para ir a otra parte”.

Voz del Ateneo: “—¿Qué?, les dije sorprendido”.

(Teatraliza Enrique poniendo la voz de unos y otros, aunque ahora este diálogo podría ser entre varias voces del Ateneo.)

Voz del Ateneo: “—Estamos hastiados y queremos salir de aquí, me respondió una joven bastante bonita.

—¿Qué?, volví a inquirir. Y agregué: ¿Y a dónde quieren ir?

—No sabemos.

—Lo que pasa es que estamos en conflicto.

—Estamos discutiendo entre todos a ver cómo es la cosa porque... ¿esto es la vida?

—La vida no puede ser esto.

—¿Es sólo esto o es un ensayo?

—¿No hay otro escenario?

—¿Dónde está el lugar a donde debemos ir?

—¿A qué hora pasan la película verdadera?

—Queremos ir allí.

—¿Pero dónde está, dónde la pasan?

—¿Es verdad que no hay otros escenarios, que la vida es sólo esto?

—¡Tiene que haber algo mejor!, se le oía decir al esposo.

—Esto es siempre igual, se consume a sí mismo decía la esposa con un tono bajo, además culpable.

—¿No habrá algo diferente?, musitaba uno de lo hijos”.8

(Música)

Locutor: Acabamos de oír una escena de una de tres de las obras de Federico Gonzalez Frías a las que haremos alusión en nuestro programa de hoy.

Locutor: Cada uno de los tres actos de nuestro programa Taberna Hermética hará referencia a una de ellas, y en este segundo, nos centraremos en la de “En el tren”.

Locutor: Digamos que ya se ha hecho una elección; si ha sido así y se ha optado por tratar de reconocer quién es uno en verdad, será necesario purificar la psiqué y dejar un espacio virgen en nuestra alma para que se actualice la posibilidad que da lugar al comienzo de ese viaje interno en pos del Conocimiento.

Locutor: Por poner un ejemplo de lo que implica, fijémonos en lo que comentan unos pasajeros en tránsito que el destino ha juntado en el vagón de un ferrocarril. Escuchemos a los personajes de “En el tren”:

(Voces del Ateneo representando los papeles)

Voz del Ateneo: “Max. —(De pie desde la fila de atrás) Nadie nos ha preparado”.

Voz del Ateneo: “Instructora. —Es una cruda, comerse el steak tartar de los sueños de uno mismo, de todas sus proyecciones quebradas en mil pedazos, deshecho todo su juego de sombras... (silencio) y luces, falsas iluminaciones que proyectaban estos ideales muertos”.

Voz del Ateneo: “Max. —(Desde la segunda fila) Imposible negar que nos lo creíamos, tristes despojos enterrados con lamentos porque hasta el fin pensamos que eso era nuestra identidad. Un vestido alquilado a la empresa de la vida”.

Voz del Ateneo: “Marta. —(De pie desde la segunda fila) Al gran empresario, al estafador; al dios tramposo, al bandido que nos induce los sueños que nos procuran los sentidos, es decir, a aquel que también somos nosotros mismos”.

Voz del Ateneo: “Pausanias. —(De pie desde la segunda fila) Aún esto está hecho con la materia de los sueños. ¿Y para cuándo la realidad?”

Voz del Ateneo: “Enrique. —¿Cuál realidad?”

Voz del Ateneo: “Alberto. —No sé si puedo creer en un viaje sin destino. ¿Verdad que vamos a algún lado, o no vamos a ninguna parte?”

Voz del Ateneo: “Minnie. —Yo no estoy tan segura”.

Voz del Ateneo: “Enrique. —Pienso que soy el tren, el viaje, y que ése es el destino”.9

Locutor: El teatro firmado por Federico, del que ya hemos dicho que ha de vincularse con antecedentes sagrados, es un teatro impregnado de Inteligencia y Sabiduría —con mayúsculas—,

Locutor: …es decir capaz de despertar la intuición intelectual; es por ello que tiene un carácter iniciático,

Locutor: ...y tal como indica el autor, es un teatro de actores, y éstos no son sino aquellos seres dispuestos a hacerse cargo de su destino sin restricciones y asumiendo las últimas consecuencias.

Locutor: Atendiendo a lo dicho, el teatro tradicional es símbolo de la manifestación universal y por extensión es el arte de percibir la teatralidad de la vida; y además, como vehículo de conocimiento, es capaz de abrir la conciencia a nuevas realidades.

Voz del Ateneo: “El mundo entero es un gran teatro donde se produce la ilusión de la existencia de los personajes, por eso su emulación es una forma indicadísima de la labor iniciática donde se conjugan la memorización de los textos (una forma del Arte de la Memoria) junto con la comprensión del personaje y lo que éste dice, su situación y movimiento en el espacio teatral, el tono de la voz, sus gestos, etc., a lo que debe agregarse los ensayos, el estreno y la suma que resulta de todo ello que abre en la conciencia mundos siempre renovados que mantienen perennemente vírgenes a quienes se prestan para ello y que mueren y nacen con cada personaje, al que actualizan de modo permanente en la representación”.10

Locutor: En este espacio otro, la individualidad queda abolida, no es la actuación de fulano, mengano o butano sino un caleidoscopio de máscaras donde se espejan los indefinidos matices de la naturaleza.

Locutor: Sobre el escenario se produce un encantamiento; por él desfilan de forma rítmica toda una pléyade de númenes y entidades que en forma indefinida y en planos jerarquizados conforman el alma del mundo. El actor actualiza (encarna) un papel que el autor ha dispuesto y surge entonces la representación.

Locutor: Y al bajar el telón, al finalizar la obra, todo queda reabsorbido en el silencio, el juego terminó. Volvamos a la obra de “En el Tren”:

(Voces del Agartha dando vida a los personajes)

Voz del Ateneo: “Max. —Aquí lo que no parece tenerse en cuenta es que mientras está uno perdiendo el tiempo personalizando, comparando y creyendo en lo que nos dice el mundo, y a la vez por envidia y resentimiento nos ocupamos de la maledicencia, víctimas de los vicios de la ignorancia y la tontera, nos olvidamos de que todo lo que sucede en el gran escenario del mundo es autosugestión”.

Voz del Ateneo: “Instructora. —Sí, lo que uno aprende en esta enseñanza encantándose a sí mismo, como quería transmitir Platón, es que éste es un mundo inacabado de gestos, de voces, de colores, de formas en permanente movimiento, que se fijan perennemente por su descripción, o sea, por las perpetuas evaluaciones que de ellas hacemos, como si fueran un bosque de sonidos que intentamos inventariar y detallar, en fin, una niebla de sueños que están en el tuétano de nuestras creencias, o sea, que conforman nuestra materia”.

Voz del Ateneo: “Max. —Por eso es que digo, querida Instructora, que siendo todo autosugestión, ¿por qué es que no nos autosugestionamos bien, de una forma sabia, para salir de la autosugestión?”11

(Suena “The Trolley Song” interpretada por Judy Garland)

Locutor: Estando constituido el hombre por el ternario, que de lo más bajo a lo más alto se sintetiza en cuerpo-alma-espíritu, hay que reconocer los distintos planos del ser, es decir la Cosmogonía completa, hasta retornar al Origen.

Locutor: Es en el alma donde opera su obra la Naturaleza.

Locutor: Entonces: ¿Nuestro origen es nuestro destino?

Locutor: Tal es el testimonio legado por los distintos iniciados de todos los tiempos y lugares, echándonos así una cuerda para salir del pozo del olvido y de las tinieblas de la ignorancia, siendo ésta la verdadera raíz del sufrimiento. Oigamos al respecto otro diálogo de los personajes de la obra “En el Tren”:

(Voces del Ateneo)

Voz del Ateneo: “Instructora. —¿Quieres decir que no puede ser la creación sin un origen y que necesariamente se ha de volver a ese origen virtual para desembarazarnos de la circunferencia?”

Voz del Ateneo: “Josefina. —Dios me acaba de hablar y le he contestado con toda devoción: ‘Yo soy tú’”.

Voz del Ateneo: “Minnie. —Somos una pompa de jabón, que gira y gira, y rueda sin cesar, teniendo como base el puro azar, pero de la Inteligencia Universal”.

Voz del Ateneo: “Pausanias. —Rueda, rueda que te rueda, rueda, el mundo, rueda que te rueda, aunque cada día es diferente, pues todo es cambio y movilidad”.

Voz del Ateneo: “Instructora. —Somos una pompa de jabón entre pompas y pompas de jabón y todo es una pompa de jabón”.

Locutor: La vacuidad y fragilidad de la pompa de jabón es una imagen de la irrealidad de la existencia que sólo cobra sentido si ésta se entiende como un símbolo.

Voz del Ateneo: Tal como nos dice uno de los discípulos de Pitágoras: “El mundo es un escenario; la vida una transición. Viniste, viste y te marchaste”.12

*
*    *

Voz del Ateneo: TERCER ACTO. La Enseñanza. Siguiendo con la enseñanza de los pitagóricos: “38. Puesto que la raíces de nuestra naturaleza están establecidas en la Divinidad, de la que también hemos sido producidos, debemos adherirnos tenazmente a nuestra raíz; pues también las corrientes de agua, y otros hijos de la tierra, se pudren y se secan cuando se cortan su raíces”.13

Locutor: La medicina, el elixir para retornar al Origen, a la raíz, es adherirse a la vía simbólica transmitida desde tiempo inmemorial, la que ha de ser aprehendida, aceptada y simultáneamente se ha de completar el gesto devolviendo lo recibido, manteniendo viva así esa cadena ininterrumpida de transmisión de la Tradición.

Locutor: Se trata de recuperar la Memoria. Un proceso en que el hombre va ritmándose con el Ser Universal, el Uno que es Todo. Siendo así, esta labor involucra al Cosmos en su totalidad.

Locutor: Sobre los símbolos nos dice el personaje de Espartana en la tercera obra de Federico que hoy traemos a nuestro plató, titulada “Lunas Indefinidas”:

Voz del Ateneo: “Espartana. —¿Qué son los símbolos? (Pausa) Los símbolos manifiestan, por lo que es difícil dar una respuesta concreta a qué es lo que son. Por otra parte aquí se nos enseña que son polivalentes, o sea, que podrían estar expresando una cosa o su opuesta, de hecho, según en qué plano se consideren cambia la valorización, por ejemplo, un ojo en un contexto médico puede ser una enfermedad oftalmológica, mas en un escenario teológico es el ojo de Dios que todo lo ve. Pero éste es sólo un ejemplo, y por lo tanto tan malo y limitado como estos suelen ser.

Luego está el hecho de que ellos, los símbolos, que expresan lo que son las cosas, resultan ser una escala hacia el No Ser, pues todo lo que de alguna manera es, sólo es una expresión de algo que no era hasta el momento de su manifestación”.14

Locutor: Las cualidades requeridas en este viaje de Conocimiento son la sabiduría, la valentía, la generosidad, la prudencia y la paciencia; y los obstáculos o pasiones del alma capaces de hacer naufragar la nave: la ira, la lujuria, la gula, la pereza, etc.

Voz del Ateneo: De la sabiduría pitagórica recordamos: “No es libre nadie que no haya conseguido el imperio sobre sí mismo”.15

Locutor: No hay en este discurso intención de establecer restricciones de tipo moral sino recuperar la idea de equilibrio, la necesidad de ser guiados por una Voluntad divina que excede cualquier condición particular.

Locutor: Es en este sentido que el alma ha de ser purificada, instruida y regenerada para poder retornar a su esencia divina.

Locutor: Como si fuéramos el personaje Adán de “Lunas Indefinidas”, un aspirante al Conocimiento con mayúsculas. Parémonos a considerar las preguntas que le hacen los licenciados Roxana y Starter que ya están siguiendo este camino:

(Voces del Ateneo)

Voz del Ateneo: “Roxana. —¿Es usted su pie?”

Voz del Ateneo: “Adán. —(Titubeando, sorprendido mirándose el pie) No”.

Voz del Ateneo: “Starter. —¿Es usted su mano?”

Voz del Ateneo: “Adán. —(Mirándose la mano) No”.

Voz del Ateneo: “Roxana. —¿Es usted su riñón?”

Voz del Ateneo: “Adán. —¿Me está usted tomando el pelo? No”.

Voz del Ateneo: “Starter. —¿Es usted su sexo?”

Voz del Ateneo: “Adán. —(Enojado) ¡No!”

Voz del Ateneo: “Roxana. —¿Acaso es usted su hígado?”

Voz del Ateneo: “Adán. —¡No!”

Voz del Ateneo: “Starter. —¿Y si no es su pie, ni su mano, ni su riñón, ni su sexo, ni su hígado, entonces qué carajo es? ¿Un simulacro?”

Voz del Ateneo: “Adán. —¿Simulacro?”

Voz del Ateneo: “Roxana. —Si dice que no es nada de eso...”

(Adán queda pensativo, luego)

Voz del Ateneo: “Adán. —¿Simulacro?”

Voz del Ateneo: “Roxana. —No es tan importante ser un gran jugador sino comprender la profunda jerarquía intelectual que este juego posee, eso es ser un gran jugador de panludo”.

Voz del Ateneo: “Starter. —Así es. Los valores deben ser estructurados en base a módulos de formas que no estén sujetas a variaciones circunstanciales”.

Voz del Ateneo: “Roxana. —Déjenos que le conectemos con el taladro de la verdad. (Starter va a buscar un aparato, un revólver marciano de juguete de niño, de un estante del fichero. Adán se sienta, mientras Roxana sigue el discurso)”.16

Locutor: Si honestamente se ha optado por el conocimiento de quién es uno, en verdad es necesario en primer lugar aprender a pensar y ubicar la Inteligencia no en la razón o en lo mental sino en el corazón, en el centro del ser.

Locutor: Esto supone un cambio de dirección, ir a la inversa en relación a todo lo aprendido hasta el momento y es un punto de vista diametralmente opuesto a la mentalidad del mundo moderno.

Locutor: En un sentido se hace inevitable la muerte del hombre viejo para recuperar la Memoria en el sentido de la anamnesis platónica y renacer a un nuevo estado del ser. Tal el caso del proceso que han de pasar los aspirantes a la academia médica en la que discurre la obra “Lunas Indefinidas”, oigamos:

(Voces del Ateneo)

Voz del Ateneo: “Chuleta. —Para ello está aquí, para nacer de nuevo”.

Voz del Ateneo: “Poof. —Le confieso que no me lo esperaba”.

Voz del Ateneo: “Chuleta. —Pero esa es mi profesión, la de resucitar los muertos, o la de parir nuevas vidas, que es lo mismo”.

Voz del Ateneo: “Poof. —¿Volver a nacer?”

Voz del Ateneo: “Chuleta. —Exacto”.

Voz del Ateneo: “Poof. —¿Y cómo hará usted eso?”

Voz del Ateneo: “Chuleta. —Vea señor, mis amigos me llaman la comadrona”.

Voz del Ateneo: “Poof. —¿Está usted hablando en serio?”

Voz del Ateneo: “Chuleta. —Claro que sí. Sócrates, según el filósofo Platón decía de sí mismo que él era una partera, pues daba a luz nuevos seres. Y atienda al simbolismo: dar a luz, iluminar, hacer que se nazca de nuevo”.

Voz del Ateneo: “Poof. —¿Cómo se logra esto?”

Voz del Ateneo: “Chuleta. —Desde luego, muriendo primero. (Poof le mira como sin entender) Morir, sí”.

Voz del Ateneo: “Poof. —¿Cómo morir?”

Voz del Ateneo: “Chuleta. —En este camino se muere y se renace a cada rato y hay que tomar decisiones todo el tiempo. Esto se hace aboliendo todas las imágenes mentales. Llegando al vacío absoluto, a la Nada, a no ser ni esto ni aquello, ni lo uno, ni lo otro. A no identificarse con ninguna cosa. A no poder hablar, a ahogarse, a no respirar, a no sentir miedo, ni lo contrario”.17

Locutor: Una vez más cabe recordar, “Donde está tu Tesoro pon allí tu corazón”, y según cual sea nuestra elección también reiterar que es necesario pasar por la cámara del Conocimiento capaz de aplicar los remedios que disolviendo el error y la ignorancia permitan al alma recuperar sus alas y alzar el vuelo de su viaje celeste.

Locutor: A partir de ese momento hemos de tomar consciencia de un destino que con mucho está lejos de nuestros pequeños intereses personales. No se trata de pretender ser sino de Ser, lo que implica una transmutación interna, alquímica. No hay equívocos posibles y en cualquier caso el error acaba haciéndose manifiesto, tal como ocurre con el pretendido aspirante al conocimiento en el siguiente diálogo de la obra, el cual se hace pasar por un auténtico iniciado y es desenmascarado por uno de los “doctores”:

(Voces del Ateneo)

Voz del Ateneo: “Hobbie. —Es un aborrecible tramposo, un delincuente vulgar que se hace pasar por sí mismo”.

Voz del Ateneo: “Baby. —Le pido perdón. ¿Cómo hacemos para solucionar esto?”

Voz del Ateneo: “Hobbie. —¿Me está sobornando? Pretende comprar su auténtico yo. ¿Cómo cree que eso es posible? ¿A quién engañaría? El ser, ni se imita, ni se adquiere en el mercado. Usted es como la genuina cerveza de barril embotellada, un fiasco. ¿Por ventura imagina que lo supracósmico forma parte de sus derechos humanos?”18

Locutor: Imprescindible el auxilio de toda la Academia Celeste o Colegio Invisible y para nosotros, por cercanía, la Obra de Federico Gonzalez Frías, eje y guía en esta navegación. Oigamos sus palabras una vez más.

Voz del Ateneo: “Por nuestra parte queremos insistir en esta posibilidad vinculada con la magia y aun con la teúrgia. Generosa madre, el teatro nos brinda la activación de la memoria original sobre todo aquello que hemos olvidado, que no podemos recordar, y consolida paradójicamente nuestro núcleo central al que se llega en este caso, por la anamnesis, la ‘reminiscencia’ y también, como ya sabemos, por otras tantas vías tradicionales”.19

Voz del Ateneo: “El espectáculo más teatral de todos es el de una noche serena iluminada por los astros —efervescente de grandeza— que están ya en otra cosa o han muerto, pues los vemos, tal cual eran hace un millón seiscientos mil años (debido a la velocidad de la luz), o sea, antes del Eón actual”.20

Locutor: Muchas gracias a todos por su participación, en especial al autor de estas tres obras de la Inteligencia y al Ateneo del Agartha, siempre presente con sus voces para vivificar este legado compartido.

Locutor: Hasta la próxima; y recordar que hoy como siempre, tal como finaliza el primer acto de “Lunas Indefinidas”: ...“siempre hay una nueva posibilidad con cada amanecer”.21

NOTAS
1 Pitágoras. Versos áureos. Ed. Olañeta, Palma de Mallorca, 2004.
2 Federico González Frías. Tres Teatro Tres. “El Tesoro de Valls”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2011.
3 Cita extraída del libro de Carlos Alcolea, Teatro Sagrado. El juego mágico de la Memoria o el arte de percibir la teatralidad de la vida. Ed. Libros del Innombrable. Col. Aleteo de Mercurio nº 8, Zaragoza, 2021.
4 Federico González Frías. Tres Teatro Tres. “El Tesoro de Valls”, op. cit.
5 Pitágoras. Versos áureos, op. cit.
6 Cita extraída del libro de Carlos Alcolea, Teatro Sagrado. El juego mágico de la Memoria o el arte de percibir la teatralidad de la vida, op. cit.
7 Pitágoras. Versos áureos, ibid.
8 Federico González Frías. Tres Teatro Tres. “En el Tren”, ibid.
9 Ibid.
10 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Teatro”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013. Integramente en versión online: Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos.
11 Federico González Frías. Tres Teatro Tres. “En el Tren”, ibid.
12 Pitágoras. Versos áureos, ibid.
13 Ibid.
14 Federico González Frías. Tres Teatro Tres. “Lunas Indefinidas”, ibid.
15 Pitágoras. Versos áureos, ibid.
16 Federico González Frías. Tres Teatro Tres. “Lunas Indefinidas”, ibid.
17 Ibid.
18 Ibid.
19 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Teatro”, ibid.
20 Ibid.
21 Ibid.
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