SYMBOLOS

Revista internacional de
Arte - Cultura - Gnosis

A LA SOMBRA DE LA PALMERA…
HASTA EL FIN

MIREIA VALLS

A PHOENIX

Resucitas al abrir tus libros, escritor de la Memoria,
todo en ti;
Contador de sueños soñados y aventuras míticas,
todo en ti.
En ti la historia del universo grabada con fuego incandescente
y actuada en el gran teatro del mundo
hasta el límite de lo Ilimitado.
Actor sin atisbo de vanagloria ni falsa humildad,
dramaturgo de los dioses, de sus iras y sus luchas,
todo en ti.
El orgullo del guerrero instruido por el cielo,
guardián del umbral,
mensajero del Secreto que revelas encriptado con palabras
y entregas a tus retoños con amor.
Todo en ti,
el Uno, el Dos, el Tres, el Todo y la Nada
que siembras al voleo
despertando la potencia del símbolo
en la fértil tierra que la acoge.
Los múltiples aromas de la Vida y el peso de la muerte,
tan leve como la pluma que se balancea en el éter,
el misterio inexplicable del Misterio,
de eso se trata,
de vivirlo todo en ti,
heredero de un legado inmaterial sin más amo que el Innominado,
Phoenix, hoy renaces en los vástagos que como tú,
reconocen todo en sí.

INSPIRACIÓN

Es el hálito vital que penetra en los pulmones y circula por todo el organismo regenerándolo en plenitud. Y también ese influjo del espíritu que fecunda la conciencia cuando, atenta, es raptada o absorbida por la luz del intelecto.

No suele llegar de forma repentina, aunque a veces sí, pero siempre tiene un origen divino que traduce en palabras, pinceladas o gestos esas intuiciones que en un instante se tornan inteligibles. En todo caso, sólo los tontos se arrogarían la propiedad de este aspir que recorre el alma del mundo iluminándola con siempre vírgenes novedades.

Alegres diosas habitantes del Parnaso, seguimos cautivados vuestros rítmicos pasos que conducen a la fuente primigenia, origen de toda verdadera inspiración. ¿Acaso ese agua inmaterial es una posesión de esta o aquella individualidad? Sólo vosotras, Musas que habitáis en mi alma, regaláis el recuerdo del eterno presente y con vuestras voces acordes a las cíclicas revoluciones, nos rescatáis de tantos y tantos desvaríos y olvidanzas.

ALAS EN LOS PIES

¡Y en la cabeza, para impulsar al unísono más que el pesado cuerpo, la recién recuperada levedad del alma! Será necesario hacerse gran amante de la filosofía, la práctica asidua de la meditación y la lectura, la audición de los sones emanados de tu lira que has regalado al bello Apolo, dios que armonizará las innumerables melodías cósmicas en un único concierto. Muchacho veloz y esquivo, tanto sabes que te escapas hacia tus altas moradas allende las nubes, sin dejar de revelarte a aquellos que te invocan y, descalzos, sueñan con tus aladas sandalias bien amarradas a sus pies. Dormidos o despiertos intuyen tu cercanía, Mercurio vivaz, no como otra presencia, sino siendo lo que tú eres y sin despreciar su humanidad, son ahora mensajeros, conductores de sus almas, instructores de sí mismos, viajeros de ultratumba y liberados de los lazos del error. ¡Qué dicha, amigo íntimo, cuando en lo más hondo del corazón te hallo, presto siempre a rozar el intocable Misterio con tu caduceo!

SON 10

Nadie te enseña de niño el sentido de la década prodigiosa,
sólo a repetir uno dos y tres y así hasta diez
levantando por orden los dedos de ambas manos
y comenzando de nuevo con los de los pies hasta completar la segunda decena.
Nadie te habla del Árbol de la Vida conformado por diez esferas de luz
cuyos nombres de poder generan el Universo entero.
Ni que tú eres ese diagrama inventado por el soñador de mundos
que se mira en ti como en un espejo de múltiples dimensiones
y lo revela a aquellos amigos de Pitágoras o Moisés
empeñados en penetrar los secretos atesorados en los diez dígitos.

Nada sobra ni está de más en la década prodigiosa.
Es el Uno expandido hasta su límite llamado Todo,
el principio que se suma a sí mismo indefinidamente,
y en el ínterin los pares y los impares copulando,
generando series y proporciones,
progresiones y ritmos
impresos en los movimientos de los astros,
en el crecimiento de las plantas y los cantos de los ángeles,
en los vaivenes de las mareas o los silbidos de los vientos,
tan acordes con tus propias vibraciones.

Todo está incluido en la década prodigiosa,
que retorna siempre a su origen,
cuando por fin se reconoce la identidad entre el 10 y el 1.

SENDEROS

Los caminos son amplios y despejados,
promueven la visión.
Los senderos alcanzan lugares remotos, elevados, escondidos
y su sino es la interrogación.
A veces peligrosos, misteriosos,
atraviesan mundos, perforan fronteras
y conectan los centros sutiles de las sefiroth.
Pasan por su justo medio donde toca de nuevo escoger
si subir, bajar, retroceder o cruzar de una orilla a su opuesta.
¿Qué será esta permanente danza en el seno de un cosmos tan bien delimitado?
Hay que andarse con ojo
porque un paso en falso ya te apartó de la vía.
¿Quién guía y quién se deja llevar por la intuición del corazón?
Explorador que soltaste tu mochila,
¡detente!,
el finísimo hilo dorado te irá jalando
para salir volando más allá del último interrogante.

ARCA DE VOCES

Ni oro ni plata, nada de tesoros materiales guarda el arca.
No son títulos ni propiedades, nada de galones ni condecoraciones.
Si es cofre y la abres, parece vacía,
como nave que surca los mares, no hace acopio de provisiones.
Ligera y discreta, se esconde en un recóndito rincón de la memoria,
al abrigo de los forajidos,
cubriendo los secretos que sólo las voces desvelan,
cuando, certeras, cantan lo que es, lo que ha sido y será
a los oídos de los profetas y los poetas
que, expectantes y predispuestos,
interpretan los acordes de esa música emanada del fondo de su alma.
¿Acaso el arca es uno mismo guardando y actuando esta sinfonía?

A POR TODAS

No hay medias tintas, no puede haberlas en la aventura del conocimiento. Hemos llegado a concluir que una vez se ha oído hablar de él y se lo emprende, ya no hay marcha atrás; pero sí peligros de detención y bloqueo en un estadio que se toma por la meta. Y aquí comienzan las confusiones, las excusas, las justificaciones, miedos y terrores sin fin, intentonas permanentes de autoengaño, mangoneos y manipulaciones y miles de pretextos para no salir del pozo y quedarse bien conformado o muy frustrado en un puro cuento inventado por el ego. ¡A por todas!, se repite a diario el iniciado, con determinación y disciplina, con arrojo y diligencia, armonizando la mano con la boca y el misterioso ojo del corazón, enhebrados por un hilo invisible que pende del punto inmóvil del universo. Una estrella fija, la Polar, que indica siempre el rumbo y la salida de la gran ilusión.

AQUÍ Y AHORA

Aquí y ahora coinciden en un punto donde da comienzo el juego geométrico. Punto invisible, te proyectas en el dos generando la primera dimensión. Esa línea prefigura la idea del espacio y la posibilidad del transcurrir. Démosle ahora una altura y que aparezca la segunda dimensión, el plano que da nacimiento al triángulo, matriz de la prodigiosa década dispuesta en cuatro mundos jerarquizados. Por cierto que con el cuatro ya está la creación en marcha, se despliegan las coordenadas y comienza el movimiento de la rueda. Norte y medianoche, este y amanecer, sur con mediodía, y oeste con el atardecer; se maridan espacio y tiempo para que sea todo lo que tiene que ser. Y en el centro de la esfera cruciforme, aquí y ahora, la quinta esencia inviolable, el éter en el corazón.

PASIÓN POR LA POSESIÓN

Las grandes pasiones a veces se tornan desmesuradas obsesiones, sobre todo cuando impera el ansia por ser alguien aplaudido, querido, adulado, deseado y hasta adorado cual ídolo supremo de tal o cual disciplina presuntamente modélica para la gran manada que anda descarriada. Se engruesa el ego y de ahí a la adicción hay solo un paso. Adicto al reconocimiento, al éxito, al trabajo, al dinero, al sexo, a las cientos de substancias que exacerban los sentidos, a los deseos insaciables por poseer algo: el primer lugar en tu corazón, la cúspide de la empresa o de tu minúsculo habitáculo, la nota más alta o la más baja, pues la cuestión es destacar y ser el centro que acapare todas las miradas hacia tu belleza, tus saberes o miserias vendidas como el no va más. Aunque borrarse del mapa por pura pereza, falsa modestia o soberbia estulticia tampoco mata a la bestia que nos ata a sus garras. Es de hartazgo este desfile de personajes regodeándose en sus insignificantes posesiones, que por ser tal se tornan prisiones, autoengaños para seguir alimentando la codicia y la malicia. ¿Cuál será la gran pasión capaz de rescatar al alma caída y atrapada en estos fangos? Recordemos que los senderos del conocimiento son difíciles de hallar, y muchos más de transitar, pero alguien ha dejado escrito que “hay una promesa liberadora y un pacto que compromete por igual a ambas partes”.

PAN Y AGUA

Pan de vida,
harina amasada con agua,
vida surgida de la fuente,
agua con la que crece la espiga.

Pan compartido con el hermano,
generoso alimento del alma,
hermano de la matriz primigenia,
alma movediza entre cielo y tierra.

Agua emanada del paraíso,
tan transparente como tu rostro,
paraíso contenido en el germen,
rostro invisible escondido tras los velos.

Pan y agua hasta el fin de los días
divina conjunción de oro y plata,
días absorbidos por el tiempo,
plata viva sea siempre nuestra guía.

APAGÓN

La energía es el motor de nuestra civilización. Necesitamos cada vez más y más, extraerla de la fisión del átomo, de la fractura de la corteza terrestre, del gas, el viento, el agua y la voraz urgencia de apoderarse incluso de la del astro rey para aumentar las conexiones que nos tienen bien atados a sus redes. El consumo de información se dispara aumentando la dispersión, la duda y el engaño que lo vuelve todo ambiguo y tenebroso. Las materias primas y las raras escasean amenazando la cohesión de los sistemas de computación y de los innumerables dispositivos imprescindibles para mantener el control de todo el personal. ¡Abramos brechas en el espacio y vayamos a extraerlas de otros planetas, mientras nos paseamos entre las estrellas jugando a ser conquistadores siderales! Algo dice que tanto exceso de consumo va camino del colapso: un gran apagón de consecuencias imprevisibles. Y mientras, la luz del intelecto se repliega, para protegerse de la masa informe de zombies que ya no piensan. La luz se esconde y no brilla más hacia fuera, se concentra e ilumina la recámara más secreta de tu ser. Esa luz que no se apaga surge de una fuente inmaterial. No se puede poseer, ni robar, ni mucho menos consumir. Tenue y dorada, cubre el misterio del que emana. Necesaria por un lado, del otro se difumina en la Nada.

FUENTE DE VIDA

Lo que de ti brota no es el agua líquida y transparente que ven nuestros ojos, pero a falta de otras imágenes acordes, diremos que es el agua de vida identificada por nuestro intelecto. La idea de algo prodigioso que surge de las profundidades del Ser, de su pensamiento, capaz de engendrar, de hacer crecer, fertilizar, alimentar, limpiar, pulir, purificar, una maravilla sin forma ni color más semejante a un chorro de palabras que a cualquier otra comparación; el discurso que va nombrando todo lo nombrable deslizándose cual río inagotable desde la surgencia hasta el océano sin fin. Sin embargo, el manantial permanece escondido en lo más recóndito de la conciencia. La fuente, llamada Inteligencia por los sabios, se alcanza con la pequeña nave capaz de atravesar las aguas intermediarias entre el cielo más alto y la tierra. Y allí, cerca del fontanal por el que emana esa corriente chispeante, se fondea el vehículo y se abandona, para inmiscuirse por el negro orificio hacia la gran matriz del Universo. ¡Madre de la vida entera, fuente inagotable de posibilidades, devoradora de lo caduco, acoge en tu profundo seno a aquellos que siempre te cantan!

EL TIEMPO SE AGOTA

Gota tras gota el tiempo se agota, la rima falla, el aire pestilente enturbia la mente, el acelerador no encuentra freno y el desenfreno alimenta todos los deseos. Cuando se cierra un ciclo impera la capa caída en el cuerpo y el alma, en el cielo y la tierra. De poco sirven las intervenciones estéticas y las inversiones en terapias que engordan más y más el ego. La distancia con el origen se agudiza al no querer recordar que siempre estamos muy, pero que muy cerca del Principio, y es tanta la estulticia que se espera con ansia la llegada de una nueva era prometida por las delirantes fantasías de la última invención denominada ciencia ficción. Los “elegidos” ya no serán humanos, sino robots parlantes programados para gobernarnos; o quizás seremos asimilados por unos “extraterrestres” que en el mejor de los casos nos cuidarán como a sus mascotas, si no es que nos echan a patadas más allá de las lunas de Saturno. Ya sea por el fuego y sus cenizas o por el agua y sus limos, la regeneración se operará cuando se complete el último segundo de un reloj que no es mecánico, ni mucho menos digital.

PORCENTAJE

Uno entre mil, uno entre diez mil, uno entre cien mil, ahora ya vamos a por el uno entre un millón quien se escucha y se pregunta acerca de las cuestiones de siempre, de las de ahora mismo, que golpean la conciencia y no se dejan pisotear si en verdad necesitas saber quién eres y qué has venido a hacer aquí.

Tanta búsqueda solitaria, ninguneada por un medio que la detesta, cuántos engaños y falsas promesas. Se repite hasta la saciedad que no despegues el ojo del ombligo y no abras ya ni un libro. Que obedezcas al amo que te ata a sus múltiples antojos materiales, ahorrándote el trabajo de pensar más allá de las imposiciones de la propaganda y el miedo.

Vale la pena atender a la voz interna que te llama por tu nombre y te interroga acerca de tu patria y tu linaje, aunque sólo guardes un vago recuerdo de esa utopía a la que ansías retornar. Acaso un simple gesto rompa el cerco policial que te aprisiona y el envío de un correo abra los secretos que guardas en lo más hondo de tu ser. Hermes siempre vela por sus adeptos.

LA BARCA DE ANUBIS

Señor de negro rostro, tú tiendes la mano a los muertos y los conduces ante el tribunal divino. Hoy ni se recuerda tu nombre, Anubis, de semblante canino y palabra callada. Poco te conozco, mas presiento tu cercanía cada vez que medito en la necesaria muerte. Dicen que al pesar el corazón del difunto estás bien atento al equilibrio de la balanza; equilibrio necesario para subir y mantenerse firme en tu barca, la que conduce al más allá, lo cual es sólo una manera de decir pues de lo que hablamos es de un no lugar y un no tiempo presente en este instante. No sé qué es este vacío y este silencio que te acompaña junto con tu hermano Thot; no logro abarcarlo ni con el más amplio pensamiento. Vana pretensión la de intentar comprender lo incomprensible, que sin embargo conforma tu ser cuando me engulles cada vez que muero, mientras tu barca sigue surcando las aguas hacia ese mar que no tiene fin.

HASTA EL FIN

Hasta el fin contemplando el ocaso de este mundo,
la entrega al recuerdo del Origen,
la alabanza a los dioses,
el símbolo encarnado,
el mito actuado

Hasta el fin identificando la luz del intelecto,
buscando la palabra perdida,
amando al hermano,
ingiriendo veneno
y matando al ego.

Hasta el fin escuchando los mensajes,
atrayendo la utopía al aquí y ahora,
lanzando las voces al viento,
con paciencia,
generosidad
y valentía.

Y sobre todo,
hasta el fin la Sabiduría,
iluminando,
guiando,
retornando el mundo a su destino.
Un secreto sólo conocido por el Misterio.

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