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CARTA EDITORIAL Nº 65 |
Enlazando con la anterior actualización, “Desde el Centro”, hemos sentido la necesidad de tomar como soportes principales de nuestro trabajo interno durante este semestre a los símbolos procedentes del esoterismo judío, esto es, la Cábala y su diagrama del Árbol de la Vida sefirótico así como la simbólica del lenguaje y algunos de los textos punteros de esta tradición que, sin perder su enraizamiento en la cultura hebrea, están totalmente incorporados en la Tradición Hermética, sobre todo desde la diáspora de este pueblo por Europa tras su expulsión de Sefarad. Dichos modelos simbólicos, revelados por los sabios cabalistas, constituyen una aportación valiosísima para el viaje iniciático tanto de cristianos como de neopaganos y un soporte inestimable para cualquier ser humano amante del Conocimiento y buscador de la Verdad que aspira penetrar los arcanos que porta en su interior. Y ello ha venido a coincidir con una coyuntura histórica en la cual el Israel moderno está envuelto en una espiral de violencia en la que ni entramos ni salimos. Por decirlo bien claro desde el comienzo para que no se nos cuelguen etiquetas con las que no nos identificamos: no tomamos partido ni por unos ni por otros porque los promotores y ejecutantes de este drama son exponentes del sinsentido y la aberración que está apoderándose de la presente humanidad, cada vez más fundamentalista, fratricida, fanática, egoísta y rematadamente ignorante, a tal punto que se halla a un paso de su autoexterminio, aun y las irrisorias pretensiones de prolongarse –y hasta progresar creando una “nueva especie” transhumana como el colmo de la más grande de las inversiones– con la ayuda de la mal llamada Inteligencia Artificial, que de Inteligencia verdadera no tiene nada y a la que nos referiremos en el futuro en nuestras publicaciones. El esoterismo no conoce de fronteras ni de posesiones y se ubica en un plano distinto de las contingencias de cualquier signo, ya sean religioso-político-sociales-étnicas-económicas, etc. Si bien es cierto que cada tradición ha encontrado formas y modelos para expresar el saber más interno de orden espiritual, su núcleo permanece invariable y es unánime en todas ellas. Repitámoslo: es uno solo el Conocimiento de las verdades eternas reveladas por todas las tradiciones y es el mismo el fin metafísico que se persigue. Y éste es el motivo por el cual sin ser judíos ni identificarnos con todo su aparato religioso, cada vez más dogmático y librado a luchas de poder por lo mundano, reconocemos el legado simbólico de su doctrina más interna capaz de atesorar enseñanzas universales que no saben de banderas. El caso es que la Cábala ha constituido un apoyo importantísimo para los integrantes del consejo de redacción de la revista SYMBOLOS –y también para muchos de sus colaboradores– desde que Federico González la incorporase a su Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha como un pilar fundamental del viaje iniciático, sobre todo el modelo del Árbol de la Vida, un mandala capaz de sintetizar con diez esferas dispuestas jerárquicamente el orden universal completo, su estructura interna y su despliegue, así como las ideas-fuerza vivas que se activan al nombrarlas, esto es al descubrirlas como actuantes en la interioridad del ser humano, que no es sino un universo en pequeño, un microcosmos conformado por un único plano visible, tangible y material (que la Cábala denomina Olam ha Asiyah), dos planos invisibles intermedios relacionados con el alma inferior y superior, individual y universal (Olam ha Yetsirah y Olam ha Beriyah respectivamente) y, finalmente, el plano más alto de todos, Olam ha Atsiluth, correspondiente a la triunidad de los principios ontológicos universales, el mundo del espíritu del que todo emana. Más allá, sólo el silencio del En Sof, el Infinito o la Nada supraesencial, el fin a conquistar por cualquier esoterismo. Este diagrama conjuga el valor interno o cualitativo de los números (los 10 primeros con los que se expresa la totalidad, en clara correspondencia con la Tetraktys pitagórica) con las palabras de poder, o sea los atributos de la deidad que inventa el lenguaje para generar toda la gran ilusión cósmica en la que mirarse y reconocerse. Un modelo que se ha grabado en el corazón de los que lo han recibido con la amplitud de miras que implica transitar por una vía iniciática y lo han tomado como referencia y compañero en el camino de ascenso por las gradas de la conciencia. Por lo que no cabe sino un gran agradecimiento hacia toda esa larga cadena de iniciados (shelshelet en hebreo) que fueron descubriendo y dando forma a la revelación de este mandala capaz de sintetizar todas las artes y las ciencias en su esquema básico, el cual se amplifica en la conciencia al meditar en él y del que podemos seguir la pista de su “construcción” a lo largo del tiempo a través de los textos de todos aquellos cabalistas que fueron poniendo por escrito sus experiencias de orden intelectual-espiritual al laborar con el mismo, creando una extensa literatura de lo que ha venido a denominarse Cábala de Bereshit, la que se complementa con la Cábala del Carro o de la Merkaba, fundamentada en la visión de Ezequiel y la “mística” de los Palacios, referidas en última instancia al plano más alto del Árbol de la Vida. En lo que a nosotros atañe, somos receptores de toda esta herencia que ha caído en un corazón arado y presto a ser fecundado por una semilla que porta en potencia el Árbol completo. Como pacientes alquimistas, seguimos cultivando el jardín interno del alma, y alejados de la vorágine de este mundo, sin dejar de tener un ojo puesto en él, volteamos la mirada hacia el interior, buscando los pasajes secretos hacia mundos mucho más amplios, universales y arquetípicos. No es una evasión, sino una fuga furiosa hacia lo Real. Dado que la Cábala no es algo fijo y estático, sino que siempre se está haciendo en el corazón del cabalista, aquí les ofrecemos algunos de los frutos de esta arquitectura universal en forma de escritos y videos, podcasts y libros. Escribimos sin pretensiones eruditas, simplemente dando testimonio de aquello con lo que nos identificamos. En el sumario encontrarán la relación de todas las novedades, y entrando en la página home de SYMBOLOS verán en lugar destacado el enlace que lleva directamente al último número de la revista así como el de la sección “30 años y más”, que es la agenda en actualización continua en la que han ido apareciendo todas las novedades del año en curso. Todo ello, con los mejores deseos para nuestros lectores en este solsticio y el año que comienza. |
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