SYMBOLOS

Revista internacional de
Arte - Cultura - Gnosis

BREVE ANTOLOGÍA DE RELACIÓN
DE LAS COSAS DE YUCATÁN
, POR
FRAY DIEGO DE LANDA

ÁNGELA SARDÁ

En realidad, lo que los mayas y todas las sociedades tradicionales indígenas han concebido –o mejor, conocido– es que el hombre y el mundo conforman un Ser Universal que se manifiesta mediante estados, principios o determinaciones, los que no son sino algunas de las modalidades en que el ser desconocido se expresa permanentemente, gestando el modelo universal y dando cabida a la posibilidad de todo lo creado. En eso no han hecho sino coincidir con el pensamiento –conocimiento– de todas las culturas y las grandes civilizaciones, entre ellas los Egipcios, Caldeos, Judíos, Griegos, Romanos, Cristianos e Islámicos, sin mencionar otras muchas tradiciones occidentales auténticas y las grandes civilizaciones de la India y el lejano oriente.1

Fray Diego de Landa fue uno de los primeros frailes franciscanos que viajó a Yucatán en 1549 con la intención de evangelizar al pueblo maya, que opuso gran resistencia a su conversión, padeciendo como castigo múltiples vejaciones, entre las cuales la quema de muchos de sus códices y la destrucción de su cultura; tarea encabezada en parte por este fraile que también actuó como inquisidor. Paradójicamente, pasados unos años, escribirá este pequeño libro dedicado a la sabiduría y conocimiento de dicha civilización, gracias a la información que le aportó un descendiente de los Cocomes –uno de los tres reinos reales de la península del Yucatán–.

Esta breve selección de textos intenta poner de relevancia cómo toda manifestación, ya sea la de una civilización –en este caso la maya– o la de cualquier ser, nace, crece, decae y muere, sin escapar a la ley inexorable de los ciclos y ritmos cósmicos, tal cual le sucedió a la cultura maya del Yucatán, que en sus momentos finales padeció múltiples guerras internas, el abandono de ciudades, cambios atmosféricos, enfermedades, etc., para acabar con la conquista de los españoles que supuso el fin de esa alta civilización, donde la última de sus ciudades cayó en 1697.

Los sabios de todas las culturas siempre han tenido una concepción cíclica y circular del tiempo, que extraen de la observación de los días, las fases de la luna, las estaciones del año, las etapas de la vida de los diversos seres de la naturaleza y de la historia de los pueblos. Todo ser tiene un nacimiento y un crecimiento que llegará hasta su límite, el cual es seguido por una segunda etapa de contracción, decrecimiento y ocaso que lo conduce indefectiblemente a la muerte.2


Mapa del Yucatán con sus principales ciudades.

EXTRACTOS DEL CAPÍTULO V. PROVINCIAS DE YUCATÁN. LOS PRINCIPALES EDIFICIOS ANTIGUOS

Que algunos viejos de Yucatán dicen haber oído a sus (ante) pasados que pobló aquella tierra cierta gente que entró por levante, a la cual había Dios librado abriéndoles doce caminos por el mar, lo cual si fuese verdad, era necesario que viniesen (de) judíos todos los de las Indias, porque pasado el estrecho de Magallanes se habían de ir extendiendo más de dos mil leguas de tierra que hoy gobierna España.3

Que en Yucatán hay muchos edificios de gran hermosura que es la cosa más señalada que se ha descubierto en las Indias, todos de cantería muy bien labrada sin haber ningún género de metal en ella que se pudiesen labrar.4

Que están estos edificios muy cerca unos de otros y que son templos, y que la razón de haber tantos es por mudarse las poblaciones muchas veces; y que en cada pueblo labraban un templo por el gran aparejo que hay de piedra y cal y cierta tierra blanca excelente para edificios. Que estos edificios no son hechos por otras naciones sino por indios, lo cual se ve por hombres de piedra desnudos y honestados de unos largos listones que llaman en su lengua ex y de otras divisas que los indios traen.

Que estos edificios de Yzamal eran once o doce por todos sin haber memoria de los fundadores; y que uno de ellos, a instancia de los indios, se pobló un monasterio el año de 1549, que se llama San Antonio.

Que los segundos edificios más principales son lo de Tikoch y Chichenizá, los cuales se pintaron después.

Que Chichenizá es un asiento muy bueno a diez leguas de Izamal y once de Valladolid, donde dicen que reinaron tres señores hermanos que vinieron a aquella tierra de la parte poniente, los cuales eran muy religiosos que así edificaron muy lindos templos. Y que vivieron sin mujeres muy honestamente, y que el uno de éstos murió o se fue, por lo cual los otros se hicieron parciales y deshonestos, y que por ello los mataron.


Templo de Kukulkán, en Chichén-Itzá. “En los templos-montañas, como ciertas pirámides
precolombinas y los zigurats babilónicos, los altares se sitúan en la cúspide, simbolizando
la idea de lugar privilegiado próximo al Cielo”. Federico González y col., Introducción
a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha
. Revista SYMBOLOS nº 25-26, Barcelona, 2003.

La serpiente emplumada en las escaleras del templo de Kukulkán, Chichén-Itzá.

Chac Mool, estatua que se encuentra en los templos de Toollan-Xiccotitlán –Tula– y en Chichén-Itzá
principalmente, pero otras también han sido halladas en diversos lugares del centro de México,
en Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica. No está clara su identidad, pero parece ser
que se le daba la función de mesa de sacrificios y altar; en sus manos sostiene un recipiente donde
se colocaban los corazones humanos y otros objetos como ofrendas dedicadas a los dioses.

Chac Mool.

Monasterio de San Antonio, Yzamal.

EXTRACTOS DEL CAPÍTULO VI. KUKULCAN. FUNDACIÓN DE MAYAPÁN

Entre los indios que con los Yzaes5 que poblaron Chichenizá, reinó un gran señor llamado Cuculcan,6 y que muestra ser esto verdad el edificio principal que se llama Cuculcan; y dicen que entró por la parte de poniente y que difieren en si entró antes o después de los Yzaes o con ellos, y dicen que fue bien dispuesto y que no tenía mujer ni hijos; y que después de su vuelta fue tenido en México por uno de sus Dioses y llamado Cezalcuati y que en Yucatán también lo tuvieron por dios por ser gran republicano, y que esto se vio en el asiento que puso en Yucatán después de la muerte de los señores para mitigar la disensión que sus muertes causaron en la tierra.

Que este Cuculcan tornó a poblar otra ciudad tratando que los señores naturales de la tierra que él y ellos viniesen (a la ciudad) y que allí viniesen todas las cosas y negocios; y que para esto eligieron un asiento muy bueno a ocho leguas más adentro en la tierra que donde está Mérida, y quince o dieciséis del mar; y que allí cercaron de una muy ancha pared de piedra seca como medio cuarto de legua dejando sólo dos puertas angostas y la pared no muy alta, y en el medio de esta cerca hicieron sus templos; y que el mayor, que es como el de Chichenizá, llamaron Cuculcan; y que hicieron otro redondo y con cuatro puertas, diferente a cuantos hay en aquella tierra, y otros a la redonda, juntos unos de otros; y que dentro de este cercado hicieron casas para los señores, entre los cuales repartieron la tierra dando pueblos a cada uno conforme la antigüedad de su linaje y ser de su persona. Y que Cuculcan puso nombre a la ciudad, no el suyo como hicieron los Ahizaes en Chichenizá, que quiere decir pozo de los airase, mas llamó Mayapán que quiere decir el pendón de la Maya, porque a la lengua de la tierra llaman maya; y los indios Ychpa (a la ciudad), que quiere decir dentro de las cercas.

Que este Cuculcan vivió con los señores algunos años en aquella ciudad y que dejándoles en mucha paz y amistad se tornó por el mismo camino a México, y que de pasada se detuvo en Champotón, y que para memoria suya y de su partida hizo dentro del mar un buen edificio al modo de Chichenizá, a un gran tiro de piedra de la ribera, y que así dejó Cuculcan perpetua memoria en Yucatán.


La ciudad de Mayapán, construida a semejanza de Chichén-Itzá.

Mayapán.
Respecto a las fiestas religiosas yucatecas los indígenas asociaban en su calendario el mes de Xul con Kukulkan;7 así explica Diego de Landa en el capítulo VI la fiesta de Chickabán:

Queda dicha la ida de Cuculcan, de Yucatán, después de la cual hubo entre los indios algunos que dijeron se había ido al cielo con los dioses, y por eso le tuvieron por dios y le señalaron templo en que como a tal le celebrasen su fiesta, y se celebró toda la tierra hasta la destrucción de Mayapán. Después de esta destrucción, dicha fiesta se celebraba sólo en la provincia de Maní; y las demás, en reconocimiento de lo que debían a Cuculcan, presentaban a Maní, una un año y otra en otro año, o a las veces, cinco muy galanas banderas de pluma, con las cuales hacían la fiesta en esta manera y no como las pasadas: a 16 de Xul se juntaban todos los señores y sacerdotes en Maní, con ellos gran gentío de los pueblos, el cual ya venía preparado de ayunos y abstinencias. Aquel día, en la tarde, salían con gran procesión de gente, y con muchos de sus farsantes, de casa del señor donde se habían juntado, e iban con gran sosiego al templo de Cuculcan, el cual tenían muy aderezado; y llegados, hacían sus oraciones, ponían las banderas en lo alto del templo y abajo, en el patio, tendían todos cada uno de sus ídolos sobre hojas de árboles que para ello había, y sacada la lumbre nueva comenzaban a quemar en muchas partes incienso y a hacer ofrendas de comidas guisadas y sin pimienta, y de bebidas de sus habas y pepitas de calabaza; y quemando siempre copal, sin volver los señores a sus casas, (ni quienes) los habían ayudado, pasaban cinco días y cinco noches en oraciones y en algunos bailes devotos. Hasta el primer día de Yaxhin andaban los farsantes estos cinco días por las casas principales haciendo farsas, y recogían los presentes que les daban y todo lo llevaban al templo, donde acabados de pasar cinco días repartían los dones entre los señores, sacerdotes y bailadores y cogían las banderas e ídolos se volvían a casa del señor y de allí cada cual a la suya. Decían y tenían muy creído, que el postrer día bajaba Cuculcan del cielo recibía los servicios, vigilias y ofrendas. Llamaban a esta fiesta Chickabán.


Quetzalcóatl-Kukulkán.

Quetzalcóatl-Kukulkán.
EXTRACTOS DEL CAPÍTULO VII. GOBIERNO, SACERDOCIO, CIENCIAS, LETRAS Y LIBROS DE YUCATÁN

Que los de Yucatán fueron tan curiosos en las cosas de la religión como en las del gobierno y que tenían un gran sacerdote que llamaron Ah Kin May, y por nombre Ahau Can May, que quiere decir el (gran) sacerdote May, que era muy reverenciado de los señores, el cual tenían repartimiento de indios y que además de las ofrendas, los señores le hacían presentes y que todos los sacerdotes de los pueblos contribuían; y que a éste le sucedían en la dignidad sus hijos o parientes más cercanos, y que en esto estaba la llave de sus ciencias, y que en éstas trataban lo más, y que daban consejo a los señores y respuestas a sus preguntas, y que (las) cosas de los sacrificios pocas veces las trataban si no (era) en fiestas muy principales o en negocios muy importantes; y que éstos proveían de sacerdotes a los pueblos cuando faltaban, examinándolos en sus ciencias y ceremonias y que les encargaban de las cosas de sus oficios y el buen ejemplo del pueblo, y proveían de sus libros; (además) atendían al servicio de los templos y a enseñar sus ciencias y escribir libros de ellas.

Que enseñaban a los hijos de los otros sacerdotes y a los hijos de los segundos de los señores que les llevaban para esto desde niños, si veían que se inclinaban a este oficio.

Que las ciencias que enseñaban eran la cuenta de los años, meses y días, las fiestas y ceremonias, la administración de sus sacramentos, los días y tiempos fatales, sus maneras de adivinar, remedios para los males, las antigüedades, leer y escribir con sus letras y caracteres en los cuales escribían con figuras que representaban las escrituras.8

EXTRACTOS DEL CAPÍTULO IX. LOS TRES REINOS PRINCIPALES DE YUCATÁN

Que entre las tres casas de señores principales, que eran los Cocomes, Xiues, y Chelis, hubo grandes bandos y enemistades y hoy en día, con ser cristianos, aún las hay. Los Cocomes decían a los Xiues que eran extranjeros y traidores al matar a su señor principal robándole su hacienda. Los Xiues se decían tan buenos como ellos, tan antiguos y tan señores, y que no fueron traidores sino libertadores de la patria matando al tirano. El chel decía que era tan bueno como ellos en linaje, por ser nieto de un sacerdote, el más estimado de Mayapán, y que por su persona era mejor que ellos pues había sabido hacerse tan señor como ellos, y que con esto se hacían desabrimiento en los mantenimientos porque el Chel, que estaba en la costa, no quería dar pescado ni sal al Cocom, haciéndole ir lejos por ello, y el Cocom no dejaba sacar caza ni fruta al Chel.

EXTRACTOS DEL CAPÍTULO X. VARIAS CALAMIDADES SUFRIDAS EN YUCATÁN EN EL SIGLO ANTERIOR A LA CONQUISTA: HURACANES, PESTILENCIAS, GUERRAS, ETC.

Que estas gentes tuvieron más de 20 años de abundancia y de salud y se multiplicaron tanto que toda la tierra parecía una; y que entonces se labraron templos en tanta muchedumbre como se ve hoy en día por todas partes, y que atravesando los montes se ve entre la arboleda asientos de casas y edificios labrados a maravilla.


El templo de los guerreros en Chichén-Itzá.

El templo de los guerreros en Chichén-Itzá.

Que después de esta felicidad, una noche, por invierno, vino un aire como a las seis de la tarde y fue creciendo, y haciéndose huracán de cuatro vientos, y que este aire derribó todos los árboles crecidos, lo cual hizo matanza en todo género de caza y derribó las casas altas, las cuales, como son de paja y tenían lumbre dentro por el frío, se incendiaron y abrasaron a gran parte de la gente; y si algunos escapaban quedaban hechos pedazos de los golpes de madera; y que duró este huracán hasta el otro día a las doce en que se vio que habían escapado quienes moraban en casas pequeñas, entre ellos los mozos recién casados que allá acostumbraban hacer unas casillas enfrente de las de sus padres o suegros donde moraban los primeros años; y que así perdió la tierra el nombre a la que solían llamar de los venados y de los pavos, y tan sin árboles quedó, que los que ahora hay parece que plantaron juntos según están nacidos a la igual, pues mirando la tierra desde algunas partes altas, parece que toda está cortada con una tijera.

Que quienes escaparon se animaron a edificar y cultivar la tierra y se multiplicaron mucho viniéndoles 16 de salud y buenos temporales y que el último fue el más fértil de todos; y queriendo comenzar a coger frutos sobrevinieron por toda la tierra calenturas pestilenciales que duraban 24 horas, y después de cesadas se hinchaban (los enfermos) y reventaban llenos de gusanos, y con esta pestilencia murió mucha gente y gran parte de los frutos quedo sin coger.

Que después de cesada la peste tuvieron otros 16 años buenos en los cuales se renovaron las pasiones y bandos, de manera que murieron en batalla ciento cincuenta mil hombres y que con esta matanza se sosegaron e hicieron la paz y descansaron por 20 años, después de los cuales les dio una peste de grandes granos que les pudrían el cuerpo con gran hedor, de manera que se les caían los miembros a pedazos en tres o cuatro días. Que habrá que pasó esta última plaga más de 50 años y que la mortandad de la guerra fue 20 años antes y la peste de la hinchazón y gusanos sería 16 años de las guerras y el huracán otros 16 antes que ésta y 22 o 23 después de la destrucción de la ciudad de Mayapán. Que según esta cuenta, hace 125 años que se desbarató (la ciudad), dentro de los cuales años los de esta tierra han pasado las dichas miserias y otras muchas que comenzaron al entrar en ella los españoles, así por guerras como por otros castigos que Dios envía; de manera que es maravilla haber gente que hay, aunque no mucha.

EXTRACTOS DEL CAPÍTULO XI. PROFECÍAS DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES

Que como la gente mexicana tuvo señales y profecías de la venida de los españoles y de la cesación de su mando y religión, también los tuvieron los de Yucatán algunos años antes que el adelantado Montejo los conquistase; y que en las sierras de Maní, que es la provincia de Tutu Xiu, un indio llamado Ah Cambal, de oficio Chilam, que es el que tiene a su cargo dar respuestas al demonio, les dijo públicamente que pronto serían señoreados por gente extranjera, y que les predicarían un Dios y la virtud de un palo que en su lengua llaman Vamonché, que quiere decir palo enhiesto de gran virtud contra los demonios.

Que el sucesor de los Cocomes, llamado don Juan Cocom, después de bautizado, fue hombre de gran reputación y muy sabio en sus cosas y bien sagaz y entendido en las naturales; y fue muy familiar del autor de este libro, fray Diego de Landa, y le contó muchas antigüedades y le mostró un libro que fue de su abuelo, hijo de Cocom que mataron en Mayapán, y en él estaba pintado un venado; y aquel abuelo le había dicho que cuando en aquella tierra entrasen venados grandes que así llamaban a las vacas, cesaría el culto de los Dioses; y que se había cumplido porque los españoles trajeron vacas grandes.

NOTAS
1 Federico González, Arte símbolo y mito en las culturas tradicionales: La Civilización Maya. americaindígena-artículo
2 Federico González Frías, Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: Ciclos-Ciclología. Ed. Libros del Inombrable, Zaragoza, 2013.
3 Fray Diego de Landa, Relación de las cosas de Yucatan. Editorial San Fernando, México, 1993.
En relación a esta temática, Federico González apunta: “Uno de los temas que más destacan cuando nos enfrentamos con el estudio de las sociedades precolombinas es la coincidencia, en casi todos los autores europeos de la conquista y aun de siglos posteriores, en pensar que los americanos eran de origen judío, ya que habían sido cristianizados, o de algún modo confuso derivan sus conocimientos y tradiciones del Viejo Mundo. Estas opiniones se basaban sin duda en la similitud de símbolos, mitos y modos culturales, que aunque tomasen formas diferentes eran sin embargo análogos a lo suyos. Federico González, El Simbolismo Precolombino. Cosmovisión de la culturas arcaicas. Editorial Kier, Buenos Aires, 2003.
4 “Las obras arquitectónicas y conjuntos escultóricos que señalan estos enclaves sagrados, han sido proyectados con tal maestría y belleza, que provocan entre la gente un sentimiento de admiración e interés, pues están creados a partir de modelos arquetípicos con los que inconscientemente se identifica el ser humano. Esto origina un vínculo con lo divino gracias a la contemplación de unas proporciones Ideales, imagen de la Armonía celeste. Lo que produce el recuerdo del auténtico y oculto significado de la Belleza, cuyo secreto está en el Conocimiento. (...) todo símbolo sagrado, siendo de origen no humano, es la manifestación sensible de lo metafísico, y contiene Ideas-Fuerza que sirven como soporte para elevarse a otros estados del Ser”. Carlos Alcolea, El recuerdo del tiempo mítico. Sabiduría oculta en el Símbolo, Revista SYMBOLOS Nº 31-32, Barcelona, 2007.
5 Es el nombre de un pueblo maya que emigró a Yucatán aproximadamente en el siglo IV, proveniente posiblemente del Petén –zona de Guatemala–, que quiere decir “aguas encantadas”: wikipedia
6 El Diccionario de Federico González dice en la entrada Kukulkán: “Nombre Maya del Pájaro serpiente o Serpiente Emplumada, idéntico al Quetzalcóatl de la cultura náhuatl. Se dice que Topiltzin Quetzalcóatl, al ser expulsado de Tula por su enemigo Tezcatlipoca, viajó hacia el sur, y en su viaje puso nombre a las regiones, ríos, lagos, montañas y valles. Se estableció en el área de Yucatán y allí fundó la ciudad de Chichén Itzá donde aún se encuentra en ruinas la pirámide de Kukulkán”. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, op. cit.
7 El mes Xul, noviembre, simboliza al perro, al cual consideraban guía que acompañaba a las almas al Xibalbá –mundo subterráneo–. En este mes dedicado a Kukulkán, los mayas iban a por el jefe supremo de los guerreros llamado Nacom y lo sentaban en el templo quemando copal; realizaban un baile de guerreros llamado Holkanot, sacrificando un perro y quebrando ollas llenas de bebida, para terminar su fiesta y regresar con honores al Nacom a su casa. Esta ceremonia se celebraba en todos lados hasta la destrucción de Mayapán; después sólo se celebraba en Maní en la jurisdicción de los Tutul xiúes. Allí todos los señores se juntaban y presentaban cinco banderas de pluma, se dirigían al templo de Kukulkán donde oraban cinco días, después de los cuales bajaba Kukulcán del cielo y recibía las ofrendas; la fiesta se llamaba Chikabán. Algunas frases extraídas de Wikipedia.
8 “En las civilizaciones precolombinas –como en todas–, los ‘sacerdotes’ jugaron el papel más importante dentro de su organización y cíclicamente se los encuentra en la cúspide de la misma. Eran hombres de Conocimiento encargados de conservar las Tradiciones, de mantener vivo lo sagrado, de actuar y transmitir los mitos y los ritos que les fueron revelados por sus dioses, guías espirituales de su pueblo. Se los ve actuando en distintas funciones y niveles, ya sea en tribus nómadas o representando diversos papeles fundamentales en las civilizaciones; son los sabios, pertenecientes a una ‘casta’, herederos directos de los dioses, intermediarios que establecen perennemente la comunicación de la tierra con el cielo; conocedores de los secretos tribales que hacen posible que ese grupo mantenga el contacto con el mundo espiritual, que es lo que da el más alto sentido a la existencia de ese pueblo; son los iniciadores en los misterios, que transmiten su conocimiento de generación en generación a través de iniciaciones sapienciales, realizadas mediante rituales que mantienen intactos desde tiempos remotos”. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: Sacerdotes-Sabios, ibíd.
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