|
CARTA EDITORIAL |
Con la misma fuerza que el Adversario tira hacia abajo pero en sentido inverso, SYMBOLOS y su equipo de redactores han agarrado un extraordinario impulso, casi vertiginoso, hacia regiones internas –también proyectadas en épocas y en espacios geográficos– más cercanas al significado interior del símbolo, al Origen. Espoleados por el amor al Conocimiento y propulsados por el soplo de Hermes, hemos abandonado nuestras “zonas de confort”, aquellas temáticas en las que quizás nos sentíamos más cómodos o protegidos, y nos hemos atrevido a adentrarnos en un territorio mucho más desconocido, el de la simbólica de las culturas de la antigua Mesopotamia. De pronto nos hemos encontrado recorriendo sus ciudades y templos, su historia sagrada, sus mitos y leyendas, su arte y su vida cotidiana, siempre al encuentro de sus dioses, los de siempre, pero ahora con nombres que quizás nos suenen más extraños: An, Enlil, Enki, Nanna e Inanna, Utu, Ereshkigal, Ninurta, y más y más. Personajes de una teogonía tan antigua como actual, inesperadamente cercana, que nos han recordado las ocasiones en que Federico González, cuando aún se encontraba físicamente entre nosotros, nos hablaba de esas culturas del próximo Oriente que florecieron en los tiempos más remotos del Kali Yuga, dejando su impronta en todas las ramas del saber y vertiendo su legado junto a muchos otros afluentes en el crisol de la Alejandría de los primeros siglos de nuestra era para conformar la Tradición Hermética. Y no nos impactó sólo lo que Federico nos dijo sino también el verlo profundamente entregado al estudio de los himnos que los sumerios cantaron a todos sus dioses, y el silencio en el que se sumergía tras su lectura. “Muy misteriosos, estos sumerios”, musitaba… Henos, pues, traspasando una frontera invisible y dispuestos a conquistar un jalón más en el viaje del Conocimiento. No podemos sino agradecer los hallazgos, sorprendentes, inesperados y a la vez tan acordes con las ideas universales emanadas de una Tradición Unánime que se revela a través de todas sus ramas. Hoy, todo aquel cúmulo de símbolos, mitos y ritos testimoniados en tablillas de arcilla han cobrado vida en el espacio interno de nuestras almas, allí donde los hemos acogido. Compartimos con nuestros lectores dieciséis colaboraciones de calado, acompañadas de imágenes de esculturas, relieves, sellos, tablillas cuneiformes y muchos otros símbolos visuales que nos legaron los sumerios, los acadios, los caldeos, los babilonios y otros pueblos que vivieron en algún periodo de los más de 4.000 años que abarca la historia de la antigua Mesopotamia; y un video de presentación, que hemos titulado Himnos Sumerios. Además se incluye un estudio en torno al mito hesiódico de las edades que publicamos dentro de la sección “Ensayo y Literatura”. También anunciamos a nuestros lectores una primicia editorial de la Colección Aleteo de Mercurio, el cuaderno Mitos del cielo estrellado, a la que acompañan varios videos sobre la simbólica de algunas de las constelaciones que comparecen en el libro. Así mismo, el anillo telemático de SYMBOLOS presenta cuatro nuevos cortometrajes de la serie Himnos del Agartha y el vídeo La Cábala en Provenza y Gerona: Ezra. Además hay nuevos contenidos en la Voz del Agartha y en Onda Hermética, y en los blogs Aleteo de Mercurio y Astronomía Hermética y Cosmografía, así como novedades en otras páginas del anillo que figuran en el índice de esta actualización número 58 de la Revista SYMBOLOS. Estamos presentes en muchas plataformas y canales que nos brinda internet: webs, blogs, Instagram, Facebook, Twitter, Ivoox… Ahora ya no grabamos sobre la arcilla himnos a los dioses y relatos sobre la cosmogonía como hacían aquellos sumerios que aparecieron misteriosamente (nadie sabe a ciencia cierta de dónde venían) entre el Éufrates y el Tigris hace más de 6.000 años. Pero el gesto de reunir lo disperso y difundir la luz sigue siendo nuestro norte, y esperamos poder reiterarlo hasta el fin. Con los mejores deseos, salud para el alma. |
|