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LA PROSTITUCIÓN SAGRADA I MIREIA VALLS
2ª parte |
Y ahora volvamos a los testimonios de la presencia de estas heteras en la antigua Grecia:
Incluso se conoce el nombre propio de algunas de ellas y de los varones con los que se las relaciona, tanto políticos, como filósofos, escritores y artistas. Marie Bouliard, Autorretrato caracterizada como Aspasia, 1794. Musée des Beaux-Arts, Arras. También Aspasia, la socrática, importaba gran cantidad de mujeres hermosas, y Grecia quedó llena de sus cortesanas, como el divertido Aristófanes señala de pasada, al decir de la guerra del Peloponeso que Pericles avivó su terrible carácter por su amor hacia Aspasia y las esclavas arrebatadas a ésta por los megarenses: “A la puta Simeta jóvenes que iban a Mégara la raptaron, borrachos por el juego del cótabo, luego los megarenses, rabiosos como gallos por el dolor, secuestraron a su vez a dos putas de Aspasia; y con ello estalló el comienzo de la guerra para todos los griegos, a causa de tres rameras”10. Hector le Roux, Pericles y Aspasia en el estudio de Fidias, grabado. A esta culta mujer procedente de Mileto se la consideró, además de expertísima hetera y desencadenadora de una guerra, amante del rey de Atenas, Pericles, y una reputada maestra en retórica, que conversaba frecuentemente con Sócrates, de lo que da cuenta el Menexeno de Platón. Y aunque en este diálogo más bien el sabio ironiza sobre el formalismo de los discursos que componía, –incluso se piensa que escribió varios para Pericles– sin embargo tanto él como otros filósofos no dejan de tenerla presente en sus conversaciones y de ponderarla. André Monsiau, Aspasia conversa con Sócrates, 1800. Museo Pushkin.
Y como decíamos, medio burlándose de su maestra por fijarse más en el revestimiento de los discursos y en la repetición de unas ideas estereotipadas que poco revelan sobre el conocimiento interior del ser, sigue así el diálogo:
Jean León Gérôme, Sócrates buscando a Alcibíades en casa de Aspasia, 1861. Lo que no quita que fuera de las pocas mujeres que por su preparación y sentido penetrante en muchas materias, jugara un papel decisivo en su tiempo, y fuera ejemplo para otras hembras posteriores, sobre todo en lo tocante al tema de las bellas composiciones y un conocimiento directo del poder del amor como movilizador de todos los ámbitos de la vida, promotor de conquistas y logros, físicos, anímicos e intelectuales. Así lo atestiguan estos otros escritores:
Michelle Corneille el joven, Aspasia rodeada de filósofos griegos, 1670. Palacio de Versailles. Y Luciano en su libro Imágenes también apunta:
Otra de las heteras conocidas de la antigua Grecia fue Frine, de la que se relata:
Jean León Gérôme, El juicio de Frine, 1861.
Henryk Siemiradzki, Frine en la fiesta de Poseidón en Eleusis, 1889. Museo Estatal Ruso. A lo que sigue en lo que estamos citando este pasaje de las apariciones públicas de Frine en las fiestas de Poseidón celebradas en Eleusis, donde la bella se desnudaba a la vista de todo el mundo y se sumergía entre la espuma de las olas; verdadera escenificación del mito de la generación de Afrodita, lo que constituía un rito mágico simpático en el que a través de los encantos y la belleza de esta mujer se atraían los poderes de la diosa, capaces de arrebatar el alma a uno de los furores más altos, el del Amor, entendiendo por furor “el rapto o aspiración del alma hacia su principio”. Nada que ver con la etiqueta de exhibicionismo con que sería tildado este gesto hoy día.
Venus Colonna inspirada en la Afrodita Cnidia de Praxíteles (desaparecida). Museo Pico-Clementino, Museos Vaticanos, Vaticano.
Podríamos seguir engrosando esta lista de heteras con renombre, pero creemos que con lo dicho ya basta para hacerse una idea del papel que jugaron estas meretrices cultas, virtuosas, compañeras de los hombres y de sus amigas, cultoras de las artes, magas, vehiculadoras de la energía de Eros, el demon que religa lo más bajo con lo más alto, la realidad física con la espiritual. Y esto nos conduce directamente al cuarto tipo de hetairas consagradas por entero a la diosa del Amor, que vivían en los templos y de las que apenas quedan algunas referencias dispersas, como ésta de Estrabón:
Algunas eran obligadas a ingresar por la fuerza, otras libremente, y siempre los ritos de los que participaban han permanecido en el más absoluto secreto. Pero de nuevo Sócrates aparece en escena aportándonos una valiosísima experiencia. En el diálogo de El Banquete, donde diserta acerca del Amor con un pequeño grupo de contertulios, revela en un momento dado que todo lo que él conoce de la naturaleza del Amor le fue transmitido por Diotima de Mantinea. El texto solamente dice de esta misteriosa mujer que era sacerdotisa y adivina; no se sabe en qué templo oficiaba como teúrga, solamente la ciudad, mas penetrando a fondo lo que le va explicando a Sócrates, se conoce que era una experta en todo lo vinculado al Amor, a la diosa que lo simboliza, Afrodita, y a su demon principal, Eros. Pompeo Girolamo Batoni, Venus y Cupido, 1787. Arkhanelsk Cathedral Museum, Moscú. Creemos que aquí estamos llegando al meollo alrededor del cual gira todo el tema de lo que hemos venido a llamar prostitución y los cuatro niveles apuntados, en consonancia con los cuatro mundos o planos en que se divide el orden cósmico; de pronto, lo del comercio con el cuerpo y la satisfacción de las pulsiones y deseos es una de las funciones más externas y lo que aflora es un conjunto de gestos encarnados por innumerables hembras de diferentes estratos, iniciadas en distintas modalidades de las artes amatorias, que participaban al unísono de una potenciación y vivificación de la poderosa energía unitiva de Eros y Afrodita. El alcance de estos ritos mágico-teúrgicos iba mucho más allá que el de la simple conjunción de los cuerpos y almas y/o los enamoramientos, que por supuesto quedaban incluidos; es muy curioso observar que en otras citas de Ateneo de Naúcratis, muchos de los que hablan sobre las heteras confiesan haberse enamorado de ellas, hasta el mismo Platón lo admite, pues ya se sabe que los matrimonios estaban acordados por intereses de continuidad de la familia, económicos, etc., motivo por el cual muchos amores se daban en el ámbito extra-conyugal. Pensamos que lo que se pone al descubierto es la participación de muchas mujeres, al margen del mundo familiar, en unos ritos de repercusiones cósmicas que abren las puertas a los más altos conocimientos, y en última instancia al conocimiento del Sí Mismo, del auténtico Yo supraindividual, a la par que se propicia que esa energía cósmica se siga prodigando y cohesionando todo lo que necesita ser ligado para mantener armado el universo. Pierre-François Hugues d’Hancarville, The complete collection of antiquities from the Cabinet of Sir William Hamilton, Ed. Taschen. Escuchemos esta conversación entre el sabio que se sabe ignorante y la de Mantinea que lo va conduciendo a ese espacio intermediario entre el cielo y la tierra donde todo está vinculado y armonizado por un gran demon, Eros, el que se mueve entre la sabiduría y la ignorancia. Engendrado en la fiesta celebrada por el nacimiento de Afrodita, es hijo de Penía o la Pobreza y de Poros, el rico en recursos; por eso Eros despierta en el ser humano la conciencia de sus carencias como ser caído y la necesidad de movilizar toda su voluntad para abandonar el estado de ignorancia y encaminarse hacia la conquista de la sabiduría a través de la poderosísima energía del Amor, pues al decir de Diotima, Eros:
Ibíd. Desde luego que recomendamos la lectura entera de este pasaje del diálogo, uno de los más bellos escritos por Platón, para paladear cada una de las ideas que se comunican en la intimidad y plena confianza esta pareja de compañeros, lo cual está aconteciendo en este mismo instante haciéndonos partícipes de algo que ya sabemos pero que sólo la fuerza del pensamiento amoroso puede despertar, pues el amor es,
… dice esta maga que ha recorrido la escala completa. Y así, cada ser según su naturaleza buscará perpetuarse mediante la generación, física o intelectual, es decir hará su acercamiento e identificación con la divinidad a través de distintas modalidades que repiten el gesto por el que se inicia el mundo, lo que constituye una primera iniciación en los misterios del amor…
Y pasa a relatarle los pasos en vertical que conducen a la ciudadela del Amor, y que elevan el alma de tal manera que se va reconociendo en la jerarquía de lo bello, hasta descubrir lo que es bello en sí mismo.
Ibíd. Y termina sus confidencias con estas preguntas:
Esto lo dijo una mujer, sacerdotisa experta en las cosas del amor, que encaradas en todas sus extensiones pueden devenir un vehículo extraordinario para el conocimiento de la Identidad, lo que implica seguir un camino de deificación que consta de estadios jerárquicos, y a la vez simultáneos, análogos a los estados de conciencia; pero cabe advertir que a la inversa, pueden convertirse en los más abyectos vicios y desórdenes, por no hablar de aberraciones o perversiones, que es en lo que ha degenerado actualmente el tema que nos ocupa. Ahora nos quedamos con lo dicho, para meditar en todo ello y no sobrecargar con nuevas aportaciones. Dejaremos para la próxima entrega el tema de la prostitución desde el Imperio romano en adelante y la incursión en todas estas artes amatorias que hemos apuntado, que incluyen además del conocimiento de las ciencias de la armonía y el número, la adición de toda una serie de conocimientos detentados por muchas mujeres acerca del embellecimiento con tintes, pinturas, perfumes y aromas, y la fabricación de ungüentos, filtros, etc., generadores de formas y ambientes propicios para abrir otros espacios de la conciencia. Henryk Siemiradzki, Los hombres siguiendo el ejemplo de los dioses,1899. Finalizamos la primera parte de este estudio con esta cancioncilla, esperando poder retomar estos otros temas sugeridos y también sus inversiones, tan en boga actualmente, y cuyo máximo exponente está simbolizado por la gran ramera de Babilonia que se nombra en el Apocalipsis, pues ya se sabe que el Amor por lo más alto es idéntico a la Unidad, y una puerta hacia la auténtica liberación más allá del Cosmos; aunque a la inversa, puede ser la cárcel más cerrada y aquello que mantiene al ser humano completamente esclavo de los antojos o malas artes de hembras manipuladoras y succionadoras. Personajes muy cercanos, tanto ayer como ahora.
Nos quedamos con esta última frase, recordando que la trilogía Necesidad-Destino-Providencia, de Amor parte y a él vuelve. Andrea di Niccolò, Caridad, 1495. |
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NOTAS. | |
9 | Ibíd. |
10 | Ibíd. |
11 | Platón, Diálogos, “Menexeno”. Ed. Gredos, Madrid, 2010. |
12 | Op. cit. |
13 | Plutarco, Pericles, XXIV. |
14 | Luciano, Estudio de un Retrato, XVII. |
15 | Ateneo de Náucratis, Ibíd. |
16 | Ibíd. |
17 | Ibíd. |
18 | Estrabón, Geografía, VI, 2, 6. |
19 | Platón, Diálogos, “El Banquete”. Ed. Gredos, Madrid, 2010. |
20 | Op. cit. |
21 | Ibíd. |
22 | Ibíd. |
23 | Ibíd. |