SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis
 

DIDASKALIKOS DE ALCINOO

MARÍA CORREA

ALCINOO (S. II d. C.): DIDASKALIKOS.
Introducción a la filosofía de Platón". Glosa.

Los libros que despiertan la memoria del alma son los que se llaman sagrados, pues en el contenido de sus escritos se imprimió la materia de la que ésta se alimenta, la esencia divina revestida aquí con la simbólica de la palabra escrita. Esencia que se abre bella y generosamente al que de corazón lee buscándola. Estos escritos son, pues, instrumentos de transmisión de los misterios divinos, verdaderos vehículos de Conocimiento, y es en ello donde radica su auténtico valor.

No vamos a entrar en las circunstancias del descenso cíclico que llevaron a hacer necesaria la escritura para preservar la Tradición que hasta entonces venía revelándose oralmente, pero sí mencionaremos que este hecho fue un claro signo de la entrada de la humanidad en la edad oscura con todas sus implicaciones. Por lo que si desde entonces ha sido posible al hombre despertar a su auténtica realidad –a la extraordinaria opción del conocimiento de Sí Mismo–, ha sido gracias a la generosa labor que han venido a realizar estos seres humanos que como Platón, han recogido y sintetizado por escrito el Saber, en su caso recibido a través de Sócrates. Luces de la Luz que han ido legando a sus descendientes este tesoro oculto en el ser humano, una posibilidad siempre viva para el hombre, pues en él mismo está la semilla de inmortalidad.

Es la obra de Platón una fuente inagotable para el alma con sed de ese Saber, y de entre los que de ella han bebido o beben, algunos se hacen fuente ellos mismos al devolver lo recibido en nuevos escritos. Alcinoo es uno de estos autores que habiéndose alimentado de esa fuente, vertió de nuevo sus aguas en el Didaskalikos, en una actualización de la doctrina Platónica para su tiempo, y también para la posteridad.

En el S. XV, Marsilio Ficino, creador de la nueva Academia Platónica en Florencia, tradujo el Didaskalikos al Latín, pues ya hacía siglos que el Griego había desaparecido completamente de la Peninsula Itálica, y muchas de las obras conservadas en ese idioma, principalmente en la que fuera la capital del Imperio Romano de Oriente, Constantinopla, se conocían poco, o incluso, habían quedado en un absoluto olvido para la cultura occidental.

Giovanni Cavalcanti (1444-1509): hijo de un noble florentino, estudió retórica con Landino, y fue estadista y diplomático. Llevó a cabo una importante misión ante el rey Carlos VIII de Francia en 1494. Ficino conocía y amaba a Giovanni desde que éste tenía sólo tres años. Ficino le dedicó su traducción de Alcínoo y Speusipo en 1463. Ficino escribió muchas de sus obras en compañía de Cavalcanti, tales como la Teología Platónica. Cavalcanti se mantuvo fiel a Ficino toda su vida. Cuando Ficino estuvo afectado de una 'amargura de espíritu' Cavalcanti le aconsejó escribir un libro sobre el amor como un remedio para su enfermedad y a fin de 'convertir a los amantes de la belleza transitoria al disfrute de la belleza eterna'. Esta obra fue la primera versión de De Amore, el comentario sobre el Banquete de Platón que está dedicado a Cavalcanti.1

Se ha utilizado para este trabajo:

1. La traducción al idioma inglés de George Burges, publicada por Henry G. Bohn, en 1865: The Doctrines of Plato.

2. Didaskalikos de Alcinoo: Sistematización de la Doctrina Platónica y una propuesta de traducción: de Jorge Tomás García, Universidad de Murcia.

Y en menor medida:

3. Introducción, traducción y notas de una seleccion de capítulos: Gabriel Martino Universidad de Buenos Aires, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Revista Latinoamericana de Filosofía, Vol. XL, Nº 1 (Otoño 2014).


Sobre el autor: Alcinoo.

Alcinous, en griego Ἀλκίνοος, Alkínoös, quiere decir "mente poderosa".

No se conoce prácticamente nada de la historia de Alcinoo, autor perteneciente a lo que ha recibido el nombre de Platonismo medio, periodo que va desde los últimos académicos posteriores a Platón, en el s. I a.C., y el inicio de los Neoplatónicos, en el s. II d.C., por lo que se le considera como un puente entre Platón y los Neoplatónicos. Jorge Tomas García en su propuesta de Traducción del Didaskalikos dice que

Su principal valor reside en haber conservado una tradición de interpretación platónica, fundamental en la formación de toda la filosofía posterior, incluyendo la vertiente neoplatónica y cristiana.

La autoridad de Alcinoo en el Didaskalikos ha quedado fijada gracias a los primeros códices manuscritos que de esta obra se conservan, uno del s. IX y un segundo del s. X d.C. y aunque también, según parece, es cuestionable que el nombre del autor fuera “Alcinoo", por poder tratarse de un sobrenombre, lo que aquí nos interesa es el contenido en la obra del Didaskalikos y no las características particulares del individuo que le dio forma.


Sobre la obra: el Didaskalikos.

"Didaskalikos" es un nombre griego que viene a significar "enseñanza". También en el trabajo de Jorge Tomás García dice que este nombre

era utilizado en el s. II d.C. como un concepto referido a la técnica en los manuales dedicados a cualquiera de las diversas ciencias.

Lo que indica que es una obra de carácter eminentemente didáctico. Está basada en la doctrina de los escritos Platónicos, expresándose sobre algunos temas de forma casi idéntica a como Platón los formulara en su día. Sin embargo, se dio en el Didaskalikos, la recuperación del sentido original de algunos conceptos que en el transcurso del tiempo –alrededor de cinco siglos–, se habían ido difuminando o perdiendo, o fueron alterados en su significado por diversas razones, lo que había llevado a recubrir con sombras la luminosa obra Platónica.

Este es un escrito breve que toca temas concretos, la mayor parte tomados del Timeo y la República, pero no es un resumen de la obra Platónica como algunos argumentan. La didáctica del Didaskalikos, es una re-creación o actualización del saber, lo que nada tiene que ver con una reinterpretación personal de la doctrina expuesta por Platón, o una instrucción para maestros de escuela, aunque éstos pertenezcan a una cátedra de filosofía, tal cual hoy día se estudia y se practica esta ciencia. Cabe también mencionar que Apuleyo tiene un escrito de características muy similares, lo que puede indicar que esta didáctica fuera en ese tiempo una práctica, una forma de transmisión y estudio para acceder a la Sabiduría con el soporte de la obra de Platón.

Al parecer, en el Didaskalikos, Alcinoo se sirvió de algunos términos que abundan en la obra de Aristóteles y que fueron utilizados también por los estoicos y no se encuentran en los escritos de Platón. Es por ello que se dice que podría pertenecer a esa corriente estoica o que intentó volver a Platón con una perspectiva Aristotélica; pero bien podría ser que el uso de estos términos por parte de Alcinoo, se debiera a una utilización más extendida que de ellos se hacía en su época, es decir, a una renovación del lenguaje con el cuidado de dejar intacto el sentido último de la obra platónica.

La estructura del Didaskalikos puede dividirse en una introducción en la que se define la filosofía, quien es el filósofo, el método de esta ciencia, y las artes de las que se sirve, seguida de una parte centrada en la triunidad de los Principios, la formación del Cosmos y la del hombre; otra con la formación de los miembros en el cuerpo del hombre y su función anímica; otra tercera sobre el Alma, sus partes, poderes y su inmortalidad; y una parte final donde se trata brevemente el destino, el Bien, las Virtudes, y las formas de política, con un último capítulo muy breve dedicado al sofista.


El Didaskalikos

Según lo comentado más arriba, y para que no dé lugar a confusiones, es en el mismo comienzo de su libro donde Alcinoo específica a quien va dirigida esta enseñanza. Sin huir, sino más bien procurando hacer uso al máximo de los vocablos que utilizara Platón, se define, breve y claramente lo que es la filosofía, y según ello, quién el filósofo, e indica que aquel que sabe a lo que se refiere lo comprenderá sin mayor problema, es decir aquellos que interesados por la Verdad eterna, amándola, se aplican en profundizar en Ella:

Filosofía es deseo de sabiduría, o liberación y un volverse del alma desde el cuerpo, en la medida en que nos volvemos hacia los inteligibles y hacia los seres verdaderos: sabiduría es, pues, ciencia de los asuntos divinos y humanos. Mas filósofo es quien toma su nombre por paronimia de "filosofía", como el músico de "música".

Mas es necesario, primero, que éste sea por naturaleza inclinado hacia cuantas disciplinas puedan familiarizarlo y conducirlo hacia el conocimiento de la realidad inteligible que no está sujeta ni a la variación ni a la fluctuación. Luego, que esté enamorado de la verdad y que de ningún modo admita lo falso.

Y sigue:

Mas también es preciso que quien se disponga a filosofar sea libre en su inteligencia, pues la estrechez intelectual es el mayor obstáculo para el alma que se dispone a contemplar los asuntos divinos y humanos.

El contacto con lo divino presupone una ruptura de cualquier estrechez de la mente, pues se trata de un dominio infinitamente más amplio que el que queda limitado por ella; su conocimiento no procede de los sentidos del individuo como estamos acostumbrados, sino que es una intuición directa en el alma, con la razón pura no discursiva en términos Platónicos, una certeza que se realiza en el instante, según es el modo de conocer de los mismos seres divinos, ya que el alma también es divina.

Del método y las artes de las que se sirve la filosofía se diferencian los dos tipos de vida que el hombre tiene posibilidad de llevar, que son por un lado la vida Contemplativa y por otro la Práctica, tal como Platón lo trata en la Republica y en el Político. Se define aquí muy claramente ambos, sus conexiones y las ciencias que les sirven a una y a otra, con la obvia subordinación de la segunda con respecto a la primera, pues ésta es la dedicación al conocimiento de la verdad y aquella es la operación del alma racional llevada a cabo por el cuerpo. Será mediante el Intelecto que se puede realizar el conocimiento del Mundo y la contemplación es su actividad para con los inteligibles:

…intelección es la actividad del intelecto que contempla los primeros inteligibles. Esta, a su vez, parece ser doble: la primera es anterior a que el alma esté en este cuerpo –cuando ella contempla los inteligibles–; la segunda es posterior a que el alma se ha introducido en este cuerpo. Mas de estas, la que es anterior a que el alma esté en el cuerpo se llama intelección propiamente; mas una vez que esta está en el cuerpo, la que entonces era llamada intelección ahora se llama ‘noción innata’ que es una cierta intelección almacenada en el alma. Mas la noción innata es llamada por él (Platón) tanto ciencia simple, como ala del alma.

Lo que aquí denomina Alcinoo "noción innata" es el recuerdo de Sí grabado en el ser, el que puede ser despertado con la actividad intelectual, la impronta en el Alma que dejaron los Inteligibles y gracias a la cual, ésta puede volar hacia la libertad deshaciéndose de los lazos que le atan y por los que sufre al haber entrado en lo corpóreo.

Cabe mencionar, en un inciso, algo que por otro lado es fácil observar en todo el Didaskalikos, y es que el concepto de arte o ciencia es muy otro del que tenemos hoy día, pues estos lo eran por cuanto servían como métodos o formas de realizar el Conocimiento.

En la exposición del método de estudio del filósofo se dice que está basado en:

1. La Contemplación o Teorética; 2. En la práctica de las bellas acciones o Práctica; y 3. En el uso de la razón o Dialéctica, siendo la "razón natural" el instrumento del que nos servimos para juzgar lo verdadero de lo falso.

1. El Estudio Teorético: Contemplación y conocimiento de los seres.
De las ciencias que sirven a la Teorética dice que tenemos:

Teológica: para lo relativo a los seres inmóviles, primeras causas, y todo lo referente a la divinidad.

La finalidad de la parte teológica es el conocimiento que versa sobre las primeras causas, tanto supremas como principiales.2

Física: la que se ocupa de los astros, sus movimientos, órbitas y retornos, además de la estructura del cosmos, cuya

finalidad de la parte física es aprender cuál es la naturaleza del todo, qué clase de ser vivo es el hombre y cuál es su lugar en el mundo. También, si Dios ejerce su providencia sobre la totalidad y si otros dioses le están subordinados y cuál es la posición de los hombres frente a los dioses.

Matemática: Es lo que se estudia por la geometría y otras disciplinas.

Esta fue adoptada por Platón con vistas al aguzamiento de la facultad discursiva, agudizando el alma y proporcionando exactitud para el examen de las cosas que son.

Aquí están incluidos:

   Los números:

...en cierta medida, nos apartan del error relacionado con las cosas sensibles y de la ignorancia, contribuyendo para el conocimiento de la esencia. También es apta para la guerra.

   La geometría:

La parte relacionada con la geometría es ella misma la más adecuada para el conocimiento del Bien, al menos en el caso de que uno aborde la geometría no con vistas al lucro sino valiéndose de ella para elevarse hacia lo que es siempre y no para perder el tiempo en torno de lo que deviene y se destruye.

   La estereometría: dice que es la más útil, pues después de la segunda dimensión sigue el estudio de ésta, cuyo objeto es la tercera dimensión.

   La astronomía: mediante la que contemplaremos en el cielo tanto los movimientos de los astros, como al demiurgo de la noche y del día y de los meses y de los años.

   La música:

Y tal como aplicando el intelecto a la astronomía nos conducimos a partir de las cosas visibles hacia la ousía (esencia) invisible e inteligible, así también, oyendo claramente el sonido armónico, avanzamos a partir de las cosas audibles hacia las contempladas en sí mismas por el intelecto mismo.

2. El Estudio Práctico: Se trata de la práctica de las bellas acciones.

De las ciencias que sirven a la vida Práctica, que es el hacer según lo aconsejado por la razón, dice que tenemos:

Ética: que se ocupa de los hábitos.
Economía: de la administración del hogar.
Política: relativa a las ciudades y su preservación.

3. El Estudio Dialéctico: Aquí se establece que la razón natural es aquello de lo que se sirve el intelecto para juzgar lo verdadero y, consecuentemente, las cosas falsas. En este estudio se distingue lo relativo a la división, a la definición, al análisis, y al silogismo:

Más Platón considera que lo más fundamental de la dialéctica es, primero, examinar la ousía (esencia) de todas las cosas cuales fueran, luego, acerca de los accidentes. Mas indaga qué es cada cosa, o bien desde arriba por la división y la definición, o bien desde abajo por medio del análisis.

Refiriéndose a este estudio, Alcinoo nombra las obras de Platón en las que este trata la Dialéctica, su uso y su posible alcance.

Así pues, según el método, el conocimiento es de dos tipos, uno que se adquiere por contemplación que es la actividad del Intelecto, por el que se puede inteligir los inteligibles y que es igual a la sabiduría; y un segundo que se adquiere por la praxis; este será la actividad del alma racional mediante el cuerpo, se ejercerá si las circunstancias lo demandan para poner en la práctica y en las costumbres de los hombres lo que se vislumbra en la contemplación, corrigiendo los errores. Estos conocimientos se adquieren con los estudios que se requieren para la filosofía y a los que el filósofo debe dedicar sus esfuerzos.

El capítulo VIII y siguientes versan sobre Dios, los Principios, la formación del Cosmos y la formación del hombre, su naturaleza y la posibilidad de realizar su divinidad.

Así, en esta recuperación para su tiempo de lo referido por Platón, Alcinoo específica y se expresa sobre la Triunidad de Principios, generadores del cosmos. De estos nombra primero al Principio de la Materia, después el Principio de las Ideas y en tercer lugar al Primer Principio y Causa, Dios.

De la Materia dice que aun siendo ella misma la potencia y receptáculo de las formas, es carente de forma y cualidad. Es

matriz, molde que recibe cualquier impresión, nodriza, madre y espacio y sustrato y aprehensible sin intervención de los sentidos y captable por un razonamiento bastardo.

Se dice conocimiento bastardo ya que al ser ella misma sin forma y sin cualidad propias, no es cuerpo ni incorpórea, sino cuerpo en potencia, por lo que sólo es captable a través de los cuerpos, no ella en sí misma.

Para hablar del segundo Principio, las Ideas, introduce la Primera Causa, Dios, pues la Idea es la intelección u operación mental de esta Primera Causa, es el Pensamiento de Dios y la medida de la Materia, la esencia y paradigma eterno de todas las cosas.3

Y debido a que el primer intelecto es el más bello, es preciso que su inteligible también sea el más bello, mas nada es más bello que él: por consiguiente, siempre se inteligiría a sí mismo, es decir, a sus propios pensamientos, y esta actividad suya es Idea.

El tercer Principio, Dios, Primera Causa, es prácticamente imposible de enunciar, todo mueve sin movimiento, es como el sol a la visión. Eterno, Inefable y Perfecto en él mismo, Bien, Belleza, Verdad, Padre y Causa de todo. Además, también dice:

Este sería el primer Dios, causa de la actividad eterna del intelecto de la totalidad del universo. Y en verdad, el primer Dios es eterno, inefable, perfecto en sí mismo, es decir, libre de necesidades y siempre perfecto, es decir, eternamente perfecto y omniperfecto, es decir, enteramente perfecto. Divino, esencial, verdad, simetría, bien. Mas digo estas cosas no para distinguirlas, sino para que mediante todas ellas se conciba una unidad.

Y también:

Pues de acuerdo con su propia voluntad ha llenado todas las cosas con él mismo, tras despertar al alma del cosmos y volverla hacia sí mismo, siendo causa del intelecto de esta, el que tras haber sido ordenado por el padre provee orden a toda la naturaleza en este cosmos. Y es inefable y captable con el intelecto (...) Ciertamente, habrá una primera intelección de él mediante la remoción de estas cosas (todo algo, bueno, malo, cualificado o no...), del mismo modo en que también inteligimos el punto a partir de lo sensible mediante remoción, al inteligir superficie, luego línea y, finalmente, el punto.

El mundo se forma a partir de los inteligibles, nacidos como los Pensamientos de Aquello que, por ser Origen Absoluto, no tiene principio en nada ni por tanto fin, ni intelige ni es inteligido ya que en su unidad no hay "otro" que pueda inteligirle o ser inteligido, porque no es nada que se pueda diferenciar de nada. A partir de los inteligibles, Ideas, que ellos mismos no inteligen por no haber nada superior a ellos que pueda ser inteligido y razón por la que son los principios, surgen los que pueden inteligirles, y a su vez son inteligidos por los que de ellos proceden. Estos últimos serán los que solamente inteligen.

La realización de este conocimiento es mediante el Intelecto, por la participación en la esencia de lo inteligido, deviniendo así uno con ese mismo inteligible.

No es fácil llegar a comprender que lo verdaderamente importante para alcanzar el fin último que subyace en nosotros, es la contemplación e intelección de lo divino. El desconocimiento tan absoluto que tenemos de la Providencia, que desemboca en la falta de Fe y Esperanza, es lo que invierte nuestra mirada hacia la preocupación por las cuestiones meramente humanas y la errada importancia que hoy en día se le da, como única resolución en nuestra existencia, a la vida práctica. Decir como aquí lo ha expresado Alcinoo, y aunque ya nadie lo crea, que es conveniente que el cuerpo entre al servicio del alma, que la vida práctica entre al servicio de la vida contemplativa del alma, procurando su alimento y fortalecimiento para que mediante ella pueda el hombre llegar a realizar la unión perfecta con el espíritu y conocer su auténtico Ser.

De ningún modo conviene al filósofo dejar de lado la contemplación sino siempre alimentarla e incrementarla e, incluso, transitar la vida práctica como algo secundario.

Tras referirse a los Principios –que dice es de lo que trata la Teología–, y analizar que las cualidades son incorpóreas, procede con la Phisica, que es la formación del Cosmos a partir de los Principios.

Para facilitar la comprensión de lo ya expresado y de lo que sigue, nos parece que resultará de gran ayuda lo que se dice en la entrada “Espíritu-Alma-Cuerpo" del Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos de Federico González Frías (no está la entrada completa sino una selección):

La doctrina tradicional considera una tríada de estados en el ser humano (espíritu, alma, cuerpo) a diferencia de los hombres actuales que después de Descartes han resumido dicha concepción en el binomio alma-cuerpo, dejando de lado el espíritu que es lo verdaderamente inmortal y atribuyendo al alma (ánima) lo que es éste.
Tradicionalmente el alma es el plano intermediario entre los dos polos de la creación, el superior y el inferior, el cielo y la tierra. En el Árbol cabalístico el espíritu correspondería al plano de Atsiluth y el cuerpo al de Asiyah siendo este junto al de Beriyah y Yetsirah los equivalentes al mundo intermediario, respectivamente el psiquismo superior y el inferior mucho más ligado a lo terrenal como el superior lo está al cielo.
En el hombre todo se da y se refleja en el alma, es decir, en su psiqué e intuición más elevada y en sus instintos bajos, ligados al psiquismo inferior, o sea a Yetsirah. Al mismo tiempo la parte más sólida y cristalizada se expresa por Asiyah, el mundo de la acción y la corporeidad: el continente de todas las emanaciones. Atsiluth es inmanifestado aunque incluya a la Unidad, que la Cábala considera como la primera determinación.
Beriyah es tomado como la manifestación informal mientras que Yetsirah es la manifestación sutil y Asiyah la más grosera.
Pero todo ello está en el alma, que es el camino del espíritu hacia sí mismo y el de la concreción signada por los cuatro elementos de la materia por lo más bajo.
El alma es el paso obligado hacia el espíritu como éste lo es hacia el No-Ser o verdaderamente infinito, por eso en el I Ching se habla de atravesar las aguas sean éstas las más bajas, las líquidas, como las más altas, es decir, las aéreas.
El espíritu es lo único permanente, todo lo demás fluye y se recrea (recicla) de modo perpetuo. Por eso, al contrario de lo que piensa la religión cristiana, el alma no es inmortal y todo ello se debe a una confusión entre los términos latinos ánima y spiritus. Las religiones cristiana y judía consideran al Ser universal como la instancia más alta en oposición a las metafísicas orientales dedicadas al supra Ser y lo supra cósmico. Al Ain Sof (No finito, en términos cabalísticos); al Brahma Supremo de la Tradición Hindú. Al Dios desconocido de todos los panteones.
En el caso de Platón que también dice que el alma es inmortal la cuestión es diferente pues él igualmente lo distingue en Fedón (107 d, 108 d y ss.).
Allí se habla del destino de las almas y se consideran tres clases de ellas, en el juicio post-mortem (siguiendo a los egipcios): a) las que van directamente al Tártaro, b) las que pueden salir de esa cárcel y establecerse sobre la tierra, c) y de éstos últimos los que se hayan purificado mediante el aprendizaje (ejercicio de la filosofía) que viven para todo el porvenir. Es decir que establece los tres mundos (cuerpo-alma y espíritu) y así el alma deviene espíritu (infinito) en virtud del Conocimiento con el que se identifica. El alma inmortal es en él un modo de llamar a lo que otros nombran espíritu (…).4

Continuamos con el Didaskalikos que, como decíamos, tras referirse a la Teología que estudia lo que concierne a los Principios, procede con la Física que trata lo concerniente a lo que procede de ellos. Así, habiendo formulado lo que consideró necesario sobre las Causas o Principios, viene ahora a expresarse sobre su proceder hacia los seres. Es la manera de explicar el génesis del mundo en lo que ahora nos adentra este manual de Alcinoo; este se describe aquí como la producción de un orden en el caos en que reposaba la Materia, adornándola con los números y la forma, diferenciándose entonces los cuatro elementos con los que se llenó toda parte del mundo. Para que fuese visible tomaron forma el Fuego y la Tierra, y por la divina proporción cuyo poder es el de unir los dos elementos en uno, tomó forma un tercer elemento, pero como el mundo no es plano sino esférico (es tridimensional o volumétrico), dice, este tercer e intermedio elemento hubo de manifestarse, no en uno, sino en dos poderes, que son el Aire y el Agua.

Hemos escogido traducir completamente, de entre todos los restantes capítulos, éste de geometría que nos imbuye en la belleza de "los sólidos platónicos", con los que El Gran Hacedor, o Demiurgo, se sirvió para la formación del Mundo.

Respecto a la Configuración del Mundo; y que cada una de sus formas es análoga al Mundo y a sus Elementos.5
Como las cosas de las que el mundo se compone son dos, a saber, cuerpo y alma, de los cuales el primero es visible y tangible, y la segunda invisible e intangible, por lo que el poder y la constitución de cada uno de ellos resulta ser diferente. Pues su cuerpo se genera a partir de fuego y tierra, y agua y aire. Estas cuatro sustancias el Creador del Mundo las juntó mientras que no lo estaban, Zeus las ordenó preservando el orden de los elementos; y les dio la forma de una pirámide, y la de un cubo y la de un octaedro, y la de icosaedro, pero, sobre todo la de un dodecaedro. Y en cuanto la materia asumió la forma de una Pirámide se convirtió en fuego, siendo esta la forma más penetrante y formada por la menor cantidad posible de triángulos, de manera que es la más atenuada; pero cuando tomó la materia la forma de un Octaedro asumió la calidad del aire; y por lo que la de un Icosaedro tomó la calidad del agua; a la forma de un Cubo se asigna la tierra, por ser la más sólida y estable; pero hizo uso de la forma del Dodecaedro para el Universo.
Pero más que todo esto era el Plano (bidimensional y lo primero visible), que es de la naturaleza de un Principio, ya que los Planos son anteriores a los sólidos (tridimensionales). Y de la naturaleza de un Plano hay, por así decirlo, dos progenitores, los más bellos, en la forma de triángulos rectángulos (con un ángulo recto, de 90°); uno, el Escaleno:



fig. A


y el otro, el Isósceles (de dos lados iguales); el Escaleno (fig. A) que tiene un ángulo recto (90°), otro ángulo igual a dos tercios de un ángulo recto (60°), y un tercer ángulo que es igual a un tercio del ángulo recto (30°). Este Triángulo es el elemento del que se forman la Pirámide:



fig. B


el Octaedro:


(fig. C)


y el Icosaedro:

(fig. D)


La Pirámide que consta de cuatro triángulos equiláteros, cada uno de los cuales está dividido en seis triángulos Escalenos como se ha dicho ya;

(fig. E)


el Octaedro (fig. C) de la misma manera, está formado por ocho triángulos, cada uno de los cuales está dividido en seis Escalenos (fig. E); y el Icosaedro, de igual manera, de veinte. Pero el otro Triángulo, el Isósceles, se convierte a la forma constitutiva del Cubo,



(fig. F)


ya que cuando cuatro de ellos se juntan hacen un Cuadrado



(fig. G. 4 triángulos isósceles en un cuadrado)


y de seis Cuadrados de este tipo está formado un Cubo. Sin embargo, para el Universo la deidad hizo uso del Dodecaedro

(fig. H)


por lo que se ven (en el cielo) las formas de doce animales en el círculo zodiacal, y cada una de ellas se divide en treinta partes; muy semejante al dodecaedro (fig. H) que consta de doce pentágonos que se dividen, cada uno de ellos, en cinco triángulos (Isósceles),


(fig. I)


de modo que, como cada uno de éstos consta de seis triángulos (rectángulos), se encuentran en el todo el Dodecaedro trescientos sesenta triángulos, tantos como las partes del Zodíaco (12x30= 360). La Materia pues, habiendo sido modelada en estas formas por la deidad, era movida, en un primer momento con gestos poco definidos, sin un orden, al que sin embargo fue reducida posteriormente por la deidad al someterlas todas a una proporción entre ellas. Estas cosas, de todas formas, cuando están separadas, no permanecen en reposo, pues tienen una incesante agitación que comunican a la Materia, de donde, al estar rebotando en la circunferencia del Mundo, son conducidas con ella; y, mientras esto ocurre, son llevadas una contra otra, las partículas más finas van hacia los lugares más extremos; de modo que no queda ningún vacío desprovisto de un cuerpo; y como esta desigualdad es continua, nace una agitación; por la cual la Materia es sacudida por estas partículas y éstas por ella.

Todos estos cuerpos, dice Alcinoo, los introduce Platón para explicar en el alma su potencia:

Que el mundo fue generado no quiere decir que hubo un tiempo en el que no había mundo ya que es eternamente generado, y manifiesta algo como causa que es anterior a su constitución, el Alma es la que le da el orden, por ello es como si surgiera o amaneciera de un largo sueño, por lo que el mundo es algo vivo e intelectual puesto que la deidad quiso hacer la mejor de las obras.

Seguirá exponiendo cómo Platón introdujo el concepto del Alma del Mundo tocando los poderes que se exhiben en ella, puesto que todo existe por el Alma, donde están depositados los principios de todas las cosas:

Con el fin de que, al contemplar cada una de las cosas que caen bajo ella, en función de su afinidad y proximidad, debemos representarnos su ser en armonía con sus actos.

Este mundo que percibimos por los sentidos es la imagen de una realidad que así es como se manifiesta en la forma, expresándose en lo alto con las esferas que pueblan los cielos y en los que se distinguen dos mundos según los tipos de movimientos: el de lo igual y el de lo diferente. Hay en el mundo de lo igual, con indefinidas esferas en sumo orden, un único movimiento circular, constante, eterno, que sin división todo lo abraza, a imagen de lo Igual, que es Uno. Hay otro movimiento, el de lo diferente, que abraza las partes divididas y está marcado por las siete esferas de los planetas errantes.

La esfera de Saturno es la que más se alza y más lentamente se mueve, como participando del movimiento de lo Igual y también del de lo otro o lo diferente, algo menos se alza Júpiter y luego Marte, siendo la esfera del Sol la que lidera todo el movimiento y la Luna en segundo plano, formando ésta el primer círculo desde la tierra, el segundo, dice que está formado por Lucifer (así Venus) y el tercero por la estrella de Hermes. La disposición de estas dos últimas esferas no siempre es la misma y se encuentra invertida en ocasiones.

Y todos estos son seres vivos y con intelecto, y dioses, con forma esférica.

Cada cuerpo manifiesta en la forma su esencia anímica, el mundo perceptible muestra la imagen del mundo anímico ya que es este el que le da la forma según la Idea como ya se ha visto. Los cuerpos celestes son las imágenes de las divinidades y se mueven conforme al empuje que de ellas reciben, por ello, en su contemplación es posible que se revelen los misterios del cielo, pues las imágenes son manifestaciones sensibles de la Idea.

De los démones dice que son dioses creados según los elementos, algunos son visibles y otros invisibles, de manera que hacen llegar la vida a todas las partes del mundo. Su dominio está entre la Luna y la Tierra.

La creación del mundo de la concreción material viene por acción del Demiurgo, y en ella también el hombre tiene parte. Habla de la formación material como si de un préstamo se tratara, pues toma del Principio material, o Matrix, del que se ha hablado más arriba, la substancia y la vierte en las formas dando cuerpo al mundo, aunque esta materia que está dentro de la forma, al perecer el ser formado, ella vuelve a su Principio increado. Para la formación del hombre, la raza más cercana a los dioses, el Artífice bajó almas en igual número que estrellas y asignó una de estas estrellas a cada hombre, de manera que cada uno de ellos debe unirse a su estrella mediante el control de las afecciones mortales, y el que no lo consiga renacerá a un estado inferior. Estas estrellas son el espíritu, o lo eterno e inmortal en el hombre, que en la formación de lo corpóreo del ser humano ha dejado una huella en su alma, la que producirá la remembranza por la que el hombre se vuelve hacia su origen.

En unos capítulos más adelante vuelve a recordar y aclarar la forma tripartita del alma:

Los dioses, que formaron la raza de los mortales, después de que estos recibieran, como ya hemos visto, su Alma de hombre, le añadieron a ésta dos porciones mortales.

Y más adelante,

el Alma es tripartita de acuerdo a sus poderes.

Continúa el Didaskalikos, con temas y argumentos del Timeo, como la formación de los órganos del cuerpo y su función anímica, los sentidos, su relación, participación y afinidad con los elementos y las causas de la enfermedad. Y a través de la corruptibilidad de los cuerpos presenta la incorruptible naturaleza del alma y por tanto su inmortalidad y su poder de inteligir lo eterno.

Finalizamos con algunos apuntes breves de lo tratado en los restantes acápites, que como en los previos, no se observa pretensión alguna de una originalidad, tal como se entiende esta palabra hoy día, con una intención de que el individuo sobresalga; ni hay tampoco intención de quitar ni añadir nada a la obra Platónica. Su interés como el de cualquier adepto al Conocimiento está en el fondo, en la esencia, lo eterno e invariable, y no en la forma que, si cambia, debe ser precisamente para mantener el mensaje intacto, es decir, cambiará para que mejor sea comprendido, según las transformaciones sufridas por el lenguaje y mentalidad de las gentes en el devenir de los tiempos. Así Alcinoo, como deja dicho al final de este escrito, toma algunos puntos y les da un nuevo orden, otra luz, que quizá resultara necesario o conveniente para facilitar el acceso al Conocimiento a los humanos de su tiempo o posteriores, que se interesaran en él.

Sobre el destino y la propia voluntad o libre albedrío se menciona que aunque todo esté en el Destino nada está predestinado, de manera que hay una ley de acción-reacción pero cada cual elige actuar o dejar de hacerlo.

Sobre el Bien, recopilando de los diferentes escritos donde Platón lo menciona, escribe:

El bien que es más honorable y el mejor, lo concebía como difícil de descubrir, y para aquellos que lo descubrieron no es seguro hacer su exposición antes que todo lo demás. Fue ante muy pocos de sus más allegados conocidos, y con aquellos que previamente lo intentaron, con los que compartiera sus exhortaciones sobre el Bien. Aunque si alguien toma cuidadosamente sus escritos, (este dirá que) él ha depositado nuestro bien en el conocimiento y la contemplación del Bien Primario, que la gente llama Dios y Primera Mente. Pues todas las cosas, que de alguna manera el hombre considera que son buenas, reciben esta apelación por una participación en este bien primario y más honorable, del mismo modo que lo dulce y lo caliente reciben su apelación de acuerdo a su participación en su principio; pero de lo que está entre nosotros, únicamente la mente y la razón llegan a asemejarse a lo muy (bueno), pues nuestro bien es algo honorable y venerable y divino y amable y simétrico, y llamado de alguna manera felicidad; pero de las cosas que muchos dicen que son buenas, así como la salud, y la belleza, la fuerza, la riqueza, y todo lo cercano a esto, no tiene, aun todo junto, nada bueno, a no ser que su uso sea desde la virtud; ya que separados de ella tienen únicamente rango material y existen como malignas para aquel que se sirve de ellas de forma maligna...

Y así concibe que el bien reside únicamente en lo divino. Lo material, lo único que le interesa a este hombre de hoy, es por sí mismo y separado de la virtud, maligno o diabólico dice el texto. Estas palabras y todas las de los escritos sagrados hablan de la verdad y del bien, de donde éste reside y de la felicidad; uno no puede más que sorprenderse de lo alejado que de ello se encuentra el hombre contemporáneo; éste ni cree, ni le interesa, ni se le pasa por el pensamiento que la Sabiduría viene revelándose desde tiempos inmemoriales, siempre, y en todos estos textos se mencionan estas épocas oscuras en las que nos ha tocado vivir, avisando a los hombres de este tiempo, del dolor e infelicidad producidos por la ignorancia que reina y la manera de salir de ella.

La Virtud es el medio por el cual el alma se hace perfecta y el hombre semejante a los dioses, así dice:

La virtud es una cosa divina, es ella misma parte constituyente en la perfección y lo mejor del alma.

Entre las virtudes están la Prudencia, la Fortaleza y la Templanza, ligadas en el equilibrio de la Justicia:

La Justicia es un cierto acuerdo entre las partes del alma, es un cierto poder por el que las tres partes del alma se ponen de acuerdo y se armonizan entre ellas realizando cada una su cometido según su valía, luego una combinación total de las tres virtudes, Prudencia, Fortaleza y Templanza.

Considerando la brevedad de este tratado de Alcinoo sobre la obra de Platón, no deja de constatar, al igual que éste hiciera, que el acercamiento a las Virtudes es un acto voluntario y el acercamiento a los vicios un acto involuntario, pues el acercamiento hacia una enfermedad no se hace voluntariamente, aunque puede venir del padecimiento de otra enfermedad como es la desinformación, o lo que venimos llamando ignorancia. Hace una diferencia así entre el que sufre de un defecto por debilidad o el que se acerca y actúa con alevosía.

La "amistad" viene a definirla como que es un sentimiento recíproco de que a ambos les vaya bien.

Las formas de gobierno, las mismas de la República de Platón, están igualmente en concordancia con las tres partes del alma, luego el mejor gobierno será aquel cuyos gobernantes posean la Sabiduría, es decir, que hayan alcanzado los grados de conocimiento más elevados.

Ahí también Platón se refiere a que lo más conveniente es que los gobernantes sean filósofos y contemplativos del bien primario; Porque sólo ellos administrarán todas las cosas correctamente; Pues nunca los asuntos humanos están libres de males a no ser que los filósofos se conviertan en reyes, o aquellos que son llamados reyes, se conviertan, por alguna asignación divina, en verdad filósofos.

En el capítulo 34 es tratado muy brevemente algo de lo que Platón escribiera en el Sofista, y aunque toca muy por encima la disertación que hiciera este autor entre el ser y el no ser, sí sigue en boca de Alcinoo la crítica a los sofistas, seres que abundan en nuestros días; de ellos dice que están más interesados en el pago que reciben de los jóvenes y en intentar parecer una persona de buenos logros corporales y mentales, que en serlo realmente. También se distingue el sofista de los filósofos en que éstos últimos tratan de lo que siempre es y no cambia de estado, mientras que los sofistas se ocupan de lo que no es, retirándose a un punto difícil de ver debido a su oscuridad. Siendo que, lo que es y lo que no es, no se niegan entre sí, pues siempre que algo es, implica un no es. Este tipo de crítica es más bien una aclaración importante para que el interesado en el Conocimiento no se deje embaucar por cualquiera que se autodefina como Sabio o conocedor, y de esta manera perderse sin llegar a alcanzarlo.

Basándose en la analogía de todos los planos de la Creación, Alcinoo expone la estructura y funcionamiento de este Cosmos visible como guía necesaria para ordenar la inteligencia en la realización del conocimiento del Cosmos invisible, poniendo fin a su escrito señalando la puerta e invitando a traspasarla a aquel que quiera o sienta la necesidad, pues no es sino uno mismo, trabajando consigo mismo, que por la Gracia puede realizar el Conocimiento de Sí Mismo:

Por lo tanto, basta con lo dicho para una introducción a la doctrina de Platón; de la cual una parte se ha explicado de forma ordenada; pero otra de manera dispersa y sin orden; por lo que está en la mano de quienquiera, convertirse en contemplativo e investigar el resto de su doctrina siguiendo de igual manera.
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NOTAS
1 Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Federico González Frías. Editorial Libros del Innombrable, 2013.
2

Para una más amplia definición de la Teología según la entiende aquí Alcinoo remitimos también a Proclo, que en su Teología Platónica nos habla de ella como una introducción a los “misterios divinos” (mystagogia), de los que tratan los “misterios órficos”, cuya doctrina nutre precisamente la filosofía platónica, así como la pitagórica. Se trataría entonces de una verdadera Ontología siempre abierta a la Metafísica, distinguiéndola así de la Teología en el sentido que este término tiene en el ámbito del exoterismo religioso. En el prefacio a la Teología Platónica Proclo afirma que tratará “de los dioses, tanto hipercósmicos como encósmicos, que han sido celebrados (...) en los escritos de Platón, relacionando su estudio con las clases universales de la jerarquía divina”.

3

Sobre lo que significa la “Materia” y la “Primera Causa” desde el punto de vista de la Ciencia Sagrada, y como sinónimos de la Substancia y la Esencia universales, respectivamente, sugerimos al lector la lectura de los tres primeros capítulos de El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, de René Guénon.

4

http://diccionariodesimbolos.com/espiritu_alma_cuerpo.htm#diccionario

5

Se han añadido los paréntesis y las figuras para facilitar la comprensión.

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