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Con motivo de la reedición por parte de la editorial "Libros del Innombrable" de 4 libros de Federico González Frías: El Simbolismo de la Rueda, El Simbolismo Precolombino, Hermetismo y Masonería, y Las Utopías Renacentistas1, tuvimos la suerte de asistir a la presentación de estos libros en Barcelona y Zaragoza (19 de mayo en librería Alibri, Barcelona y 25 de mayo en el ámbito cultural de El Corte Inglés, Zaragoza), aquí reseñamos algunas de las cosas que allí se dijeron. En primer lugar tomó la palabra el editor, Raúl Herrero, que resaltó el gesto siempre generoso del autor hacia él y para con la editorial, la cual ya cuenta con un buen número de obras publicadas del mismo Federico así como de sus colaboradores cercanos. A continuación toman la palabra los colaboradores de SYMBOLOS, por orden de intervención: Toni Guri, Francisco Ariza, Lucrecia Herrera y Mireia Valls. El acto, más bien rito, fue una actualización del triple gesto de las Gracias: dar, aceptar y devolver, y de la presencia viva de la obra de Federico. El Simbolismo de la Rueda Toni Guri inició el discurso abriendo la puerta de la Belleza como expresión de lo verdadero, esta Verdad es la que se revela en los textos de Federico, y esta Belleza de la que se está hablando incluso se había manifestado, en este caso de forma tangible, en la edición de las obras. Se dio el testimonio de la propia experiencia, del hallazgo, que gracias a la azarosa Providencia, supuso el encuentro con El Simbolismo de la Rueda, cuya lectura supone un cambio en el punto de vista del mundo y de nosotros mismos, es por ello que se afirma que es un libro actuante, y es a través de los símbolos, tal como es el caso de la rueda, cuya estructura es obvia: una circunferencia y un punto central que la genera, y que por otro lado está presente en todo cuanto nos rodea, si bien hay que tener muy en cuenta que el centro no necesita a la circunferencia, mientras que esta última no sería posible sin ese punto que la ha generado. El símbolo no nos habla de algo ajeno a nosotros mismos, aunque hay que despertar la memoria de lo que es. Al hombre todo le ha de ser enseñado.
El mundo moderno sólo atiende a la llanta de la Rueda, como si tuviera realidad por sí misma, o lo que es lo mismo, al movimiento por el movimiento, sin percibir el eje o centro que le da existencia y ritmo. La Tradición, la Tradición Hermética en nuestro caso, se expresa a través de los símbolos y permite la realización de la Utopía, idea presente en toda la obra de Federico, como una posibilidad actual, una construcción de las Ideas arquetípicas que siempre han sido. Hermetismo y Masonería Francisco Ariza continúa con el discurso, en torno al libro Hermetismo y Masonería, y describe al autor como un auténtico hermeneuta, el cual entregó su vida al Conocimiento, y quien se entrega a la Verdad, lo que obtiene es la Sabiduría. La entrega se vive como un proceso interno y vertical de transmutación, y que al igual que cambiar la piel, puede ser muy doloroso. Conocer no es simplemente acumular datos, conocer en francés es connaître, o sea co-nacer, volver a nacer, nacer al Ser. La razón es un instrumento para conocer el Intecto no un fin en sí mismo. Retoma la idea de Belleza, que en el Árbol de la Cábala es la sefirah Tifereth, situada en el eje central, y corazón del Árbol, lo que se asocia con la idea de que hay una vocación de artistas, en su sentido más alto, el de recrear la Creación. Gesto por el cual unir todo tu ser a un eje único, en primer lugar para ser Hombre, conocer la genealogía de los antepasados, y más allá la genealogía celeste. Todo ello se dice en relación a que Federico plasmara en este libro, la historia de la Tradición Hermética, de la cadena áurea, ya que nadie antes que él lo había realizado, posibilitando la actualización del mito, de una suprahistoria en sentido vertical, que enlaza con el origen de nuestra cultura y civilización. Nada hay más actual que Conocer.
El ser humano es también un intermediario, por tanto un transmisor al completar el gesto de las gracias, devolver lo recibido, y que en última instancia es también entregar lo mejor de nosotros mismos, que no es sino el Conocimiento y el Ser. El Simbolismo Precolombino Cruzado el umbral, Lucrecia Herrera refiriéndose al libro El Simbolismo Precolombino, lee el texto guaraní que lo abre:
Todos estos libros son expresión de una Tradición Unánime, y nos abocan al Misterio, al No-Ser, origen del Ser, del sonido o Logos espermático, y a la posibilidad de reconocer al Sí mismo en el Sí mismo. La función del Hombre es unir Cielo y Tierra, sólo tiene un mandamiento "Amar a su Padre sobre todas las cosas". Reconocer le da al hombre la posibilidad de comprender en su corazón el Universo entero. Esta visión sagrada era compartida por todas las culturas precolombinas, manifestándose en formas muy disímiles, aunque compartiendo un origen común: se consideraban descendientes de la Atlántida, hecho presente en la memoria de sus mitos y cosmogonía. Un ejemplo es el caso de los aztecas cuyo origen era Aztlán (Atlántida), su dios Huitzilipochtli les había revelado donde debían detenerse en su migración: una isla donde encontrarían un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente, esta imagen es el símbolo del centro o eje, sacralizando el espacio y el tiempo. Igualmente se hace presente el héroe civilizador, representado en la figura Quetzalcoatl, Kukulcán, Viracocha, Gucumatz.... el Hermes clásico, el Thot egipcio... , guía divino, instructor, revelador, dador de la Palabra. Conocedores de su función como hombres vivían en un asombro permanente, donde todo estaba vivo, y era significativo, los calendarios manifestaban su Cosmogonía y estos regían todos los aspectos de su vida, que de este modo constituía un rito. Se nos invita a penetrar, libres de prejuicios, en la simbólica de estas culturas. Las Utopías Renacentistas. La presentación finaliza con la intervención de Mireia Valls, en relación con el libro Las Utopías Renacentistas, centrándose en la idea de Utopía, implícita en toda la obra de Federico al darnos, a través de la palabra, la posibilidad de realizar el Ser universal, y también de forma grupal, al legarnos unas construcciones intelectuales para que así sea. El libro nos sumerge en un espacio que es real, aquí y ahora, pero es invisible, pertenece al ámbito del pensamiento, aunque se haya expresado en diferentes tiempos y lugares, son las Ideas vehiculadas las que fecundan al Intelecto y permiten vivificar esta Realidad. La Utopía es la expresión del Universo. Como género literario florece en el Renacimiento, momento en el que también hay un resurgimiento de la Tradición Hermética a través de distintos autores que escriben y vivifican estas ideas perennes, que conocen estos mundos invisibles. A través de la palabra recorremos los distintos ámbitos, capítulos del libro, en los que se revela la transmisión de un "colegio invisible" a través de esta simbólica que hace posible que podamos vivir esta Utopía, esta Realidad.
Para nosotros la Utopía es una Realidad: encarnar el Ser para vivificar el Misterio del No-Ser. La aventura más extraordinaria. |
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NOTAS | |
1 | Para una descripción más detallada de los libros y referencias bibliográficas se puede visitar la página: Federico González: Alquimia, Metafísica y Tradición Hermética. |
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