Con respecto al libro que nos ocupa actualmente diremos que muchos son los temas que trata, pues no sólo se limita a dar una versión actualizada de la teoría musical tradicional (Pitágoras, Platón, neoplatónicos, etc.) lo que ya sería una gran realización, sino que a través de la aparición de estas ideas en la Historia, particularmente en Francia (1750-1950), se investiga el origen mismo del pensamiento esotérico y hermético que las ha concebido manifestándose en obras y autores lo suficientemente cercanos como para ser sumamente actuales y advertir en ellos proporciones, armonías y ritmos, entre los que vivimos, y que constituyen, en suma, la música misma, considerada como un espejo del cosmos entero. Y del mismo modo que los trabajos históricos de Frances Yates establecen con claridad no sólo la seriedad de los planteos herméticos, alquímicos y rosacruces, y su grandísima importancia histórica, esta obra nos demuestra que este pensamiento no ha dejado de estar vivo en Occidente hasta nuestros días, expresándose también de modo musical. Desde la apreciación dedicada a Isaac Newton y la corrección de la leyenda atribuída a Pitágoras respecto a la proporción 6:8:9:12, por la de sus cuadrados 36:64:81:144 y las consecuencias que saca posteriormente de este "descubrimiento" newtoniano, hasta Eric Satie, Edmond Bailly, Jean Thamar (y otros autores influenciados por René Guénon, del que se mencionan especialmente los artículos aparecidos en La Gnose 1910-12), pasando por Wronski, Fabre d'Olivet y Saint-Yves d'Alveydre, este libro nos lleva de sorpresa en sorpresa por una senda de descubrimientos, tan alegre, sonora, y medida, como el estilo mismo en que está escrita la obra, lo cual le agrega aún más mérito cuando se sabe que el autor, de origen inglés, ha escrito estos textos directamente en francés. F. G.