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En
los tiempos actuales las grandes ciudades del mundo siguen creciendo a
pasos agigantados mientras por otro lado se achican sus valores, y sus
comunicaciones con trato directo y personal para dar más espacio
al trato laboral, la comunicación telefónica, virtual y comercial.
Pero escarbando un poco en relaciones más primitivas, podemos pensar: ¿qué es lo que nos queda de aquellas antiguas costumbres? Y quizás nuestra respuesta se asemeje a actividades tales como soñar cuando dormimos, hacer el amor, comer y tratar de respondernos autopreguntas universales como de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde vamos. Pero es en estos tiempos y medios, donde por lo mismo se manifiesta una crisis medicinal en aspectos físicos, mentales y espirituales. Los médicos, psicólogos, psiquiatras y pseudo religiosos son quienes presiden esta crisis sin dar soluciones en estos tiempos en que su actividad no parece dar respuestas que resuelvan este problema. Así es tal la necesidad de la gente, que vemos cómo crece el consumo de libros y programas de televisión sobre autoayuda, religión, chamanismo, etc. desde las pequeñas librerías barriales hasta en los centros comerciales más reconocidos en los países y en el mundo. Muchos de estos libros no sólo muestran a la gente otra dimensión de vida, sino también ese otro lado sobre el cual se puede manejar este otro plano ordinario en el que vivimos. Al entrar en el tema chamanismo, especialmente el sudamericano, se tocarán temas tabúes para Occidente como el uso de plantas sagradas, tales como Peyote (Lophopora Williamsii), aunque ésta pertenece al territorio mexicano, Ayahuasca (Banisteriopsis Caapi), San Pedro (Trichocereus Pachanoi), Wilca (Piptadenia Macrocarpa) y Tabaco (Nicotiana Rustica). La falta de información sobre el uso medicinal y ritual de estas plantas en general, fascinará al lector y en muchos casos, éste querrá acceder a esos estados modificados de conciencia para satisfacer su curiosidad y buscar solución a sus problemas. Claro que el trabajo con estas plantas entre otras no es cosa fácil, pues un uso adecuado, es decir, en su forma tradicional, requiere mucho trabajo consistente en preparaciones del cuerpo y la mente. Y quizás por esto es que mucha gente se siente defraudada al desear tanto esta experiencia, cuando finalmente encuentran una experiencia psicodélica tras la cual su vida continúa igual que antes, aunque con una alteración profunda en su pasado no muy diferente a lo ya experimentado en el uso profano de sustancias sagradas o no. No es cuestión de sentarse en una montaña, tomar la planta y esperar que aparezcan dioses conocidos por nuestra cultura o elaborados por nuestra mente a clarificarnos todo. Hoy día mucha gente se toma su tiempo de vacaciones, en el cual buscan una experiencia sagrada. Quien se acerque a lugares ya famosos como los Andes o la Amazonía, recibirá hasta con cierta demanda varios tours chamánicos ajustados a su medida, intereses y monto económico disponible, del cual la empresa turística se quedará con mayor porcentaje que el que recibirá el curandero (real o no) que acepte convidar la planta a cada participante en la ceremonia. Son muchas las posibilidades de comerciar lo sagrado, lo vemos en las famosas religiones y en otras más pequeñas también. Esto ocurre con todas las cosas, y más aún en tiempos en que lo sagrado, lo "primitivo" e iniciático no ha tenido cabida en el mundo competente, ambicioso y acelerado de Occidente. Entonces, esto, más la deformación del uso sagrado de plantas relacionada con el punto de vista occidental del tema droga, no sólo subestima tales prácticas, sino que las torna más rentables contra esa minoría que da todo lo que pueda para hacer lo que autores como Carlos Castaneda han dicho a sus lectores, aunque sin pistas para continuar tal camino. Esa es en cierto modo la situación actual del chamanismo sudamericano que se encuentra en medios mestizos y urbanos. Gran parte trabaja de esta manera, y otra parte más difícil de conocer, aún emplea su sabiduría de manera menos comercial y más tradicional. Veamos dos ejemplos:
Luego de la ceremonia parecería que eso les gustó, y entre esos dogmas y ritos de indio de película parecen satisfacer su búsqueda enteógena-espiritual. Este grupo dice depender de la ya famosa Native American Church, que fue traída a Sudamérica por un mexicano. Antes de la toma de la planta, realizan una práctica llamada temascal, la cual consiste en introducirse dentro de una carpa, en la que se encuentran piedras al rojo vivo situadas en el medio de la misma, dentro de un hueco en la tierra que representa la garganta de la tierra. Sobre esas piedras se hecha agua, la cual creando un vapor que envuelve a todos los participantes hace llegar el ambiente a una temperatura tan alta que logra un estado modificado de conciencia muy interesante. Esa es una antigua práctica de los aborígenes norteamericanos. Luego viene la toma de la planta, en otro ambiente preparado para esto en el cual se ubica una fogata en el medio. Para esto ya se habla del precio sugerido, sabiendo que la mayoría de la gente asiste más que por el temascal por la toma de la planta. El San Pedro, que una vez preparado es de consistencia sólida casi como la de la miel, siempre lo he visto tomado en dosis de medio a un vaso entero. Esta preparación (según ellos sin aditivos) en esta ceremonia se tomaba en una medida muy pequeña como se toma la ayahuasca. Su sabor de hecho era como el de la ayahuasca, pero su efecto un tanto suave era como el del San Pedro y un tanto como el de la ayahuasca, aunque según ellos era sólo San Pedro. Personalmente percibí gato encerrado. Luego de una ceremonia de unas catorce horas, recién se autoriza a irse a los participantes recordándoles a los que no pagaron que regresen a hacerlo en cuanto puedan.
En la cuenca amazónica también hay ciudades de intenso turismo, donde los turistas pueden acceder en su programa turístico a sesiones de la famosa y poderosa liana amazónica, ayahuasca. Ejemplo: "trekking y observación de flora y fauna exótica en parque nacional. Navegaremos por los afluentes del río Napo llegando a la comunidad tal de nativos Wittoto, en la misma se participará de una sesión de ayahuasca (opcional). El precio no incluye el ticket de entrada a la comunidad." Este es un tipo de texto que ofrece un programa muy común en lo que las agencias pueden ofrecer a sus clientes. Claro que fuera de las ciudades y circuitos turísticos existen chamanes en las comunidades y cumplen un papel esencial en el medio social que habitan, donde la gente recurre a ellos para que les dé recomendaciones para tomar decisiones difíciles, al no encontrar respuestas a sus problemas, para obtener poder físico, mental y espiritual y para curar enfermedades que requieran el uso de plantas o no.
2) En la selva ecuatoriana conocí a un nativo Shuar (conocidos también como Jívaros aunque ellos repudian ese nombre porque pertenece a un chancho de la selva, y se lo pusieron los españoles despectivamente a esta guerrera etnia), que me llevó a conocer su casa y su familia. Allí hablar de ayahuasca era tan común como hablar del estado del tiempo. De hecho, así de la nada me dijeron que en algún momento de mi estadía la tomaríamos juntos. Nada de esto implicaba pagos previos ni posteriores. ¿Cómo ellos iban a vender lo que les habían dejado sus padres, sus antepasados, su madre naturaleza? Lo sagrado no es comerciable para ellos, usar dinero para los gastos que implica es otro tema, aunque en este caso en la selva no hacía falta dinero ni para prepararla ni para tomarla. Sólo se requiere de conocimiento, tiempo y trabajo. La mujer de este amigo Shuar estaba enferma, con muchos síntomas desagradables un tanto parecidos a la malaria, entre ellos pinchazos tipo agujas en la cabeza mientras sentía el olor de la malicua como llaman ellos al floripondio (Brugmansia Suaveolens), lo cual lo atribuía a un mal que le habían hecho. Pero ellos, grandes conocedores de la malaria, aseguraban que no era eso. La propia enferma afirma que los remedios que le habían ido a comprar al pueblo por orden de un médico no le habían servido, sino lo contrario, la hacían sentir bastante peor. Y comentaba que la ayahuasca no sólo la hacía sentir realmente mejor, sino que la curaba y hasta le mostraba qué era lo que la hacía sentirse mal. De hecho cuando la conocí decía estar mucho mejor que antes, y cuando me fui de la comunidad ya estaba dada de alta por su tío, quien era médico vegetalista. Término usado en la Amazonía para designar a quienes conocen los remedios de ese pulmón del mundo. Todo este tipo de afirmaciones etc. y uso de la ayahuasca lo viven todos los Shuar en general, incluso niños preadolescentes guiados por sus padres o el encargado del tema. Estas son partes de las realidades del chamanismo actual. Los que están más actualizados y relacionados con el mundo moderno, aprovechan el hambre de experiencias sagradas del que es víctima el hombre occidental y así encuentran una forma de lucro bastante efectiva. Claro que los mayores beneficiados económicamente son los intermediarios de las agencias de turismo. Esto cuando no se trata de pseudo chamanes que se ofrecen con volante en mano ellos mismos sin intermediarios, muchas veces a precios similares a los de las agencias turísticas como es el caso de una señora rubia que ronda las calles de la ciudad del Cuzco con fines de lucro. La experiencia chamánica es una experiencia inciática, en la cual es necesario morir simbólicamente para renacer. El chamán muere varias veces hasta formarse como tal, incluso varias veces teme quedarse en el mundo de los espíritus para siempre. Para atravesar esas etapas es imprescindible perder el miedo y tornarse valiente para afrontar cada una de las hazañas a las que se aventura. Es quizás en parte por esto que los psiconautas de nuestro contexto cultural muchas veces no encuentran lo que creyeron que encontrarían en la experiencia chamánica. Nuestros psiconautas se inician en el uso de sustancias sagradas en una búsqueda hedonista en muchos casos, y como consecuencia, esta práctica deriva en la iniciación chamánica. Esta experiencia es la que asusta a muchos que jamás supusieron dedicar tanto esfuerzo para dar con esto, y que el comienzo sea por las tinieblas, de la misma manera en que Jesucristo descendió a los infiernos para luego ascender a los cielos. A causa de esto entre otras cosas, la búsqueda de los integrantes de nuestra cultura queda interrumpida por el miedo. Especialmente en lo referente al uso de ayahuasca y hongos sagrados (Stropharia Cubensis, Psilocibe Sp. etc.) Nuestra búsqueda no tiene nada de malo, pues ha
existido siempre en toda la historia de la humanidad en el planeta entero.
Nuestro problema es la falta de educación sobre el tema, por lo
cual nuestra aproximación a los estados alterados de conciencia
muchas veces resulta catastrófica derivando al abuso de drogas,
tanto las legales como las ilegales, concluyendo en empeorar las formas
de vida, cuando estas sustancias siempre han cumplido la función
de dar claridad a las vidas de quienes las usen, y en las de quienes el
chamán pretenda ayudar.
Otra experiencia en el relacionarse con el chamanismo, es muy diferente a la búsqueda de los propios chamanes. Ya resignado por llegar siempre a comerciantes, uno finaliza la búsqueda de lo que parece imposible. Pero la toma continua de plantas en la participación de actividades sagradas, hace que la propia planta nos vaya enseñando sobre el conocimiento que se adquiere en el otro mundo, suponiendo que existe un mundo paralelo a este en el cual extraemos conocimientos para aplicarlos en este otro mundo material. Es así como personas iguales a nosotros (occidentales) terminan conociendo bien esta disciplina y por lo mismo van formándose como maestros del uso sagrado de plantas. En casos así, esa resignación nos puede llevar a conocer a un occidental en el cual no depositamos ninguna especulación sobre temas chamánicos, y junto a esta persona tomar una y varias veces una planta de poder en lugares sagrados. Así poco a poco nos damos cuenta que se trata de un curandero, comprendiendo de esa manera (con lo poco que hay para razonar sobre esto) que el chamán que aparece en la vida de uno, aparece cuando uno menos se lo espera y cuando menos lo busca, para transformarnos en un ambiente tranquilo sin la agitación de las especulaciones y cantidad de inquietudes que a uno lo llevan en la búsqueda de esto. Esa es la situación actual en la que el que busca parece que no encuentra lo que busca, por lo menos a corto plazo. Es posible que quien parta en búsqueda de esta gente hacia los sitios donde surgieron y aún se hallan, encuentre algo que en parte cambie su vida, como también es posible que no encuentre más que a la plaga de comerciantes que hay entre todos estos temas. También es posible que esa búsqueda pueda satisfacerse en la ciudad occidental en la que uno habita, donde hay personas que guardan en su interior el conocimiento que les fue concedido a lo largo de sus experiencias sagradas y ya están capacitados para compartir esto con los neófitos que se les acerquen. Así son las cosas en este planeta de la relatividad, donde la especulación egoísta y la ambición no dan en el blanco sino que en el tiro errado se golpean fuertemente para asumir un compromiso desde las tinieblas opuestas al hedonismo. El chamanismo sudamericano aún existe, desde la profundidad más impenetrable de las selvas hasta en los centros urbanos menos sospechados. Afrontando discriminación, incomprensión y otras injusticias que hoy maneja el mundo imperante. Que continúe existiendo es realmente increíble, dando a entender que su papel es esencial para la salud humana, ya que viene desde el tiempo prehistórico como primera manifestación religiosa que haya expresado la humanidad hasta nuestros días.
1 - Comentaba un nativo americano que el hombre blanco va a la iglesia a hablar sobre dios, mientras que el indígena va a su sitio de trabajo chamánico a hablar con dios.1 2 - Por otro lado un nativo y amigo Shuar llamado Manuel Chuintantich comentaba que: del bien se aprende lo bueno y lo malo, y del mal se aprende lo malo y el bien.2 |
NOTA | |
* | Jorge S. Gallardo es un joven argentino que nos cuenta sus experiencias desde Quito, año 2002. |
1 | Quizás porque dios no es un ser específico, sino la totalidad del universo que se observa en la experiencia chamánica. |
2 | Y quizás el bien y el mal no existen, sino que quizás existe el equilibrio, sobre el cual no hay duda que Occidente se encuentra lejos, muy lejos. |
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