LA VACUIDAD DEL CONOCIMIENTO Y LA MEDITACION
CARLOS E. BLANCO COLE *
 

El quehacer iniciático no suma, sino resta

Sabemos que la búsqueda que realiza el Iniciado es, hablando simbólicamente, como nadar contra corriente, parecido al viaje que hace el salmón al final de su vida, retornando a la fuente de su origen.

Esta forma de contracción o síntesis es operativizar el Conocimiento Doctrinal acorde con la idea tradicional de "reunir lo disperso'', por tanto, debe hacerse un trabajo orientado "de la periferia hacia el Centro", y con esta forma de expresión no se debe entender que se tiene que ir a algún lugar, ya que ese "ir" es recobrar el Conocimiento de Quién Soy en Realidad; sabiendo que ese Conocimiento es donde aún no se ha concretado nada. Es La Vida antes de animar a un germen. Por tanto, cuantitativamente ahí ­que ni siquiera es ahí­ no existe nada; es, para decirlo de alguna forma, La Nada que es hálito de todo lo que es, será y fue; por lo que se puede decir que El Conocimiento es Vacío; y esa NADA es precisamente el objetivo consciente del Iniciado.

El problema operativo que se presenta es cómo realizar el vaciamiento de todo aquello falso que se ha acumulado durante la vida profana. El asunto no es fácil, ya que la razón, con todo el poder que ha demostrado concretamente en la operatividad profana ­y que será un pivote del que se afianzará firme y desesperadamente­ siempre tratará de negar la posibilidad de otros Estados de Consciencia en donde no juega ningún papel. Sencillamente para la mente profana en la cual reina la razón, es inconcebible la existencia de algo que esté fuera del alcance de su comprensión material, y en último caso, cuando ya no exista otra posibilidad, se representa otros Estados de Consciencia como similares al ámbito profano proyectando "hacia fuera" y linealmente cualquier posibilidad incomprendida.

Al hacer estas referencias pareciera que la razón adquiere una identidad propia, y se puede crear la ilusión de que es algo independiente de Mí y que actúa como si fuese una entidad con autonomía propia. Esa concepción es falsa, y debe quedar claro que sólo es un estado de consciencia, el más alejado del Conocimiento, necesario en cierto grado, pero no indispensable incluso en esta concreción material.

Sin embargo, es precisamente de la razón, como expresión de Ignorancia, de donde se debe partir obligatoriamente para recobrar El Conocimiento ya que es un punto de referencia que sí conocemos, pero en determinado momento habrá que deshacerse de ella pues se convierte en un obstáculo que impedirá la realización espiritual. El problema es saber cuándo hay que hacerlo, ya que esa decisión dependerá en gran parte de hasta dónde llega su influencia en la decisión, y habrá quienes definitivamente no podrán desprenderse de ese Estado, ya que posiblemente se sienten "protegidos" con ella, y creen erróneamente que sin su ayuda se quedarían sin apoyo. Este es un ejemplo de lo que es Un Guardián que puede impedir el acceso a otro estado de consciencia, pero que si se enfrenta serena y firmemente, se transmutará en Aliado.

Se debe entender que la razón no será "sacada" de la mente por el simple deseo de deshacerse de ella, pues no se trata de sacar nada, sino que lo que debe hacerse es TRANSMUTARLA por la sabia intuición. Lo último dicho es correcto, sin embargo, esa transmutación de la Ignorancia en Conocimiento puede llevar años, lo más posible, hasta la muerte y a veces con posibilidades "más allá".

Si sabemos que para realizar la transmutación alquímica es necesario hacer un vaciamiento interno de todas aquellas cosas que han sido incluidas por la multiplicidad, entonces: ¿cómo se logra ese vaciamiento?

Solamente conociendo y operativizando La Doctrina Tradicional.

Pero también podría preguntarse: ¿cómo adquiriendo Conocimiento puede haber un vaciamiento?

El Conocimiento que se adquiere por medio de la Tradición es, para poder decir algo de él: inconmensurable, intangible, inaprensible, en contraposición del conocimiento profano que aumenta constantemente la multiplicidad convirtiéndose, a la postre, en erudición y/o creencias. Por tanto hay un conocimiento profano que conduce a la multiplicidad y un Conocimiento Iniciático que conduce a la síntesis, aunque con justicia hay que decir que hay un sólo Conocimiento que se expresa polarizado, por tanto, existe una interrelación entre ambos aspectos, ya que SIENDO UNO, la suma o la síntesis en uno de sus polos va a afectar obligatoriamente al otro. Viéndolo de esa manera, es posible al menos tratar de comprender, que El Vaciamiento no es "sacar" nada afuera, sino transmutar la Ignorancia en Sabiduría, pues al aumentar El Conocimiento, necesariamente se va eliminando la Ignorancia, ojalá hasta agotarla.

En esa transmutación alquímica vemos la falta que hace la Ignorancia para comenzar, porque, si en ese momento no nos apoyamos en ella para operativizar La Enseñanza ¿en qué nos vamos a apoyar?. En este caso, la Ignorancia, que es un punto de referencia que sí conocemos, nos sirve para ser conscientes de lo que es falso e ilusorio, ya que ella se apoya en creencias que son invenciones netamente humanas; expresiones que se basan en no saber nada de la Unidad del Ser, creyendo, vana y soberbiamente, que la individualidad abarca toda la integridad del Ser.

La necesidad de La Doctrina Tradicional
Quien quiera transmutar la ignorancia en Conocimiento tiene que contar, obligatoriamente, con una Tradición Verdadera, ya que de no ser así, no podrá dirigir ni operativizar en forma iniciática absolutamente nada.

Se entiende la necesidad que sienten algunos profanos que buscan la Verdad y quieren encontrar la Fuente de Conocimiento, y cada uno tendrá que hacerlo guiándose por su intuición, y si cualifican, esta búsqueda los llevará a "tocar las puertas del Templo" donde se podrán iniciar en Los Misterios.

La forma de operativizar la recepción que se ha hecho del Conocimiento de la Tradición será asunto de cada quien, ya que no hay dos individualidades iguales. Por tanto, aquellos que piensen que hay que seguir un método prediseñado tendrán que comprender que tal método no existe, y si hay alguien que diga que sí, probablemente: o ignora lo que es el Camino Iniciático, o tiene algún interés personal en ofrecer un "Método", lo cual debe alertar al verdadero Buscador ya que en estos tiempos lo que abunda es el fraude.

La meditación.
Las formas para realizar meditaciones son muchas.

Las que se apoyan en alguna Tradición, siguen la particular forma en que las reviste esa Doctrina. Se debe entender que esa forma de meditar estará armonizada con su Tradición, y sabemos que todas las Tradiciones han sido reveladas por la Divinidad y que "son ramas" que surgen del tronco de la Tradición Primordial que tiene Una Sola Raíz. Por eso podemos asegurar que no hay ninguna de ellas que sea superior a otra.

De hecho, meditar es un trabajo alquímico mediante el cual no hay que sacar nada, de la mente, sino hacer una transmutación, incluso de esa mente, y como se dijo antes: "es reunir lo disperso"; o dicho de otra manera es hacer síntesis.

La meditación no implica necesariamente sentarse de determinada forma, en un espacio tal, en soledad, con incienso, con determinado vestuario, etc., etc., a "vaciar la mente". Esa concepción no es totalmente errada sólo que no debemos creer que es la mejor y única forma de hacerlo. Creer que determinadas formas son las únicas verdaderas puede llevar al error de darle a lo exterior más importancia que a lo interno, además se afirma una idea "fundamentalista". La meditación se puede realizar en forma correcta estando de pie, sentados, caminando o acostados; el asunto fundamental es qué tenemos en la mente, ya que si sabemos que debemos realizar "un vaciamiento" también debemos contar con el apoyo adecuado para poder hacerlo.

Meditación y alquimia es lo mismo y conducen a un único fin.

En diferentes oportunidades se nos ha hablado de Las Artes Liberales y las hemos estudiado. Cualquiera de ellas puede darnos ideas tradicionales para llevar en mente a cualquier lugar que vayamos, a cualquier hora del día o de la noche, en cualquier lugar y en cualquier posición. Sólo se requiere ser consecuente, constante y persistente, sin quitarnos esa idea, pero eso sólo lo podrá realizar quien en verdad así lo quiera, porque si son las contingencias laberínticas de cada momento las que llenan la mente, pues sencillamente no habrá Vaciamiento ni Síntesis, sino un "llenado" de asuntos profanos.

Creemos que hay que aclarar un problema de expresión al referirse al Mundo Profano.

En realidad, cuando hablamos del mundo profano, lo que expresamos es un estado de consciencia y no lo que existe en el mundo. Si entendemos que hay un mundo profano y uno sagrado también entendemos que no es que existen dos lugares o dos mundos, "uno acá y otro allá", sino que es Uno Sólo, y que si se divide es sólo a causa de la ignorancia. Por tanto, quien ha realizado una transmutación en su consciencia y sabe que Todo es Uno, y por tanto ha experimentado en algún grado lo sagrado, no estará en el mundo profano aunque transite cotidianamente "por esa Babilonia", ya que el mundo profano es un estado de consciencia y no, como se supone equivocadamente, que es el acontecer de la vida aquí, en este planeta.

Ahora bien, ¿podemos deshacernos de los asuntos profanos?. Si creemos que no debemos pensar en asuntos contingentes, pues verdaderamente es prácticamente imposible realizar la meditación alquímica, pero si entendemos que lo profano es profano porque nuestra ignorancia no nos permite ver su sacralidad, entonces la situación cambia, ya que no se trata de desechar la consciencia profana sino de transmutarla.

Cuando se dice, por ejemplo, "dejar los metales fuera'', no implica que al salir hay que recobrarlos, y cuando se dice "¡Que la Luz que ha iluminado nuestros trabajos continúe brillando en nosotros para que terminemos fuera la obra empezada en este Templo, pero que permanezca oculta a la mirada de los profanos!" entre otras cosas se indica que el trabajo alquímico de transmutación no se suspende fuera del templo, pero sobre todo hay que tratar de que esa "mirada profana" no sea precisamente la nuestra. Simbólicamente podríamos decir que en un iniciado "la mirada profana" apaga el fuego del athanor, y sabemos que de esa forma nunca se realizará La Gran Obra.

El Iniciado sabe, aunque sólo sea porque se le ha dicho, que todo es sagrado. Si eso es así, entonces una forma de meditación es plantearse el problema correctamente, y como cada cual sabrá qué es lo que tiene que transmutar, pues ya tiene en qué meditar, PERO. no tendrá que hacerlo con la consciencia profana, sino que tendrá que apoyarse en las enseñanzas de La Tradición que conoce, ya que las ideas que Ella transmite son reveladas, son irracionales, y como trascienden la trampa racional, a la corta o a la larga terminarán por transmutar la ignorancia en Sabiduría. Por eso se dice: "Al final de los tiempos hasta el Demonio será redimido".

Nota:
Por considerarlo de interés, ya que se muestra la correspondencia analógica que hay entre las Doctrinas Tradicionales, adjuntamos en un aparte algunos consejos sobre la meditación que da el Budismo Zen.

CONSEJOS DEL BUDISMO ZEN (Escuela Rinzai).

(Citas tomadas del libro: Ensayos sobre Budismo Zen, segunda serie, del maestro Daisetz Teitaro Suzuki).

Anotamos, antes de exponer las citas, que el KOAN (que es una palabra o una frase) que se da al Yoguin es algo irracional pero que tiene su arraigo en la Tradición Budista, y ese arraigo que se fundamenta en esa tradición es lo que le da la fuerza necesaria para lograr, como dicen ellos, "un cataclismo mental", o sea, el derrumbe total del dominio de la razón y por ende la Iluminación

En nuestro caso, no son los Koan budistas los más adecuados para la meditación pues están en correspondencia con una mentalidad muy oriental, sino que debemos apoyarnos en las Ideas Tradicionales que nos han sido transmitidas, ya que ellas, al ser reveladas por la Deidad, son irracionales, por lo que la razón no encontrará ningún asidero en ellas y a la postre también se operará el "cataclismo mental". Sin embargo transcribimos las citas ya que podemos sacar provecho del Budismo Zen, pues éste, en su esencia, proviene de la Tradición Única, por lo que a su particular forma de meditación tendremos acceso a través de la analogía permitiéndonos hacer síntesis, ya que ni esa rama Tradicional ni ninguna otra son diferentes más que en su "vestuario".

Según Ch'u-shan Shao-ch'i:

"A los no iniciados les es necesario contar con qué para poder captar el ZEN; y es por esa razón que se les dice que practiquen el Nembutsu, vale decir, que piensen en el Buda. El Buda no es otro que la Mente, o más bien, lo que desea ver esa Mente. ¿Dónde surge ese deseo, ese pensamiento? De la mente, decimos todos. Y esa Mente no es mente, ni Buda ni algo. ¿Qué es, entonces?

Para averiguarlo han de abandonar todo lo que acumularon a modo de erudición, intelección y conocimiento; consagrándose exclusivamente a esta única pregunta: ¿Quién es el que practica el Nembutsu ( namu-amidabutsu )? Este espíritu de indagación ha de afirmarse hasta un grado supremo. No tratéis de razonarlo; no asumáis un estado de mera pasividad para que el satori llegue por sí mismo; no os consintáis abrigar falsos pensamientos e imaginaciones; no permitáis que las ideas discriminativas se afirmen: Si vuestro esfuerzo y búsqueda es constante, sin permitiros brechas ni interrupciones, vuestro Dhyána madurará naturalmente, y vuestro espíritu de indagación ( i-t'uan ) será llevado a la crisis inevitable. Entonces veréis que el Nirvana y el Samsára, la tierra pura y la tierra mancillada, son mera charla vana, y que desde el comienzo no hay nada que requiera explicación ni comentario, y que además la Mente no es algo que pertenezca al reino de la consciencia empírica y, por lo tanto, no es un objeto de comprensión mental."

Pág. 135. "En verdad, el koan no ilumina con razonamiento, vale decir, no trata de controlarlo por fuerza, pero como el koan se alza ante el Yoguin como 'una pared de hierro y una montaña de plata' contra cualquier avance especulativo o imaginario, no puede sino escoger abandonar el razonamiento. Debe hallar algún otro medio de aproximación. No puede renunciar a su espíritu de indagación, pues éste es el que lo fortalece y decide más que nunca atravesar la pared de hierro. Cuando el koan es presentado apropiadamente, nunca aplasta ese espíritu sino que le da mayor estímulo."

"En el ejercicio KOAN se empleó muchísimo la palabra "concentracion"; pero, de hecho, la concentración no es lo principal, aunque se siga inevitablemente. Lo más esencial en el ejercicio es la voluntad de penetrar en el significado ­por ahora no tenemos una expresión apropiada­ del koan. Cuando la voluntad o el espíritu de indagación es fuerte y constantemente activo, el koan se mantiene necesariamente, sin interrupción, ante el ojo, y todos los demás pensamientos que no son poderosos son naturalmente barridos del campo de la consciencia. Esta exclusión y barrido es un derivado; es más o menos accidental. Es aquí donde el ejercicio koan difiere de la mera concentración." [Subrayado nuestro].


… el ZEN genuino requiere siempre la presencia de un espíritu de indagación, como se muestra en las citas siguientes:

Ku-yin Ching-ch'in, de fines del siglo XV, tiene esto que decir respecto del ejercicio koan:

"Búsqueda e ideación (kung-fu) pueden practicarse mejor donde no llegan el ruido ni la confusión; segrégate de toda condición perturbadora; pon coto a la especulación y a la imaginación; contráete sinceramente a la tarea de aferrarte a tu koan, sin dejar que jamás se aparte del centro de la consciencia, ya sea que estés sentado, acostado, caminando o parado. No te preocupes sobre la condición en que te encuentres, ya sea placentera o desagradable; trata todo el tiempo de mantener el koan en la mente y reflexiona dentro de ti mismo quién es el que persigue el koan tan incansablemente, planteándote esa pregunta sin declinar.

Al continuar así, con intenso fervor, indagando sobre el mismo indagador, con mucha seguridad llegará el tiempo en que te será absolutamente imposible seguir sin tu indagación, como si hubieres llegado a la fuente misma de una corriente y estuvieses rodeado por montañas en todo el contorno. Este es el tiempo en el que se abate el árbol junto con la entretejida wistaria, vale decir, cuando se oblitera cabalmente la diferencia entre sujeto y objeto, cuando quien indaga y lo indagado se fusionan en una perfecta identidad. Al despertar de esta identificación, tiene lugar un gran satori que procura paz a todas tus indagaciones y búsquedas."

 

Pág. 136. Este es el consejo del maestro: "Ved dónde iréis a descansar después de la muerte, después de la cremación"; o "Ejercitando todas vuestras energías mentales, indagad la morada final donde retorna la unidad de las cosas"; o "Despertad un gran espíritu de indagación y ved dónde retorna el Uno; no dejéis que su espíritu vacile ni tambalee"; "Ved qué clase de actitud mental es ésta, ved cuál es el significado que aquí se ofrece, decidíos a indagar todo lo que está contenido allí"; o "Preguntad a vuestro yo, inquirid a vuestro yo, y no permitáis que los demás os digan qué es, ni que os lo expliquen con palabras".

Cuando un Yoguin pugna con el koan de esta manera, está siempre vivo para el espíritu del Zen, y así es el koan. Como el problema está vivo y no muerto, el satori que sigue deberá ser también una experiencia realmente viva.

… La fe y el espíritu de indagación no son términos contradictorios, sino complementarios y mutuamente condicionantes.

 
NOTA
* Carlos E. Blanco Cole es costarricense.
 
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