SYMBOLOS
Revista internacional de
Arte - Cultura - Gnosis
 

LA CONSTRUCCION DEL HOMBRE *
En torno a una interpretación simbólica del Templo de Salomón
JOSE IGNACIO CARMONA SANCHEZ

Decía Henry de Montherlant: "Existe lo real y, además, existe lo irreal. Allende lo real y lo irreal, se halla lo profundo". Nuestra concepción del Universo con el materialismo se ha limitado al alcance de los fenómenos físicos pero desde antaño los reinos de lo intangible formaban parte del orden natural. La estructura de ese mundo no visible se codificó en símbolos y estos fueron integrándose en una suerte de Instrucción progresiva que se fijaba como objetivo ultimo la metanoia, el cambio interior. A través del símbolo la mente pegaba un salto fuera del intelecto para alcanzar el espíritu. El hombre místico, el iniciado, no se preguntaban si está dios con ellos, sino si estaban ellos con Dios.


En la tradición judeocristiana este particular solo era conocido por las elites espirituales, reservando al resto de los creyentes los aspectos rituales más livianos o exotéricos de una religión concebida como norma social.

Sin embargo La Torah es considerada por el místico judío como la función instrumental del acto de la creación siendo la finalidad última de la Cábala la restauración del anthropos celestial. Dicho de otro modo, el pensamiento divino que mora en el pensamiento humano se ensancha con el acto teúrgico de la experiencia continua en Dios. El hombre es interpretado en clave alquimia y se transfigura en un árbol invertido que hunde sus raíces en el cielo y da sus frutos en la tierra. Esta doctrina se expresa muy gráficamente en la obra De Oculta philosophia de Cornelio Agripa (1563) donde el hombre es tomado por los pensadores renacentistas como base de todas las relaciones simbólicas.


Toda la simbología escondida en la construcción del templo1 parte de la interpretación prefigurada que el misticismo judaico hace del hombre. Son los llamados "cuatro codos de la realización de la Torah". El judaísmo delimita simbólicamente el cuerpo humano en un cuadrado perfecto de cuatro codos que lo envuelve, es en esta suerte de crisálida donde tiene lugar la unión con Dios.

Cesariano2 esboza la figura arquetípica de su hombre cuadrado dividiéndola en 10 espacios iguales a cada lado formando una cuadricula de cien unidades que se corresponden con la cuadrícula del Tabernáculo de Moisés y el Templo3 descrita por Villalpando.

El hombre en síntesis, se convierte en el athanor donde se concentran todos los poderes cósmicos simbolizados por las sefiroth. Es lo que Spinoza define como "causa inmanente del Universo", o sea, Dios es causa y substancia. Del mismo en el duodécimo libro de la Metafísica encontramos:

"La Inteligencia se comprende ella misma al coger lo inteligible; y deviene lo inteligible por el acto mismo de la comprensión y de la inteligencia; de manera que la inteligencia y lo inteligible son idénticos"

No cuesta rastrear en esta exégesis judía la notable influencia egipcia que se manifiesta a partir de lo que los judíos llaman "shemesh" (aquello cuyo principio es la luz) asumidos entre otros por quienes forman parte de la Tradición hermética: Thot, Hermes, Mercurio, Elías y el Cristo hermético. Esto lo sabían los humanistas renacentistas quienes no tardaron en interpretar los jeroglíficos egipcios como fuentes crípticas de sabiduría4. El Jesuita Athanasius Kircher defendía que el origen de toda la sabiduría de los hebreos procedía de Egipto, siendo la cadena de transmisión Moisés5. Recordemos que Moisés es el Hosarsiph iniciado en los misterios egipcios que completo su iniciación en el enigmático templo de Madián6.

Los preceptos principales de la religión egipcia quedaron fijados en el ritual ceremonial judío a través de Moisés.

Incluso la fórmula hebrea del shem hameforash, la base misma de la mística hebrea, es mucho más que una simple reminiscencia egipcia.

La eficacia de las fórmulas rituales egipcias dependían de una correcta entonación y el conocimiento exacto del nombre. La voz se envolvía en un fluido mágico que a través de un ritmo concreto ejecutaba la acción del pensamiento.

Según Herodoto, en Sais se habla de cómo los egipcios cuando se reunían definían a Dios como el "innombrable", lo que Plutarco aclara especificando que esa prerrogativa de llamar a Dios por el nombre solo estaba reservada a los iniciados de alto grado.

Toda la exégesis hebraica está basada en el Nombre de Dios.

Salomón en el discurso-oración de consagración del templo alude a que Dios mora en el cielo pero su "Nombre" vive en el Templo. Cuando en diferentes crónicas se habla del exiliarca, no hay que entenderlo una vez más como una figura humana, sino como una transfiguración del nombre impronunciable del Dios hebreo a quien según los rabinos corresponde a la cábala reunir tras la destrucción del Templo.

"En Jerusalén pondré mi nombre" (II Reyes XXI-5).

"Ahora me he propuesto edificar una Casa al Nombre de IHVH mi Dios…" Salomón. (I Reyes, V. 17-19).

El Tetragrámaton7 (Yod-He-Vav-He) es una perífrasis que designa los tres tiempos verbales del verbo ser, pasado, presente y futuro, "soy lo que soy", dice el Dios a Moisés, lo que en esencia nos habla de algo indefinible.


En este marco se entiende cómo de la delgada línea que separa lo real de lo imaginario, lo esotérico de lo exotérico, surgen interpretaciones que dan lugar a una mística especulativa asumida por las tres religiones monoteístas.

En el judaísmo esta escuela se conoce con el nombre de Merkavah y Hekhal y se reserva a las elites espirituales. Basa sus interpretaciones esotéricas8 en el Génesis 1-2, Ezequiel 1 y 10 y el Cantar de los Cantares. Algunos cabalistas como Rabí Simeón sugieren la idea de que Salomón pudo cifrar algún secreto y este tendría que ver con la ceremonia privada que ejecutaba el Sumo Sacerdote en el interior del Devir. En el pasaje del "cantar de los cantares", Rabí Simeón sentencia:

"Todos los tesoros del Rey supremo están encerrados en una sola Clave".

Es por ello que cabalistas como Ezra de Gerona criticaban la necedad de aquellos lectores precipitados que no iban más allá del sentido literal de determinados pasajes de la Biblia. De manera análoga, también nos encontramos escuelas esotéricas en el seno del cristianismo y del Islam que interpretan estos pasajes de forma simbólica. Nuestro sabio judío Maimónides que pasó gran parte de su vida en Egipto sentenció:

-"No os dejéis seducir por todo lo que los sabios cuentan sobre el primer hombre, sobre la serpiente…".

A lo que nos remiten los cabalistas es a que el origen de ciertas tradiciones esotéricas relacionadas con "la palabra perdida", se encuentra en relatos mitológicos mesopotámicos y egipcios como el que nos presenta a una Isis arrebatando el secreto del nombre al dios Ra.

Esta formulación termina por distintas razones asociada a las cuatro letras de Yahvé (YHVH) cuya correcta pronunciación es el objeto último de todo iniciado en la "Halakhah" (ley religiosa).

Asclepio denomina "religio mentis", al "Conocimiento por intermediación de la palabra". Ahora bien ¿Cuál es el verdadero sentido de la ceremonia principal de la religión judía (expiación) relacionada con la fórmula del nombre y que se llevaba a cabo en el interior del espacio más sacrosanto (devir) del Templo de Salomón?

La fórmula del nombre (Schemhamphoras) renovada anualmente por el Sumo Sacerdote aludía a que en sus letras y en sus formas se encerraba el mundo de las emanaciones sin el cual el mundo se desvanecería. El Templo de Jerusalén como recipiendario comprendía la noción de los cuatro Mundos o planos que componían la existencia: el físico, el psicológico, el espiritual y finalmente el Divino o superior manifestado en la propia construcción del templo.


Los doctores hebreos se remiten a un pasaje del Éxodo para extraer los 72 nombres de Dios y de los ángeles, y a esto lo denominan "Schemhamphoras", lo que se traduce como "expositorio".

La traducción de la palabra "Kapporet"9 para el propiciatorio hace referencia a "cubrir" pero también a "hacer la expiación". Ciertamente sobre el propiciatorio se efectuaba el ritual de la expiación y el habitáculo donde residía recibiría el nombre de "santo de los santos"10.


El propiciatorio encierra la compleja estructura del mundo divino (yo soy yod) que se refleja de igual modo en la experiencia mística del individuo. Según la Cábala la forma más perfecta de ascesis es la "avodah" (el culto en el Templo).

¿Cuál era la significación ritual del propiciatorio?

El propiciatorio y el Arca son causa y efecto de una oculta y compleja ascesis. La naturaleza del símbolo es polisémica y a través de la Mesa (o propiciatorio) se reflejan estructuras ontológicas totalmente diferentes que se corresponden con un viaje místico conducido por el Arca (la Torah). En este sentido son ciertamente afortunadas las traducciones que interpretan al Arca como "vehículo" o "carro".

El llamado "asiento del Mesías" o "trono celestial" es el objetivo último de los seres humanos plenamente realizados tras penetrar directamente en el mundo de la creación. San Pablo en sus epístolas reconoce e interpreta la importancia del propiciatorio como "asiento de la misericordia" y emplea la palabra griega "hilasterion" identificando al objeto con Dios y el misterio de la redención.

Los rangos de sumo sacerdote, sacerdote, levita e israelita también se corresponderían sucesivamente con los cuatro niveles humanos de la divinidad. En atención a esta concatenación alegórica de mundos concéntricos, el propiciatorio ocuparía el espacio divino de mayor rango al que puede llegar el ser humano.


NOTAS
* José Ignacio Carmona, investigador, ha publicado numerosos artículos en diferentes publicaciones de habla española así como ha colaborado de diversos medios de radio y televisión. Actualmente conduce el programa radiofónico “Nautilus” 107.3 FM Toledo, y mantiene diferentes proyectos editoriales de próxima aparición.

Este texto pertenece a su libro: Toledo y la Mesa de Salomón, recién publicado. Editorial Ledoria, Toledo 2011.

1

No fue hasta el reinado de Josías (640-609 AC) cuando tras una reforma religiosa se centralizó el culto en el mismo. Antes la Biblia menciona once edificios donde se realizaba el culto a Yahvé: Siló, Dan, Bethel, Guilgal, Mispá, Hebrón, Belén, Nobá, Efraín, Ofrá, y Gibea, sin mencionar otros enclaves descubiertos por los arqueólogos (Meggido, Arad, Laschish, Berseba, Elefantina, Leontopolís…)

Posteriormente fueron sistemáticamente destruidos, y es de resaltar que tenían la misma triple disposición que el templo original.

2 No olvidemos que en la Tetraktys del nombre de Yahvé compuesto por las letras hebreas Iod (10), He (5), Vau (6), He (5) la quinta letra del alfabeto hebreo (he) se corresponde con el verbo o aliento y ocupa la posición intermedia. Esta posición se describe en las láminas antropomórficas de Cesariano donde se ilustra la figura de un hombre con los brazos extendidos inscrito a la vez en un cuadrado y un círculo entendidas como figuras geométricas perfectas y en cuya intersección de las diagonales se sitúa la base del sexo, léase la capacidad de engendrar o crear.
3 René Taylor: Arquitectura y Magia. Editorial Siruela, 1992.
4

Las influencias del antiguo Egipto en la religión judía son más que evidentes. Proverbios 22, 17-23 es una traducción casi literal del libro egipcio "la Sabiduría de Amenemope" y está escrito hacia el año 1000 AC.

Se ha querido entrever en Akhenaton a la figura de Abraham, no obstante el famoso "Himno de Aton" datado en 1340 AC es casi similar al Salmo 104 del Antiguo Testamento (585 AC). Curiosamente este Salmo invocado en el año de comienzo del exilio babilónico del pueblo judío nos pudiera estar ofreciendo pistas muy firmes sobre el origen de la religión judía y tal vez del mismo pueblo hebreo.

5

Incluso encontramos aportaciones curiosas en el seno de la propia Iglesia. En la obra intitulada Vindicias de la Sagradas Escrituras contra los Tirios de la Incredulidad del padre francés Joseph François Du-Clot se intenta explicar las notables reminiscencias egipcias en la tradición judeocristiana , convirtiendo a Moisés en el Mismo Thot:

"Maneton que compuso una historia de Egipto nos dice que la tomo de las santas letras cuyo autor fue Thot. Sanchoniaton pretende también haber copiado lo que Thot había escrito con respecto a los primeros orígenes…todo el embarazo en este punto parte de la falsa que los sabios se habían formado de Thot…no es otro que Moisés…nos basta citar el primer versículo del Génesis…"

6 Éxodo III,1
7 La Masonería especulativa más tarde acude a un sincretismo panteísta para aludir al nombre: Jah-bu l-on, una construcción basada en la combinación de cuatro lenguas, el caldeo, el hebreo, el siríaco y el egipcio. Así, se toma prestadas las iniciales de Yavhé, el Dios Asirio Baal, y el nombre abreviado de Osiris, lo que en esencia se busca es elevar a su máxima potencia la idea deísta del Todo, del "Summum Bonum".
8 Si tomamos como ejemplo el genio de Miguel Ángel, entenderemos qué significa su capilla Sixtina más allá de una grandiosa obra de arte. Miguel Ángel pinta la capilla guiado por el fértil simbolismo del Génesis. Los personajes de Miguel Ángel en sus movimientos expresan letras hebreas relacionadas con la Cabala. En el yeso fresco deja plasmado decenas de signos cabalísticos que debidamente decodificados evocan a una enseñanza solo para iniciados. La tentación de Eva por ejemplo se representa no con una manzana sino con un higo como relata un Midrash, a Jonás tal como refiere el Talmud se lo come un pez y no una ballena y así el genio de Miguel Ángel toda vez que hace gala de unos conocimientos teológicos muy profundos, va deslizando unos mensajes inspirados por la misma Divinidad y sus inteligibles.
9 La clave la tenemos en que erróneamente siempre se ha querido ver al propiciatorio como la tapa del Arca de la Alianza, esto se debe a posteriores interpretaciones por parte de la casta sacerdotal, pero en el ritual postexílico del día de la expiación se presenta como un objeto distinto e independiente del Arca.
10 (Cro 28, 11).
   

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