SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis
 
 
APORTACION AL SIMBOLISMO DEL ALEFATO
(y II)
EMILIO SAURA
6. El Tetragrama y la estructura del universo   
Decíamos más arriba que la letra que viene a completar el alefato no puede ser otra que Alef. ¿En qué nos basamos para hacer semejante afirmación?.  

Si el alefato "incompleto" consta de 22 letras, dicho número 22 no puede concebirse aquí sino como la suma 21 + 1. Y, como señalábamos antes, 21 es el valor de la serie 10-5-6, resultante de sustituir las 3 letras del Nombre divino (Iod, He y Váu) por sus valores respectivos. Si, por otra parte, tenemos en cuenta que la estructura del alefato ha de reflejar la de la creación, siendo ésta inseparable del número 7, 21 habrá que entenderlo entonces como equivalente a 3 septenarios. En cuanto al 1 restante, que completa las 22 letras (21+1=22), será el símbolo de una "trascendencia" más allá del 3.7, es decir, de la capacidad concreta de nombrar la creación, una "trascendencia" en la que hunde sus raíces la creación y a la que ha de retornar.  

Pero algo más viene a corroborar esta última afirmación: 21 es el "triangular" de 6, valor de Váu, cuyo carácter mediador es bien conocido. Puesto que el "triangular" de un número es la suma de dicho número y de todos los que le anteceden hasta la unidad, es evidente el carácter recapitulador del mismo y, por consiguiente, su bien establecida jerarquía interna. Ahora bien, dentro del Tetragrama, la letra Váu es el símbolo del Hijo, del Verbo, lo cual nos lleva a aseverar, por un lado, que la serie 10-5-6 (correspondiente a las letras Iod-He-Váu) es, ante todo, expresión del Verbo; y, por otro, que las 21 letras del alefato (dejando aparte la Alef) son, en primer término y por encima de todo, manifestación del Verbo. 21 + 1 (ó 1+21) simbolizará entonces el despliegue de la unidad divina a través del Verbo.  

Todo parece indicar que el alefato de 22 letras representa la posibilidad de nombrar la creación, de poner nombre a las cosas en la concreción de su estado primordial. Aquí apenas cabe hablar de letras "imperfectas" o "inacabadas" que reclamarían una transformación o un perfeccionamiento ulterior, como no sea bajo la forma de mera posibilidad, de insensible "fisura" en el seno de la creación. Es interesante observar que en el relato primero de la creación no aparece aún el Nombre divino de 4 letras, el Tetragrama, como si éste sólo pudiese ser revelado tras la aparición del hombre.  

¿Qué significa entonces la "emergencia" del alefato de 27 letras? Aparentemente, esto: la aparición de un factor de indeterminación, de imprevisibilidad en el ámbito de la creación. Factor que viene representado por el "descubrimiento" de 5 letras "imperfectas" que, correlativamente, reclaman 5 letras "perfectas" o "finales". Es como una "distancia" que exige ser abolida o una "fisura" que postula ser colmada. Y, como reiterábamos más arriba, no se trata de 10 letras normales, sino de 5 que se "repiten" y que poseen dos formas diferentes, la "raíz" y la "final".  

De igual modo, el tránsito del alefato de 22 letras al de 27 supone en el Nombre divino el paso de 3 a 4 letras (una de ellas, la He, repetida): no es que haya una letra diferente más, sino que una de las anteriores aparece en diferente forma. La Divinidad es lo que es y, sin embargo, se revela de un modo más o menos perfecto según las ocasiones. Y es la revelación que supone el tránsito de 3 a 4 letras lo que sirve de fundamento al alefato de 27 (= 1+26) letras y lo que nos permite comprender la estructura del universo, tanto la "originaria" (basada en la serie Iod-He-Váu) como la "definitiva" (fundada en el Tetragrama explícito y completo: Iod-He-Váu-He). Veamos la primera.  

Establecimos anteriormente la correspondencia entre la serie 10-5-6 (expresión numérica de Iod-He-Váu) y el alefato de 1+21 letras. Aquí la oposición entre las letras "raíces" y sus formas "finales" no se manifiesta todavía, y esas letras gozan, por así decirlo, del mismo estatuto que las otras 16.  

Puesto que el Nombre divino es el basamento del universo, sus vestigios hemos de percibirlos allí donde la capacidad de nombrar el universo en su concreción deviene presente: en el alefato. Por tanto, los números de la serie 10-5-6 y de la sucesión 10-5-6-5 deberían encontrarse de algún modo en la estructura del alefato. Pues bien, es curioso constatar que las 21 primeras letras (comenzando por Beth) forman una serie en la que la letra 10ª (Kaf) señala el comienzo de las "raíces" (que, como señalábamos antes, todavía no se muestran como tales), con la particularidad de que las 5 "raíces" aparecen entrelazadas, por así decirlo, con otras letras: en efecto, después de Kaf viene Lámed (y aquí acaban las adscritas a la primera letra del Tetragrama, Iod, de valor 10); después de Mem y Nun, "raíces" ambas, siguen Sámek y 'Ayin; por último, luego de Phe y Tsáde (las dos "raíces" restantes) vienen Qof y Resch; y, finalmente, aparecen las letras Schin y Táu, que completan las 6 situadas bajo la impronta de la Váu del Tetragrama. Esto en lo que respecta a la serie Iod-He-Váu, en la que aún no se repite la He.  

Si tomamos ahora el Tetragrama propiamente dicho, es decir, Iod-He-Váu-He y lo comparamos con la estructura del alefato de 27 letras hallaremos, además de la parte común a ambas fórmulas (Iod-He-Váu, o, expresado en números, 10-5-6), la correspondencia entre la segunda He (de valor 5) y las 5 "finales". Con lo cual las 5 "raíces", sin dejar de entrelazarse con otras letras, encuentran su "simetría", ya que ambas, "raíces" y "finales" son, al fin y al cabo, dos formas de una misma letra. Todo ello queda reflejado en el siguiente esquema:  
  

CORRESPONDENCIA ENTRE EL ALEFATO DE 22 LETRAS  
Y EL NOMBRE IOD-HE-VAU 
 
A)
Iod Váu
Beth, Guímel, Dáleth, He, Váu, Záyin, Jeth, Teth, Iod, Lámed Kaf, Mem, Nun, Phe, Tsáde Sámek, 'Ayin, Qof, Resch, Schin, Táu 
 
 
Como vemos, las letras situadas bajo la Iod se suceden consecutivamente, sin ningún hiato, a excepción de Lámed. Las que se hallan bajo la He y la Váu se entrelazan, por así decirlo, al menos en parte. ¿Qué significa este entrelazamiento? Una dualidad o distinción en el universo. Ella aparece tras la afirmación de la unidad, del estado de indistinción que caracteriza a las 10 primeras letras. Y es interesante observar que si la unidad se desarrolla a lo largo de 10 letras, la dualidad o distinción se manifiesta en las 10 siguientes, como para subrayar un cierto equilibrio entre las que pertenecen a He y las que están bajo Váu.  

Cabría imaginar otra ordenación del alefato de 22 letras, la cual no consideraría aún la dualidad entre "raíces" y "finales". Es la siguiente:  
  

 
 
B)
Iod Váu
Beth, Guímel, Dáleth, He, Váu, Záyin, Jeth, Teth, Iod, Kaf,  Lámed, Mem, Nun Sámek, 'Ayin,  Phe, Tsáde, Qof, Resch, Schin, Táu 
 
 
En el presente cuadro las 10 primeras letras continuarían siendo el ámbito de la afirmación de la unidad. Pero las que se sitúan bajo He y Váu sufrirían una reorientación según un esquema claramente ternario. Y así, las 5 que pertenecen a He (Lámed, Mem, Nun, Sámek, 'Ayin) ocuparían una posición mediadora entre las 10 primeras y las 6 últimas (Phe, Tsáde, Qof, Resch, Schin y Táu). El esquema B) sería, pues, más plausible que el A) en orden a explicar el alefato de 22 letras, ya que no mostraría todavía atisbos de aquella dualidad entre "raíces" y "finales" que aparecerá posteriormente. Con todo, el esquema A) daría a entender que la dualidad a la que nos referimos está ya en germen en las letras pertenecientes al ámbito de la He. Pero pasemos a examinar la correspondencia entre el alefato de 27 letras y el Tetragrama.  
  
CORRESPONDENCIA ENTRE EL ALEFATO DE 27 LETRAS  
Y EL TETRAGRAMA
Iod Váu
Beth, Guímel, Dáleth, He, Váu, Záyin, Jeth, Teth, Iod, Lámed

Kaf, Mem, Nun, Phe, Tsáde

Sámek, 'Ayin, Qof, Resch, Schin, Táu 

Kaf, Mem, Nun, Phe y Tsáde finales

 
 
Dejando aparte las 10 primeras letras, cuyo papel permanece inalterable, observamos el entrelazamiento antes aludido entre las letras de la primera He y las de Váu y, por otra parte, la complementariedad entre las formas de las letras de la primera He (que hemos llamado "raíces") y las de la segunda ("finales"). Parece, pues, que la "zona de dualidad" comienza con la letra Kaf y acaba con Táu. En cuanto a las "finales", si bien hay que entenderlas con relación a las "raíces" y como complemento o perfeccionamiento de las mismas, se sitúan más allá de la dualidad. No obstante, la dualidad entre "raíces" y "finales" expresa como ninguna otra cosa la idea de "tiempo", "desarrollo", "evolución" dentro del alefato.  

Por otra parte, si atendemos al orden de las letras en el Tetragrama, es indudable que Váu ocupa una posición intermediaria entre ambas He. Si, además, tenemos en cuenta que el alefato, como el universo, refleja de alguna manera la estructura circular del Tetragrama, llegaremos a la conclusión de que también la Iod (y, en el alefato, las letras adscritas a su esfera) se halla "en medio" de las dos He. Sin embargo, como la primera He expresa "imperfección", "necesidad de desarrollo", "principio o potencia de movimiento", en tanto que la segunda He denota "plenitud", "terminación", "finalización", "perfeccionamiento", parece más lógico llamar "mediadora" a la Váu, que se halla entre ambas He, que a la Iod, situada más allá de la "terminación" y más acá del "comienzo".  

Aplicado esto al alefato, hemos de concluir que las 10 primeras letras, que pertenecen al ámbito de Iod, son anteriores al tiempo o, al menos, representan un tiempo no desarrollado, un tiempo "originario" a diferencia de las demás letras.  

A la vista de las consideraciones anteriores es posible ahora ensamblar los distintos aspectos de las letras. Y así, el esquema que va a continuación recoge lo siguiente: cada una de las letras (bajo el epígrafe L), la dimensión (D), el plano (P) al que pertenece y el nivel (N) dentro de ese mismo plano, su valor numérico (V) y el ámbito al que se adscribe dentro del Tetragrama (T). Se completan así los cuadros anteriores.  
  

 
L
D
P
N
V
T
Alef  1

  Letra Aparte

Beth " "  2 Ámbito de Iod
Guímel " "  3    "        "
Dáleth " 2º   4    "        "
He " "  5    "        "
Váu " "  6    "        "
Záyin "  7    "        "
Jeth " "  8    "        "
Teth " "  9    "        "
Iod 10    "        "
Kaf " " 11        "      1ª He
Lámed " " 12       "        Iod
Mem " 13        "      1ª He
Nun " " 14    "        "
Sámek " " 15       "       Váu
'Ayin " 16    "        "
Phe " " 17        "      1ª He
Tsáde " " 18    "        "
Qof 19       "        Váu
Resh " " 20    "        "
Schin " " 21    "        "
Táu " 22    "        "
Kaf final " " 23        "      2ª He
Mem  " " " 24    "        "
Nun   " " 25    "        "
Phe    " " " 26    "        "
Tsáde " " " 27    "        "
  
En nuestro análisis del alefato desde la perspectiva numerológica queda todavía por establecer la correspondencia entre las letras y la clase de número (primo o compuesto) que se le atribuye. El cuadro que sigue expone la correspondencia entre cada una de las letras (L), su valor (V), la clase (C) de número y el producto de factores primos (F.P.) que, eventualmente, lo constituye.  
  
 
L
V
C
F. P.
Alef  1 Primo
-
Beth  2    "
-
Guímel  3    "
-
Dáleth  4 Compuesto
2.2
He  5 Primo
-
Váu  6 Compuesto
2.3
Záyin  7 Primo
-
Jeth  8 Compuesto
2.2.2
Teth  9    "        "
3.3
Iod 10    "        "
2.5
Kaf 11 Primo
-
Lámed 12 Compuesto
2.2.3
Mem 13 Primo
-
Nun 14 Compuesto
2.7
Sámek 15    "
3.5
'Ayin 16    "
2.2.2.2
Phe 17 Primo
-
Tsáde 18 Compuesto
2.3.3
Qof 19 Primo
-
Resh 20 Compuesto
2.2.5
Schin 21    "        "
3.7
Táu 22    "        "
2.11
Kaf final 23 Primo
-
Mem  " 24 Compuesto
2.2.2.3
Nun   " 25    "        "
5.5
Phe    " 26    "        "
2.13
Tsáde " 27    "        "

3.3.3

 
A la vista del presente cuadro constatamos que, entre los 27 números asignados a las letras del alefato, hay 10 primos y 17 compuestos. De éstos últimos, 5 son "triangulares" (3 = 1+2; 6 = 1+2+3; 10 = 1+2+3+4; 15 = 1+2+3+4+5; 21 = 1+2+3+4+5+6) y 1, "perfecto" (es decir, igual a la suma de sus divisores), el 6 (= 1+2+3).  

Y, a través de los mencionados números "triangulares", se establecen otras tantas relaciones bilaterales:  
  

LETRA ASOCIADA
AL "TRIANGULAR"

LETRA ASOCIADA
AL Nº BASE

Guímel (3)
Beth (2)
Váu (6)
Guímel (3)
Iod (10)
Dáleth (4)
Sámek (15)
He (5)
Schin (21)
Váu (6)
 
Observamos asimismo el caso privilegiado de las 4 letras Schin, Váu, Guímel y Beth, conectadas entre sí a través de la cadena que forman sus respectivos "triangulares": 21....6....3....2, lo que muestra la especial relevancia de la misma.  

Por otra parte, puesto que 21 es el "triangular" de 6, apenas es preciso subrayar la importancia de Váu como "síntesis" del alefato. Y, si tenemos en cuenta que 21 es el valor de la letra Schin, detectaremos la íntima relación entre la "naturaleza humana" y el nombre divino de tres letras (Iod-He-Váu). Lo que nos ayudará a comprender el gran misterio del "nombre sobre todo nombre" (Iod-He-Schin-Váu-He), síntesis del Tetragrama y de la Schin.  

Quedan por establecer algunas relaciones entre las letras "raíces" y sus correspondientes "finales" a través de la letra asignada a su diferencia numérica:  

 
"RAIZ"
"FINAL"
DIFERENCIA
LETRA CORRESPONDIENTE
Kaf (11)
Kaf final
(23-11=12)
Lámed
Mem(13)
Mem "
(24-13=11)
Kaf
Nun(14)
Nun "
(25-14=11)
Kaf
Phe(17)
Phe "
(26-17=9)
Teth
Tsáde(18)
Tsáde "
(27-18=9)
Teth
Nos encontramos, pues, con tres letras (Lámed, Kaf y Teth) que hacen de mediadoras entre "raíces" y "finales", con la particularidad de que una de ellas (Kaf) es, a su vez, una letra "raíz". De este modo, la estructura 12-11-11-9-9, adquiere una gran importancia: se trata de una singular relación entre tres letras (que actúan de "puente" entre "raíces" y "finales"), dos de las cuales se repiten dos veces. Por lo demás, es interesante constatar que la suma de los valores de esas letras (12+11+11+9+9) es 52, valor del vocablo "Elohim" y duplicación del Tetragrama (52 = 2·26), cuyo carácter estructurador respecto del alefato subrayábamos más arriba.  

Concluyamos con otras consideraciones, derivadas en este caso de la suma de cada letra "raíz" con su correspondiente "final":  

 
"RAIZ"
"FINAL"
SUMA
Kaf (11)
Kaf final (23)
34 (valor de "espíritu")
Mem (13)
Mem " (24)
37 ("voz")
Nun (14)
Nun " (25)
39 ("primero")
Phe (17)
Phe " (26)
43 ("germen")
Tsáde (18)
Tsáde " (27)
45("semejanza")
 

7. Las letras y su "escritura desarrollada"  
Además del simbolismo de inspiración numerológica, las letras poseen otro: el derivado de su "escritura desarrollada", es decir, de la transcripción de su nombre. Así, por ejemplo, el nombre "Alef" se escribe asociando las letras Alef-Lámed-Phe final. Ahora bien, dicha agrupación de letras da lugar, por lo general, a una palabra, la cual va ligada, evidentemente, a un significado. Y éste nos suministra una clave que completa el simbolismo de cada letra.  

La "escritura desarrollada" de una letra la pone, pues, en relación con otras, lo que nos da acceso a una exégesis de gran riqueza simbólica, susceptible de ser aplicada a cualquier texto.  

En efecto, se trata de un grupo de letras que, articuladas, explicitan el significado originario de una letra. Y decimos "explicitan" porque, en sí misma, cada letra sólo puede ser "vista" o "contemplada", pero jamás dicha. Su "inefabilidad" viene precisamente del hecho de su simplicidad e irreductibilidad, de su carácter indivisible, "atómico".  

Sólo mediante su agrupación en raíces y a través de un proceso de derivación quedan las letras expresadas en palabras. Y esto quiere decir que, al igual que hay un más allá de las palabras (el alefato), también hay algo que trasciende las cosas mentadas, y es la posibilidad misma de mentar.  

Ahora bien, semejante posibilidad conlleva un esquema de "Ideas", de símbolos originarios que, cual sistema de coordenadas, permite al hombre la operación del decir.  

Dicho sistema ha de ser por fuerza primordial, ya que cualquier otro lo supone, en la medida en que, para ser expresado, necesita del lenguaje de las palabras, agrupaciones de letras.  

Pero continuemos con el tema de la "escritura desarrollada" de las letras. He aquí el significado de cada una de las letras del alefato (se incorpora también el valor numérico resultante de cifrar la palabra con que se dice cada letra):  
 

 
LETRA
ESCRITURA DESARROLLADA
VALOR
SIGNIFICADO
Alef (1) Alef-Lámed-Phe final 39
"Enseñar","buey"
Beth (2) Beth-Iod-Táu 34
"Casa","morada"
Guímel (3) Guímel-Mem-Iod-Lámed 38
"Ayuda","camello"
Dáleth (4) Dáleth-Lámed-Táu 38
"Puerta","pobre"
He (5) He-Alef   6
"Ventana"
Váu (6) Váu-Váu 12
"Clavo","gancho"
Záyin (7) Záyin-Iod-Nun final 42
"Espada","riqueza"
Jeth (8) Jeth-Táu 29
"Vallado"
Teth (9) Teth-Iod-Táu 41
"Bastón", "Serpiente"
Iod (10) Iod-Váu-Dáleth 20
"Mano"
Kaf (11) Kaf-Phe final 37
"Hueco de la mano"
Lámed (12) Lámed-Mem-Dáleth 29
"Aprender"
Mem (13) Mem-Iod-Mem final 47
"Aguas"
Nun (14) Nun-Váu-Nun final 45
"Pez","brotar"
Sámek (15) Sámek-Mem-Kaf final 51
"Apoyarse"
'Ayin (16) 'Ayin-Iod-Nun final 51
"Ojo"
Phe (17) Phe-Alef 18
"Boca"
Tsáde (18) Tsáde-Dáleth-Iod 32
"Lado", "Anzuelo"
Qof (19) Qof-Váu-Phe final 51
"Simio"
Resch (20) Resch-Iod-Schin 51
"Cabeza"
Schin (21) Schin-Iod-Nun final 56
"Diente"
Táu (22) Táu-Váu 28

"Signo","marca"

Así, pues, nos encontramos con las equivalencias:   
 
 1 39 (13 x 3) 
 2 34 (17 x 2)
 3 38 (19 x 2)
 4 38 (19 x 2)
 5   6 (3 x 2)
 6 12 (4 x 3)
 7 42 (14 x 3 = 21 x 2)
 8 29
 9 41
10 20 (5 x 4)
11 27
12 39
13 47
14 45 (15 x 3 = tr. de 9)
15 51 (17 x 3)
16 51 (17 x 3)
17 18 (3 x 3 x 2)
18 32 (16 x 2)
19 51 (17 x 3)
20 51 (17 x 3)
21 56 (28 x 2)
22  28  (14 x 2 = tr. de 7) 
253 (= 23 x 11) 795 (= 3 x 5 x 53)  
 
Algunas observaciones al respecto. Es de notar que Váu-Váu ("desarrollo" de Váu) significa "gancho", "vínculo", pero también "rasgo" (de una letra), como para subrayar un cierto carácter configurador respecto de las demás letras. Sin contar con la "autosuficiencia" de la letra, que no necesita de otra para ser pronunciada (curiosamente, las iniciales del nombre de Internet en inglés se escribe www., que, en cifras es 666., el célebre número del Apocalipsis). En cuanto a la letra Phe, en su forma "desarrollada" significa "boca", "entrada", pero también "palabra". ¿No resulta particularmente notable si tenemos en cuenta que el Tetragrama posee un valor numérico de 26, el mismo que la Phe "final"?  

Si entramos ahora en los valores numéricos de las letras "desarrolladas", observaremos que hay letras con idéntico valor: así, Guímel y Daleth (38), Jeth y Lámed (29), Sámek, 'Ayin, Qof y Resch (51). Por otro lado, Váu (12) dobla a He (6), y Schin (56) a Táu (28). Y también, existe una diferencia de 10 entre Sámek, Àyin, Qof y Resch (51) y Teth (41); y lo mismo pasa entre Phe (18) y Táu (28), y entre Guímel y Dáleth (38) y Táu (28), así como entre Jeth (29) y Alef (39); Kaf (37) y Mem (47).  

Si, por otra parte, tenemos en cuenta que 27, valor de la Tsáde final, el último signo del alefato, es el "ciclo" que sirve de base para la interpretación de cualquier número, constataremos que algunas letras "desarrolladas" poseen valores numéricos "simétricos" o "análogos": así, Iod, de valor 20, es "análoga" a Mem, que vale 47(= 27+20); de igual modo, Phe, de valor 18, es "análoga" a Nun, de valor 45(= 27+18).  

Finalmente, la suma de los valores de las "letras desarrolladas" es 795 (= 3·5·53).  

 
APÉNDICE  
Un problema aparte es el de la correspondencia entre distintos sistemas simbólicos. Siempre se intentaron establecer equivalencias entre letras, números y astros, por ejemplo. Pero en este punto no conviene forzar las cosas: hay que empezar por reconocer la peculiaridad de cada sistema, como también la necesidad de instaurar una jerarquía entre los distintos sistemas, que se mueven normalmente a niveles diferentes. Expongamos, no obstante, el cuadro de correspondencias:  
 

 CORRESPONDENCIA NÚMERO/"CIELO"
 1
eee
Polo angélico o espiritual
 2 aee Zodíaco  íd.
 3 cee Saturno  "
 4 eae Júpiter  "
 5 aae Marte " 
 6 cae Sol " 
 7 ece Venus " 
 8 ace Mercurio "
 9
cce
Luna "
10 eea Polo humano
11 aea Zodíaco íd.
12 cea Saturno  "
13 eaa Júpiter  "
14 aaa Marte "
15 caa Sol "
16 eca Venus "
17 aca Mercurio "
18 cca Luna "
19 eec Polo cósmico
20 aec Zodíaco íd.
21 cec Saturno  "
22 eac Júpiter  "
23 aac Marte "
24 cac Sol "
25 ecc Venus "
26 acc Mercurio "
27 ccc Luna "
Abreviaturas: 
e=espíritu   a=alma   c=cuerpo 
así,  "eac"  se leerá: 
    "espíritu del alma del cuerpo" 
 
 
 
No impresa
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