"MASONERIA"
Carta
Editorial
Dedicamos
este Nº doble de SYMBOLOS al estudio
de la Masonería, sociedad iniciática occidental, y por lo
tanto al simbolismo constructivo como imagen de la arquitectura del Universo
y también del hombre, su miniatura. La Ciencia Sagrada se basa en
el Conocimiento de la Cosmogonía que hace de todo maestro masón
un mago, en el sentido de su integración con las pautas, números,
y medidas, utilizados de acuerdo a los ciclos y ritmos propios de las leyes
naturales que conforman el modelo, o arquetipo del mundo. Es decir, el
teúrgo como hombre de Conocimiento, y sobre todo como creador y
ejecutor de un proyecto surgido de la nada, análogo al cosmos, pero
producto de la concentración y el trabajo de un pequeño demiurgo
humano.
En ese sentido la Masonería
es Universal y sus talleres otros tantos templos de la Iglesia Secreta.
En ellos se expresa la Voluntad Perenne del Constructor, llamado Gran Arquitecto
del Universo, mediante el Símbolo y el Rito, y se aprende a conocer
la Obra del Creador, y por sobre todo el Pensamiento que la ha organizado.
Por lo que ser masón
no es simplemente una adscripción a una institución cualquiera
por esotérica que fuere, sino el hacerse cargo, el encarnar su cuerpo
doctrinario manifestándose en la totalidad de los mundos físico,
anímico y espiritual. Para ello es necesario un trabajo que actúe
de modo operativo sobre los postulantes y los lleve a comprender no sólo
la majestad de los conceptos con los que está alternando, sino también
la dignidad feroz de esta labor de accésis al Conocimiento, principio
y motor de todo trabajo, inclusive material y profano; esta dignificación
del trabajo es pareja con toda idea de Orden propia de la Construcción,
y se encuentra presente en la Masonería (una Orden) desde la época
de las corporaciones y gremios medioevales hasta hoy.
En realidad la labor
del masón es pulir la piedra bruta y llevarla a la perfección.
En ello su labor no se diferencia de la del alquimista -o hermetista- que
lleva a cabo la transmutación, es decir que completa un ciclo propio
y real en un mundo permanentemente inacabado, casi ilusorio. Es importante
aclarar que este pulimiento de la piedra, encargado por el Gran Arquitecto
del Universo a los hermanos masones, sólo se extinguirá con
el fin de los tiempos, o sea, hasta el momento en que el tiempo, vivo,
siempre presente, absorba la totalidad del espacio, tema este que ocupará
bajo el título de Fin de Ciclo, el próximo Nº doble
(15-16) de esta revista.
La división
de las Logias desde el siglo XVIII es una característica tan propia
de la Masonería, que casi se podría decir que es una condición
de ella. Sin embargo esta multiplicidad de Talleres y Ritos ha beneficiado
a numerosos países que de este modo han podido recibir en su seno
este depósito ancestral, que se ha mantenido casi intacto en su
andamiaje iniciático, ya que en casi todos ellos son respetados
los símbolos fundamentales y su dramatización ritual, aunque
no todos los masones conozcan completamente los secretos de su Orden, o
lisa y llanamente los ignoren. Esta Cadena de Unión, llamada Hilo
de Oro en Hermetismo, que une los distintos mundos verticales entre sí
y se expande de modo horizontal hacia las cuatro direcciones del espacio,
está tan viva hoy como lo ha estado siempre. La Tradición
Hermética y la Masonería poseen la llave de la Transmutación
a través del Conocimiento.
En el Nº 4 de
SYMBOLOS publicamos una comunicación leída
en un congreso masónico e igualmente en el Nº 5 reprodujimos
un comunicado conjunto editado
en la revista Vers la Tradition. En ellos quieren señalarse
muchas de las anomalías presentes en las logias masónicas,
degeneración derivada de factores cíclicos y que toca por
otra parte a todas las instituciones, incluida la Iglesia de Roma, a la
que muchos de nosotros criticamos no en cuanto masones, puesto que las
relaciones entre Iglesia Católica y Masonería se encuentran
apaciguadas, sino en cuanto cristianos. Pero a pesar de que estas instituciones
con el devenir del tiempo se hayan corrompido en relación a la violencia
e injusticia que el mundo moderno ha engendrado, lo cual en última
instancia se identifica con la ignorancia en su estado más avanzado,
ello no obsta para que paralelamente, o mejor, inversamente, se geste un
movimiento contrario y seamos capaces de ver reverdecer la Acacia.
En efecto, determinadas
camarillas de masones, verdaderas mafias como las que se han adueñado
del poder en todos los ámbitos en esta época, se dedican
a la corrupción, la venalidad y la inconsciencia al punto que los
medios son más importantes que los fines y el amiguismo, el compadrazgo
y el tráfico de influencias campean por doquier. Y en estas circunstancias
los ideales burgueses de "triunfo en la vida" y "hacer una carrera" se
prestan para utilizar a la Masonería como una via de logros personales
y realizaciones egóticas, aprovechándose de su enorme prestigio.
En suma, la apropiación de algunos talleres de la Orden, malversando
sus auténticos contenidos y tratando de aprovecharla en beneficio
propio, sin ninguna relación con el Conocimiento.
También hay
que decir que el juramento del secreto masónico, heredado de las
logias medievales de canteros, constructores y artesanos, y que era habitual
para proteger los secretos -y los derechos- del oficio, en el Renacimiento
y el siglo XVIII entre numerosas sociedades discretas que se protegían
así del poder y la usurpación, ha sido, en verdad, una de
las grandes dificultades que ha debido enfrentar la Masonería, especialmente
en su relación con la Iglesia Católica, y otras organizaciones
tan pretendidamente "ortodoxas", como autoritarias. Ello se ha extendido
hasta los tiempos modernos, como por ejemplo en regímenes tan folklóricos
e ignorantes como el de la España de mediados de este siglo y sus
secuaces, quienes obligaron a los masones a huir a Francia, Inglaterra,
México, Argentina y otros países, habiendo sido puesto precio
a sus cabezas -y ejecutado a muchos de ellos-, los que hubieron de rehacer
su vida en otros lados, sólo por ser miembros de la Orden. En cuanto
a los que regresaron a España, a ellos en gran parte -sin el menoscabo
de las otras fuerzas e individualidades que intervinieron en el proceso-
se debe la tolerancia ejemplar que predominó durante la llamada
"transición" de la democracia española, al no promover ningún
revanchismo de cualquier tipo.
A ellos, pues, y por
otros motivos a nuestras esforzadas hermanas que trabajan en las logias
femeninas, está dedicado este conjunto de estudios y artículos
de SYMBOLOS.
En este fin de ciclo
se presenta la Masonería como un depósito de doctrina viva
y tradicional que incluso ofrece la posibilidad de una realización
intelectual (espiritual), es decir, de la Iniciación en el Conocimiento.
Por eso este renacimiento
de la Orden al que asistimos, sobre todo si se tiene en cuenta que la Masonería
(noaquita) ha recibido su legado doctrinario y experimental de un ciclo
anterior al del diluvio bíblico, según la Tradición.
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