L'ERMITE DE DUQQI, René Guénon en marge des milieux francophones égyptiens. Xavier Accart avec la collaboration de Daniel Lançon. Archè, Milano 2001. 328 págs.
Una muy interesante recopilación de testimonios sobre los últimos veinte años de la vida de Guénon en Egipto: el medio francófono europeo, quienes lo rodeaban, su familia, su casa, ciertas personas de su confianza que allí lo visitaban y de las que aquí brilla su bello testimonio acerca de la vida cotidiana del maestro francés; nos referimos particularmente a los dos jóvenes –en aquel momento– Jean-Louis Michon y Najm-oud-Dine-Bammate. En la época del fallecimiento de Guénon se publicó en Europa que éste había muerto ante la indiferencia de los medios de El Cairo. Ese error se disipa cuando se lee el Dossier de presse aquí publicado, donde numerosas y diferentes personalidades dieron cuenta de este hecho lamentando la pérdida de tan destacado miembro de su comunidad. También detalles de los visitantes que por años lo frecuentaron, –entre ellos el ministro argentino Héctor Madero, que le facilitó mientras estuvo asignado en el Cairo la correspondencia y los envíos de libros, en los difíciles años de la Guerra Europea– o trataron de hacerlo, ya que Guénon sistemáticamente se negaba a todo tipo de contactos con personas que no fueran de su intimidad y de confianza, entre los que paradójicamente se llegaron a incluir lamentablemente los anglosajones Martin Lings y Whitall N. Perry; incluso llegó a visitarlos el pequeño suizo Frithjof Schuon, y por unas horas el hijo de Ananda K. Coomaraswamy tutoriado por el inglés Marco Pallis.

Destacamos también especialmente la labor del recopilador y autor de la introducción y el prólogo, Xavier Accart. No podemos incluir todos los nombres que figuran en este libro aunque muchos son de sumo interés como el de Valentine de St. Point. Sugerimos especialmente a los investigadores de la vida de Guénon se refieran en su labor a este libro que nos presenta toda una panorámica sobre el microcosmos francófilo en Egipto y la influencia que tuvo el maestro no sólo sobre él sino incluso la de su pensamiento en los medios islámicos de ese país, que poco después de la muerte de Guénon se entregó al nacionalismo de Nasser y sus secuelas. Lamentamos no disponer del suficiente espacio en este volumen para referirnos a todo ello con más detalle.

Cualquiera que se interese por la persona y la existencia de Guénon –¿quién era Guénon?– se encontrará constantemente con un desconocido y quedará pendiente una pregunta última que será sin duda de muy difícil respuesta.

 
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