INTRODUCTION A L'ENSEIGNEMENT ET AU MYSTERE DE R. GUENON. Charles-André Gilis. Les Editions de l'Oeuvre, París 1985. 108 págs.
RENE GUENON ET L'AVENEMENT DU TROISIEME SCEAU. Charles-André Gilis. Editions Traditionnelles. París 1991. 117 págs.
 

Estamos ante dos libros de enorme interés. El Sr. Gilis, aparentemente discípulo de Michel Vâlsan1 y por tanto impregnado de la obra de Guénon, presenta una serie de artículos, fluídos para la lectura, reveladores para aquellos interesados en el esoterismo islámico y sobre todo desde donde podemos entender su obra, correctos en la transmisión que conllevan. 

Vâlsan que abandonó la tarîqah de Schuon, ante la perspectiva contratradicional que esta desarrollaba, reformulando arbitrariamente aspectos doctrinales, fundó una tarîqah islámica de corte perfectamente tradicional en la que la enseñanza se vivificó; el Sr. Gilis puede estar más o menos afortunado en una exposición u otra, en el segundo libro por ejemplo observamos cierta "tendencia islámica" pero sus escritos se sitúan fundamentalmente bajo la unidad del Pensamiento Tradicional. 

En ello y respecto a la unanimidad de la obra de Guénon, que ni siquiera a raíz de su iniciación en el Islam había recibido influencia de formas particulares, el Sr. Gilis apunta: "hasta el fin de su vida, Guénon decidió ser palabra de la verdad metafísica, no de una forma particular, de tal modo que es únicamente en sus escritos sobre la iniciación donde una cierta excelencia de la tradición islámica se encuentra sugerida sin que nada sea afirmado de manera que pueda ser considerado decisivo." 

Respecto a su vivencia personal del Islam el Sr. Gilis dice: "Si recurrimos a las doctrinas esotéricas del Islam para interpretar la obra a todos los efectos excepcional de René Guénon es porque esta tradición posee en razón de su posición cíclica y de su vocación recapitulatoria en el orden doctrinal, una enseñanza muy completa y precisa sobre diferentes funciones y posibilidades que comporta el dominio iniciático tal como subsiste todavía, así como los modos de inspiración correspondientes." 

En cuanto a la Francmasonería quisiéramos después de haber leído con atención las apreciaciones que el autor tiene a bien realizar, trasladarle respetuosamente este breve comentario; bien es cierto que la obra de Guénon se dio en circunstancias cambiantes y variadas y que en la propia historia de Guénon se afronta el esoterismo occidental desde situaciones bien contradictorias, que incluso apuntamos, forman parte mágica, por amplitud y por rigor de la obra del Maestro, que al estar siempre referida a la Unidad del Pensamiento, invita permanentemente al discernimiento. Lo que queremos decir es que René Guénon recibió la iniciación masónica, dedicó dos de sus últimos libros La Francmasonería y el Compañerazgo a incidir en la regularidad iniciática de la orden y cultivó la simbólica masónica en gran parte de su obra, así como en la historia del auténtico esoterismo occidental que no puede ser entendida sin los constructores, los gremios, el Compañerazgo y la Francmasonería en sí, que más allá de desvirtuaciones personales es una forma iniciática perfectamente regular. No dude el Sr. Gilis que en el templo masónico, la Logia, expresión del Logos, verdadero centro del mundo, el aprendiz masón encuentra los vehículos simbólicos correspondientes para realizar "el viaje al sí mismo", el rito para efectivizar los grados iniciáticos correspondientes a los múltiples estados del ser y la certera posibilidad de reintegrar su forma individual a la idea espiritual del hombre. La Masonería, que por cierto da absoluta libertad al aspecto exotérico, es depositaria de la iniciación regular en los misterios y esto puede ser sólo discutido desde posturas individuales, personales y biográficas. Si con el nacimiento de la Masonería especulativa, muchas Obediencias y Logias correspondientes sufren un deterioro lamentable, esto no puede ser contemplado así en su totalidad, pues la idea de iniciación y los vehículos simbólicos y rituales de la Masonería corresponden al tiempo eterno y no dude el Sr. Gilis que por devastadoras que hayan sido las circunstancias del "mundo moderno" la regularidad de la iniciación masónica y la profundización en la vía simbólica correspondiente, sin ocultismos ni añadidos, está hoy viva en Occidente. 

Otro aspecto que quisiéramos considerar de los libros del Sr. Gilis es su durísima réplica a la obra de otros autores.2 Si bien hemos de coincidir con él en las certerísimas críticas a Marco Pallis por su ignominioso artículo sobre El Rey del Mundo publicado precisamente con motivo de un homenaje a René Guénon en la revista Etudes Traditionelles y coincidimos igualmente en su consideración de la obra del Sr. Borella que confunde teología por metafísica, y extrae frases sueltas de artículos de Guénon para darles luego consideración particular, reformula arbitrariamente aspectos que conciernen al ámbito doctrinal y sume en fin al lector en la mentira de sus propias y continuas elucubraciones, no olvidemos que Borella formó parte activa de los desdichados movimientos de Schuon. 

Ahora bien hay en la actitud del Sr. Gilis una especie de espada justiciera, que no creemos nadie le haya legado y una cosa es identificar a estos verdaderos impostores que han dado reiteradas pruebas de su cristalización y osadía y otra bien distinta es andar buscando frases o conceptos aquí y allá para dar todo tipo de palos a diestro y siniestro. 

La enorme consideración que nos produce la obra del Sr. Gilis y la coincidencia plena en el espacio simbólico que vivifica nos conduce a expresarnos con confianza y si bien la literatura esotérica acuna siempre polémicas y clarificación de argumentos, creemos que la obra del Sr. Gilis no necesita extremar ciertas posiciones que además en casos como los citados se justifica plenamente, pero en otros aparece como "polemista". 

Reseñar finalmente el respeto y jerarquía con que el autor se refiere a Ibn 'Arabi, verdadera y respetadísima autoridad del esoterismo islámico así como a Michel Vâlsan al que cita frecuentemente con un especial arrobamiento. También reseñar el interés del artículo que da título al segundo libro y en general todas las apreciaciones esotéricas que testimonia que nos parecen vivas. 

Más allá de esta "tendencia islámica" que referíamos al inicio de estas líneas y que el lector sabrá discernir, la lectura de los dos libros del Sr. Gilis resulta provechosa, esperamos sus próximos artículos con interés. A. C. 

 
NOTAS
1 Según datos ofrecidos por Daniel Frot, en una crítica efectuada al primer libro del Sr. Gilis y publicado en L'Âge d'Or. Crítica con cuyas apreciaciones fundamentales, coincidimos. 
2 ¿Como es posible que el autor, tan vehemente en este capítulo por una u otra cuestión no dedique un digno espacio a identificar la obra del Sr. Schuon?
   

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