DICCIONARIO DE SÍMBOLOS
Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías
19x24 cm, 926 páginas, papel couché,
1076 entradas, 880 ilustr. b/n.
ISBN: 978-84-92759-57-6.
Libros del Innombrable,
Zaragoza 2013.


INDICE

INTRODUCCIÓN

DICCIONARIO

BIBLIOGRAFÍA DE OBRAS CITADAS


CONTRAPORTADA

Este libro es el producto de indefinidas lecturas e investigaciones del autor sobre el tema, y la contemplación de cientos, miles de cuadros y láminas por más de cincuenta años que han dado fruto en esta obra con un despliegue muy extraño, paradójico y hasta tan relajado que se permite lo cómico con toda simplicidad.

Tiene una característica particular: gracias a cierto carácter literario, es el primer Diccionario que puede leerse todo seguido de la A a la Z. Pero, en serio: una obra así no existía. Ningún Diccionario había penetrado hasta ahora en el símbolo tan íntimamente como lo hace esta obra de Federico González Frías. Estos textos no son una «aproximación» a los símbolos, una explicación de ellos, sino que es el propio símbolo el que nos está hablando: con gracia, sencillez y precisión.

En sus contenidos hay una unidad interna que no procede de criterios artificiales, sino del ser, de la naturaleza de las cosas, conocidas desde otro ámbito, que es aquél al que el símbolo se refiere en última instancia, al Origen siempre presente más allá del espacio y del tiempo. Donde no se prima la erudición, sino la Sabiduría, pero sin problemas: qué bueno en cualquier caso si aquella te ha llevado a esto: a oír a la voz de tu corazón.

Es un libro cercano tratando sin embargo los temas más profundos, por eso es una guía, porque esa cercanía tiene que ver con que lo divino y lo humano sólo están separados por un entrenamiento en el olvido que se nos ha infligido a costa de nosotros mismos.

Claro que a veces, la paradoja produce un cierto estupor, una desazón, algo nos quiere decir y en ocasiones no está fácil de entender pero no va ser todo sencillo de masticar y «consumir»: este edificio tiene muchos espacios, las aulas del pensamiento recorridas en la soledad del ser más íntimo. Es por eso que produce un efecto que puede llegar a ser violento al no comprender lo que se dice, ni por qué se dice, ni nada de nada.

Pero el discurso te lleva naturalmente en un viaje espiral, ascendiendo y descendiendo por las distintas voces como si de peldaños se tratara, cuando de pronto una cosa te lleva a otra, y se encuentra la clave, y eso es la intuición intelectual. El método que se utiliza para este último caso, para comenzar son las flechas ? que denotan un sistema de correspondencias igualmente simbólico. Teniendo todos estos elementos en su poder es lógico pensar que su proyección sea oracular, como de hecho lo es. Y también con humor, sorpresas, y (urgentes) llamadas de atención, nos habla sin embargo incluso al oído, conduciéndonos en el viaje post-mortem que es el de la Iniciación.

Lo esotérico, aunque se empeñen en hacernos creer otra cosa, es lo interior –igual que lo exotérico es lo exterior, la superficie–, o sea es el alma, del ser y del símbolo, la intermediaria con el espíritu, el siempre olvidado: uno es lo que Conoce y lo que Recuerda, y eso se descubre por la magia de un lenguaje universal que todos los pueblos han conocido, gracias al cual instauraron un orden en el caos, y sus individuos pudieron acceder a su propia Realización. Bien puede decirse que el autor de este Diccionario, como Elías o su alumno Eliseo, es uno de los profesores del Colegio Invisible, «lugar de instrucción no humano de donde los sabios, chamanes, magos y teúrgos extraen su ciencia y su arte».